Especial de san valentín
Logré escuchar como alguien corre por los pasillos, debe de ser Ayla. Ella le gusta andar de aquí para allá jugando con sus dos guardespaldas que tienen la misma edad que ella.
Abiel creyó que es mejor que las personas que la cuiden compartan la misma edad, así, ella se sentirá menos incómoda, y así fue, Ayla se siente muy agusto con ello.
—¡Papá!—Entra al despacho, Matt está escribiendo algo en su libreta.
—¿Si? Corazón—Cierra la libreta, se quita los lentes. Pone toda su atención en su pequeña adolescente que está por cumplir 14 años.
No quiero que crezca más, el tiempo pasa tan rápido, siente como si fue ayer, que la adoptamos. Desde el momento en que la conocimos, buscamos algún otro familiar, pero nadie la quiso aceptar. Que familia más despreciable.
Nos hicimos pasar por servicio social para poder saber en qué condiciones viviría con sus parientes, si aparentamos tener mucho dinero, esas personas capaz y la tomaban para luego intentar vender su custodia.
Y lo peor es que esas personas tenían como criarla pero se hacían los lamentables. Todo por no cuidarla, eso nos permitió poder adoptarla y ahora es nuestra princesa.
—¿Padre aún no regresa?—Se sentó en el regazo de su papá, le gusta que Matt juegue con su cabello.
Padre dijo que regresaría rápido, que le ayudará con una sorpresa a papá. Pero ya son más de las seis de la noche y aún no regresa.
—No, pero tal vez no tarde en volver—Trenza el largó cabello de Ayla.—¿Por qué?—Besa la coronilla de su amada hija—¿Lo extrañas mucho?
Al principio no eran muy unidos, Ayla no sabía cómo acercarse a Abiel, y mi esposo tampoco sabía cómo interactuar con una niña. Creía que su rostro podría causarle temor, pero con el tiempo ambos encontraron la manera de como acercarse hasta que se volvieron inseparables.
Aveces sus expresiones son tan similares y la manera en la que actúan pueden confundir a los demás, como si ambos en verdad llevarán la misma sangre. Para mí es agradable de ver eso.
—El dijo que haríamos algo cuando regresara—No dio más detalles o ya no sería secreto—Y si, lo extraño mucho—Sonrie.—Me gusta cuándo estamos los tres juntos, es mucho más cálido.
Y también porque me gusta ver sus intenciones, en la forma que se miran a los ojos, ese brillo que indica cuando se aman uno al otro, me hace recordar esos tiempos donde mamá y papá se adoraban con todo su ser.
Cuando papá murió, mamá entró en depresión aunque lo intentaba ocultar, yo sabía que estaba muy triste. Papá y yo éramos su mundo y al perder la mitad de ese mundo, su vida se desmoronó lentamente. Pero daba lo mejor de si, para no hundirse en la tristeza. Solo que llegó un punto donde ya no soporto más y murió.
Ella me pidió disculpas por dejarme sola y no verme crecer como siempre había querido y como se lo prometió a papá. Yo le dije que estaba bien, que podía ir con papá. Era muy difícil ser madura para mí edad.
Eso cambio cuando fui adoptada por mis dos amados Padres, tenía miedo que me abandonaran si hacia algún berrinche de niña, por eso intentaba ser aún más madura. Pero un día mi padre se sentó junto a mi y me dijo lo siguente; "Me duele verte actuar así, se que no es agradable fingir que todo estás bien.
Llora, enojarte, haz berrinches. Solo actúa como la pequeña niña que eres, nosotros no te dejaremos ir nunca. Desde el momento en que te adoptamos de volviste nuestra verdadera hija.
Habrán momentos donde tal vez te castiguemos por algo que hiciste y no estaba bien, pero será un castigó cómo no dejarte jugar en el jardín entre otras cosas, pero golpearte jamás. Entonces no tengas miedo y solo se nuestra preciosa niña para siempre."
—Si, es cierto. Yo también lo extraño—Abraza a la hermosa adolescente—¿Escuchastes? Ese es el auto de padre.
Ayla se levanta del regazo de su papá, corre hacia la ventana. Sus ojos se iluminan al ver qué si Padre baja del auto y con un gran ramo de rosas rojas.
Abiel ve hacia arriba, le hace una señal a su hija de que es momento, ella asíntio con una gran sonrisa en sus labios. Venda los ojos de su papá.
—¿Ayla?—Esto me sorprendió.
—Por favor, no te la quites—Besa la mejilla derecha de Matt.—Toma mi mano—Lo sujeta fuertemente—Te guiaré con mi voz.
—Bien—No refuta, sigue la dulce voz de Ayla, salen del despacho.——¿Dónde me llevas?—¿Que se traen estos dos?
Los dos caminan por el pasillo, se encuentran con dos adolescentes muy bien parecidos, cejas pronunciadas. Una cabellera plateada y sus ojos es como ver unas preciosas gemas grises.
—Señorita, el maestro dice que se dirijan al jardín lateral—Saúl pasa el recado.
—Entiendo.
Los cuatro bajan las escaleras, Saúl y Raúl van muy atentos en que nada malo pasé. Que Matt no vaya a tropezar y caía al suelo, eso significaría el fin de su existencia. Abiel se podrían peor que un ogro.
—Te calma, papá. Casi llegamos—Frota sus mejillas en la mano de Matt.
—¿Es así?—Me estoy poniendo impaciente, quiero saber que sucede. ¿Por qué tanto misterio?
—Ya estamos aquí... bienvenido padre, ¿Lo hice bien?
—Muy bien—La levanta en sus brazos, deja un cariñoso beso en las dos mejillas de su amada hija—Esto devuelta, esposa—A Matt le dio un pequeño beso. Ayla se cubrió sus ojos.
—¿Me dirán que pasa? ¿Ya puede quitarme está venda?
—No, aún no—Baja a Ayla de sus brazos.
—Yo los dejó—Abraza fuertemente a cada uno—Que se la pasen genial, vamos chicos.
—Si, señorita—Hablan al unísono—Que tengan buena velada, señores.—Siguen a su joven señorita.
Abiel toma de la mano a su esposa, le ayuda a sentarse en la silla de la mesa para dos personas, le quita la venda de los ojos.
—Feliz San Valentin, Esposa.—En los brazos de Matt, acomoda un ramo de cien rojas rojas.—Te amo.
El jardín está decorado muy hermosamente, una mesa solo para dos personas que es iluminada solo por pequeños focos de color rojo.
—Gracias—Sonrie, una sonrisa que llega hasta sus preciosos zafiros—Estan hermosas—Las huele—Todo está hermoso—Besa dulcemente los labios de su esposo—Te amo.
Abiel tomo asiento enfrente de Matt, no deja de verlo con esa mirada que dice; "Estoy perdidamente enamorado de ti"
—Tu regaló está en la habitación, iré por él.
—Me lo entregas cuando estemos en la habitación—Besa la mano de Matt—Solo disfrutemos el momento, ¿Si?
—Esta bien—Mira su ramo de rosas, segundos después sus mirada se va directamente a los ojos de sus esposo.
—Caminaba solo por caminar sin un destino al caul llegar, no podría encontrar un lugar en este nuevo mundo al cuál llegué.
Busca y busca una dirección que me indicara el lugar al cuál debería llamar hogar, pero por más que buscaba no había una dirección para eso, ya tenía un hogar junto a dos personas que me aman, solo que, no lo sentía como mío.
Abiel esta hipnotizado escuchado el dulce cantar de su amado, no es la primera vez que lo escucha pero para el, siempre se sentirá como la primera vez, vuelve a emocionarse como ese día hace unos años atrás.
—Justo cuando estaba por rendirme, te ví. Vi esos feroces ojos que podían cortarte con solo una mirada, fue algo fascinante en la manera que tus brazos se movían con esa agilidad.
Debí a ver corrido por mi vida, ya qué eras peligroso, pero no logré moverme, mi ojos querían seguir viéndote tanto como fuera posible, en vez de correr me acerque y pregunté;¿Estás bien?
Tú solo sonreistes ¡Ay, Esa maldita sonrisa! Ella fue la causante de que mi corazón diera un vuelco en ese mismo instante, me había enamorado de una persona peligrosa.
Los ojos de Abiel están llorosos, Matt le estaba cantando como fue que se enamoró de él, el más joven nunca le había dicho en que momento fue que se enamoró. Saber que fue en el momento que se vieron a los ojos por primera vez, eso causa una alegría indescriptible en todo su ser.
No importó cuan peligroso fueras, o si caía al abismo, ya había estado antes ahí, una vez más no haría la diferencia. No había aprendido nada de mis experiencias. Pero ese miedo con el pasar del tiempo se fue esfumado.
Eres el hombre más dulce y maravilloso que pueda existir, tu exterior es muy diferente al interior, y eso te vuelve magnífico, te amo y declararte mi amor fue lo más valiente y la mejor decisión que haya podido haber tomado.
Si, Matt fue quién se declaró primero. Ganándole la oportunidad a Abiel.
—Matt—Lo levantó en sus brazos—Te amo, te amo—Gira con él aún en sus brazos—Me encanta, tu voz es tan hermosa. Sigues erizado mi piel como la primera vez—Besa los labios de Matt.
Rezo por seguir disfrutando más de estos grandiosos momentos junto a ti, conocer a Matt es y seguirá siendo la casualidad más bonita. De una casualidad nación una gran historia de amor.
Nota🤍
Primeramente, feliz tarde ☀️ y buen provecho para las personas que están almorzado 🍕🧆🍜
Que tenga un feliz día del amor y la amistad ❤️✨
Att: Yessi.A
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro