Narra Izaro

-Cuando tenía nueve años... los cazadores atacaron mi manada que en esos tiempos, era la más débil y pequeña de todas. No teníamos aliados a quienes pedir ayuda así que... para los cazadores fue muy fácil casi acabarnos-

Suspiré y me apegue más a él cuando los recuerdos invadieron por completo mi mente.

-Quemaron y explotaron todo... mis padres y yo habíamos quedado atrapados entre el fuego de mi casa y no pudimos salir. Menos cuando un pedazo de madera cayó sombre mi papá... mi mamá en su intento por ayudarlo, también terminó bajo pedazos de madera y cemento-

Mi cuerpo comenzó a temblar pero sentí a Joel abrazarme con más fuerza y apoyar su cabeza sobre la mía.

-Gracias a Brais y Enzo, pude salir. Pero... al ser hija única y sin otro familiar de mis padres, tuve que convertirme en Alpha a tan temprana edad... entrenaba día y noche, investigaba en libros que se habían salvado de ser quemados. No cometería el mismo error que mis padres y buscaría aliarme con otras manadas y hasta con Rogues-

Suspiré.

-Poco a poco fui creciendo e hice que mi manada creciera, pero aún éramos muy débiles por lo que, cuando tuve dieciséis años, con ayuda de Brais y Enzo, pude crear mi empresa. De allí saqué el dinero para que mi manada saliera adelante, aceptamos a muchos lobos sin manadas y aceptamos a pequeñas manadas que quisieron unirse y aceptarme como Alpha-

Comencé a jugar con los dobleces de su ropa.

-No tuve tiempo de ser una niña normal, ni una adolescente que solo busca divertirse... tuve que madurar mi pensamiento desde los nueve años... dejé de tener el cariño de mis padres y solo obtenía trabajo, mi empresa cayó dos veces porque tomé decisiones equivocadas. Es normal... Solo era una adolescente sin conocimientos de negocios, me pasaban encima porque me quedaba callada cuando no debía-

Respiré profundo tratando de no alterarme.

-Pero crecí... no permití que volvieran a pasarme encima o hacerme callar y fue por eso que pude sacar a mi manada adelante... -

Nos quedamos en silencio por un buen tiempo hasta que Joel suspira.

-Es... demasiado para alguien tan joven... no puedo imaginarme todo lo que tuviste que aguantar, toda la impotencia... el estrés... Izaro... enserio te admiro-

Levanté la mirada con un brillo en los ojos pero él me miraba sonriendo ampliamente.

-Eres la persona más fuerte que existe porque estoy seguro que nadie más ha conseguido lo que tú... es por eso que te admiro- Dice sonrojándose un poco.

Yo sonreí apenada y comenzando a sonrojarme.

Haberlo dicho en voz alta y sabiendo que alguien me escucha... me hizo sentir bien... como si un peso muy grande en mi espalda desapareciera.

Suspiré y abracé nuevamente a Joel.

-Gracias... - Murmuré.

-Prométeme que me dirás lo que te pasa... quiero ayudarte en lo que pueda-

Asentí un par de veces.

-Está bien... lo haré... - Murmuré.

Nos quedamos mucho tiempo así hasta que poco a poco mis ojos se fueron cerrando y caí rendida al sueño.

Solo sentí cuando Joel me deja en mi cama.

Después ya nada.

***

***

Abrí los ojos lentamente pero primero llegó a mi el aroma de Joel.

Sonreí al notar que estaba conmigo y lo abracé con más fuerza para luego esconder mi rostro en el hueco de su cuello.

Lo sentí estremecerse un poco por el cosquilleo que le ocasionaba mi respiración tan cerca de una zona aparentemente sensible para él.

El saber eso me hizo sonreír.

Rápidamente quedé sobre él con mis brazos apoyados a ambos lados de su cabeza.

-Huh- Él abre los ojos un poco más grande para luego sonrojarse y apartar la mirada -P..Parece que estás mejor, Izaro-

-Si... gracias a ti... - Dije agarrando su barbilla y acercando mi rostro al suyo.

Sonreí y bajé hasta su cuello, sentí como se tensó y tragó grueso.

Lo miré nuevamente a los ojos.

Me levanté y me estiré mientras me acercaba a la puerta pero al abrirla, me quedé quieta para luego mirar a Joel.

