EXTRA
Hace un año
Podría haber sido diferente, completamente distinto.
— Yo solo digo que podríamos hacer esto menos... — soltó un suspiro cansado, agobiado — Podrías cambiar todo esto por mí, Jack.
Era complicado hacerlo. Bueno, más bien, no quería hacerlo.
— Yo soy así, y no quiero ni voy a cambiar — crucé los brazos algo a la defensiva. Sabía dónde pararía esto. Y me aterraba.
Sus grandes ojos verdes se abrieron de golpe, cristalinos — No puedo creer lo que dices... ¿así dices que me amas? ¿este es tu supuesto amor?
— Yo te amo a mi manera, Rapunzel — corroboré — Sin embargo, ¿cuánto puedo decir que tú lo haces cuando quieres cambiar lo que soy? Se supone que cuando amas a alguien, lo hace tal y como es, ¿verdad?
Ella soltó una risa sarcástica. Con lo mucho que me irritaba esa risa suya. Controlaba esas crecientes ganas de castigarla.
— ¿Lo dice quien quiso cambiarme desde el inicio? — espetó con una mirada llena de sorna — "Moldearte a mi manera" ¿no fueron esas tus palabras?
— Yo nunca te obligué a nada, lo sabes — me acerqué a ella impulsado por el enojo — Todo eso lo hiciste porque tu quisiste.
— Sí, lo deseaba. Porque tú eras... — suspiró — creí que eras un amo diferente, que algún día ibas a ponerme a mí por sobre lo que tu querías. Y en cuatro años no ha sido así...
Eso debía ser una jodida broma — ¿Hablas en serio? — fue mi turno de reír, sin gracia alguna — Rapunzel, sabes muy bien que te amo. Tus necesidades siempre están en mis prioridades.
Ella negó con su cabeza — Pues ya no es así... solo... ya no — caminó hacia mí y aflojó de su dedo aquel anillo de compromiso que apenas le di hace tres meses.
— Rapunzel...
— No Jack, ya basta de toda tu mierda — espetó mirándome a los ojos — Quise cambiar tu mundo, que lo vieras desde otra perspectiva, pero claramente no ves más allá de esto como yo. ¿Qué pasaría si nos casamos algún día tenemos hijos? ¿será igual? ¿no te importará cambiar un poco? — puso el anillo en la mesa — Me voy, Jackson. Sigue con toda está mierda, está claro que no cambiarías por nadie.
*******
Ya hacía mucho en que yo no pensaba en esa noche. De hecho, desde hace un año no lo reproducía en mi mente.
Sin embargo, Mérida llegó y con eso la noticia en que ella quiere verme, ¿Qué querría? La verdad es que no me interesa, supongo... maldita sea, ni siquiera puedo engañarme a mí mismo. Por supuesto que me importa, no obstante, no lo hace como lo hubiera hecho hace un año.
Sí, admito que esa noche quedé devastado, ¿cómo no hacerlo? Yo planeaba casarme con Rapunzel. Ya muy tarde me di cuenta de sus manipulaciones, como deseaba que cambiara al modo que ella quería, a algo que yo no era ni podría serlo. Nunca entendí como llegamos hacía eso, nunca pregunté porque simplemente no quise. Cuando ella inició como mi sumisa era completamente perfecta, podía decir que era más una esclava que una sumisa. Pero era porque ella lo quería, lo deseaba. Como ella me decía: necesitaba complacerme. Con el tiempo, todo en Rapunzel me enamoró, casi después del año, no sé cuándo es que sucedió, solo pasó. Pero claro, tal parecía de un tiempo a otro ella odiaba todo lo que yo representaba.
Tardé un poco para tener otra sumisa y, de hecho, no tuve otra sino hasta hace cuatro meses.
Cuando fui a casa de mis padres fue algo así como un escape de todo eso, además había pasado tiempo desde que había visto a mi madre.
Cuando choqué con Elsa esa noche, debo admitir, tuvo un fuerte impacto sobre mí. Ya no era aquella chiquilla que vi crecer en casa de mis padres, ni siquiera aquella torpe chica que apenas tenía 17 años quería conocer todo esto. Se convirtió en una mujer preciosa en todos los sentidos. Un cuerpo espectacular, inteligente y una mente de sumisa nata e inocente, y no pude quitarle los ojos de encima. Prácticamente desde que la vi ella estuvo en mi mente. Claro, la verdad es que no sabía si iba ser mi tipo de sumisa, como le dije ella en un principio, por ser tan inocente y además virgen, no era lo que yo usualmente buscaba. Y fue exactamente por lo cual la elegí, al menos para probarla.
El contrato era nada más una excusa para mí, nunca lo había usado; siempre hacía todo de la manera consensuada porque era más fácil que escribir varias páginas de todo lo que trata la relación. Pero esta vez fue necesario, al menos así lo sentí. Elsa estuvo aprueba desde el inicio, quería saber hasta dónde llegaba su sumisión. Y vaya que lo sabía ahora. Sin embargo, no solo ella estuvo aprueba, también yo. ¿Cómo? Bueno, puede que en cuatro meses yo no le hubiera complacido en algo, o puede que algo de mí a ella no le gusté y dejemos todo en tan solo dos meses. O al menos eso creía que iba a pasar.
Sabía que Elsa estaba enamorada de mí, era tan obvio. Ella era un libro abierto para mí. Todas sus emociones eran claras como el agua. Ella era así.
¿Por qué, Elsa Arendelle? ¿por qué tuviste que amarme tan rápido? Sabía que algún día sería capaz de amarla como ella se merecía y deseaba, pero al menos en ese momento no sentía eso. Si me preocupaba por ella y todo lo que Elsa era me parecía precioso. Quería cuidarla y mantenerla lo más feliz que ella merecía por cómo me complacía. Tal vez, no la amaba como ella a mí, sin embargo, cada día ella me hacía sentir algo nuevo, me hacía querer protegerla de todo y de todos, admiraba lo inteligente que era y sin duda, verla tan sumisa y entregada me excitaba y me encantaba más. Ella sin duda tenía todo eso que me encantaba.
Me quise dar un tiro cuando le respondí con tal ironía momentos antes de que ella durmiera. Vi en sus ojos lo mucho que la lastimó y no era esa mi intensión. Pero en serio, ¿Cuál era mi intención? ¿mentirle? ¿decirle aquello que quería escuchar, aunque yo no lo veía así? Definitivamente no, pero tampoco debí decírselo así.
No quería lastimarla, de verdad que no. Elsa era... toda luz e inocencia, sin importar lo descarada y buena que fuera en el sexo. Me refería a que sus sentimientos eran puros, su entrega era total. Era mi princesa de luz brillante y corazón de oro. No quería convertirme en el caballero oscuro de su historia. Si yo la lastimaba en alguna forma, ella quedaría devastada, y yo más que nadie conocía ese sentimiento.
Pero entonces estaba ese maldito pensamiento de Rapunzel y sobre que quería verme. Todo era una mierda. Jamás había necesitado un trago como ahora.
Desde la mesa de noche la pantalla de mi iPhone brilló anunciando la llegada de algún mensaje o qué se yo.
Elsa estaba plácidamente dormida en mi pecho y no quería arruinar eso, pero jodidamente quería beber algo o mi cabeza explotaría en una crisis. Me moví poco a poco para no despertarla. Al lograrlo no pude evitar contemplarla mientras dormía, su cuerpo no estaba completamente cubierto por la sabana y me deleité viéndola, cosa que no me cansaba de hacer.
Me puse unos pantalones de chándal y tomé mi teléfono. Era un correo electrónico. ¿Trabajo? Lo hubiera deseado.
De: Rapunzel Corona
Asunto: Necesito verte.
Hola Jack.
Hace meses y meses en los que no tengo ninguna clase de comunicación contigo, lo cual lamento muchísimo. Quisiera decirte muchas cosas, pero no deseo hacerlo por este medio. Quiero verte, de verdad... te extraño, Jack. Necesito decirte muchas cosas. Este es mi número nuevo, eres al único que le daré este medio 855-742-3258 sé que debes odiarme, no te culpo por ello, pero si decides que vernos está bien, llámame. Vi a Mérida en Las Vegas, le comenté algo sobre ir a verte, pero en realidad no sé si seré bienvenida... o si tienes a alguien más. Como sea, espero que me des la oportunidad de, por lo menos, hablarte cara a cara una vez más...
Esperaré tu llamada, Jack.
Leer aquel correo me hizo sentir mucho enojo, y al mismo tiempo, curiosidad. ¿Qué podría decirme? ¿Te extraño? Debía ser una broma, ¿acaso olvidaba que era ella quien decidió acabar todo? Era toda una maldita excusa. O quizá, muy probablemente necesitaba dinero. Quien sabría.
Llegué a la cocina estando a oscuras, y cuando tomé la botella de Vodka... me arrepentí, de pronto solo quería pensar con claridad. Más bien, debía hacerlo.
En realidad, me intrigaba mucho saber lo que ella quería, pero al mismo tiempo no quería verla. Además, una parte de mí... una gran parte de mí, debo decir, no lo haría por Elsa. Maldita sea, me importaba poco lo que tendría que decirme cuando sabía que la bella platinada estaba en mi cama, durmiendo tranquilamente después de un día de mierda.
¿A modo que no sentías tanto por ella, verdad?
Solo cuatro meses... era interesante como esto iba de rápido, aunque ciertamente no era algo que me gustaría detener. Elsa era maravillosa en todos los sentidos. Jamás había tenido una sumisa que fuera totalmente nueva en el Ds y que desde el inicio quisiera ser perfecta para mí. Elsa lo era, sabía y notaba que ella quería entregarlo todo, ser perfecta. Y aunque yo no se lo dijera tanto, lo sabía. Era perfecta para mí.
Comencé a pensar que debía decírselo más seguido.
No obstante, no lo hacía para no ilusionarla. Ella estaba enamorada, y que yo le dijera todo eso podía arruinarlo o enriquecer nuestra relación. ¿De qué modo podía arruinarlo? Bueno, no quería que al final ella terminara odiando lo que soy. Odiando el Ds por algo que dije o insinué.
Al principio, cuando apenas iniciaba creía que de verdad solo duraría unos meses, lo suponía y no me importaba mucho. Suponía que ella quería disfrutar otra clase de placeres, otra clase de doma. Pero ahora dudo mucho querer compartirla con alguien más. Pensar que otro hombre que no sea yo podría tocarla me enfurecía sobre manera. Porque ella era toda mía. Solo mía. Cuando ella estaba de rodillas frente a mí, cuando me entregaba su inigualable alegría y su irritable enojo, sus lágrimas eran sagradas para mí y pensamientos que se reflejaban en sus ojos claros. Cuando me entregaba su cuerpo. Era toda mía.
Releí el correo de Rapunzel... Quería verme, y yo tenía curiosidad de saber lo que quería decirme. No sabía exactamente qué hacer y eso me irritaba mucho, porque yo siempre sabía qué hacer.
Escuché unos pasos acercándose a la cocina, encendieron la luz, lo cual me estorbó mucho a la vista. Elsa se sobresaltó.
— Dios — llevó una mano a su pecho. Una lástima, ahora estaba vestida — Me has asustado... ¿Qué haces aquí a mitad de la noche? — preguntó mientras se acercaba a la alacena sacando un vaso de cristal.
Me fijé en su apariencia, Su largo cabello de plata estaba suelto y algo desordenado cayendo sobre sus hombros y espalda y uno de esos camisones muy cortos de seda y encaje cubrían su delineada figura. Maldita sea, incluso así lucía endemoniadamente sensual.
— No tenía sueño.
Ella se rió apenas mientras se servía agua — Bueno... al menos hubieras encendido la televisión, estás aquí en penumbra — bebió su agua y luego puso el vaso en su lugar. Se acercó a mí — ¿Sucede algo más?
Negué lentamente con la cabeza — Nada... ve a dormir, ¿okay?
Eso no le bastó, lo supe desde que sus ojos se quedaron en los míos buscando alguna clase de respuesta — No te creo... — dijo finalmente — por primera vez veo en tus ojos que algo no está nada bien.
Eso apenas me hizo reír — ¿Por primera vez? Dime, ¿acaso prácticas para psíquica?
— Oh vamos — rodó los ojos al mismo tiempo que se reía — que gracioso te pones de madrugada... Dime.
Por varios segundos me cuestioné decirle o no, pero ¿acaso no debíamos ser sinceros? Decidí decirle, o bueno, hacerle una pregunta parcialmente hipotética. Me interesaba saber su respuesta, al menos su reacción.
— Antes de dormir tu hiciste muchas preguntas, ahora yo quiero hacerte una...
Ella ladeó un poco su cabeza — Claro...
