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Cap. 11

Cuando llegamos a casa después del agotador, extraño y divertido día descubrimos a papá tirado sobre el sillón con un brazo y una pierna colgando fuera de este mientras su mirada perdida y aburrida estaba clavada en el techo sin prestar verdadera atención a lo que se proyectaba en la televisión; nos asustó.

Y también nos preocupó pero estábamos más asustados. Para un Alfa que era inquieto, alegre y con un sentido del humor negro verlo tieso alarmaba.

— Papá, ¿qué tienes? — junto a Jake caminamos hasta el Alfa que aún no se movía del sillón, Shim cerró la puerta detrás de nosotros y aún así el golpe de esta no alertó al adulto, ¿estará muerto? — ¿papá?

Hubo un silencio largo y sepulcral y luego solo...

— ¿Cuán-

— ¡AH! ¡shit! — tanto Sunoo como Mingyu miraron extrañados a un Jake colorado que juntó rápidamente sus manos hacia atrás jugando con estas nervioso, el Alfa se sentó por fin sobre el sillón para mirar a este mejor. — perdón es que no estaba hablando y que lo haga de repente me asustó.

— Eres un cachorro muy asustadizo, ¿te lo he dicho?

— ¡No soy un cachorro! — el mayor del lugar alzó una ceja expectante, Sunoo rodó los ojos dispuesto a intervenir porque de dejarlo seguir con aquel juego se convertiría pronto en una discusión a muerte. — Soy-

Puso una mano sobre su boca. — Un chico asustado que quiere saber por qué parecías cadáver en descomposición.

Kim Mingyu dejó caer sus hombros junto a un jadeo incrédulo. — ¿Tan mal me veía?

Por supuesto que lo hacía, ¿cómo siquiera lo había dudado? ¿Es que no se conocía a si mismo lo suficiente como para saber que su actitud había cambiado en un día?

Tal vez estaba pensando en otra cosa y no en si mismo.

Ambos mejores amigos se miraron unos segundos antes de volver a observar al Alfa, Sunoo cruzó sus brazos en tanto Jake sonreía de lado como si se estuviera burlando de la tipa que le caía mal, dejando notar entonces la confianza que tenía con el señor Kim. — You look.

— ¡Oigan yo también sé inglés!

Shim golpeó su rostro con la palma de su mano. — Si, es cierto, pero señor Kim aún no nos ha respondido — Sunoo dejó su mochila sobre la pequeña mesa de centro en la sala y se sentó en el reposabrazos del sillón en el que se encontraba su padre en tanto Jake tomaba asiento en sus piernas. —, nos asustó.

Sunoo asintió en acuerdo y su padre señaló esta acción al instante.

— ¿Por qué eres lindo solo cuando Jake está? eres cruel Sunie.

Abrió la boca ofendido. — ¡No soy lindo! — Era muchas cosas pero lindo no era una de ellas, podía tomar el halago de otras personas porque no le tomaría importancia pero que sus padres, Sunoo o incluso la madre de este le dijera lindo lo incomodaba y se sentía casi atacado.

Era extraña su reacción frente a los halagos ciertamente.

— Han pasado horas desde que mi omega se fue - sollozó mientras hacía de la vista gorda al "¡No me ignores tonto Alfa!" de su hijo. —, y lo extraño~ — el adulto se dejó caer contra el sillón y se removió sobre este de un lado a otro mientras fingía desesperados sollozos y aullaba de vez en cuando, a Sunoo le sorprendía que tanto lobo y humano tuvieran tanta conexión como para prácticamente parecer uno.

Sunoo golpeó los muslos de Shim para que este se levantara dispuesto a salir de ahí y dejar al Alfa un rato a solas. — Olvídalo va a estar así hasta que llegue papá Won.

— ¿¡Vas a dejarme sufriendo!? — el Omega más alto alzó la mirada al techo antes de negar.

— Te haré uno de los platillos que hace papá Won, de seguro ni siquiera has almorzado, vamos Jake — tomó de la mano a Jake y lo jaló hasta la cocina puesto que le daba flojera hacerlo solo y mientras más mejor. —. ¡Si no vas a ver la tele, apágala!

Al entrar a la cocina Sunoo bufó al escuchar el grito conmovido de su padre. — ¡Te pareces a Won! — exclamó el Alfa eufórico.

Sus mejillas se sonrojaron mientras Jake reía a su lado, pues el caía muy bien en cuenta en el trasfondo de las palabras de su padre, era una forma indirecta de decirle que lo quería tanto como a su esposo.

A él le gustaba cuando le decía te quiero de manera sutil, porque si se lo decía directamente de seguro se pondría a llorar. El era muy sentimental en cuanto a sus padres.

— Si eres muy lindo cuando estoy. — Jake amaba burlarse de él de vez en cuando, recuerda que, una vez hace un año, estaban en la feria de la ciudad con sus padres y la mamá de Shim, habían decidido ir a uno de los juegos de altura mientras sus padres charlaban y comían en una sección improvisada de alimentos rodeada de pequeñas tiendas en donde vendían variedad de platillos.

Al bajar del tercer juego fueron hasta sus padres para sentarse con ellos a comer, todo estaba relativamente bien hasta ahí sin embargo Sunoo no estaba lleno con la comida y quería más. Era muy glotón si se lo preguntaban, caía completamente por la comida y haría cualquier cosa por esta.

Sus padres lo sabían y ese día habían sido crueles al pedirle que hiciera aegyo a cambio de comprarle lo que quisiera.

Luego de aquel bochornoso acto de aegyo que los presentes parecieran haber adorado Jake lo atacó con burlas halagándolo en extremo. Shim sabía que no tomaba muy bien los halagos.

Desde entonces ama burlarse de las cosas que no le gustan, cómo hacer pucheros, cosa que no hacía con intención si no que le salían sin que lo notara cuando estaba molesto, confundido o triste; sacar la lengua cuando estaba muy concentrado o arrugar la nariz cuando un olor le desagradaba o sentía que iba a estornudar.

Todas las cosas que para sus personas más cercanas les parecía adorable él las odiaba.

— Cállate y ponte a preparar el arroz.

— ¡Si señor!

Su mirada estaba perdida hacia arriba, era un miércoles después de clases, un miércoles aburrido, un miércoles sin mucho que contar, un miércoles normal y él estaba... pensando.

No estaba seguro en que pensaba, ya se le había olvidado. Es decir, sabía que en algo estaba pensando pero ahora ya no recuerda que era y estaba tratando de recordar. Por otro lado Jay estaba frente a él con los brazos cruzados y una profunda mueca instalada en sus labios.

— ¿Y bien? — preguntó por fin después de diez largos minutos en profundo silencio, estaba sintiéndose irritado y no era por la lentitud de Park menor, aunque también tenía que ver un poco, si no por las miradas nada sutiles de las personas a su alrededor al ver que estaban parados como idiotas en la entrada del Centro Comercial.

Sunghoon bajó su cabeza a verlo en el momento que terminó su pregunta y su ceño se profundizó.

— Espera, ¿que me decías?

— ¡Grrr! — rugió Jay de forma baja pero amenazante.

El más alto abrió sus ojos sorprendido. — ¡Que lindo! ¡Haz eso de nuevo!

Jay apretó sus puños aún con los brazos cruzados y respiró profundo mientras cerraba los ojos tratando de calmarse. No podría matar a Sunghoon, era como su hermano menor y aunque no se lo dijera lo quería mucho. Además, básicamente si tratara de atacarlo Park menor podría noquearlo de un golpe y él amaba mucho su cara como para que ésta sea dañada.

— Te decía — empezó lento —, ¿compramos primero la ropa y luego vamos a la nueva cafetería o al revés?

— Oooh — Sunghoon volvió a elevar su mirada arriba, era una acción cotidiana que hacía cada vez que pensaba. Jay respiró agitado por la boca tratando de no clavarle el colmillo a Sunghoon, si se demoraba otros diez minutos más le iba a morder el cuello y no para darle una linda marca. —, primero vamos por la ropa, lo mejor tiene que quedar para el final.

— ¡Gracias a la Luna! — Park mayor no espero más, tomó de la mano al Alfa menor y lo arrastró por el centro comercial. Ayer, después de que Sunghoon le contará cómo se sentía con aquel acto que protagonizó con su mayor crush, decidieron, más bien Jay decidió, que al día siguiente podrían ir al centro comercial para comprar algo de ropa que Park menor luciera para el Alfa de sus sueños, de Sunghoon claramente, no de Jay. Aunque sonara patético a Sunghoon le gustó la idea de que el Alfa de cabellos marrones se fijara en él aunque sea por su apariencia, de alguna manera quería llamar su atención. Así que ahí estaban, aprovechando también la oportunidad para visitar la nueva cafetería que Jay había descubierto y que según él parecía ser fantástica para el gusto de ambos.

Y por gusto de ambos se referían a: Pasteles.

Amaban los pasteles, más que a nada. Si pudieran trabajarían en una pastelería pero sabían que los despedirían al primer día porque de seguro se comerían más de uno.

Entraron a diversas tiendas de distintos tipos, buscando desde simples polos hasta increíbles joyas, comprando lo que llamaba sus atenciones, incluso compraron algunos juguetes infantiles porque les parecía divertido y fueron a pintarse el cabello, Jay de un azul oscuro y Sunghoon de un castaño claro. Al final terminaron caminando a la cafetería con cinco bolsas en mano cada uno. No estaban arrepentidos de nada.

Cuando llegaron frente al local arrugaron la nariz al tener un severo problema. Jay observó a Sunghoon inquisitivo.

— Abre la puerta.

— Ábrela tú, tengo las manos ocupadas.

— ¡Yo también!

— ¡Pues empuja con la cadera!

— ¿Tengo cadera?

— ¡Ejem!

Ambos Alfas giraron sus cabezas confundidos ante el alto carraspeo a sus espaldas, Jay ladeó su cabeza al caer en cuenta a la persona que traía al frente mientras que este tenía una ceja alzada, mientras tanto Sunoo apretaba sus labios para evitar reír frente al shockeado alfa que al parecer había sido clavado al suelo y encerrado en un bloque de hielo.

Tenía los ojos abiertos y los brazos tensos, estaba estupefacto.

Puso su mano sobre sus labios y rió bajo.

— ¿Necesitan ayuda, muchachos? — Jake al igual que él parecía divertido por la situación solo que sabía disimularlo mejor, contrario a él que estaba a nada de soltar la carcajada de su vida por las expresiones que tenían los Alfas frente a ellos. Jake no esperó respuesta y pasó en medio de ambos llevando de la mano a Sunoo y abrió la puerta cruzando por esta y sosteniéndola del otro lado para que los Alfas pudieran pasar cosa que hicieron apresuradamente con algo de dificultad debido a las muchas bolsas.

Jake ahogó con éxito una risita.

— ¿Quieren sentarse con nosotros? — Shim abrió los ojos desmesuradamente mientras observaba a Sunoo con sorpresa, ¿había escuchado bien? ¿Sunoo le estaba pidiendo a dos Alfas que se sentaran con ellos? Kim le devolvió la mirada pero de forma diferente, este no sabía porque Jake lo estaba mirando así, ¿había hecho algo malo?

— Por supuesto, nos encantaría.

Con miradas confusas entre Sunghoon y Jake ambos levantaron los hombros rindiéndose, uno por compartir su tarde con los dos Alfas, aunque no era tan malo porque eso le ayudaba a mejor su relación con uno de ellos, mientras que el otro por saber que pasaría su tarde tartamudeando por pasar el tiempo con su más grande crush.

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