Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

27 2/3

Maratooooon Xd aunque me tarde en todoxD los siento, hago lo que puedo, estoy escribiendo en otras historias :3 hahaha comenten mucho para que yo sienta la presión de grupo y actualice más rápido Xd LAS JAMO :3

pd: Lo siento si hay errores, está salido del borrador :'v

¡Disfruten el capítulo!

*********

Desperté en mi peor momento. Estaba babeando sobre la camisa de Jack.

¡Maldita sea si eso no era vergonzoso!

Me había quedado completamente dormida en su pecho después de no sé cuánto tiempo de llorar, y sentía que realmente había descansado mucho. Cuando abrí mis ojos él veía televisión y ya estaba oscuro. Yo tenía mucha hambre.

Relamí mis labios y me acomodé un poco en sus piernas, pero fue un gran error, tan rápido fui consciente, mi trasero pedía auxilio. Me dolía mucho. Más bien, me ardía como nunca.

— Dormiste bien, ¿eh? — dijo en ese tono burlón que tanto me gustaba y me avergonzaba.

— Yo... supongo que sí.

— ¿Supones? — una profunda risa brotó de él — ¿Sabes? Nunca te había escuchado roncar.

No solo mi culo ardía, mis mejillas también comenzaron a hacerlo — Solo quieres hacerme sentir miserable, ¿verdad? — alce mis ojos hacia los suyos.

Dejó un besó en mi frente — ¿Cómo te sientes?

— Dolorida y... — dejé mi respuesta en el aire. No quería continuar, aunque sabía que él me lo pediría.

— ¿Y? — buscó mi respuesta, como lo supuse.

Llevé un mechón desordenado de cabello detrás de mi oreja — Es que yo... creí que lo soportaría, como siempre, pero no y dije la palabra de seguridad...

No respondió de inmediato — ¿Temes haberme decepcionado?

— ¿Lo hice?

Su cabeza se sacudió en negación — No, Elsa, no lo has hecho.

Sonreí aliviada y besé su mejilla — Me alegra entonces.

Tomó mi barbilla en su mano y me besó. Me encantaban esos besos, que no sabían a tranquilidad, aunque estuviéramos así, más bien me sabían cómo un gran tsunami de emociones. Sus labios impregnaban fogosidad y deseo en los míos, su lengua dominaba la mía y sus labios me hacían ponerme mentalmente a sus pies. Me entregaba en cada beso, deseaba darle lo mejor de mí en un solo beso.

Dejó de besarme y me miró a los ojos — ¿Quieres descansar en la cama?

— No... bueno, en realidad quiero tomar una ducha y comer algo. Muero de hambre — suspiré cansadamente — Y luego seguir durmiendo no me quedaría nada mal.

— Eres una dormilona — se rió suavemente mientras me ayudaba a ponerme de pie — Date la vuelta.

Giré sobre mis talones y crucé mis brazos bajo mi pecho para no dañar mis rojos pezones. Sentí sus ojos analizando especialmente mi trasero, supongo que, verificando cuánto daño me hizo.

— Sin embargo, Elsa — dijo de la nada, escuchaba pesar en su tono de voz — El que hayas dicho la palabra de seguridad me hizo alertar el nivel de fuerza que apliqué en ti.

Su mano tocó por un breve momento mi trasero, yo me aparté un paso al frente tan rápido como lo hizo, siseando con dolor. Me ardía el más simple toque.

— Lo siento, no debí castigarte estando demasiado enojado.

Eso me sorprendió como nunca. Voltee a verlo — ¿Estás pidiéndome disculpas, Jack?

Una suave sonrisa se dibujó en sus labios, se acercó a mí y besó mi frente — Hasta yo sé cuándo me he equivocado, Elsa. No sería un buen amo si no te pidiera disculpas.

Comencé a escuchar el golpeteo de mi corazón de lo fuerte que latía, incluso sentía ese vacío en el estómago que se me ponía caliente. Y no, no era el hambre, sabía que sensación era esta. Y la odiaba, la amaba.

Jack se inclinó hacia mí, sus labios dejaron suaves besos en mis mejillas calientes — Vamos, preciosa, sé que quieres algunos mimos.

Oh, sí. De verdad los quería.

Caminamos a nuestra habitación, donde giró la llave del agua caliente de la tina, también niveló la temperatura con agua fría.

No me dejó hacer nada, ni siquiera dejó que yo soltara mi cabello. Todo lo hacía él, quería mimarme y yo iba recibir todo con gusto y gratitud. Aunque no puedo negar que las mariposas en mi estómago solo aumentaban, como lo harían en el de una chiquilla de quince años. Me gustaba sentirme cuidada por él, realmente me gustaba.

Aplicó un poco de esa crema antiinflamatoria para mis glúteos un tiempo antes de dejarme espacio en la tina. Para cuando mi trasero tocara la porcelana. Aunque por ser ese material no me dolería mucho, lo que sí sentiría era la presión de mi cuerpo contra mi torturado culo.

Él también se sumergió detrás de mí, me tenía entre sus fuertes y protectores brazos. La tina era demasiado grande, cabíamos muy bien en ese espacio. Así como en todos, al menos así lo sentía yo.

El agua se sentía bien, no estaba caliente y tampoco fría, estaba perfecta. Justo como yo me sentía.

Jack comenzó con suaves masajes en mis brazos, las marcas de la soga no desaparecían, pero los círculos que realizaban sus manos eran simplemente relajantes. Mis hombros fueron los siguientes en su lista de caricias. Los había tenido tensos hasta el momento en el que él actuó en esa zona. Era relajante.

— ¿Se siente bien? — preguntó, pegando sus labios a mi oído, su voz se escuchaba profundamente seductora.

— Mjmm — respondí echando mi cabeza hacia atrás — gracias, Jack... eso se siente bien.

Se rió, casi como un murmuro — ¿Solo bien?

— Excelente, perfecto, y todos los sinónimos de esas palabras que gustes — me reí junto con él, sentí su pecho vibrar y él sintió el mío — ¿Tú estás bien?

— ¿A qué te refieres?

— ¿No atraviesas otro golpe de culpa por mi trasero? — comenté con un toqué divertido y juguetón en mi voz. Me voltee un poco para verlo, su masaje se detuvo, pero sus brazos rodearon mi cintura.

— No, tu trasero lo merecía. Lo sabes.

Hice un mohín con los labios — ¿Ni siquiera un poco?

Sus ojos analizaron los míos por un momento, aunque sinceramente sentí que me quería transmitir algún mensaje que por mucho que me esforcé, no logré comprender. No lograba pasar esos oscuros ojos azules que parecían estar cubiertos de una pared de acero blindado. ¿Qué escondían esos ojos azules?

Finalmente dijo algo.

— Me preocupé, ¿entiendes? — me acomodé hasta quedar de rodillas entre sus piernas, el agua escurría de mi cabello a mis pechos, los cuales por un momento tuvieron atención especial de sus ojos de acero, luego volvieron a los míos — No creí que dijeras tu palabra de seguridad, y cuando la gritaste con tal desesperación... Estaba enojado, realmente lo estaba, pero aun así no debí excederme. He prometido ser paciente contigo y quiero cumplirlo...

No dijo otra cosa por un momento, solo me miraba.

— ¿Qué piensas?

Sonreí un poco — Has sido bastante paciente conmigo, de verdad. Estabas enojado por lo que hice, me castigaste y no lo soporté. Fue eso... no creo que dejes de tenerme paciencia, que, por cierto, siempre encontraré la forma de sacarte de quicio — bromeé acercándome más a él haciendo que el agua se moviera un poco, pero no se derramó... no aún.

Él se rio abiertamente — ¿Dónde estaría lo divertido si no?

— Lo sé — recorrí ese trabajado abdomen con mis manos hasta llegar a su pecho, sus ojos siguieron mis movimientos — ¿Dónde estaría lo divertido?

Y esa sonrisa seductora suya se dibujó en su rostro. Esa que me decía: Voy a follarte. Aquí. Ahora.

Mis piernas fueron capturadas por sus manos y me jalaron para ponerme a horcajadas sobre él, el agua desbordó gracias al brusco movimiento, pero fue lo de menos. Rápidamente mis labios chocaron con los suyos, los busqué con tanta necesidad y urgencia que daba terror el nivel que yo quería sus besos. Enterré mis dedos en su cabello mojado y sus duros brazos abrazaron mi cuerpo levantándome para acomodarme mejor sobre él.

Sus labios devoraban los míos, le devolvía el beso con cantidad de placer y adoración que yo le quería entregar, y se trataba de todo. Lo adoraba, amaba a mi amo. Pero sin duda alguna, temía hacerlo. Eso no me detenía, quería ser la mejor para él, ser perfecta para él. Ser suya y solo suya. Y quería demostrar que lo era así sea solo en un beso.

Jack tomó y apretujó mi trasero en sus manos, lentamente sentía como su miembro corrompía mi vagina al penetrarme.

— ¡Jack! — gemí en sus labios interrumpiendo ese glorioso beso. Empujó mi cadera y entonces, fuertemente terminó de introducirse en mí — ¡Ah!

— Querías esto, ¿verdad, zorrita? — empujó dentro de mí con fuerza arrebatándome otro grito — ¿Quieres tu orgasmo después de ser castigada?

— Sí — resollé iniciando a subir y bajar mi cadera sintiendo esa oleada de placer desbordante. Me sujeté de sus hombros — Por favor...

Tomó mi cadera con fuerza y me detuvo justo cuando su miembro estaba completamente dentro de mí. Quería moverme, de verdad, pero parecía que él solo quería jugarme más torturas.

— Levanta tu pecho — su voz se profundizó mucho más, cargada de excitación — Tus manos hacia atrás.

Llevé mis manos a mi espalda y automáticamente mi pecho se levantó, fueron completamente atendidos por los ojos de mi amo. Él se encargó de aprisionarme y no dejó que me moviera, al menos mis brazos.

Estaba temblando de fogosidad, quería que él siguiera follándome. Lo quería.

Empujó dentro de mí y sentí cada centímetro de él en mí, se apreciaba magnifico. Las sensaciones se juntaban las de mi cuerpo y las de mi corazón. Era como un maldito ciclón en mi ser. Me bombardeaba de embestidas fuertes, crudas y deliciosas. Me tenía gimiendo y levantando mi cadera al compás de él.

Sus labios desperdigaron besos en mi cuello y bajaban por mis pechos hasta llegar a mis pezones, un tirón de dolor se mezcló con una fuerte de gusto. Se sentían adoloridos por mi castigo, pero, se sentía jodidamente bien cuando su lengua tomaba posesión de ellos, cuando lamía y succionaba en sus labios mis puntas rosas, llegaba a mi orgasmo mucho más rápido gracias a eso.

Eché mi cabeza, apreté mis piernas contra él y constantemente mi cuerpo se arqueaba con los espasmos, preparando a mi cuerpo para su explosión. Me encantaba poder ser la responsable del placer de mi amo, escuchaba y sentía el placer que Jack recibía también. Me excitaba sobre manera poder ser quien lo satisfacía. Escuchando sus roncos gemidos que me provocaban besarlo más profundo.

Colapsé. Él colapsó. Nos derrumbamos juntos, la conexión que nos llenaba fue indestructible por un excitante y chispeante momento. Que sin duda deseaba que fuera eterno.

Jack tomó mis mejillas y me besó, fogoso e intrépido beso del infierno. Lo amaba, maldita sea, de verdad... estaba aterrada de eso. Pero no podía evitarlo.

— ¿Y ahora cómo estás? — preguntó mirándome a los ojos, con la respiración tan agitada como la mía.

Él me lo preguntaba, pero yo sabía que él estaba al corriente de mi respuesta. La sabía. Mis ojos eran un libro abierto de mis sentimientos hacia él. Sin embargo, yo nunca podía atravesar las puertas de acero que tenía por bellos e hipnóticos ojos azul rey.

Sonreí sinceramente — Estoy bien. Me siento perfecta en todos los aspectos.

— ¿Y qué aspectos son esos? — inquirió ladeando su cabeza con curiosidad.

— Bueno... después de ese castigo arrollador merecía un delicioso orgasmo, ¿no crees?

— En realidad no.

Ladee mi cabeza — ¿No?

— Tu más que nadie sabe que no.

Sonreí juguetonamente — Entonces, ¿por qué me lo has dado?

No respondió precisamente de inmediato — Cuando se trata de ti, no puedo ni siquiera considerar no tocarte.

Cuando decía cosas así, solo podían llegarme a dos partes: A mi orgullo como mujer, y a mi mente como sumisa.

— Mentí, no estoy bien en un aspecto — le besé, cuando su rostro contrajo una mueca de confusión — Tengo mucha hambre.

Una risotada salió de su boca abiertamente juguetona — Bien, me lo imagine. ¿Cocinamos algo o prefieres salir a comer?

— No me creo completamente capaz de caminar, así que sí, preparemos algo para comer.

— Bien — rio suavemente, luego desvió la vista y soltó un bufido — Pero antes debemos secar todo esto.

Está vez, simplemente fue mi turno de soltar una carcajada — Estoy de acuerdo, así que a moverse.

— Nena, tú estás encima. A no ser que prefieras que yo esté dentro de ti toda la noche, que, por cierto, por mí no hay ningún problema.

Enarqué una ceja — Eso no representaría un problema para mí — lo besé por un segundo — Pero mañana tengo que ir a la universidad, y si no te molesta, quisiera caminar bien.

Siempre cuando él salía de mí interior, me sentía parcialmente incompleta.

Salimos de la bañera y luego de secarnos y ponernos algo cómodo, limpiamos el piso del baño, costó mucho más de lo que imaginamos, pero terminamos rápido.

Cocinar juntos fue algo realmente divertido, hablar y jugarnos algunas bromas se nos daban bastante bien. Y la comida fue lo mejor, con un vino seleccionado por él fue el mejor acompañante. Se sentía bien un rato así.

Pasamos un rato sentados en el sillón decidiendo que ver.

— Las películas de antaño no son lo mío, para serte sincera — comenté acomodándome de lado, de forma que mi trasero no tuviera más contacto con nada.

— Oh por favor, debería matarte por solo decir eso. ¡Son clásicos!

— Lo sé, lo sé, ¿pero que tenía esa gente con los zombies? Digo, los seres vivientes con hambre de... de cerebros, no tienen nada de gracia.

— ¿Y qué me dices de Star Wars?

Negué con mi cabeza haciendo una mueca con mis labios — Son largas y aburridas.

Una risa hizo vibrar su pecho — Vamos, ven acá, debo castigar ese trasero de nuevo.

— ¡Hey! — me reí a carcajadas — ¡No es justo!

Me tomó en sus brazos jalándome hacia él hasta que, si mano alcanzó mi trasero y lo palmeó un par de veces, para ese momento no paraba de reírme.

— ¡Qué infantil! — le reproché entre risas.

Escuchamos que alguien tocó la bocina de alarma en la entrada, como si alguien quisiera entrar.

— ¿Esperas a alguien? — pregunté arreglándome la falda de mi vestido.

Frunció su entrecejo por un momento, como recordando, pero entonces su rostro pareció recordarlo y luego solo se quejó con una maldición baja — Hiccup, lo olvidé por completo.

— ¿Tu primo?

— Sí.

Caminó hasta la puerta de entrada y presionó el botón para hacerse escuchar afuera — Dijiste que sería hasta mañana.

— ¡Oh, vamos canoso! — la voz estrepitosa y divertida salió de la bocina — ¡Abre la puerta! No vengo solo, no me hagas quedar mal, ¿sí?

— Como si necesitaras ayuda para eso.

La puerta del frente se abrió y escuché el motor de un auto bastante grande, cuando este estuvo frente a la ventana, me di cuenta que se trataba de una camioneta Hummer. Jack me tendió la mano para ir hacia él, cuando la tomé entrelazó sus dedos con los míos

— ¡Hola! — Saludó entusiasmado el castaño bajando del auto — No sé porque siento que olvidaste que vendría.

— ¿Cómo podría olvidar la llegada de la persona más insoportable de la familia?

— Payaso — bufó rodando los ojos, pero luego giró su rostro al auto — Vamos, no pasarás la noche arreglándote el cabello — miró a Jack de nuevo... oh bueno, no, me miraba a mí. Sonrió carismáticamente — Linda chica, primo, ya era hora. ¿No te importa que haya traído a la mía cierto?

Simplemente negó con la cabeza y susurró para mí — Siempre hace lo mismo, luego lo dejan y se desahoga en el cuarto del x-box.

— Bueno, esperemos que esta vez no sea así.

La otra puerta del auto se abrió y de ella bajó una bella chica alta con el cabello más rizado y rojizo que yo haya visto en la vida.

Una sonrisa se dibujó en su delicado rostro, al igual que a mí. No podía creerlo.

— ¡Mérida!

— ¡Elsa! ¡Oh mi Dios! — me solté de Jack y ella cerró la puerta del auto para casi correr hacia mí — ¡Han pasado años!

Años, muchos, muchos años desde el último abrazo con mi mejor amiga. ¡Era increíble! Abrazarla casi me llevó a visitar a mi tiempo en la escuela, cuando bromeábamos y nos metíamos en problemas por culpa suya. Aun así, nos divertíamos como nunca con Eugene, también.

Ambas nos soltamos y me sentía completamente feliz de verla de nuevo. Pero no sé si fui yo u otra cosa, pero cuando miró hacia Hiccup y Jack, su rostro cambió a uno de reconocimiento.

— ¿Jackson?

Miré a Jack, él simplemente negó con la cabeza y le sonrió — Hola Mérida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro