35
Sé que soy muy insistente, pero no pienso renunciar a ti. ¿Entiendes? Significas mucho para mí, Jack. La última vez... sí, estoy avergonzada de eso, pero admito que había bebido antes de que tu llegaras. Me dejaste en claro que estabas más que bien con Elsa, la defendiste de lo que dije de ella y eso me hizo sentir celosa. Demasiado, y posiblemente eso no te importe, porque la tienes a ella.
Me dirás loca o incluso psicópata, pero... una vez la seguí, solo para saber qué era lo que tú veías en ella. Créeme, sigo sin entenderlo. Y aunque no te interese lo que diga, lo diré de todos modos. Ella es muy simple para ti. ¿No se supone que debe haber un balance? ¿por qué la prefieres a ella, cuando sabes bien que soy y puedo ser mejor que ella? Aunque, después de todo, no sentí ninguna clase de competencia por ella. Ni siquiera celos por tenerte... bueno, eso sí, un poco. Sin embargo, ella es muy linda, también, no lo niego tampoco.
No quiero que me odies, sé que no puedes odiarme, aunque lo intentes. Quiero proponerte algo y juro que, aunque me duela, será mi último intento para recuperarte. Estoy dispuesta a todo y quiero hablarte de eso. La diferencia es que esta vez, también quiero que Elsa vaya contigo, porque también le incumbe a ella. Aunque, tu eres el amo, ¿verdad? Tú decides, ella obedece. ¿O ya no es así? Espero que al menos tengas intriga de escuchar lo que tengo para ofrecer, es algo que quizás recuerdes que deseabas probar una vez... mi último intento, Jack, el ultimo. Dame esa oportunidad... por lo que una vez tuvimos, por favor.
Besos.
******
Aprecié unas inmensas ganas de tenerla enfrente para abofetearla con rabia.
¡¿Acaso era una jodida broma?! ¡¿Cuándo me había seguido?! Eso aparte enojarme mucho, me daba escalofríos en la parte trasera de la nuca. ¿Qué tan lejos podía llegar solo por Jack? Era increíble. Y no de la buena manera.
Al final del mensaje había un archivo con diferentes fotos mías en la universidad caminando, hablando con algunas compañeras y una donde me despedía de Eugene dándole un abrazo. Posiblemente esa era la peor de todas, Jack podría malinterpretar la situación.
Lo que más me molestaba de toda aquella situación era que su mensaje era como: "Ella es una aburrida, pero de todos modos quiero que escuche lo que debo decir". ¡Como si a mí me importara una mierda lo que ella dijera! Además, yo no era una aburrida... al menos no tanto. ¿Qué quería ella conmigo ahora?
Mi corazón saltó cuando ella dijo que Jack me había defendido, y volvió a acelerarse de manera insana, no de buena manera, cuando leí lo demás.
La idea de borrar el mensaje antes de que Jack lo viera me pasó por la mente como un rayo. Él estaba dormido y obviamente no se iba a enterar sobre esto hasta por la mañana o cuando revisara su correo. Pero... no debía hacerlo.
En primer lugar, Rapunzel iba a seguir con su insistencia y eso me molestaría más de lo que podría hacerlo el mensaje que había dejado. En segundo lugar... quería ver lo que Jack respondía.
Si se negaba, Jack iba a tener solo un poco de mi confianza asegurada. Si él contestaba, yo me iría de ahí. Lo dejaría. ¿Saben por qué? No dejaría que él jugara conmigo. No me interesaba y ni siquiera me intrigaba lo que ella quisiera conmigo, pero si a Jack sí... no me arriesgaría a lo que él pensara o decidiera. ¿Qué si era algo horrible y él aceptaba? Ha decir verdad, confiaba de que Jack no lo haría. No obstante, es claro que no debo dar mi confianza en todo. Pondría en duda eso, esperaba con toda mi alma que él rechazara todo lo que tuviera que ver con aquella mujer. Pero si al menos lograba interesarlo de alguna manera... Eso me destrozaría.
Necesitaba ver la respuesta de Jack. De ella dependía si nuestra relación seguía o no.
Terminé mi tarea y apagué esa infernal computadora. No eran más de las diez y yo no tenía nada de sueño. Lo había perdido.
Me removí en la cama hasta dar con la ventana, donde incluso desde ahí se miraban los grandes edificios de la gran ciudad. Se veía increíble por las luces y estructura. Mi celular me sacó de mi embobamiento por aquella imagen que tenía en frente.
Tadashi.
Contesté de manera sobrenaturalmente rápido.
— Tad...
— Hola, cabellos de elote.
Casi pude sentir las lágrimas de emoción en mis ojos — Haz estado muy perdido, últimamente.
— Lo mismo te digo, Elsa — su voz se escuchaba algo cansada y somnolienta. No era que me molestara que me llamara, al contrario, me alegraba... pero si estaba cansado, ¿por qué no dormía?
