Capítulo 7- Evasivas
Queridos lectores quiero en primer lugar agradecer a quienes han seguido esta historia a pesar de mis tardanzas, y pedirles me disculpen por no actualizar seguido, he tenido demasiadas cosas que hacer. Trataré de subir con más frecuencia.
-¡Mónica! Maldita sea deja de ignorarnos y dinos que te pasa- siento que me sacuden, parpadeo y ahí están mis amigos, sus caras van desde la preocupación hasta el enojo.
-¿Qué ocurre muchachos? ¿Por qué tanto alboroto?- Pregunto mirando a todas partes rápidamente.
-Cómo que ¿Qué ocurre? Eso preguntamos nosotros, hace diez minutos que sonó el timbre para ir a casa, no fuiste a clase y tuvimos que mentir por ti a los profesores diciendo que estabas indispuesta.- Definitivamente estaban molestos...- Te buscamos por todos lados y cuando al fin te encontramos estabas inmóvil con la mirada perdida. ¿Te sientes bien? ¿Quieres que llevemos al hospital?
-¿Qué? No, estoy bien. ¿Dónde están mis hermanos?- Jum, ¿hospital? Lo que necesito es llegar a casa y resolver este lío.
-Se cansaron de buscarte y se fueron hace 5 minutos, nosotros también creímos que te habías ido, pero decidimos venir a tu lugar favorito y te encontramos aquí toda ida. ¿Se Puede saber qué te pasa?- Rayos, ¿Qué les digo?
-Tranquilos, no me pasa nada, creo que me quede dormida. Gracias por despertarme. Ahora si me disculpan debo alcanzar a mis hermanos antes de que lleguen a casa, o mi madre se preocupara también.- Digo rápidamente, veo que no me creen, pero igual salgo corriendo. No me gusta ser así con mis amigos, pero no tengo alternativa.
Corro hacia mi casa y logro alcanzar a mis hermanos una cuadra antes de la casa. Liz esta de mal humor, José me abraza y mira de reojo a Liz.
-¿Dónde estabas? Pensamos que te habías ido a casa sin nosotros- Me reprocha mi hermanito.
-Lo siento, perdón por preocuparlos, estaba en enfermería.- No me acostumbro mentirle a mi hermano, pero no puedo decirle la verdad. Veo comprensión en sus ojos y enojo en los de Liz, si así lo quiere ella pues está bien.
Entramos a la casa, mi madre nos observa con preocupación y se dirige a José:
-¿Qué le ocurre a tus hermanas? Están distantes y enfurruñadas.
-¿Por qué siempre me toca explicar?- Se lamenta el pobre en voz baja, nos mira y continua- Es que a la salida Moni no apareció, y Liz dijo que se había venido a casa sola, que últimamente se comporta muy extraño, y no me dejo buscarla. Cuando ya íbamos llegando Mónica nos alcanzó corriendo, se disculpó y dijo que no había salido a tiempo porque estaba en enfermería. No sé qué tiene pero no se ve bien.- Termina con preocupación, mientras nuestra madre nos observa.
-¿Por qué estabas en enfermería?- Me cuestiona.
-No lo sé, cuando salimos al descanso no tenía hambre así que no fui a la cafetería con los muchachos, recuerdo que estaba buscando un lugar para sentarme mientras comenzaba la clase y no sé qué me pasó... desperté en enfermería.-Ya casi me acostumbro a mentir, debo avisarle a los muchachos para que repitan mi versión en caso de algo. Esto se me puede salir de control si sigo así.
-La verdad es que no te ves bien, ¿te llevo al médico?- Pregunta mi madre-
-No, esperemos a ver si se me pasa con los medicamentos que me dieron en la enfermería. ¿Puedo ir a descansar?- Espero que con eso me dejen en paz, mi madre asiente, me dirijo a mi cuarto y veo a mi hermano con aspecto triste, supongo que le preocupa su tarea, debo ayudarle.
-José, déjame dormir un ratito para que se me pase la maluquera y luego te ayudo con tu tarea.-le digo con ternura, él sonríe y asiente. Entro a mi cuarto y me acuesto, con toda seguridad vendrán más recuerdos, quiero ver a Taré, pero también quiero completar este rompecabezas.
-Muy bien querida, ya está todo listo para los 15 de nuestra hermosa hija- Escucho susurrar a mi padre.
-Tan rápido que ha crecido, que hace que tenía 4 años nuestra Amanda- Contesta mi madre. Y enseguida algo hace click en mi cabeza al oír la mención de mis 4 años, unas imágenes muy extrañas cruzan por mi mente: Estoy junto una niña a la cual una anciana le arranca un cabello que arroja en un frasquito para luego vaciar sobre mí el contenido de frasquito y me convierto en esa niña...
-Veo que has recobrado la memoria- Una voz macabra me hace abrir los ojos, y veo que me encuentro recostada en un sofá junto a una chica con mi mismo aspecto que está dormida, es el mismo lugar de mi recuerdo, la misma anciana... y de golpe recuerdo todo. Maldita bruja.
-Cómo puedes ver querida tengo todo listo. Es hora de que Amanda vuelva con su familia y tú maldito engendro te enviare a un orfanato, no puedo soportar que te traten bien, debes conocer el lado cruel de la vida.- dice con fastidio, mientras arranca un cabello de mi cabeza y repite el procedimiento para que la chica vuelva a ser Amanda y yo retome mi verdadero aspecto, antes de que despierte la teletransporta a mi cuarto, bueno en realidad el de ella, yo era una impostora en esa casa.
-Pero, ¿por qué me vas a enviar a un orfanato?, para mí es bastante cruel estar lejos de mis verdaderos padres.- Cuestiono a la bruja aunque no creo que sirva de algo.
-Para que sufras, buajajaja. Crecerás preguntándote porque te abandonaron, buajajaja... Por cierto tu reino es un desastre total, cuando ustedes desaparecieron, se formaron grupos de búsqueda que hallaron el lugar donde están tus padres, obviamente no había forma de que supieran que sus reyes están dentro de esas rocas y el mensajito que les deje los confundió y desanimó.- pongo cara de confusión, no sé de qué mensaje habla está loca, no recuerdo mensaje alguno.
-Claro que no sabes que les deje un mensaje,- continuó la bruja- mientras te arrastraba en la tele-transportación lancé un hechizo que dejó salpicado de sangre lo que quedaba del prado y sobre una de las rocas un letrero: "Ahí les dejo lo que quedó de su realeza." – La ira recorría mis venas- Asumieron que lo que había quedado de ustedes solo era sangre y los dieron por muertos. Buajajaja, sin embargo al LEFA supremo se le metió la idea de estabas viva y que debía encontrarte, te buscó por todas partes, era muy inteligente, estaba teniendo éxito en su misión, te encontró hace unos días para su mala suerte, porque en cuanto se acercó a ti lo noté y mira en lo que se convirtió.- Dice señalando una repisa en la que hay un gato de porcelana negro.
-Hermosa decoración ¿verdad? El muy iluso creía que podría contra mí- logró decir entre risas- La única forma de detenerme es encerrándome en el ZEMOG, claro que hace siglos que nadie encuentra como conjurarlo.- Yo tengo que encontrar al ZEMOG es una especie de Jaula mágica que impide que quien esté dentro pueda realizar magia... - Tú no te hagas ilusiones, te tengo muy bien vigilada para saber el preciso instante en el que recuperas la memoria, lo que haces y dejas de hacer.- cierto, será muy difícil encontrarlo, ¿Qué puedo hacer si estoy por ir un orfanato, a llevar una vida que no es la mía?- Si alguien de los tuyos se te acerca lo sabré y eliminaré al instante. ¡Ya es hora de que te largues! –
Siento que me sacuden suavemente. Abro los ojos y allí esta José.
-Perdón por despertarte, es hora de hacer la tarea ¿me ayudas?- Dice suavemente, así que me levanto y le ayudó con sus deberes. Al terminar, subo a la terraza, debo alejar a Taré para protegerlo de la bruja si es que no lo ha atrapado ya. Espero que no sea demasiado tarde.
Una vez en la terraza, me pongo a observar las nubes como de costumbre, y deseo poder ver a Taré y que esté bien. En ese mismo instante pude verle volando en círculos sobre mi casa. Una sensación de alivio me invade.
-¡Oye! ¿Quieres bajar un momento?- le grito y al parecer no me había visto porque se sobresalta y casi se estrella con el edificio de atrás. Enseguida vino y aterrizó a mi lado.
-Pensé que no me ibas a volver a hablar... necesitaba verte- Dice mirando profundamente mis ojos.
-¿Ah sí? ¿Y eso?- Le pregunto, mientras recuerdo el motivo por el cual le fui a buscar.
-Bueno... lo que pasa es que me intrigas... y este... necesitaba saber si habías recordado algo- Ja, si supiera... Pero no puedo permitir que siga rondando por aquí. Me armo de valor y:
-Mira, puede que tengas razón sobre lo que soy, pero necesito que te alejes de mí y de este lugar. Cuando pueda te buscaré, ahora vete lo más lejos que sea posible.- Digo con seriedad y decisión, pero él me mira con renuencia.
-No, no me iré... Al menos dime ¿por qué? ¿Has recordado algo?- Dice suplicante, me encantaría responderle, pero debo alejarlo, debo protegerlo. Entonces, lo miro desafiante, como cuando mi madre no quiere que repliquemos sus órdenes.
-He dicho que te alejes- Digo lo más cortante que puedo y él agacha la cabeza, ¿eso es señal de sumisión? Bueno como sea, debe irse.- ¡ya!- Le grito y el dragón sin pensarlo dos veces desplegó sus alas y se perdió en el horizonte.
@IngridVasquezSimor aquí está el siguiente capítulo.
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