— Si Rapunzel y yo nos reuniéramos algún día para hablar, ¿Qué harías?
Noté como ella instantáneamente se tensó a esas palabras, cruzó sus brazos bajo su pecho y presionó sus labios antes de hablar — Yo... ¿quieres hablar con ella?
— No me respondas con otra pregunta.
— Lo siento... — respiró profundo — No lo sé... no haría una escena de celos, si eso crees.
— No creo que lo harías.
— Bien... pero te digo la verdad, no te puedo decir que haría, porque no tengo idea. Pero si puedo decirte como me sentiría.
Podía darme una clara idea de eso yo mismo, pero prefería que ella me lo dijera — Dime.
Hizo una pausa y noté como trago para antes de hablar — No haría una escena de celos, pero me sentiría demasiado celosa, triste y... desplazada — no me gustó para nada escuchar eso, pero bueno, era lo que ella pensaba. Elsa continuó — creería que... que tú sientes algo por ella aún. Porque, digo, cuatro años no se olvidan fácil, ella y tu tienen historia. Siento que, en la menor oportunidad que se dé en esa conversación, tu volverías con ella...
No sostuvo sus ojos mucho tiempo con los míos, solo apartó la mirada y se quedó en algún punto de la cocina.
— ¿Por qué crees que volvería con ella?
— Ustedes tienen una historia — me encogió de hombros — Supongo que... la amaste. Y de verdad no importa cómo fue que terminaron... se amaron ¿Verdad?
Una mierda — Así es...
— Cualquier cosa pasaría si ustedes se vieran y hablaran — y de nuevo esos ojos celestes lucían desilusionados —Iré a dormir... ¿vienes?
Era complicado, mucho más de lo que ella pensaba, pero tenía razón el algo: cualquier cosa podría pasar. Sin embargo, sabía que esa mirada triste representaba el hecho de que yo no la amaba a ella. Eso le dolía.
— Elsa escucha — la atraje hacía mí, enredé mis manos en su cintura — Sé que te preguntas que pasará después de esos dos meses que sobran.
— ¿Y?
— Yo también lo hago — admití deslizando mis manos por su cintura.
— ¿De verdad? — asentí con mi cabeza — ¿Y qué piensas?
Acaricié su mejilla — Elsa, sé lo que sientes por mí y... — no pude evitar reírme cuando sus mejillas se tornaron rojas de vergüenza — Tranquila, está bien.
— ¿Por qué siempre tienes que ser tan directo? — susurró entre risas mientras evitaba mirarme mientras cubría su rostro completamente rojo.
Me reí abiertamente — Está bien — tomé sus mejillas delicadamente y la besé — Está bien.
— No... no está bien, lo sabes.
— ¿Por qué no?
Su sonrisa desapareció gradualmente — Tú no sientes lo mismo por mí. Por eso no está bien.
Contemplé su desilusión por última vez, y la besé de nuevo. Me gustaba besarla, siempre se sentía diferente... bueno, me sentía diferente.
— No siento lo mismo que tu sientes hacia mí — la besé fuertemente, antes de ver de nuevo sus ojos — Pero eso no significa que no sienta nada por ti. Aunque no sé lo que es y no creo que pueda descubrirlo en solo dos meses más.
— ¿Qué quieres decir?
— Lo que digo es que quiero que olvides el límite de tiempo. ¿Está bien? Siento por ti muchas cosas que no puedo nombrar. No pienso dejar que esto de acabe pronto.
Sus ojos brillaban intensamente — Desde ahora te responsabilizo completamente de lo que le pase a mi corazón, señor. Por favor... no vayas a lastimarme. Por favor.
— No planeo hacerlo.
Solo esperaba no hacerlo, no quería lastimarla de ninguna manera. Y antes de todo, tenía que ponerle punto y final a todo eso con Rapunzel. Debía hablar con ella y escucharla. No iba a pasar nada, consideraría a Elsa todo el tiempo.
************
Jummm... no sé :v capitulo extra con mucho cariño y cursilería :v :3 como les gusta... creo, depende XD yyyy pos ya, les debía el extra y muchas me habían pedido esto así que espero que les haya gustado mucho... y disfrutado porque sería el único donde Jack narre xD... creo 7u7r
Adioooooos! Y feliz noche/mañana/tarde :3 todo depende desde donde me leen :3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro