El día está por aclarar, me teletransporto junto con la bruja en su respectiva jaula y unos acompañantes particulares al lugar donde están mis padres. Creo que todo está listo... escucho jadeos entre mis acompañantes así que doy la vuelta y viene hacia nosotros una nube de dragones.

Los LEFA'S y Taré cambian de forma, el grupo se divide en dos partes, los LEFA'S a un lado y la multitud de dragones al otro. Taré está frente a mí y cuando lo voy a saludar, da vuelta hace una seña y los dragones se dividen en grupos más pequeños, al frente de cada grupo hay un individuo que cambia a su forma humana.

-Los líderes de los clanes piden permiso para presentarse- Dice Taré haciendo una reverencia. Mmmm, así que estos son los lideres, bueno, ahora entiendo los grupos. ¿Pero que se supone que debo decir? Miro a mi LEFA y algo en su mirada me hace recordar.

-Permiso concedido, procedan- Les digo tan calmadamente como puedo. La verdad, es que esto no es lo mío, tal vez no soy digna. Jum, como mis padres se enteren les va a dar algo.

Los líderes de cada clan se presentan, pero no les pongo atención, aunque estoy segura de que ellos creen que sí, después de todo los he estado mirando fijamente todo el tiempo. Pero mi mente está muy ocupada pensando en cómo recuperar a mis padres exitosamente.

-Por último, el clan de su padre- Estas palabras llaman mi atención, observó atentamente al líder, es mi abuelo.

-Princesa, vinimos en obediencia a la invitación que nos hiciste, pero somos un tanto incrédulos. Pedimos disculpas... esto... mmmm... mejor después lo hablamos- hace una reverencia y se aleja.

-Comprendo vuestros temores y agradezco vuestra presencia- Le digo y me dirijo a todos.

-¿Alguien falta?- Pregunto, mi abuelo alza la mano.

-La madre de la reina se negó a venir, no hubo poder que la hiciera levantar- Dice algo inquieto y puedo ver desaprobación en algunos rostros, a mi parece lógico.

- De acuerdo, no quisiera ser ella en estos momentos- Digo en voz audible y todos quedan boquiabiertos, ni idea que esperaban.

-Bueno, os he llamado para que presenciéis la sentencia de alguien que lleva milenios causando problemas a todos los seres y que os privó de vuestra realeza hasta el día de hoy. Dentro de este ZEMOG- digo señalando a la bruja- podéis ver a Gran Sazebac. Ella me alejó por 209 años de mi pueblo, borró mi memoria y convirtió a mis padres en estas rocas que están atrás de mí. No os preocupéis el ZEMOG bloquea sus poderes y jamás podrá volver a hacer de las suyas.

-¿Es que no la vas a matar?- Pregunta el más joven de los LEFA'S

-No, claro que no- Dice burlonamente la bruja- Ella es débil y volverá a fallar esta vez como la anterior cuando no pudo evitar que transformase en rocas a sus padres. Necesita mi sangre para revertir el hechizo. Buajajaja.- Maldito engendro.

-Precisamente tu sangre, no tu vida y no compares la situación, aquella vez yo era una niñita.- Pude ver que algunos LEFA'S de los más respetados murmuraban entre ellos, pero no les presté atención.

-Ustedes dos,- digo señalando a mi LEFA y al LEFA principal- necesito vuestra ayuda. El estado de mis padres antes de ser convertidos en roca era deplorable, necesito que se ubiquen uno al lado de cada roca y los ayudéis en cuanto revierta el hechizo.

-Pero princesa... nosotros no somos sanadores- Dice el LEFA supremo, ¿y ahora?

-¿Hay algún sanador presente?- Les preguntó y todos agachan la cabeza.

-El último que quedaba... fue hallado en pésimas condiciones hace un siglo- dice en voz baja el LEFA supremo. Mi cabeza da vuelta a cientos de ideas unas más absurdas que otras.

-Supongo que sabríais mantenerlos con vida por unos minutos.- Les digo esperando que así sea.

-Oh, sí. Eso sí, podemos mantenerlos con vida por un tiempo no tan prolongado pero no podemos curarles si el caso es tan grave como pareces creer.- Dice con algo de nerviosismo el LEFA supremo.

-De acuerdo, ubíquense y hagan lo mejor que puedan mientras yo me encargo de la bruja- Puedo ver que algunos fruncen el ceño, no entiendo porque les molesta que le diga bruja, si eso es lo que es.

-Antes me gustaría saber ¿quiénes son estos individuos? ¿Qué hacen en nuestro territorio? ¿Y porque no se alejan de tu lado?- Pregunta Taré con algo de confusión.

-Buena pregunta- respondo mirando a la multitud- ayer cuando me marché, fui en busca de los que hubieran sido víctimas de los embrujos de Gran Sazebac sabiendo que deberían estar confundidos y bueno encontré a estos individuos que se escondían donde mejor podían temiendo que Sazebac volviera por ellos. Aún no se creen que no les pueda hacer daño, de modo que prefieren estar a mi lado. En cuanto escuchen la sentencia de Sazebac y sus secuaces se irán en paz. Y por cierto, hay algunos en el sótano de los LEFA'S recuperándose de graves heridas.

-Espera, ¿dijiste secuaces?- pregunta Taré mirando a todos lados con preocupación.

-Sí, pero tranquilo. Ya no pueden hacer daño.- le digo amablemente mientras hago aparecer otro ZEMOG junto a la bruja con diez individuos de diferentes especies.

-¿Qué?- La cara de la bruja esta descuadrada- ¿Por qué se dejaron atrapar?- cuestiona a sus discípulos con furia.

-Lo sentimos- Dicen todos al tiempo sin alzar la vista hacia ella.

-En realidad no tenían nada que hacer- les interrumpo- entré en tu guarida y cuando se dieron cuenta estaban atrapados por un gran rosal que se convirtió en jaula... oh igual que la tuya.- Digo indiferente.

-E...e... ¿entró sin problema en mi mansión?- Dice la bruja como tratando de conciliar algo inconcebible.

-Así es maestra- Dicen de nuevo al tiempo esos individuos que parecen sincronizados y me están aburriendo en verdad.

-IMPERDONABLE- Grita fuera de sí la bruja- Maldita profecía- ¿qué? Bueno ya habrá tiempo.

-Estas más loca de lo que creía...- digo fingiendo indiferencia.

-Cierto, y ¿cuál será el castigo estos engendros sino los piensas destruir?- Me interrumpe Taré.

-Pues sí que van a ser destruidos, pero no instantáneamente. Sino que permanecerán en el ZEMOG hasta que este drene todas sus energías. Y ahora si me permiten voy a proceder.- Digo dándole la espalda a la multitud.

Me concentro en obtener un poco de sangre de la bruja, una rama del ZEMOG, crece hasta ella y con sus espinas le ocasiona una leve herida de la cual salen unas gotas de sangre que teletransporto hasta las rocas que tengo delante de mí.

-Puede que yo no pueda matarte, pero la naturaleza hará su trabajo contigo- La estridente vos de la bruja que se ve más desquiciada que nunca me hace desconcentrar. Puedo oír murmullos de preocupación a mí alrededor.

-¿Dijiste que ya no tenía poderes?- Me reclaman mis acompañantes.

-Y así es, ¿Qué pretendes Sazebac?- Le pregunto con autoridad. Ella intenta ignorarme, pero se ve obligada a responder.

-Nada en especial- dice con voz soñadora- solo te digo el obvio desenlace de tu vida. No será obra mía desafortunadamente, pero me conformo con saber que no disfrutarás la vida que pretendes recuperar. Los LEFA'S lo saben igual o mejor que yo, las primeras transformaciones de un dragón no son completas pero van preparando su cuerpo para la verdadera y completa transformación. Tu cuerpo no ha tenido preparación ninguna y no lo soportará, desaparecerás por siempre.- Eh, esta mujer si fastidia.

-No veo que sea de tu incumbencia- Le digo, casi escupiendo las palabras y me concentro en mi tarea- ¿Listos?- pregunto dirigiéndome a los dos LEFA'S que me acompañan. Ellos asienten.

-SAGRADORENYOJ INVIERTEOBRAGRANSAZEBAC RENYOJSAGRADO INVIERTEOBRAGRANSAZEBAC – Mientras pronuncio estas palabras hago que la sangre que sacado de la bruja salpique las rocas que inmediatamente desaparecen dejando a la vista los cuerpos inmóviles de mis padres. Los dos LEFA'S se encargan de mi padre mientras yo me acerco al cuerpo de mi madre.

Puedo sentir que todos sus órganos internos están maltrechos, me concentro en hacer que cada uno vuelva a su estado natural, me toma varios minutos. Cuando termino ella sigue inmóvil pero su piel es un poco menos pálida y respira con dificultad.

Me dirijo a donde mi padre, los LEFA'S se ven muy cansados, al verme llegar se apartan.

-Ya no sabemos que más hacer- Me dice el LEFA supremo algo contrariado.

-No se preocupen- Intento calmarles, puesto que se ven nerviosos.

La estocada en el pecho ha roto sus costillas, esternón y parte del corazón. Me toma algunos minutos lograr que vuelvan a su estado normal. Pero el rey quedó en coma y estoy a punto de pedirle a los LEFA'S que se hagan cargo de nuevo, cuando siento una oleada extraña recorrer todo mi cuerpo. Me siento expuesta a un peligro enorme y todo en mi quiere huir.

-¡Debemos salir de aquí ya!- Digo en un grito, que a la vez es una orden- Todos tomen sus formas de dragón y diríjanse tan rápido como puedan a la mansión de los LEFA'S.- Les apresuro y enseguida alzan vuelo, me teletransporto al frente de la mansión de los LEFA'S junto con mis padres y mis acompañantes de otras especies.

-¿Qué ha pasado?- Pregunta un agitado Taré en cuanto toca tierra y cambia su forma. ¿Cómo le explicó que fue una corazonada?

-Por favor supervisen a mis padres- Le pido a los dos LEFA'S. y hago aparecer un gran espejo frente a todos, yo también quiero saber. Pienso en el claro y este aparece en el espejo como una gran llamarada, todos vemos como de los ZEMOG'S salen grandes llamaradas, le doy vuelta a mi mano para ver si pudo descubrir el origen del fuego. Vislumbro la figura de dos dragones que intentan alejarse del fuego pero este parece aferrarse a ellos.