-Vamos a desayunar- Dije.

Él se sienta en la cama y sonriendo asiente.

-Claro-

Se levanta y camina hacia mi.

Ambos salimos de la habitación y bajamos las escaleras hasta llegar al comedor donde las chicas ya nos servían el desayuno.

-Buenos días, Alpha, Lun- Saludan haciendo una corta reverencia.

-Buenos días- Dijimos Joel y yo mientras nos sentamos en nuestros lugares.

-Joel, hay un tema que quiero tratar contigo- Dije mientras agarraba mis cubiertos.

-¿Qué sucede?- Pregunta.

-Es tradición en todas las manadas que el Alpha presente a su Mate como Lun o Luna de la manada- Dije y comí un pedazo.

Lo vi tensarse y ponerse nervioso pero trató de disimularlo.

-¿A..Ah si?-

-Si. Así que... como aceptaste ser el Lun de nuestra manada... quiero presentarte como Lun oficial- Dije.

Él se mantiene mirando su comida por un largo tiempo hasta que que da un suspiro largo y me mira.

-Está bien... no hay de otra así que lo haré... - Dijo.

Sonreí ampliamente.

-Bien, entonces la celebración se hará hoy por la noche-

-¡¿E..Eh?! ¡¿Tan rápido?!- Parece volverse a poner nervioso.

-Am, si. Mientras más rápido la manada sepa que tienen un Lun, más fuerte serán por sus lazos y además... yo no puedo esperar más- Dije.

Él vuelve a quedarse en silencio mientras me mira pero sonríe tímidamente.

-Bueno... lo entiendo- Dice.

-Que bien, entonces, cuando terminemos con nuestro trabajo de hoy iremos a buscarte un traje-

-¿Traje?-

-Estas presentaciones son al aire libre y cortas, pero no dejan de ser importantes por lo que tiene que ser formal- Respondí.

Él asiente comprendiendo.

-Bien... termina de desayunar- Dije sonriendo.

Él me sonríe como respuesta y ambos seguimos comiendo.

Yo me levanté cuando acabé de comer y Joel hizo lo mismo, fuimos a mi oficina para terminar el trabajo restante.

Estuvimos bastante tiempo allí y apenas hablábamos ya que estábamos muy concentrados en lo que hacíamos, además de que también estaba coordinando todo con los demás, gracias a la telepatía, para lo de esta noche.

Brais y Enzo ya estaban enterados y comenzaron con los preparativos.

-Oh, es cierto- Dije de la nada junto a un chasquido de dedos y así llamando la atención de Joel -Apartir de ahora también vivirás aquí-

-¡¿E..Eh?! ¡¿C..Cómo?!- Pregunta.

-Se me había olvidado, lo siento- Dije sonriendo apenada y rascando mi nuca -Además del hecho de que tu casa explotó, también me disculpo por eso... Cuando aceptas se el Lun de la manada, tienes que quedarte en ella junto al Alpha-

Él hace una mueca de haberlo entendido pero parecía tener más dudas.

-Pregunta lo que quieras, te responderé a todo- Dije.

Él suspira.

-¿Cuál... es exactamente el trabajo de un Lun?- Pregunta.

-Pues... estar para la manada y por supuesto para su Mate, proveer confianza, lealtad y paz a la manada y fidelidad al Alpha- Dije mientras enumeraba con los dedos -Y... dar a la manada a su siguiente heredero-

Ahí pareció quebrarse.

Se sonrojó a más no poder e hizo una mueca de estar apenado.

-E..Esto... ¿Qué?-

-Lo que escuchaste- Dije cruzándome de brazos -Los Licans Alphas solo pueden engendrar a su heredero Alpha con su Mate, si es con otra persona, será un omega que no podrá sustituir a un Alpha- Expliqué.

-¿A..Así q..que... y..yo... ?-

-Exacto... - Sonreí y me levanté para luego estar atrás suyo.

Quedé a su altura y con una mano giré su rostro hacia delicadamente.

-Tienes que embarazarme... -

Él traga grueso y se pone más rojo que antes, cosa que creí imposible.

-Claro que... - Me separé y volví a mi lugar -Será cuando ambas partes estén listas-

-¿Eh? ¿Tú no estás lista?-

-Claro que si. Es más, estuve lista desde que tuve mi primer celo a los quince años-

-¿C..Celo?-