Capítulo 2
Bostecé y guardé los últimos papeles.
Me levanté de la silla y me estiré. Agarré mis cosas y salí de mi oficina apagando las luces y cerrando con llave.
Salí del edificio llegando a la calle y me subí a mi auto.
Quería ir a cenar algo.
-¿Huh?- Olí el aire y dirigí mi auto rápidamente hacia allí -¿Joel?-
Él iba por las calles vacías.
-¿Señorita Izaro... ?-
Negué.
-Solo Izaro- Dije sonriendo -¿A dónde te diriges? Puedo darte un aventón si quieres- Dije.
-Oh no, no se preocupe, no quiero molestar-
-Vamos, no es molestia, además, no puedo dejar a uno de mis empleados o futuros empleados, en la calle. Es peligroso a estas horas-
Él se queda callado y mira a otro lado pero luego vuelve a mirarme y yo le hago una seña para que suba y suspirando, rodea el auto y se sube.
-G..Gracias... - Dice.
-No hay problema ¿A dónde ibas?-
-Eh... a mi casa, la dirección es... -
Yo asentí en cuanto tuve la dirección y puse en marcha el coche.
El camino era silencioso, lo notaba tenso y nervioso.
-Y Joel... Cuéntame un poco sobre ti-
-¿E..Eh? ¿C..Cómo qué?-
Me encogí de hombros.
-No lo sé, tal vez... ¿Con quién vives. Si vives solo... si... tienes novia... hermanos... ?-
-Vivo solo... no tengo novia ni hermanos-
Suspiré disimulando mi alivio de que no tuviera novia.
-¿Y..Y.. usted? ¿Su familia... como es?-
Yo me quedé mirando al frente.
Familia...
Recordé aquel día en que los cazadores mataron a mis padres y a varios de mi manda quemando mi casa y muchas otras...
Los gritos de mi manada retumban en mi mente y apreté el volante con fuerza.
-C..Creo que no debí preguntar... - Escuché casi inaudible y eso me hizo reaccionar.
Me di vuelta para responderle pero sentí un golpe en la parte de atrás del auto.
Miré por el retrovisor.
-¡Mierda!-
Puse en marcha a todo lo que daba el auto.
-¿Q..Qué... qué sucede?- Pregunta Joel.
Yo me quedé en silencio con los dientes apretados y moví la palanca de cambio.
Vi por la ventanilla de Joel el otro auto y como sacaba una pistola.
Abrí los ojos de par en par y frené de golpe, el disparo le dio a su compañero que estaba en el otro auto a mi lado. Agarré a Joel y lo tiré a la parte se atrás con mi fuerza lobuna.
-Escóndete- Dije y aceleré nuevamente.
Pasé entre ambos autos y giré rápidamente.
Luego de un rato pareció que los dejamos atrás, resoplé aliviada.
-¿Joel, estás bien?- Pregunté.
-¿Qué fue eso?- Pregunta notablemente asustado.
Suspiré profundo.
-Hay veces en las que la gente se gana enemigos solo existiendo... y ser de una especie que ellos no conocen bien... - Murmuré eso último.
Miré por el retrovisor y abrí los ojos de par en par. El auto de atrás se adelanta y otro toma su lugar.
Ambos con intenciones de golpear el auto.
Mis brazos temblaron.
Si solo estuviera yo no habría problema, mi metabolismo me ayudaría a no morir, pero...
Reaccioné cuando sentí el golpe de atrás una vez.
Saqué mis garras cortando el cinturón y me pasé a la parte de atrás con rapidez.
Agarré a Joel y golpeé la puerta rompiéndola y salté.
Lo cubrí con mi cuerpo para que la que saliera golpeada fuera yo y no él.
Mi auto salió volando cuando ambos autos lo golpearon al mismo tiempo, mi auto rodó varios metros y luego derramó hasta estrellarse.
Apreté los dientes, los dos autos venían hacia nosotros.
-¿Señorita Izaro?-
Joel me hace reaccionar.
Yo me levanté y luego lo tomé por detrás de la cabeza y junté nuestras frentes mientras cerraba los ojos.
-Por favor... no me tengas miedo... - Dije suplicando y chillando un poco.
Él no entiende.
Yo me levanté y me di vuelta en el momento justo y golpeé con fuerza el frente del auto haciendo que la bolsa de aire golpeara al cazador y la parte trasera del auto se levantara.
Mis ojos se volvieron dorados y mis garras y colmillos salieron.
El otro auto se acerca por el costado y yo igual lo detuve con una patada.
Dos cazadores salieron de los autos y me apuntaron y dispararon pero yo me transformé, tomé a Joel por el cuello de su camisa y lo alejé.
Chillé de dolor al sentir una bala en mi lomo.
Entramos al bosque y nos perdimos por entre los árboles.
Joel estaba en shock y no decía nada, yo estaba asustada.
No quiero que le pase algo o... que me rechace...
Lo miré de reojo pero luego presté atención al camino.
Tardamos un poco en llegar a la manada pero al estar en los límites, dejé de correr y suspiré.
Pasé por la manada y todos se nos quedaron viendo, más al chico que traía.
Llegamos a mi casa y lo dejé en frente de la puerta, él se arrastró un poco lejos de mi y se sentó, parece que aún seguía en estado de shock.
Se quedó viendo un punto fijo sin saber como actuar o decir.
Estaba muy pálido...
Yo me lo quedé viendo un momento y luego me senté.
-¿Q..Qué... ? ¿Qué... está... pasando?-
~Lo siento... no quería que... ~
Salta en su lugar al momento que me escucha hablándole en su mente.
O si... debí de volver a mi forma humana.
Me volví humana, aún tengo mi ropa puesta, me levanté lentamente y le tendí una mano.
-Puedo explicar todo... si estás dispuesto a escuchar... - Dije.
Él me mira y luego a mi mano.
-N..No... vas a hacerme daño... ¿Cierto?- Murmura desconfiado y asustado.
Es muy comprensible.
-Claro que no... - Murmuré y me agaché hasta su altura -Y no dejaré que otros te hagan daño... jamás-
Él me mira dudando pero volví a tenderle mi mano y él levanta la suya temblando.
Agarra la mía y ambos nos levantamos lentamente.
Entré a casa sin soltar su mano y cerré la puerta tras él.
-O..Oye... - Llama mi atención.
-¿Si?- Pregunta.
-T..Tienes un... una bala... e..e..en la espalda-
Yo miré sobre mi hombro.
No sentía dolor entonces supongo que el cazador que me disparó era un novato y usó balas de plomo en lugar de plata.
-Hm... - Murmuré suspirando -Estaré bien... ven- Dije.
Lo llevé hasta la sala y lo hice sentarse.
-Antes de contarte todo... quiero que estés más cómodo, si quieres puedo dejarte ir al baño, pedir que te traigan algo de tomar o comer... lo que quieras... - Dije.
Él me mira y luego suspira.
-E..Entonces... quiero ir al baño- Dijo.
-Está bien, es allí- Dije apuntando a una puerta a un lado.
Él asiente y va hasta allí.
En ese momento entra Beatriz, la ama de llaves.
-Hola Bea, oye... ¿Me ayudas?- Dije sonriendo nerviosa y me di la espalda.
-¡Por Dios, Izaro!- Ella se acerca y mira mi herida -Agradece que no fuera de plata... - Murmura -Iré por las cosas-
Yo asentí.
Miré a la puerta del baño y suspiré.
Reprimí mis ganas de acercarme y abrir la puerta para ver si Joel estaba bien y fui a sentarme al sofá.
Me quité mi camisa quedando en mi top negro. A los segundos llega Bea con las cosas y se sienta atrás mío.
Primero tuvo que extraer la bala y ahí si me dolió.
-¡Carajo!- Murmuré apretando los dientes y cerrando los ojos con fuerza.
Cuando la casa sentí como mi curación se activaba y ella lo único que tuvo que hacer fue desinfectar un poco y ponerme una gaza.
En ese momento la puerta del baño se abre y sale Joel pero al verme se sonroja y aparta la mirada.
Bea se levanta.
-Gracias- Dije mirándola y ella asiente para luego irse.
Agarré mi camisa y me la puse.
-Bueno... ven- Dije apoyando una mano en el sofá.
Él se acerca tímidamente y se sienta un poco lejos.
-¿Con qué quieres que comience? Tu has las preguntas que quieras a tu ritmo- Dije.
-B..Bueno... ¿Q..Qué se supone que... eres?- Pregunta.
-Pues, soy una licántropo, pero en palabras más simples, Mujer loba-
Intentaba estar tranquila y no mover mi pierna de manera nerviosa como suelo hacer pero... tengo miedo de que vaya a rechazarme...
-¿P..Por qué... por qué cuando me viste... tú... ?-
-¿Te acorralé y reclamé?- Completé por él quien asiente -Pues... porque eres mío, mi Mate, mi otra mitad-
Él me mira sonrojado pero extrañado a la vez.
-¿Mate? ¿Otra mitad? ¿A..A qué te refieres?-
-Mira... nosotros los licántropos creemos en la Diosa Luna, ella es quien nos otorga a nuestra alma gemela, nuestra media naranja o como quieras llamarlo, eso es un Mate-
-¿Y... c..cómo sabes... que soy yo?-
-Al ser licáns, tenemos el olfato más desarrollado que hasta un lobo normal, así que los encontramos por medio de su olor, nuestros Mates desprenden un olor muy diferente al de los demás y mucho más fuerte-
-¿Huh? ¿Y... yo a que huelo?-
Sonreí divertida por aquella pregunta.
-Pues a café y libros viejos, son mis olores favoritos- Dije.
-¿Te gusta el café y los libros?-
-Pues si, por eso son mis olores favoritos- Dije casi obvia pero me divertía -Paso casi todo el tiempo en la biblioteca o cerca de donde hayan libros y siempre tengo un café en mano... es relajante-
Él asiente agachando la mirada pero me pareció ver una sonrisa.
Que termina borrándose.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro