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Capítulo 19

Suspiré profundamente pero el cabello de Joel me hizo cosquillas en mi nariz, por lo que abrí los ojos y lo encontré con el rostro hundido en mi pecho mientras que tenía sus manos amarradas tras mi espalda.

Su cuerpo entero cubierto por marcas hechas por mi claramente.

Sonreí cuando lo sentí moverse y luego me mira.

-¿Dormiste cómodo?- Pregunté divertida.

Él parece no entender hasta que mira mi pecho desnudo y trata de alejarse rápidamente al estar completamente avergonzado pero no le funcionó ya que con sus manos amarradas, lo que hizo fue hacer que subiera sobre él.

Me reí sonoramente y él sonrojado y más tranquilo pasa sus brazos por sobre mi cabeza.

-¿M..Me desatas?- Pregunta sin querer mirarme.

Yo así lo hice y luego me levanté.

Me estiré mientras bostezaba y miré la hora en mi móvil.

-Aún hay tiempo antes de ir a trabaja... - Dije y suspiré cansada -Hoy toca ir a la empresa-

Joel asiente y va al baño.

Ambos nos preparamos para bajar y al estar listos fuimos desayunar y luego salimos para irnos a la empresa.

En el camino yo había puesto música y estaba relajada junto a Joel. Tenía una mano agarrando el volando con el codo sobre la ventana y la otra mano apoyada sobre la palanca de cambios.

Decidí agarrar la mano de Joel, sorprendiendolo, y agarrar nuevamente la palanca de cambios.

Lo miré un segundo sonriéndo y él me sonríe apenado.

Al llegar a la empresa, ambos nos bajamos y entramos.

Hace pocos días, habíamos contratado a una nueva secretaria, me caía mejor que Samay.

-Buenos días Zoe- Saludé sonriendo.

-Buenos días, Señorita Izaro, Joel- Saluda a ambos sonriendo igual -Hoy tiene dos juntas, una a la una y la segunda a las tres-

Asentí mientras que Joel agarra las carpetas que ella le está entregando.

-Está bien, gracias-

Ella sonríe nuevamente y con Joel entramos a la oficina.

-Que bueno que llegas- Dice Enzo estando sentado en el sofá.

-Hey, Brais me dijo que fuiste a ver a Miley-

-Si, pregunta por ti y tu Mate- Dice.

-Oh, alguna vez hay que ir a visistarla a ella y Jerry también- Dije mirando a Joel.

-Claro- Dice Joel sonriendo.

-En fin. Te dejé unos documentos en tu escritorio, me tengo que ir- Dice Enzo levantándose.

-Está bien, nos vemos-

-Nos vemos-

Yo me acerqué al escritorio y me senté para comenzar a hojear los documentos de los que Enzo hablaba y Joel hace lo mismo con las carpetas que Zoe le entregó.

Pasaremos un buen rato aquí...

***

***

Bostecé pero sin dejar de mirar los documentos nuevos.

-Joel... es tarde mejor continuamos mañana- Dije.

Él asiente adormilado.

Guardamos nuestras cosas y al salir apagamos la luz.

Nos subimos al auto al momento de estar afuera y nos fuimos a casa.

Joel se había dormido y yo, al verlo, sonreí enternecida.

Volví mi vista a la carretera pero de la nada aparece un auto en frente y otro por el costado golpeandonos.

Lo vi como si fuera cámara lenta, nosotros volcamos pero conseguí agarrar a Joel y salir del auto rodando por el suelo con fuerza pero cubría cuanto podía a Joel.

Escuché el sonido de varias armas apuntándonos.

Gruñí y me coloqué sobre Joel para protegerlo.

-Creíste que no nos volverías a ver ¿Cierto?-

-¡Ya lárgate!- Rugí pero vi como uno se acercó y apuntó a Joel por lo que gruñí mirándolo y cubrí mejor a mi Mate.

-Eso... no será posible- Mira a los demás y asiente.

Al instante sentí algo atarse a mi cuello y comenzando a quemarme y a jalarme.

-¡Izaro!- Joel se levanta pero tres hombres lo sujetan y lo dejan contra el suelo.

-¡Déjenlo!- Rugí y pateé al que sostenía la cadena en mi cuello y me transformé.

Mordí en el hombro a uno de los que sostenían a Joel y lo lancé, golpeé a otro y al último lo dejé en el suelo apoyando mi pata sobre su pecho.

Acerqué mi rostro al suyo mostrando todos y cada uno de mis colmillos mientras gruñía, él levanta las manos mientras temblaba.

Joel se levanta y me quita la cadena del cuello rápidamente.

-Preferiría que soltaras a mi compañero y dejaras de atacar- Dice el cazador.

Gruñí y rugí al escuchar como disparaban al suelo junto a los pies de Joel quien salta en su lugar.

Vi como todos apuntaban únicamente a Joel, los puntos rojos cubrían casi todas las zonas de su cuerpo y eso me tensaba y asustaba.

Bufé y levanté mi pata que estaba sobre el cazador en el suelo quien se levanta rápidamente y se aleja de mi.

-Bien... vas comprendiendo- Dice.

Miré a Joel quien me mira asustado, agache la cabeza chillando y golpeando el suelo con una pata a modo de frustración.

Resoplé gruñendo y volví a levantar la cabeza.

~Bien, pero a mi Mate lo dejan libre~

-De todos modos no nos sirve un humano- Dice y asiente nuevamente a sus hombres.

-¡Agh!- Joel cae pero yo lo conseguí sujetar a tiempo y gruñí.

~¡Imbécil... !~

-Tranquila, Alphita. Está bien, ese fue solo un tranquilizante-

Lo miré y luego a Joel.

Sus latidos aún eran constantes y escuchaba y sentía su respiración así que era verdad.

Me regresé a mi forma humana y lo dejé en el suelo cuidadosamente, aún lo estaban apuntando por si yo no cooperaba.

-Lo siento... - Murmuré apenas audible y con la voz llorosa.

Escuché como se me acercaban y me agarraban bruscamente para luego encadenar mis manos tras mi espalda, además de que me pusieron otra cadena en el cuello.

Todo de plata así no podría hacer mucho.

-Nos vamos-

Volteé a ver a Joel tendido en el suelo.

Gruñí nuevamente pero me subieron a una camioneta junto a varios más cazadores los cuales estaban alerta a cualquier movimiento que hiciera.

-Al fin cooperas... - Dice el cazador.

Yo solo me quedé en silencio, con la cabeza gacha.

-¿Cuánto tiempo crees que le tome a tu Mate olvidarte y conseguirse a alguien más? Yo le doy hasta mañana-

Lo miré molesta y apretando los dientes.

-Él no hará eso- Dije.

-¿Por qué lo crees? Después de todo, es un humano. No está familiarizado con tu especie y... tal vez quiera volver a su vida normal-

Me moví bruscamente pero al instante mi cuerpo se llenó de puntos rojos de los punteros de las armas.

-Cállate. No sabes nada, no lo conoces-

-Temes que sea cierto lo que digo. Porque sabes que para un humano, tu mundo, tu especie... es un peligro, y no quieren ser parte de algo en lo que se jueguen sus vidas-

-¡Que te calles!- Rugí.

El cazador sonríe.

Sin darme cuenta solté un sollozo, fue en ese instante en que me di cuenta que había comenzado a llorar.

Gruñí frustrada y agaché la cabeza nuevamente, mordí mi labio inferior para retener la serie de sollozos y traté de pensar en otra cosa.

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