28 3/3
Ultimooo capítulo del maratón :3 lo siento si tarde y si el maratón fue muy corto :)más adelante haré otro maratón más largo y con capítulosseguidos. Lo prometo :3 mañana en la noche subiré el capítulo EXTRA XD van aamarme, odiarme, lo que venga primero está bien ;) otra vez lo siento si hay faltas hortografícaz pero está salido del borrador xv
¡Disfruten el capítulo!
********
Yo me sentía muy confundida, pero agradecía que al menos, no era la única en esa situación.
— Un momento, ¿ustedes se conocen? — preguntó el castaño haciendo una mueca con los labios, luciendo completamente perdido.
Mérida le sonrió — Fue hace mucho tiempo.
— Sí, fue hace mucho — una respuesta tan corta que no dijo nada. Pero, yo iba a exigir una luego — ¿Entramos?
— No, no, no, espera — parecía que Hiccup quería una respuesta más allá de esa — ¿De verdad se conocían antes? ¿Mer por qué no dijiste nada?
— No sabía que hablabas de este Jack — ella se rió, como si no fuera algo importante. Luego me miró a mí con una sonrisa juguetona — Lindo collar. Es obvio que tenemos muchas cosas de qué hablar.
Yo me crucé de brazos, aun sin poder decir nada. Sin saber exactamente que pensar. Solo miré a Jack. Él era un amo, y por lo que sabía nunca había dejado de serlo. La única relación que podrían haber tenido es esa. ¿Mérida había sido sumisa? ¿sumisa de Jack?
— Bueno, yo quiero una explicación más allá de todo esto. Y supongo que ella... oye, espera, yo te conozco — ese cambio me tomo por sorpresa. El ojiverde me sonrió — Trabajabas en la mansión de mis tíos, ¿cierto?
Asentí con mi cabeza — Sí.
— En serio, entremos. Deben estar cansados, ¿verdad?
— De hecho, sí — admitió Hiccup suspirando cansadamente — Viajar desde Las Vegas ha sido lo peor. Pero ¿sabes? Creo que deberíamos ir algún día. Debes relajarte, señor-paso-como-burro-todo-el-día-en-una-oficia-ganando-millones.
Jack enarcó una ceja divertidamente — ¿Eso fue alguna clase de insulto?
— Insulto, burla. Tómalo como quieras, canoso — Hiccup rió burlonamente en su cara.
— Demonios Haddock, déjame ir a lamentarme en mi Jet privado mientras seco mis lágrimas con billetes de cien.
Y la risa de su primo desapareció — Tu eres el ser humano más terrible de esta tierra, ¿lo sabes, cierto?
— Sí, lo sé — sonrió y miró nuevamente a Mérida, haciendo un gesto con la cabeza invitándola a entrar.
Mer me sonrió y me guiñó un ojo antes de caminar con su novio y entrar — Jack, por cierto — ella giró a verlo de pronto un poco serie y trató de hablar en un tono bajo de voz — El otro día en Las Vegas encontré a Punz... dijo que vendría a verte pronto.
Noté como él simplemente se tensó ante eso, aunque trato de disimularlo — Hablamos eso luego, ¿quieres?
Ella asintió y entró a la casa junto al castaño, quien le pedía algún tipo de respuesta, pero ya no pude escuchar más de su conversación.
— ¿Piensas quedarte ahí? — preguntó Jack se acercaba a mí con una media sonrisa en su rostro — No fue nada importante, además, como ella dijo, fue hace mucho tiempo.
— Ella... — cambié mi peso de un pie a otro — ¿fue tu sumisa?
Exhaló aire, como debatiéndose en decirme o no la respuesta. Finalmente asintió — Algo así, no lo fue del todo.
— Ah... ¿y cómo es eso?
— Te explico luego, ¿de acuerdo? — alzó mi barbilla y me dejó un corto beso — Entremos.
Bien, eso era una mierda, no quería enterarme de que mi mejor amiga folló con mi amo. Aunque ya pasó, sentía un piquete doloroso de celos. Digo... Mer siempre supo que el me gustaba. Oh, pero maldita sea, ¿qué esperaba teniendo una amiga de ultimo año? Mérida se graduó tres años antes que yo, y desde entonces no sé nada de ella. No sé ni siquiera como llegamos a ser amigas, pero lo éramos.
— Entremos.
No sabía exactamente qué pensar, de verdad era como... ¿cómo fue que pasó eso? ¿Mérida siendo sumisa? ¡Ella sería todo menos eso! Oh bueno, al menos cuando la conocí lo hubiera creído, pero lo cierto es que han pasado tantos años que ya no sé qué fue de ella. Perdimos comunicación.
No hablamos mucho cuando entramos, Hiccup y Mérida estaban agotados así que decidieron ir a descansar. Sin embargo, el sueño que tenía fue reemplazado por esa curiosidad que me carcomía como termitas en madera. Maldita sea, debía saber sobre todo eso. Sobre todo, de esa mujer que vendría a verlo quien sabe cuándo.
Trencé mi cabello para ir a la cama y me puse algo mucho más cómodo para dormir... Lo que era nada, ya que a mi dulce amo le placía que yo durmiera desnuda. Aunque no fue tan malo, así mi culo no se sentiría lastimado al contacto de la tela. Maldita sea, ese ardor lo tendría por días.
Me acosté en la cama con tanto cuidado como pude y me recosté de lado. Jack apagó la luz y entonces subió a la cama, atrayendo mi cuerpo hacia él.
— Conocí a Mérida hace casi seis años, en un club Ds que está en Las Vegas — acomodó su cabeza en la almohada más grande e hizo que me recostara sobre su pecho — Yo tenía veinticuatro años, ella veinte. Había ido simplemente porque me invitaron. Ella me reconoció y se acercó, hablamos un poco ya que era extraño verme en un lugar así, ya que ¿por qué tendría que saberlo todos? Igualmente era extraño para ella. Como sea, pregunté qué hacía ella ahí. Aún recuerdo lo roja que se había puesto, la habría considerado como mi sumisa de no ser que le atraía ser domina.
Mis ojos se abrieron — ¿Domina? ¿de verdad?
— Sí.
— ¿Y cómo dices que fue tu sumisa?
— Bueno, me pidió tutela de cómo podría ser una Domina — bufó — Al principio me negué, pues es más fácil que le enseñe una mujer. Por obvias razones. Pero ella no conocía a nadie y confiaba más en mi por haberme visto antes.
— Entonces fuiste su tutor.
Esta vez, se tardó más en responder. Suponía que recordando — Al inicio sí. Era más teórico y eso. Pero pasábamos mucho tiempo juntos y una cosa llegó a la otra.
— Y terminó siendo tu sumisa.
— Sip, ¿irónico, no?
— Un poco... ¿y qué pasó?
Rodó los ojos — Era bastante respondona y me sacaba mucho de quicio. La domina que vivía en ella no la dejaba ser tan sumisa. Al menos no como a mí me gusta que lo sean. De todos modos, a ella le gustaba el hábito de aprender a ser sumisa, por lo que sé, ahora es una Ama Switch.
— ¿Qué es una Switch?
— Es una persona que le gusta ejercer dos roles, de ama o sumisa.
— Oh... — me removí en la cama — y tu... ¿sentiste algo por ella?
Por el infierno, yo debía dejar de ser tan insegura.
— ¿Más que una profunda desesperación? Supongo que sí — se rió — Pero nada amoroso, de eso estoy infernalmente seguro.
Eso me hizo sentir un gran alivio — ¿Cuánto duró lo suyo?
Lo pensó — La tutela seis meses y ella como sumisa, ocho meses. No terminamos en malos términos, pero muy rara vez hablábamos.
— Ya veo... — y después de ese pequeño casi interrogatorio, creía que podía sentirme tranquila, pero no fue así. Quería preguntar algo, pero suponía que ya había hecho muchas preguntas y que iba a desesperarlo.
Cuidadosamente Jack jaló mi rodilla hasta ponerla entre las suyas, y su brazo en mi cintura me pegó más a su cuerpo. Me acurré poniendo mi mano en su pecho. Dios, amaba que me quisiera tener más cerca, justo como yo deseaba hacerlo.
— ¿Qué tienes?
— ¿Qué?
— Es que estabas muy habladora y de pronto te has callado.
Exhalé lentamente por la nariz — No quiero hostigarte con muchas preguntas.
— Sabes que eso no me molesta, adelante — me sonrió con comprensión en su mirada.
Lo dudé, lo dudé mucho, pero Dios santo, debía hacerlo — Esa Punz... es ella, ¿verdad? La sumisa con la que estuviste varios años...
Y así de fácil, esa sonrisa se borró como si nunca hubiera existido — Sí, es ella.
— ¿Aun hablas con ella? — quería tragar caucho con cada palabra, pero quería saber. Más bien, necesitaba saber.
— Lo hacía... es muy raro que lo haga — se encogió de hombros — No tengo porque hablar con ella, al menos no como antes.
Sentí un vacío profundo en mi estómago.
— ¿Entonces por qué lo haces? — y era algo que no podía detener, sí, hablo de los celos — Si no tienes que hablar con ella, ¿Por qué lo haces?
Y él no tardó en detectarlo. Se rió suavemente — Estás celosa.
No era una pregunta porque él sabía exactamente como me sentía, así que ¿para qué ocultarlo? — Sí, estoy celosa. ¿Tú no lo estarías si yo hablara con... algún ex?
Así solo tuviera uno. Que ridícula.
— Elsa, yo me pongo celoso hasta cuando alguien insinúa mirarte.
Eso casi me hace sonreír... bueno, lo hice, pero solo por dentro — Entonces sabes cómo me siento... — me acomodé en la cama de forma que nuestros rostros estuvieran a la altura — Yo seré tuya, Jack Frost... pero tú también eres mío.
Lo declaré, lo dije desde lo más a tope de mi ser. Lo creía, lo sentía real. Él era mi amo. Era mi dueño. Era por quien yo despertaba, dormía, me ponía de rodillas y me entregaba con el corazón y la mente abierta. Porque... con él así era, yo le pertenecía y era libre. Estaba de rodillas y era adorada por él. Me castigaba y me guiaba. Yo era su zorra y su reina. Siempre supe quién soy. Soy su sumisa.
Él me miró por largo rato con sus ojos azules de acero, aquellos que eran impenetrables para mí. Una sonrisa ladeada apareció en sus labios — Así que ahora te pertenezco.
Lo dijo con tal ironía que casi me hace romper a llorar — Eres mi amo... de nadie más.
No dijo nada. Absolutamente nada. ¿Por qué tenía que decirlo? Él lo sabía. Sabía que era mi amo. No tenía que esperar que yo o alguien más lo dijera. Pero él que no dijera nada me quebró. Puede que... solo uno de los dos sienta algo. ¿Cómo él sentiría algo por mí en tan solo cuatro meses, cuando con aquella mujer estuvo cuatro años? ¿cómo yo podía ganar en un amor de esa magnitud? Quería matarme mentalmente por haberme enamorado tan rápido de él, pero no podía evitarlo. No podía mandar sobre mi corazón, un lugar donde Jack gobernaba sin piedad. Tenía el total poder de construirme y destruirme en segundos. Yo le había dado ese poder y no veía como quitárselo.
Y eso tarde o temprano iba a aniquilarme.
¿Qué iba a pasar cuando el contrato terminara? ¿qué iba a ser de mí... de nosotros? Si es que había uno.
********
Se terminoooo el maratón. ¿Se dieron cuenta? El maraton solo paso como una tarde y la noche del mismo día xD que rayos
Cambio y fuera xD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro