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Ya saben las reglas ;)
Si las incumplen pausaré la historia de nuevo T-T
(Letra, número y palabra)
No L×L
No N×N
No P×P
Cap dedicado a andrepinzon sé que la huelga te cansa, pero sé eres escritora y en el fondo entiendes <3
¡Disfruten!
*:*:*:*:*:*:*:*:*
Llegamos el taxi paró unos metros más allá a la puerta y yo sin razón aparente me reía de la golpiza que iba a recibir. Ya veía mi trasero más rojo que un tomate. ¡Un tomate!
Eugene me miró raro cuando me reí de mi pensamiento.
— Mujer, definitivamente no vas a volver a beber en tu vida. Las margaritas no embriagan así de rápido.
Bajamos del taxi y él le pagó al conductor un poco más para que lo esperara.
— Yo no estoy ebria, solo mareada — señalé arreglando mi vestido.
El lugar estaba un poco oscuro y al tratar de caminar mi pie se hundió en el césped haciendo que me cayera. Me reí de mi caída.
— ¡Elsa! — Eugene me ayudó a ponerme de pie y me cargó en sus brazos, el movimiento hizo que mi vestido se subiera un poco mostrando mis piernas — Eres un desastre, Elsa, no has cambiado nada.
— Yo no voy a cambiar — tiré mi cabeza para atrás.
— Eso espero — por alguna razón beso mi frente.
Caminó un poco hacía el portón negro, y ahí estaba mi muy enojado y sexy amo. Dios, ese hombre me hacía mojar las bragas con su sola presencia.
Había una mujer a su lado... Ah, Tiana. Lucía muy preocupada.
— Buenas noches — saludó Eugene cortésmente dejándome en el suelo y tomó mi cintura cuando me balances un poco — Lamento si tardamos, había tráfico.
— No importa — la voz imponente y gruesa de Jack se hizo presente. Se notaba que le costaba ser amable — Gracias por traerla.
Yo le sonreí, me acerqué a él y lo abracé — Que bueno que — hipé — estés aquí.
Él se limitó a mirarme y tomar mi cintura — ¿Cuánto bebió?
— Solo cuatro bebidas — dijo Eugene como abrazaba a Jack... Jumm eso era raro, raro, raro.
— ¿Solo cua...? — sacudió su cabeza. Luego su mandibula se tensó un poco — Como sea, gracias por traerla de todos modos.
— No iba a dejarla — replicó de inmediato — Adiós Els.
Se dio la vuelta y siguió su camino.
— Bye — lo despedí sacudiendo la mano.
— Tiana ve a preparar la tina con agua helada — ordenó Jack guardando su enojo.
La vi asentir antes de irse hacer lo que le pidieron.
Lo miré — Yo sé que estoy en problemas — hipé de nuevo — pero... Pero...
Hice una mueca de asco al sentir el ácido subir por mi garganta. Empujé a Jack y para mi suerte los botes de basura estaban cerca. Me incliné sobre ellos y dejé que el fluido amargo saliera de mi estómago. Asco, asco, asco. La última arcada lastimó mi garganta y luego caí al suelo limpiando mi boca con mis manos.
Jack me tomó y me cargó como lo había hecho Eugene.
— Al menos sabes que estas en problemas. Eso me lo facilita todo — espetó mirando al frente.
— Y yo al menos sé que... Ah... No sé — me reí — ¿Qué tal el viaje?
— Elsa cállate — ordenó con brusquedad.
— Oki — respondí y me dejé caer sobre él.
Cuando entramos fuimos directo a la habitación y Tiana estaba fuera.
— Ya está hecho señor.
— Bien, puedes irte.
— Sí señor Frost.
Al pasar por ella la despedí sacudiendo la mano, pero ella me miró preocupada antes de irse.
Llegamos a la habitación de baño y vi la bañera hasta la mitad de agua de helada.
— ¡¿QUÉ?! ¡NO, ¡NO, ¡NO, ¡NO, ¡NO, NO! — me aferré a su chaqueta como una gata cuando van a mojarla. ¡Era maldita agua con hielo!
— Solo vas a lograr que me enoje más Elsa, suéltate — ordenó neutralmente... Neutro, ¿eso era bueno o debía darme miedo? — Solo así vas a quitarte esa borrachera.
Mi respiración se agito, pero me solté antes de empeorar me situación... Entonces él se inclinó y el agua malditamente helada cubrió mi cuerpo entero.
— ¡Ah! — grité antes de ser hundida en el agua.
La sentía hasta en mis huesos, pero, demonios, si fue como si me cortaran la borrachera con una tijera... Una muy fría. Después de unos segundos bajo el agua yo necesitaba salir y tomar aire, además estaba de nuevo en mis cinco sentidos, y al estar bajo el agua, me di cuenta de lo que había hecho. Maldita sea, sí que estaba en problemas.
Me dejó salir y aspiré aire bruscamente, me ardía la nariz por hacerlo, estaba helada y el ambiente de la noche no ayudaba. Comencé a tiritar abrazando mis brazos.
Miré a Jack, sabía que estaba enojado... Pero no lo demostraba, o eso creía.
— Y-yo l-lo sient-to — tirité incoherentemente.
Él negó con la cabeza — ¿En que estabas pensando?
Tragué — E-ese es el p-problema — respiré profundo acostumbrándome al agua helada — No p-pensaba.
Se acercó a mí — ¿Sabes lo malditamente preocupado que estaba?
Bajé mi mirada sintiendo vergüenza — Perdón...
— No — dijo de inmediato, con un tono de voz desaprobatorio que estrujó mi estómago — No voy a aceptar eso.
Algo se quebró dentro de mí y la sangre bombeaba en mi cabeza. Sentía la desesperación a flor de piel.
— Yo estaba aquí al borde de la maldita locura pensando que algo malo te había pasado, y resulta que tú estabas bebiendo con otro hombre — soltó una respiración exaltada — Eso sí que es decepcionante.
Un sollozo salió de mi garganta, las lágrimas ya picaban mis ojos.
— Señor por favor, yo solo... Perdón, no sabía que terminaría así y, y, yo no sabía que tú estabas aquí... — no me atrevía a mirarlo a los ojos, eso era peor que un castigo.
— Claro, si yo no estoy aquí tu puedes hacer lo que se te dé la gana ¿verdad? — replicó pareciendo ofendido — Bien, haz lo que quieras.
Alcé mi vista instantáneamente, él me lanzó una mirada de decepción que se sintió como una apuñalada, antes de salir con furia del cuarto de baño dando un portazo a la puerta.
— ¡Yo no dije eso! — sollocé poniéndome de pie escurriendo agua de la bañera. Pero mis piernas flaquearon y volví a acurrucarme en el agua helada.
Me abracé a mis piernas donde encontré un pequeño refugio y lloré con fuerza. Yo no quería que él se decepcionara, yo no quería eso. No quería decepcionarlo. ¡Maldita sea no deseaba nada de esta mierda!
El pecho me dolía por la presión que sentía, necesitaba soltarlo todo y eso hice.
Lo decepcioné, lo enojé, lo preocupé, ¡he sido una idiota! ¿En serio era tan inútil que no resistí ese alcohol?
Quería salir de la bañera helado, pero no tenía en valor de salir y encontrarme con sus ojos decepcionados y furiosos. Lo único que hice fue encender el agua caliente hasta que se templara y se hiciera soportable. Yo iba pasar la noche en la tina si era posible. No me importaba, solo quería llorar por haber sido tan estúpida.
********
— ¡Elsa! ¿Qué haces ahí? — la voz de Tiana me sobresalto haciendo que me deslizara en la bañera.
Bueno, al parecer si se podía dormir en la bañera.
— Cuando le pregunte al señor Frost me dijo que estarías en cama aun, supongo que ni siquiera él sabe que estás aquí.
— ¿Qué objetivo tiene? — susurré me removí en el agua — Tiana lo arruiné todo yo...
Me corté a media frase, el nudo de mi garganta no me permitió seguir. Las lágrimas volvieron a acumularse en mis ojos.
— No Elsa, no lo arruinaste — trató de consolarme.
— ¡Debiste verlo! — lloré — ¡Me odia!
Ella me miró por unos segundos — Vamos, sal de ahí, puedes enfermarte.
No podía dejar de sentirme mal.
Me levanté de la bañera — Voy a ducharme, ¿está bien?
— Has estado bajo el agua toda la noche, Elsa.
— No es mucho... Déjame, por favor ¿sí?
Después de varios segundos, ella asintió y dio unos pasos hacia la puerta, pero la detuve antes de que saliera por completo.
— ¿Si?
Mordí mi labio inferior, insegura — Él... ¿Él sigue aquí?
— No — negó con la cabeza — Cuando yo entré él iba hacia su trabajo.
Suspire suavemente — Bien...
Ella salió dejándome sola.
Me desnudé y escurrí la ropa antes de meterme en la ducha. Los chorros de agua caliente me ayudaron con mi adormecido cuerpo frío.
Ya se había ido, no quería verme. Me odiaba... ¿y si me odiaba?
Una punzada de dolor me atravesó ante el pensamiento. E incluso si no me odiaba, que no quisiera verme fue mucho más horrible para mí de lo que un cinturón hubiera provocado.
Me di cuenta de que deseaba que me castigara, que lo hiciera como él quisiera. Prefería ese dolor a este.
Sabía lo que hacía, y sabía que este era mi castigo. En la mansión hacían a veces esto a sus sumisas y yo me preguntaba porque ellas se desesperaban tanto. Ahora lo sabía y era verdaderamente horrible.
Al salir de mi ducha me vestí con algo ligero. Al verme al espejo el reflejo me regreso a una chica cansada y dolorida. Justo como me sentía.
Fui al cuarto de lavado donde estaba Tiana.
— ¿Cómo estaba el ayer? — pregunté cruzando mis brazos apenadamente.
— Elsa, no te tortures así. Ya estás demasiado mal.
Exhale fuerte — Dime Tiana, necesito saber... Dime como llego y como se puso al no verme yo... Quiero saberlo todo desde que llegó.
Ella suspiro y dejo de hacer la ropa y me miró — ¿Todo?
— Todo — afirmé desesperadamente.
Sus labios se formaron una línea recta, indecisa, creo. Al cabo de unos segundos comenzó.
— Eran las siete cuando llegó, cuando me vio casi de inmediato me preguntó por ti. Quería verte y se le notaba de un gran humor — su gesto cambio a uno apenado — Yo estaba preocupada, Els, me dijiste que vendrías en cuanto la entrevista terminara; era tarde y aun no llegabas. Le dije todo y se preocupó mucho más de lo que alguna vez lo vi. Intentó llamarte varias veces e incluso salió a buscarte, Aster se fue por un lado y él hacia la universidad. Cuando volvieron sin señales de ti dijo que te llamaría una vez más y si no contestabas llamaría a la policía.
Se calló cuando me miró. Sí, yo estaba llorando, pero me merecía sentirme así después de escuchar lo que me contó.
— Sigue — le pedí en voz baja.
— Un hombre contestó y prácticamente todo su humor cayó... Se veía...
— ¡Tiana no te cortes por favor, dime! — murmuré al borde de un colapso.
Ella dejó escapar aire bruscamente — ¡Lucía mal, Elsa! Además de enojado, él... ¡no sé! ni siquiera sé cómo describir como se veía porque nunca lo había visto así.
Eso es todo, eso es malditamente todo. Lo arruiné.
No quería derrumbarme frente a Tiana, así que solo asentí y murmuré "gracias por contarme"
Volví a la habitación me hice ovillo en la cama y dejé que las lágrimas corrieran libres de nuevo. La cama que se sentía infernalmente grande, toda esa semana se había sentido así y ahora que mi amo estaba de regreso, a quién había estado ansiosamente esperando no estaba realmente conmigo. Yo lo aleje. Y no, no fue solo por el alcohol y Eugene. Porque si era un factor, pero él había llegado de buen humor solo para verme y pasó esto. No era justo. Yo no había sido muy inteligente...
No sabía que pasaría esto. Y no sabía que se sentiría como un infierno.
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