Para aquellas cuya paciencia sigo poniendo a prueba, solo un pequeño cap. para que no me olviden. Intentaré no demorarme tanto la próxima vez.

- ¿Estás bien?.-

No necesitaba girarme para ver el rostro preocupado de Alex. Últimamente parecía más tenso, más nervioso, y todo era por mi culpa, sabía eso. Y no lo culpaba, a mi me pasaba lo mismo. Habían sucedido demasiadas cosas drásticas en muy poco tiempo, y sabía que más estaban por llegar.

- Sólo pensaba.-

Sentí sus brazos rodearme, sus manos posarse con delicadeza sobre mi vientre. Podía notar la vida crecer allí dentro, todavía débilmente, difusa, pero cada día más fuerte.

- ¿Qué te preocupa?.-

- No me gusta el doctor Milles. Me pongo nerviosa cuando está cerca.-

- A mí tampoco me gusta. Pero es el mejor en su campo, y lo necesitamos.-

- ¿No hay más.... Ginecólogos vampiro o lo que sea qué es?.-

- Cuando se trata de embarazos de la raza, todos recurren a él cuando tienen problemas. Y nosotros ...-

- Lo sé, somos un campo abonado para los problemas.-

- He encontrado a un pediatra que te gustará.-

- ¿Una pediatra?.-

- Los bebé de la raza tienen algunas peculiaridades de deberás aprender a asumir.-

- Sí, pensaba eso. Tengo tantas preguntas.-

- Ella las responderá, cuando estés lista para hacerlas.-

- ¿Cuándo podré conocerla?.-

- ¿Quieres hacerlo ya?.-

- Eso me ayudaría mucho. Esto es tan desconocido para mi, que me siento perdida.-

- La llamaré enseguida entonces. Cualquier cosa que necesites, tienes que decírmelo.-

- Ahora te necesito a ti.-

Aferré sus antebrazos con fuerza, y los envolví sobre mi más fuerte.

- ¿Tienes hambre?.-

- No, necesito sentirte.-

Él me envolvió más, como si quisiera cubrir cada centímetro de mi piel con su calor.

Sentí su cuerpo cuando se tensó, y un par de segundos después, yo misma noté la presencia de otro ser. Estaba en la entrada de la puerta.

- ¿Necesitas algo, William?.-

- Sí, señor. Tiene una llamada urgente.-

- Volveré enseguida. Haz que la cocinera te prepare algo nutritivo y come.-

- Sí, señor.-

Noté su sonrisa, después me beso suavemente en la sien, y se fue junto a William. Podían intentar esconderme muchas cosas de las que ocurrían fuera de aquellos muros protectores, pero había aprendido a descifrar sus códigos. Cuando William hizo referencia a "llamada urgente", ya sabía que eso significaba problemas. Pero confiaba en Alex, él desayunaba problemas cada mañana. Él se encargaba de solucionarlos con la misma eficacia, que la legía matando gérmenes. Problemas, preparaos, mi hombre iba a acabar con vosotros.

Cené como me ordenó, porque Alex ordenaba, no pedía cuando se trataba de mi bien o mi seguridad. Se había convertido en un pequeño tirano con respecto a eso. Después, me recosté en la cama. Al menos eso se parecía al resto de embarazos humanos. Estaba cansada todo el tiempo, y podía quedarme dormida incluso de pie. Cerré los ojos, y me concentré de nuevo en mi bebé. Deslicé mis sentidos hacia él, y me centré en el pequeño latido que sabía estaba allí. Noté el rítmico sonido, pero esta vez aprecié un extraño eco en él. ¿Sería eso normal?. Éramos tan diferentes, que cualquier sutileza parecía tener mucha importancia, al menos para mí. Pero hacerle preguntas a Miller, era algo que me desagradaba. Pero lo haría la próxima vez, la salud de mi bebé dependía de ello.