— ¿Cómo te va la paternidad? — pregunté, ya que me imaginé al instante que eso era el motivo de su cansancio.
Suspiró sonoramente — Jamás tengas hijos, es agotador.
— No es algo que esté en mis planes, pero gracias por el consejo — me burlé tratando de no reírme.
— Es muy cansado, ha provocado que Honey y yo tengamos algunas peleas. De hecho, estoy durmiendo en el sofá.
— Auch... eso no se escucha nada bien.
— Apesta, pero mañana en la mañana arreglaré todo.
— Prepárale un rico desayuno y algo de cariño matutino — bromee.
Ahogo una carcajada, posiblemente para no despertar a Honey — Vaya, Arendelle, estar con el sugar daddy te hace mal. Mala, Elsa, mala.
Yo si no pude resistirme a reírme fuertemente, eso era una jodida broma — ¡No soy una sugar baby, idiota! ¡Eso es completamente diferente!
— Bla, bla, bla, te da unas nalgadas y eso es todo.
— Ay, maldita sea, no lo digas. Es extraño.
— ¿Cómo te va por allá? ¿Algún acontecimiento de tu vida nueva que me quieras contar?
Dudé por un segundo lo ocurrido, supuse, que no era del todo correcto. Pero una parte de mí necesitaba desahogarse y terminé contándole todo. Cada detalle de lo que mis pensamientos me tenían presa.
— Y eso pasa ahora, él está en Tokio y ella sigue insistiendo.
Lanzó un silbido agudo — Mierda. ¿sabes? me tiene preocupado eso de que te haya seguido. Eso ya es psicópata.
— Tadashi... no sé qué hacer.
— ¿Lo quieres?
— Más que eso...
— Entonces quédate — su respuesta fue más clara y posiblemente no se detuvo a pensarla — Él cometió un error, pero supo aceptarlo, además admitió estar enamorado de ti... y tú lo estás de él. Piénsalo mejor, tal vez las cosas no estén muy bien ahora, pero lo estarán. Ten paciencia. Los problemas no se solucionan solo pensándolo, debes actuar.
— Yo sé, lo sé y no quiero irme, es solo que... ¿y sí acepta hablar con ella? ¿y si acepta escuchar su propuesta? Si algo conozco muy bien de Jack, es que es curioso.
— Entonces, yo mismo tomaré un vuelo a Nueva York y le pateare las bolas a ese canoso millonario por no saber que tiene a una linda mujer en sus brazos.
Sonreí — Quisiera abrazarte en este momento, ¿sabes? extrañé mucho hablar contigo.
— También yo, debes venir a visitarme. Así también conoces a mi engendro.
— Viajaré a Portland, pero primero arreglaré las cosas aquí.
— Voy a esperarte, ricitos de plata.
⸎⸎⸎⸎⸎
Cuando Tadashi se dio por vencido con la magnitud de su sueño, yo no pude quedarme dormida. Simplemente era imposible quedarme dormida con tanto en mi cabeza.
Jack. Rapunzel. Ultimo trabajo de clases. El hecho de querer buscar a mi familia. Mi maldita inestabilidad emocional me estaba aniquilando poco a poco.
Me senté en la cama encendiendo la luz. Lo primero que vi fue mi reflejo en el espejo frente a la cama. Veía mi reflejo, pero realmente no me sentía como la que estaba ahí. No me sentía yo. Me faltaba eso que amaba de mí y que sentía que poco a poco se alejaba.
No, en realidad, yo lo estaba alejando por inseguridad, miedo a dañarme, pero lo necesitaba más que nada y su ausencia ya me estaba desesperando sobre manera. Necesitaba que Jack volviera de Japón.
Mi alma pasiva ya no necesitaba más pelea, silenciaba a mi orgullo porque era más grande que otra parte de mí. Decidí que, confiar en que no respondería a Rapunzel era mi única opción.
⸎⸎⸎⸎⸎
Ese mismo día iba a comenzar a trabajar en el restaurante en el que Eugene me recomendó. Me había dicho que si me gustaba podía quedarme, pero sino, que no me sintiera obligada a permanecer ahí.
El uniforme era simple, pero muy formal. Una falda negra de cintura alta ajustada, una camisa blanca manga larga de botones y unos tacones negros altos. Que en realidad no sabía cómo iba a soportar hasta la noche.
— ¿Entendiste? — preguntó amablemente una chica de apariencia asiática, de cabello negro y corto hasta los hombros después de explicarme la manera de atender a las personas cuando entraban al restaurante o reservar una mesa — Sino, puedo explicarte nuevamente.
— No, estoy lista para empezar.
— Bien, te deseo suerte. Estaré por aquí si necesitas ayuda. ¡Oh! Por cierto, mi nombre es Mulan.
— Mucho gusto, soy Elsa.
Asintió sonriente — Suerte, Elsa.
Estiré nerviosamente mi falda, que por cierto ya estaba más que recta, al ponerme tras el mostrador frente a la puerta. En él se encontraba una tableta donde fácilmente localicé el número de mesas reservadas y cuales estaban disponibles en ese momento. Justo como lo había explicado Mulan.
En realidad, el trabajo no era tan difícil y poco a poco mis nervios iniciales fueron casi nulos. Dar la bienvenida, anotar y guiar a las personas a su mesa no era la gran cosa. Ahora bien, los zapatos estaban aniquilándome.
A eso de las ocho de la noche, el restaurante estaba repleto de personas. Unas esperando que algunas mesas se vaciaran y otras personas entraban a ocupar su lugar de reserva.
Una familia se acercó a preguntar si su reservación estaba lista, entonces solo revisé para confirmar.
— Sí, por supuesto. Por aquí, por favor — tomé cinco menús y los guie a través del restaurante hasta una mesa en el centro del lugar y puse los menús frente a cada uno de ellos una vez que tomaron sus asientos — Un mesero estará aquí en un instante para atenderlos, sean bienvenidos.
— Muchas gracias.
Al volver a mi lugar, Eugene estaba momentáneamente atendiendo a una pareja que recién llegaba, pero no tenían lugar apartado, así que debían esperar a que alguna mesa estuviera vacía.
— ¿Qué tal tu primera noche?
— No está nada mal, a decir verdad. Pero los tacones...
Eugene río sencillamente — Todas las chicas se quejan de eso al inicio. Luego hasta ellas mismas proponen otros tipos de tacones.
— Están locas — negué con la cabeza — Podría mutilarme los pies ahora mismo.
— Debo irme, me necesitan en la cocina.
— ¿Y por qué has venido hasta acá entonces?
— Quería asegurarme que todo estuviera bien contigo — sonrió amablemente — Bien, me voy.
Volví a colocarme en mi lugar esperando que alguien entrara por esa puerta y se acercara a mí. Entre vi en mi celular una llamada perdida de Jack... bueno, asumí que eran varias, pero no podía contestar. Lo cual era horrible, porque necesitaba hablar con él.
— Buenas noches.
Alcé la mirada para volver a mi trabajo. Una mujer unos centímetros más baja que yo se presentó ante mí, un cabello rubio dorado envidiablemente recogido y en perfectas condiciones, unos ojos grandes y de color verde me miraban con atención y una sonrisa modesta surcaba por su rostro bronceado.
— Buenas noches, bienvenida a Salt&Pepper, ¿quiere una mesa o posee una reservación?
— De hecho, vengo a ser una reservación para tres personas. ¿Qué días tienes disponibles, Elsa?
— Un momento — comencé a revisar la tableta, hasta que fui consciente de que esa mujer había dicho mi nombre. Alcé de nuevo mi vista hacia aquella mujer, ahora con una sonrisa llena de gracia en sus labios rosados — ¿Cómo...? — sacudí mi cabeza confundida — ¿Cómo me conoce?
Su risa llena de sorna provoco que mi estómago de revolviera y en realidad, que me provocara algo de vergüenza. Comencé a analizar todo de ella, y cada segundo se me hacía mucho más conocida. Pero ¿dónde?
— Que linda... un poco simple, pero valdrás la pena, también. Estoy segura que a Jack le fascinará escuchar lo que tengo en mente para nosotros.
Fue ahí, cuando los niveles inhumanamente insanos de ira me inundaron como cargas de petróleo sobre fuego. Mi mandíbula de tenso peligrosamente fuerte y mi pecho se oprimió. ¿Jack le habría contestado ya? ¿por eso me estaba llamando?
— Rapunzel.
Sonrió lánguidamente — Un gusto conocerte, Elsa.
😡
😡
😡
😡
😡
😡
😡
😡
😡
😇
😆
¡Recueeeerdenmeee! ¡Me tarde mucho lo sé, recuérdenme! No lloren por favor, las llevo en mi corazón y cerca me tendrán, seguido actualizaré soñando en... ah... ya no sé con qué más rimar :v
¡Perdón! De verdad. Les dije a muchas que haría un maratón, y lo haré, solo que será después de este cap. Ya las dejé mucho tiempo sin actualización y no quise hacerlo, ya que cuando escribo un maratón me tardo más. Así que mejor les dejo este cap y empiezo ya el maratón para que no sientan mucho... espero.
Ahora, hablando del capítulo xD
¿Qué piensan? ¿Les gustó? ¿Creen que Jack le contestó a Punz? Y de ser así, ¿Qué pensarían de él? 7u7r
comenten #PerdonoLaTardanza si llegaste hasta aquí... oh, vamos, sé que me aman TuT
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro