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Capitulo 6

Narra Albafica

A la mañana siguiente los rayos del sol iluminaban cada parte del tempo haciéndome despertar, me levante y aún era temprano, me dirigí a la cocina y prepare un té para mi hijo, al terminar fui hasta su habitación y sin hacer mucho ruido abrí la puerta mirando que el aún seguía dormido, me senté a un lado de su cama dejando la taza de té en sima de una cómoda

—Afrodita...—dije susurrándole y acariciando levemente su cabeza además de acomodar algunos mechones de su cabello con cuidado

Narra escritor

Cuando Minos se despertó observo como seguía en la habitación de la rosa por lo cual se levantó con cuidado para dirigirse para ver cómo estaba Afrodita, una vez llego se di cuenta que Albafica estaba despierto.

—Hola Albafica buenos días—Hable un poco bajo para no despertar a Afrodita quien se estaba levantando recién

Afrodita estaba descansando metido en algunos recuerdos que llegaban a su cabeza entre ellos aquella mujer quien estaba acompañada de un joven, cuando la imagen se claro se podía observar que era Poseidón por lo cual Afrodita se sorprendió, pero después las voces empezaron a aparecer dando entender que alguien lo llamaba por lo que abrí lentamente mis ojos

Afrodita: Papá... Minos...—Hable despertando y observando cómo estaba en mi habitación

Albafica quien escucho a Minos solo sonrió y le pregunto si se encontraba bien, el cual Minos respondió que estaba bien, pero que le hubiera gustado dormir en el sofá ya que era no era su templo Albafica lo miro amenazante por lo que dijo, pero rodo los ojos divertido hasta que la voz de Dita les llamo la atención.

Albafica: Aquí estoy hijo... ¿Cómo te sientes?

Afrodita solo los observo algo confundido antes de responder, ya que sentía como alguien lo llamaba, pero no sabía quién por lo que después de unos minutos reacciono.

Afrodita: Estoy bien papá—respondió algo serio—Hola Minos... ya me siento mejor, gracias por preguntar—su tono de voz era serio además de que su vista estaba enfocada en la sala del patriarca como si algo le digiera que tenía que ir

Albafica se acercó para negar un poco y entregarle la taza de té para que pudiera tomarla, una vez lo recibió se sentó en una de las sillas cercanas, bajando un poco la mirada algo serio—Hijo yo...—hablaba con dificulta ya que sentía como un nudo en la garganta, estaba a punto de decirle la verdad, pero por más que me esforzara no podía hablar

Minos observo lo que sucedía por lo que se acercó para colocar su mano sobre Albafica y darle fuerza para que continuara hablando. Afrodita recibió la taza que su padre le había preparado y observo como trataba de hablar o decirle algo, aunque las dudas estaban por su cabeza tal vez tenía una idea de lo que sucedida.

—Es sobre lo que dijo Poseidón cierto...—hablo seriamente ante su padre quien permanecía en silencio

Albafica sintió la mano de Minos por lo que gradecía que él estuviera y poder hablar con calma—Si... creí que este secreto me lo llevaría a la tumba... pero ahora creo que es tiempo de decirte la verdad—podía notar el rostro de molestia de afrodita sobre mi reclamándome la razón por la que nunca se lo había dicho, respire fundamentalmente y mirando hacia abajo comencé a decirle toda la historia—Tu llegaste a este mundo de la misma manera que Athena... ella me encomendó solo a mí la misión de cuidarte y protegerte como mi propio hijo por toda la vida... como tal de evitar el despertar...—pare por unos segundos y nuevamente volvía mirar a afrodita—A la diosa del amor y la belleza... si... tu eres esa diosa reencarnada en ti

Afrodita: ¡Porque no me dijiste nada! —grito observando a su padre con una mueca sobre mi rostro

Albafica: Porque no tenía el valor de decírtelo... tu hiciste que cambiará mi vida en esta soledad en la que yo estaba atado, al tenerte en mis brazos fue la experiencia más hermosa que pude tener.... y no quería que esos recuerdos se perdieran... cuando despertara la diosa... pero quiero decirte que a pesar de todo tu siempre serás mi hijo

Afrodita escucho cada palabra y apretaba sus puños fuertemente estaba enojado, confundido y tenía miedo, todo lo que había vivido lo sentía como una mentira por la revelación que no se atrevieron a decirle desde ya hace tiempo.

Afrodita: Entonces todo lo que ella dijo era cierto...—Hable seriamente mientras apretaba levemente mis puños, pero cuando quise hablar escuché una voz que me decía que me calmara me quedé estático unos segundos por lo que suspiré pesadamente para hablar—Papá tu eres como mi padre quieras o no tú me cuidaste y me criaste dentro de este jardín el cual es nuestra condena a la soledad, pero... Me duele que no me lo hayas contado antes...—Hable tranquilamente y después me coloque seriamente, pero aquella voz me dijo que quería hablar por lo que le di la autorización que tomará mi cuerpo por unos minutos—Caballero de Athena... No tienes por qué tener miedo—hablo una voz suave y tranquila— aún no es tiempo de que yo despierte por lo que no te preocupes, el seguirá siendo tu hijo y no dejaré que nadie lo aleje de tu lado ya que eres una persona de noble corazón y muchas gracias también a ti Minos de grifo por apoyarlo en todo...—Cuando la diosa terminó de hablar mis ojos volvieron a su color natural, pero me sentía agotado porque me desmaye

Albafica: Solo quiero... disculparme por todo...—encogía los hombros por que me sentía como perro regañado pero tenía todo el derecho de estar enojado con migo tarde o temprano esto pasaría—Entiendo que no puedas perdonarme... pero como te dije aun te aprecio como verdadero hijo—habla tranquilamente pero repente escuche que una voz femenina la cual hizo que mirara a afrodita sin embargo al ver sus ojos eran de un color distinto eran unos dorados con tonos azules, no había duda era la diosa despierta en su cuerpo, escuchando cada palabra de ella—Su santidad... pido perdón por nuestro encuentro tan repentino—hice una pequeña reverencia inclinando la cabeza—Le agradezco por permitir que pueda cuidar de mi hijo... digo de su cuerpo por un poco más de tiempo—sentía como se me destruía el corazón por haber dicho tal cosa aun sabiendo que era verdad, al terminar de escucharla vi que ella se había ido dejando a afrodita agotado, me levante para cubrirlo con la sabana dejándolo dormir otro poco más—Dejémoslo descansar...—nos levantamos Minos y yo para salir de la habitación dejando a afrodita descansar.

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Mientras tanto en la sala del patriarca por los recintos de Athena, Poseidón se encontraba instalándose en el lugar donde camino hasta salir al balcón donde observo el panorama con una sonrisa sobre su rostro.

Poseidón: Ah... ~ me agrada estar aquí...

Sorrento: ¡Y yo donde me voy a quedar!!! ?—dije gritando desde afuera de la habitación y tocando la puerta

Poseidón solo rodó sus ojos y suspiró abriendo la puerta —Se te fue asignada la habitación continua... Esa—señala la puerta—Entre en unos minutos bajaremos al Santuario. Ni te creas que voy a quedarme encerrado aquí... Así que ve a descansar que necesitas fuerzas para iremos a pie

Sorrento: ¿Caminando? —su cara estaba pálida que terminó desmayado en el suelo—Sálvenme....

Poseidón: Sí. Y no pongas esa cara que iremos sin equipaje. Anda pasa que estoy aburrido—lo jala de su brazo metiéndolo dentro sin esperar respuestas—¿Qué opinas?? Afrodita... ¿Será ella?? —pregunto con una leve sonrisa— Me tiene intrigado... ¿Sírveme más champagne quieres?

Mientras Poseidón observaba por el balcón con una sonrisa más que su mirada estaba fija en el templo de piscis tenía sus dudas, pero sabía perfectamente que aquel caballero era su amiga que tanto prometió cuidar tanto así que se sentía atraído por resolver su misterio.

Mientras tanto Camus y Milo caminaba para bajar por las escaleras del santuario donde se detuvieron unos segundos a conversar de lo que había pasado.

—Sé que esto es difícil para ti, no quiero incomodarte...—refiriéndose a que no quería que los vieran tomados de la mano, por lo que solo se dio vuelta para empezar a descender en silencio

Camus: No es difícil... no me incomoda —menciono para seguirlo y caminar lentamente para mirar de reojo a su compañero

Milo: Vamos a tomarlo con tranquilidad. ¿De acuerdo? —le sonreí de lado, pero realmente era una sonrisa vacía, sin expresión—Supongo que... hay muchas cosas de qué hablar

Ya se encontraban a las afueras del santuario, justo en la entrada de uno de los bosques que los rodeaban donde los arboles cubrían con sus sombras y de los rayos del sol que llegaban a sus cuerpos.

Camus: Si, estoy bien con ir tranquilo. Aun estas algo desconfiado igual que yo—juega con sus vendas acomodándolas—Sé que debemos hablar más y yo debería aprender sobre cortejo

Milo sonríe divertido mientras se adentra al bosque, buscando un lugar en específico– ¿ah sí? ¿A quién quieres cortejar? Yo te puedo ayudar si tienes a alguien en mente...

Camus: ¿Me quieres ayudar? —trata de seguirle el juego—no sé, y si te gusta a ti. No me puedo arriesgar a que lo deslumbres con tu sonrisa

Milo se adentraba junto a Camus a una zona boscosa en la cual se encontraba dividiendo el pase de un río que pasaba por piedras y rodeado de vegetación– Podría ser... Soy muy bueno en eso, ¿sabes? Pero intentaré ser de ayuda. Te convertirás en un casanova. —lo mira regalándole una gran sonrisa. Una sonrisa que sólo podría tener cuando estaba con él—¿Recuerdas éste lugar?

Camus: No quiero ser casanova. No me interesa gustarles a todos—recorre el lugar con su mirada—Han pasado años. Es donde nos refugiábamos para no entrenar

Milo aprovechó que Camus estaba distraído viendo el lugar para posarse detrás de él, recargando su propio pecho con la espalda contraria. Posó ambas manos sobre los hombros de Camus—Recuerdo que te acostabas a leer y yo solamente dormía... O te molestaba. Me encantaba hacer lo último.

Camus cree que ya se hará costumbre tener que estremecerse por los tiques del escorpión—Es un lugar muy tranquilo. Muchas veces mis libros terminaron en el agua—suspiro recordando las travesuras de jóvenes

Milo: Un día mientras leías yo me quedé observándote detenidamente... Me puse a pensar muchas cosas, a traer recuerdos... Aquí me di cuenta de lo mucho que te amaba... Y tan solo tenía 13 años...

Camus: ¿Desde tan joven? —consulto extrañado, por lo que escucho—¿Por qué yo? No era muy raro, más raro que ahora creo

Milo: Lo sé es extraño. Pero nosotros no mandamos en nuestros corazones...—se posa al lado de él mirando hacia el frente y con las manos entrelazadas detrás—Y desde entonces, eso no ha cambiado —suspira para observar el lugar con una leve sonrisa

Camus: ¿No te gusto nadie más?

Milo: Gustar... Es algo diferente. Es cuando alguien sólo te parece lindo, pero no sientes nada por esa persona. Quizás sí, algunas personas... Nada de importancia. —lo mira de reojo—¿Y tú?

Camus: No, he conocido gente "linda" —menciono mirando sus manos por unos segundos—pero no me ha gustado nadie

Milo solo lo escucho por lo que arquea una ceja—¿Nadie? —lo mira inquisitivo

Camus: No, nadie. Aquí me gustaba estar contigo y cuando me fui a Siberia hablaba poco. Hay gente linda pero solo hablábamos para comprar cosas necesarias

Camus se sienta a su lado mirando a la copa antes regresar su vista al griego—No ha cambiado este lugar

Milo cierra los ojos disfrutando del sonido del agua y de la brisa, se deja recostar sobre el tronco cruzando sus brazos detrás de su cabeza—Ni la compañía...—da una sutil sonrisa

Camus: Milo no seas adulador

Milo solo mantuvo su sonrisa orgullosa sobre su rostro—Soy perfecto y puedo ser tan adulador como yo quiera con quien yo quiera—hablando juguetón

Camus: Si totalmente perfecto—Dice burlón— todo un monumento griego

Milo ríe por el comentario. Amaba cuando Camus salía de su zona de confort y compartía bromas sutiles con él—Por supuesto, muchos me lo han dicho, gracias. Es lindo saber que tú piensas lo mismo de mí—aún con los ojos cerrados, tomo una pequeña piedra que se encontraba al lado de él y se la lanzó al francés sin fuerza, solo para que le cayera en alguna parte del cuerpo y sin ninguna intención de lastimarlo.

Camus siente el golpe por lo que sonreía levemente—Tonto —le da un leve golpe en el hombro

Milo asiente con la cabeza y sonríe—Lo soy—se remueve un poco de su asiento, colocando las manos en el césped para acomodarse y sin querer su mano roza con la de Camus—Lo siento...

Camus solo lo mira por aquel pequeño roce, pero no dice nada y solo se acomodó mejor haciendo que sus manos volvieran a tocarse y sonríe por su compañía del griego.

Milo suspira sin apartar su mano—Me siento exhausto...—murmuró apenas audible y a los pocos minutos empezó a quedarse dormido recargado en el árbol, pero a poco empezó a caer al lado, quedando su cabeza sobre el hombro contrario.

Camus: Es agradable—siente el peso extra y voltea a ver al escorpión—¿Milo? —Lo ayuda a recostarse en su regazo para que no se sintiera incómodo y no le doliera el cuello

Milo inconscientemente había caído en un sueño profundo, solo sintió algo se movimiento y se abrazó de las piernas de Camus

Camus sonríe y acaricia sus añiles cabellos—Siempre me gustó tu cabello—Pasa sus largos dedos peinando unos mechones rebeldes

—Cam...—murmura y sonríe dormido, afianzándose más a sus piernas

Camus: Aún hablas dormido—Sus caricias se extienden al cuello y hombro del griego—Sin duda eres un niño bichito—murmuro despacio para no despertarlo además de recargarse contra el árbol y sigue con sus caricias distraídamente

Un rayo de sol que se coló por las copas de los árboles lo hizo despertar pues le daba directamente en la cara, pero al sentir aquellas caricias, decidió hacerse el dormido.

Camus cierra sus ojos disfrutando de la paz—Me gusta esto, no es como dijo mi maestro—menciono tranquilo sin detener las caricias en el cuello de Milo

Milo toma la mano de Camus que se encontraba sobre su cuello y acaricia suavemente sus dedos con su pulgar

Camus voltea a verlo—¿te desperté? —menciono al ver como sujeto su mano

Milo da un suave beso sobre sus dedos—No lo hiciste, continúa...—habla aún adormilado

Camus tiembla y suspira antes de continuar—¿Estás cómodo? —pregunto para observarlo un poco

Milo asiente con la cabeza y sonríe, aun manteniendo los dedos de Camus rozando sus labios a modo de caricias

Camus en momento sus dedos se tensionan por la rara sensación en su otra mano

Milo: Tranquilo, Cam, relájate. Jamás haría algo que pudiera lastimarte...—continuaba con las leves caricias y besos sobre sus dedos, a la vez también los frotaba contra su mejilla

Camus: No puedo evitarlo. Siento un escalofrío en dónde me tocas

Milo sonríe y se incorpora sentándose frente a él muy cerca, cara a cara—¿De verdad? —Lo mira fijamente a los ojos posando una mano sobre su mejilla, frotándola con su pulgar.

Camus cierra un ojo controlándose por la pequeña corriente que sintió—Si, es como sentir una pequeña electricidad

Milo esta vez baja su pulgar acariciando sus labios delicadamente y delineándolos—Camus... —suspira y murmura mirando fijamente sus labios

Camus inconscientemente pasa su lengua por donde toca milo—Milo... —murmuro despacio ante las caricias del griego sobre sus labios

Milo tragó grueso y con la mano temblorosa lo sostuvo, para después acercarse lentamente y juntar sus labios en un beso torpe, tímido y suave.

Camus se queda en shock y separa apenas sus labios ya que esto era algo nuevo que sentía además de como su cuerpo se tensaba por lo que pasaba.

Milo se sentía demasiado nervioso, pero decidió insistir un poco más con el beso mientras posaba su mano sobre el hombro de Camus, dándole suaves caricias para intentar relajarlo.

Camus se deja guiar tímidamente tratando de responder antes las caricias que provocaba su compañero, aunque algo dentro de él pensó a sentir como su fuera levemente unas pulsaciones que se aceleraban con rapidez.

Milo acerca un poco más el cuerpo hacia él y continúa con aquel beso lento y torpe para ambos hasta que la respiración les faltó. Se separó solo unos cm con los ojos aún cerrados y sintiendo ambos las respiraciones.

Camus se apoya en su hombro escondiendo su sonrojado rostro—Milo, eso... —no sabía que decir más solo podía ocultar su rostro

Milo le acaricia el cabello que caía sobre la espalda de Camus, relajándolo—¿Si?

Camus: Me haces sentir raro—se separa un poco para mirarlo por debajo de su flequillo—no mal, solo raro—aclara

Milo: ¿Qué más?

Camus: Mhn si y calor. Se siente caliente

Milo: Yo también siento lo mismo... Y nunca me había sentido si... —suspira y sonríe— y se siente muy bien, Cam... —Pasa su mano por su pecho y clavícula, bajando hasta su abdomen y volviendo a subir.

Camus al sentir las caricias lo mira algo extrañado—¿Qué haces?

Milo: Solo te estoy acariciando... ¿No te gusta? —Se detiene para mirarlo

Camus no dice nada y solo voltea su rostro apenado—No, digo no me desagrada—comento bajo sin mirarlo y un ligero color carmesí se posó sobre sus mejillas

Milo al escucharlo solo suspiro para alejarse un poco—¿Quieres volver al santuario? —pregunto ya que no quería que Camus se sintiera incomodo

Camus: Si creo que ya hay que volver

Milo: De acuerdo—Se levanta sacudiéndose el polvo y sonríe, extendiéndole la mano para levantarlo—Vamos...

Camus lo toma y se levanta sacudiéndose—¿Quieres quedarte a comer en acuario?

Milo: No me gustaría incomodarte más de lo que ya lo hice...—Rasca su cabeza, apenado.

Camus: No fue incómodo. Solo me avergüenzo.

Milo sonríe algo triste y mete sus manos en los bolsos de su chaqueta—Vamos, Hyoga debe estar preocupado.

Camus: Milo —lo detiene y trata de tomar su mano sacándola del bolsillo— no quiero malentendidos ni secretos. Quiero ser sincero contigo y que tú también lo seas.

Milo: Se queda estático y pensando un momento. Traga grueso y solo toma su mano, asintiendo con la cabeza.

Camus: El hacer estas cosas me apenan, pero no es porque me desagraden. Tu sabes lo tímido y torpe que puedo llegar a ser al hacer algo nuevo

Milo: Lo sé Camus, te conozco más que nadie...—Sonríe orgulloso por aquello—Conmigo puedes sentirte seguro. —Afianza más el agarre.

Camus: Gracias Milo. Odiaría verte con esa expresión triste por mi culpa

Milo solo sonrió algo triste y asiente con la cabeza—Mejor vamos de una vez Hyoga estará preocupado por ti

Camus asiente extrañado por el semblante triste del peli azul, intenta no pensar en que está haciendo algo mal.

Milo vuelve a meter sus manos en su chaqueta y comienza a caminar despacio al lado de él—Gracias por haberme acompañado, Cam—hablo para mirarlo de reojo

Camus: Yo te agradezco por traerme aquí Milo. Espero y se pueda repetir en otra ocasión

Milo al escucharlo sonríe y decía bromeando para molestar a Camus—¿también la ronda de besos?

Camus no puede evitar sonrojarse—Si, eso también

Milo se detuvo por completo quedando sorprendido por la respuesta y completamente sonrojado. No esperaba en lo absoluto que dijera eso.

Camus: Me agrado mucho...

Milo: Podríamos hacerlo en cualquier parte, en cualquier momento

Camus: Mientras no incomode a nadie. No me gusta ser el centro de atención

Milo: No te preocupes, no molestaremos a nadie... —Se acerca dándole un suave beso de pico

Camus: Está bien —sonríe y le da una caricia en la mejilla

Milo recarga la cabeza en su hombro sonriendo y escondiendo su rostro en el cuello contrario–¿Me abrazas? Quiero sentir tu calor un momento antes de llegar...

Camus: Si quieres

Lo abrasa lentamente y acaricia su espalda sintiendo su calor recorrer su cuerpo logrando sacar una leve sonrisa y en la mente de Camus no quería que se acabara aquel momento que estaba viviendo.

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Una vez fuera de la habitación Albafica dejo salir algunas lágrimas de sus ojos tratando de contener sus emociones por lo que Minos se acercó y lo abrazo acariciando sus cabellos para tranquilizarlo.

Minos: Tranquilo...—menciono amablemente mientras dejaba que se desahogue unos minutos

Mire a Minos por un momento cuando sujeto mi mano atrayéndome hacia el rodeando sus manos en mi cuerpo, en estos momentos mi orgullo estaba por los suelos por lo que sin pensar correspondí a su abrazo colocando mi rostro en su hombro y dejando salir unas lágrimas en silencio—Gracias....—dije susurrando, así estuvimos por varios minutos hasta apartarme de su lado lentamente mientras me limpiaba los ojos con los dedos—Oye Minos... no tendrás problemas si permaneces mucho tiempo aquí en el santuario?—quería cambiar de tema pues ya estaba apenado por que me viera así

Sé que lentamente sus lágrimas y coloque una sonrisa tranquila—No te preocupes ahora mismo Lune estará que me ayuda con mis deberes además no creo que me necesiten en el inframundo...—Hable tranquilamente y sonriendo—Siéntate te preparé algo de comer...—Dije para caminar a su cocina

Albafica: Si tú lo dices—mire a otro lado cuando limpiaba las lágrimas—¿Ja? ¿Sabes cocinar? —arqueo una ceja mirándolo dudoso, mientras caminábamos a la cocina, el insistía en que me sentará así que no tuve de otra más que obedecer

Minas: Claro que se cocinar...—entrando a la cocina mientras se podía escuchar la leve risa de piscis—Ya verás rosita—comente riendo y empezando a cocinar

—Eso quiero ver—dijo con un tono de provocación junto a una sonrisa leve mientras cruzaba los brazos esperando al albino

Minos: Acepto el reto R-o-s-i-t-a—hablando de la misma forma provocativa ante piscis

Hice una mueca, algo sonrojado—Ya te dije que no me llames así... por cierto ... ¡más te vale no quemar el templo! —en lo que terminaba Minos fui a preparar algo de jugo para acompañar con la comida, regrese con dos vasos con jugo y al ver la comida de Minos me quede algo anonadado por la comida—¿Tu hiciste esto? —tenía que admitir que se veía apetitosa, me senté en la silla, mire con detalle la comida y tomando uno de los cubiertos probé un pedazo llevándolo a mi boca—.... —mis ojos se abrieron completamente, se sentía un cosquilleo en la boca con un sabor dulce, creí que yo era bueno en la cocina, pero al probar esto era algo que me superaba—Esta delicioso.

Cuando nos sentamos observe como Albafica estaba asombrado por lo que ambos nos sentamos—Si espero te guste—Hable esperando que empezará a comer además de ver su rostro lleno de asombro al probar el bocado de mi comida, se formó una sonrisa al ver cómo me dijo que estaba delicioso lo que había preparado—Me alegro que te gustara... Es un platillo típico de mi país se llama Fårikål. —Le comenté mientras empezaba a comer

Albafica: Esto... tu...—hablaba entrecortado sin ninguna idea fija al deleitarse con la comida—Debo admitir que no sabía que eras tan buen cocinero—a pesar de que él también comía podía sentir su mirada fija en mí, eso me poniendo algo inquieto, podía sentir la misma sensación extraña que había sentido cuando estábamos volando, esa sensación ya estaba comenzando a volverse una costumbre cada vez que el espectro estaba demasiado cerca o le miraba de esa manera, tenía que pensar en una forma para que el juez dejara de mirarlo, pero sin sonar grosero o agresivo—¿Cómo hiciste esto tan rápido?—era poco pero espero que funcione sacando al menos un tema de conversación

Me encantaba colocar a la Rosita nervioso y ver lo de esa manera me alegraba ya que por lo menos le sacaba una sonrisa en su rostro y pude notar como me miraba por lo que sólo Sonreí—Gracias, cuando tenía misiones siempre cocinaba... Un amigo me enseñó cuando era niño... —Hable para después probar un bocado de la comida—Pues la costumbre de cocinar creo... —Alce mis hombros unos minutos para seguir comiendo ya que el ambiente era tranquilo

Escuchaba con atención mientras continuaba comiendo, pero ocasiones paraba para hablar—Me hubiera gustado conocerlo.... para pedirles las recetas claro—sonreí algo nervioso porque no era mi intención que lo tomara a mal, tomo el vaso con jugo para tomar un trajo y dejarlo de nuevo en la mesa—Hablando sobre ti... nunca supe de dónde eres...—estaba interesado por saber un poco más del espectro, no porque fuese su enemigo sino ahora como alguien diferente

Mientras comía escuchaba como la rosa me pregunta en base de mi vida muy pocas veces hablaba de aquel tema por lo que me quedé estático unos minutos y pude notar su preocupación por lo que me apresure en responder—No te preocupes solo que me tomo por sorpresa tu pregunta...—Respire hondo para continuar hablando—Pues... soy de Noruega... Mi padre era un Maldito que abandono a mi madre no se mucho sobre él y ella... No era la mejor persona que digamos... la mayor parte del tiempo ella me culpaba por haber nacido y arruinar su vida... El resto ya se sabe.... —Hablé tranquilamente mientras comía otro bocado de la comida, aunque sentí como Albafica se había quedado callado observando me—¿Estas bien Albita...?

Me había quedado completamente en silencio, asombro por lo que escuchaba, no sabía que decir o que hacer, no debí preguntar eso, todo esto me pasa por tener la boca grande, por solo unos minutos realmente estaba emocionado por saber más de él, pero esto no me lo esperaba—Yo.... lo-lo siento, no debí preguntar—me disculpé de inmediato—No lo sabía

Solo lancé una suspiró al escuchar cómo se disculpaba por lo que sólo negué con la cabeza—No es necesario que te disculpes Alba.... Todo eso ya está en el pasado y prefiero estar en el presente—Hable tranquilamente con una sonrisa—Así que no te pongas desanimado prefiero verte con una sonrisa que te ves mucho más bello de esa manera... —Hable para tomar un poco de juego y observar como Albafica solo desvío la vista sonrojado porque sonreí

Albafica: Si tienes razón...—me había encogido de hombros y desviando la mirada, él sabía que no me gustaba ese tipo de halagos, pero esta vez me mantuve en silencio—No somos tan diferentes...—dije susurrando ya que yo igual fui abandonado en el santuario, me dispuse a terminar de comer—Muchas gracias por todo... otra vez—agradecí una vez que termine de dar el último bocado a la comida que Minos había hecho—Como podría pagarte por todo lo que has hecho por mí y por mi hijo

Me mantuve en silencio unos segundos al escuchar las palabras susurradas de Albafica no entendía mucho a que se refería, pero preferí no tocar el tema ya que parecía delicado ya una vez terminamos de comer me agradeció por lo cual respondí con una sonrisa—No tienes que agradecerme fue un placer ayudarte... —Hable tranquilamente mientras me levantaba para recoger los platos—No tienes que pagarme con nada Albafica, con tal de que seas Feliz y Afrodita igual, estará bien para mí... Además...—Antes de irme a la cocina y terminar la frase me acerqué a donde estaba para depositar un beso en su frente—Con esto me basta...—Dije para levantar su plato y caminar a la cocina para lavar los trastes dejando a la rosa en la sala

Está en completo estado de shock, Minos ni siquiera me había dado tiempo para posesa la información de lo que dijo. Mi mente estaba hecha un desorden por aquel beso en la frente, a pesar de ser ya la segunda vez que lo hace y seguía sin entender estas emociones, retrocedí un poco cubriendo mi frente—¡¡¿Por qué haces eso?!!—estaba hecho un mar de furia, mi rostro estaba completamente rojo, si era de vergüenza, de ira por a verme tocado, pero Minos parecía ignorarme dirigiéndose a la cocina, pero manteniendo esa sonrisa de siempre— ¡No me ignores!

Podía escuchar como Albafica gritaba por lo que sólo lo ignoraba sin perder mi sonrisa—Creo que ya deberías saber la razón por lo que lo hago... —Hable tranquílame al escuchar su pregunta mientras lavaba los platos dejando al caballero intrigado por mi comentario

Albafica: ¿a qué te refieres con que con que ya se la razón? —pregunté molesto mientras lo seguía hasta llegar a la cocina en donde él estaba limpiando los platos, me quedé pensando por un momento por la cual él lo hizo y lo único que se me ocurrió fue esto—Espera.... no Minos no.... ¿Cómo te atreves a confundirme con una mujer?!!!—solo escuche que Minos tiro un plato cuando termine de mencionar lo que dije

Estaba lavando cuando de repente escuché que Albafica dijo que lo confundía con una mujer, quedé en schok por lo que se me resbaló un plato que terminó rompiéndose y voltee rápidamente para míralo—Enserio no lo sabes... Y como crees que te confundiría con una mujer—Pregunté arqueando una ceja ante la locura que pensaba el caballero—No puedo creerlo...—Suspiré para secarme las manos y acercarme a donde estaba—Yo nunca te confundiría con una mujer, sé que tienes una increíble belleza la cual no te gusta que te lo mencionen, pero no lo puedo negar y lamento por lo que haré además espero que esto te lo aclare.... —Hable para acercarme a sus labios y plantar un tierno beso

Albafica: ¿Entonces por qué me besaste? ... No encontró otra explicación de por qué lo haces —ya no comprendía nada, la respuesta de Minos no era nada lógica, era la única explicación que le daba sentido, pero ahora que él decía que no era sí, me dejaba aún más confundido y aún más por que se estaba acercaba cada vez más a mi mientras hablaba sobre mi belleza por lo que yo retrocedí lo más que pude hasta topar con la pared— Minos que estas.... —no pude terminar de hablar por que sentí los labios del albino sobre los míos callándome en el instante, dejándome con los ojos abiertos. Todo mi cuerpo y mi mente estaban completamente congelados por lo que estaba sucediendo, nunca en mi vida me había pasado algo como esto, nunca, ni siquiera cercano, esto era una nueva y atemorizan experiencia para él, así durante varios segundos que parecía una eternidad, cerré los ojos y colocando mis manos en sus hombros lo empujé hacia atrás apartándolo de mi— ¡¡¿QUE DEMONIOS CREES QUE ESTAS HACIENDO?!!!—mi cara estaba completamente roja

Cuando sentí como Albafica me apartó lo observé completamente rojo tal vez de la vergüenza de lo que estaba pasando y lo escuché gritar el motivo por lo que hacía—Tú me dijiste que no sabías la razón... te lo estoy mostrando ahora mismo, lo que siento por ti caballero de piscis lamento si te incomode, pero... Ya lo mostré te amo Albafica de piscis —Hable tranquilamente mientras suspiraba y esperando alguna respuesta de su parte en completo silencio

Estaba a punto de reprocharle de nuevo hasta que escuché lo último que dijo, dejándome en completo schok— ¿Qu-que acabas de-de decir? —sentía como mi corazón latía con tanta intensidad junto con un hormigueo por todo mi cuerpo, quería hablar, pero sentir aún nudo en la garganta—Mi.... Minos yo... no.... estas jugando conmigo? Porque si es así, esto ya fue demasiado lejos

Minos: No estoy jugando Albafica nunca jugaría con algo así... —Hable tranquilamente mientras me acerque a donde estaba observando a los ojos indicándole que no jugaba con lo que decía—Mis sentimientos son verdaderos Alba...

Minos era un poco más alto que yo por lo que tenía que alzar un poco la mirada hasta ver sus ojos color violeta dando a entender que no era mentira—Es que.... y-yo no lo entiendo... apenas llevo conociéndote desde hace poco... —decía con tartamudez y evitando que me mirara

Al estar cerca entrelace mi mano con la suya sintiendo el calor de su cuerpo con el mío—Entonces te ayudaré a entender esperare lo que sea necesario hasta que te sientas seguro, pero me alegro que sepas lo que siento... —Hable tranquilamente con una sonrisa sobre mi rostro fue en ese momento que nos quedamos mirando tanto que parecía eterno, pero no era incómodo además de cómo mi corazón comenzaba a palpitar con intensidad

Albafica: Minos... —de igual manera entrelace mi mano con la de él, pero sin cerrarla por completo, yo aun en mi mente seguía pensando el por qué el... estaría con alguien como yo, pero no podríamos estar juntos, siendo de diferentes bandos.... y por mi sangre envenenada, mire a otro lado y a lo lejos mire afrodita desde su habitación por lo que me separe rápidamente de Minos— Hijo .... no te había visto...

Estaba observando tranquilamente lo que estaba sucediendo hasta que mi papá se dio cuenta de mi presencia por lo que maldecí a mis adentros—Hola papá y Minos... —Hablé sonriente y saliendo de mi escondite—Lamento interrumpir la escena romántica entre ambos...—Reí nerviosamente al ver como ambos se sonrojaron por mi comentario

Albafica: ¿Qué? No no no no ... nosotros no estábamos...—miraba a Minos nervioso y sonrojado, mientras me tocaba el cuello—Olvídalo... ¿Cómo te sientes? —cambie de tema lo antes posible

Minos no dijo ya que estaba igual que Albafica por lo que agradeció a sus adentros que alba cambiara de tema.

Afrodita: Que rápido cambias de tema papá...—Hablé negando con la cabeza y con un rostro de inexpresivo, aunque vi como ambos quitaban la mirada—Bueno... Respondiendo a tu pregunta ya me encuentro mejor papá y tengo hambre jeje—Hable y soltando una risita al último causando que Minos riera un poco

Minos: Entonces vamos para que comas esta vez cocine yo y a tu papá le encanto mi comida...—Hable para caminar junto a Afrodita quien estaba Sonriendo y conversábamos mientras llegábamos a la cocina

Albafica: Me alegra que te encuentres bien.... —hice una mueca por lo que dijo afrodita, este dijo que quería algo de comer así que fuimos de nuevo a la cocina solo que yo caminaba detrás de ellos, escuche a Minos mencionando que me había encantado su comida—Je... je... si... Minos es un buen chef —hable y soltaba una risa nerviosa, busque un plato y cubiertos colocándolos sobre mesa, de vez en cuando me cruzaba con Minos ya que la cocina no era tan grande y nuestras miradas igual, pero seguía colocando las cosas evitando un poco a Minos—¿Quieres alga de jugo?

Observé como Albafica me trataba de evitar por lo que sólo Suspiré ya que no lo quería presionar por lo que sólo lo miraba de reojo.

Estaba sentado observando como mi padre evitaba a Minos por lo que sólo negué con la cabeza sin que se diera cuenta hasta que se acercó y me preguntó si quería un poco de juego—Claro gracias papá... —Observé el plato y lucía increíble por lo que apenas probé un bocado y mis ojos se abrieron de lo que rico que sabía—Esto es increíble... Me encanto mucho... Minos, mi papá tenía razón eres increíble en la cocina—Hable con una sonrisa radiante sobre mi rostro y con estrellita sobre mis ojos.

Observe su rostro lleno de alegría por lo que me alegre y sonreí—Me alegro mucho que te gustara la comida—hablo Minos con alegría en su voz

Albafica: Claro hijo—le servía el jugo en un vaso y al ver la alegría en el rostro de afrodita sonreia—Vez, te lo dije...q tal vez algún día pueda pasarnos la receta... o tu qué opinas ¿? —me apoyaba sobre la orilla de la mesa entre Minos y afrodita ya que así podía ver a los dos—Mm... después de esto que les gustaría hacer?

Afrodita: Pues podemos ir por ese helado que no logramos ir y después pasear por el pueblo jejej qué opinas Minos—Hable Colocando unos ojitos de cachorrito para que aceptara

Minos: Claro sería divertido y con gusto acepto ir por helado —Hable con una sonrisa al ver como se emocionó—Y con gusto te paso la receta Alba, pero sabremos si te saldrá bien jaja—soltando una leva risita al igual que Afrodita que entendió la referencia a su pequeña broma que planeaban

Albafica: Me parece bien—dije sonriendo, pero luego Minos y afrodita empezaron a hablar sobre que probablemente no podría prepara la misma comida que Minos—Hijo... .. —cerré los ojos sonriendo, pero se notaba que estaba molesto por que salía una vena en mi frente mientras me cruzaba de brazos—... creen que mi comida es horrible?! —me levanté golpeando la mesa, pero ellos me seguían mirándome aguantando la risa—¡No es tan gracioso!

Ambos observaron como se molestaba por sus comentario, pero ambos teníamos algo en común nos gustaba molestar a la rosa mayor o ese era el pensamiento de Minos y Afrodita.

Afrodita: No es eso papá... Tu sabes que me gusta tu comida, pero sabes que me gusta molestarte... Jejej...—Hable aguantando la risa al igual que Minos ya que entendió la razón por lo que lo hacía

Minos: Si tranquilo Rosita sé que cocina delicioso ya que Afrodita siempre hablaba de eso cuando conversamos...solo era una pequeña bromita...—Hable defendiendo a Afrodita y observe como después de su enojo empezó a reír por lo que me alegro verlo de esa manera

Afrodita: Entonces será mejor que terminé de comer para ir a comer el helado—Al último sonreí para continuar comiendo la comida de Minos, aunque debía confesar que no era la primera vez que probaba alguna comida preparaba por él ya que cuando nos juntábamos para conversar me dio hambre y comí de su deliciosa comida mientras comía observaba a Minos y a mi padre quienes sonreían y eso me alegraba.

Estaba confundido hasta que escuche las razones por la cual se burlaban de mi por lo que me empecé a reír—Jajaja que graciosos son ustedes—soltaba unas pequeñas risas, mire a afrodita terminar su comida, por lo que levante su plato y su baso para ir a lavarlos—Entonces vamos por un helado

Ambos se levantaron para salir de la cocina con dirección a la salida del templo para ir al pueblo al pie del santuario. El camino no fue tan largo y Minos agradecía que no hubiera tanta gente al igual que Alba ya una vez llegaron Afrodita se acercó para poder pedir su helado.

Afrodita: Yo quiero una de vainilla por favor

Minos: Yo uno de chocolate ¿y tú rosita?

Salimos del templo pero para llegar al pueblo más rápido teníamos que ir por unos túneles y para que no notarán a Minos, cuando salimos por suerte no había tanta gente, llegamos a la heladería y Minos y afrodita ya habían pedido su helado solo faltaba yo—Yo pediré uno de fresa—los miraba con una sonrisa, tomamos nuestro helado y fuimos a sentarnos en una de las mesas que se encontraban fuera de la heladería—Es la primera vez que salimos los tres juntos, mayormente salíamos solo mi hijo y yo—decía con tranquilidad mientras comía mi helado

Una vez nos entregaron nuestros helado nos sentamos en la silla que estaban afuera y por primera vez me sentía tranquilo pasando tiempo con ambos—Si tienes razón, pero me alegro haber venido—Sonreí para seguir comiendo mi helado, aunque Afrodita Sujeto una cuchara y se robó un poco del mío—Eh te vi...

Solo asistí con la cabeza, pero aproveche para robar un poco de helado a Minos quien se dio cuenta y comenzamos a robarnos helados y jugar mientras reíamos, bajo la mirada de mi padre.

Albafica: Si es bueno pasar con ustedes—Solo me quedaba mirándolos, me alegraba que afrodita se la estuviera pasando bien con Minos, me sentía bien convivir con ellos, noté que afrodita le quitaba un poco de helado a Minos así que le acerque mi helado a Minos—Puedes comer del mío... claro si gustas—le sonreí nervioso

Mientras jugaba con Afrodita observe como Albafica acercó su helado, lo mire uno segundos hasta que escuche su voz—Gracias... También si quieres puedes comer un poco del mío, al menos que alguien no se lo siga robando jaja—Hable mirando a Afrodita quien solo desvío la mirada y seguía comiendo su helado como si no pasara nada—Sabe rico el de fresa... —Mencioné después de probar un poco del suyo y extendí el mío para que probará también

Albafica: Jajaja, si tienes razón, parece que alguien tenía mucha hambre—miraba Afrodita con una sonrisa, observe que Minos también me estaba compartiendo un poco de su helado—Gracias Minos—dice tranquilamente y probé un poco de su helado—Mmm.. también esta rico el de chocolate

Minos: Me alegro que te gustara—Hable tranquilamente para seguir comiendo el helado mientras compartíamos entre todos

La verdad me estaba divirtiendo mucho junto con ellos más cuando compartimos helados y ver a mi padre sonreír me alegraba más en compañía de Minos—Gracias... —Murmure sonriendo a Minos quien me escucho y solo asistió sin que mi padre se diera cuenta y seguimos divirtiéndonos juntos

Albafica: Si, esta heladería es una de las mejore—hable tranquilamente mientras seguía comiendo mi helado, de vez en cuando miraba a Minos de reojo hablando con mi hijo, ellos se la estaban pasando muy bien, pero yo aún me sentía confundido, tal vez me equivoqué con Minos, ¿debería darle una segunda oportunidad? —Estuvo delicioso—termine de comer mi helado y solo me quede mirándolos a que terminaran su helado

Observe como Albafica había terminado su helado por lo que sólo faltamos afrodita y yo, nos tomamos nuestro tiempo, pero logramos terminar—Tienes razón estuvo delicioso el helado tu qué opinas Dita... —Hable observando al menor que sólo Sonrió para poder hablar

Afrodita: Estuvo delicioso de vez y que quieren hacer??—Pregunté para mirar a los mayores
Minos

Minos: Mm no se tu qué quieres hacer Alba...—Mire al mayor quien se quedó pensado

Albafica: Me alegro que les haya gustado—sonreí y después me preguntaron si tenía alguna idea de que hacer ahora, quede pensando por un momento—No lo sé...—miraba a mi alrededor y empezaba a llegar gente por lo que se me ocurrió un lugar al que ya habíamos ido—¿Oye Minos... crees que podríamos ir al bosque? —le miraba con una sonrisa y movía mis ojos hacia arriba disimuladamente, quería darle a entender a aquel lugar que Minos me llevó a conocer

Estaba esperando a que Albafica se le ocurriera algo hasta que me dijo el bosque y miraba disimuladamente al cielo por lo que entendí a lo que quería decir—Oh... Claro que si podemos ir...—Hable sonriente y levantándome de mi asiento seguido por ambas rosas

Estaba escuchando como ambos se lanzaban miradas y sonrisas por lo que no entendí a qué se referían ya que sólo me levante de mi asiento para seguir a ambos adultos—Que hay en el bosque... —Pregunté a mi papá quien estaba a mi costado y sólo sonrió

Minos se levantó primero y después nosotros, caminábamos en dirección a un lugar apartado para que nadie viera a Minos—Ya lo veras hijo—dije tranquilo mientras seguíamos caminando

Una vez llegamos al bosque casi apartados al pueblo una vez llegamos observe como Minos llamó a su myth cloth por lo que me intrigó.

Ya lejos llame a mi sapuri y me lo coloque donde abrí mis alas—Bueno primero Dita ya vengo por ti Rosita—Hable para sujetar a la rosa menor y elevarme para estar unos minutos en el cielo además de observar la sonrisa y emoción en su rostro ya una vez terminamos bajamos

Afrodita: Me encanto que emoción—Hable feliz y alzando los brazos

Minos: Bueno te toca rosita—Hable estirando mi mano en su dirección con una sonrisa esperando que la tomara

En lo que Minos llamaba su cloth yo solo miraba al rededor por si alguien nos veía, luego Minos llevó a afrodita primero, me quedé esperando hasta ver a Minos de nuevo para llevarme estirando su mano—... ... ... —me le quede mirando su mano por un momento sentía como mi cara se ruborizaba, sin decir ninguna palabra tome su mano entrelazando sus dedos con los míos—Más te vale no solarme—dije con una sonrisa nerviosa

Una vez Albafica entre lazo nuestras manos Sonreí por lo que dijo—Nunca te solitaria...—Hable para cargarlo como aquella vez mientras que me elevaba y sentía la fría ventisca chocar con mi cara—Nunca me canso de esta sensación...—Hable sonriente y cerrando mis ojos unos minutos

Cerraba los ojos no solo por la fría ventisca sino también porque aún no estaba acostumbrado a volar, hasta que me pude acostumbrar y los abrí mirando el hermoso cielo azul y las nubes—Esta será mi vista favorita—dije sonriendo y con un brillo en mis ojos

Volví a abrir los ojos encontrándome con aquella vista maravillosa que me encantaba cada vez que volaba—Tienes razón es una vista maravillosa—Hable al ver ese brillo sobre sus ojos para elevarme un poco más para acercarme a uno de las nubes—Adelante ya lo has hecho antes y te lo prometo no te soltare—Comenté para que pudiera tocar las nubes y volver a ver esa sonrisa

Albafica: Debe ser increíble volar cuando tú quieras—volamos más alto hasta llegar a una de las nubes y Minos me dijo que podía tocarla como aquella vez prometiendo que no me soltaría—Gracias—desvíe la mirada ruborizado y estire mi brazo hasta tocar la nube, jamás me cansaría de este momento, se sentía tan suave cada vez que la tocaba, si no fuera por Minos no estaría aquí en estos momentos de felicidad—Esta muy suave... Como podría agradecerte por todo lo que has hecho por mí—decía tranquilo

Observaba como su rostro brillaba con emoción y ahí estaba aquella pregunta que sólo sonreía—Sabes que no tienes que agradecerme solo con que este junto a ti y sonrías es el mejor regalo. —Hable Sonriendo amablemente y observando su rostro que parecía analizar me, aunque observe como se ruborizo ante mí comentario

Me ruborizaba ante sus palabras porque ya sabía a qué se refería recordando su confección hacia mí en el templo—Pero yo insisto ... —seguía insistiendo, pero Minos aún seguía negándose ante mí propuesta, ya no quise insistir porque no quería arruinar este momento—Esta bien .... tu ganas—admitía mi derrota al insistir y solo escuchaba la risa de Minos por lo que dije. Ya habían pasado minutos hasta que bajamos porque afrodita estaba esperándonos en la laguna.

Me Reí un poco ante el comentario de Albafica habíamos estado ya mucho tiempo por lo que decidimos bajar para ver a Afrodita quien estaba jugando en la laguna.

Cuando observe a mi papá ruborizarse me alegro mientras esperaba me acerque a la laguna donde sumergí mis pies donde disfrute jugar—Es refrescante... Y relajante—Hable, pero después observe a mi padre junto con Minos quien ya habían llegado por lo que sólo sonreí y les hice una seña para que se sentarán

Habíamos llegado, baje de los brazos de Minos y vimos afrodita sentado en la orilla jugando con el agua mientras nos llamaba así que nos acercamos a él—Perdona la tardanza—me sentaba junto a el—¿Te gusta el lugar verdad?

Minos: Lamentamos la tardanza Dita—Hable, pero solo negó con la cabeza diciendo que no importaba mientras me sentaba a su costado

Observo como ambos se sentaron a cada uno a un distinto costado y yo en el centro tanto que parecía una familia por lo que Sonreí ante mi pensamiento—Es muy hermoso y la tranquilidad de este lugar es pacífica... —Hable mientras sumergía mi mano y lance un poco de agua a mi papá mientras reía en compañía de Minos

Albafica: Jeje es verdad, es muy tranquilo—dije sonriendo mientras admiraba la hermosa vista de la laguna, pero eso se interrumpió porque afrodita me había echado agua en la cara—¡Oigan!!.... así quieren jugar bien—dije con una sonrisa mientras miraba a ese par riéndose por mi reacción, no iba a dejar que se burlaban de nuevo, así que coloqué mi mano en el agua salpicando a ambos en la cara—Jajajaja!!

Estábamos tranquilos hasta que observe lo que estaba planeando Afrodita por lo que cuando le salpico me empecé a reír junto con el—Jajaj, pero no...—Hable al ver como Albafica nos había salpicado con agua y riendo tanto que aceleró mi corazón al escucharlo de esa manera, pero no iba a quedarme quieto me iba a vengar—Bueno quieren guerra la tendrán ambos—Dije para empezar a salpicar en sus direcciones y Afrodita tampoco se quedaba atrás me estaba divirtiendo demasiado y solté una risa ante la situación

Jamás me había reído tanto, me estaba divirtiendo mucho al verlos empatados, pero no me di cuenta de que Minos me regreso la jugada empapando mi cara junto a la de mi hijo—Con que, si estamos, no—sonreí y hable desafiantemente, me limpiaba la cara y me levante para tomar un poco más de agua con las dos manos y salpicar a Minos y a afrodita—Deberían ver su cara jaja

Observe como mi papá se estaba riendo aquello me gusta y me alegre además de estar jugando con ambos y las risas no faltaban.

Cuando observe como la rosa mayor se colocó serio para volver a empaparme, me empecé a reír y cuando escuché como se divertía seguía empapando lo con agua—Ya veremos Rosita —Hable con una sonría para lanzar más agua logrando así empaparlo y una sonrisa radiante se posó en mi rostro al ver como realizo un puchero y me dé volvía la jugada

Hice un puchero no solo porque se reía si no porque ya mi ropa estaba empapada, mire a afrodita casi muriendo de la risa así que se me ocurrió algo, me acerque a Minos para susurrarle y moviendo la cabeza también en dirección a afrodita—~hay que darle un empujón al agua~—él había empezado todo por lo que era nuestra venganza, me coloque atrás de él para sujetar sus manos y Minos los pies, mientras veía a afrodita confundido

Estaba que me reía cuando observe como Albafica se acercó a donde estaba un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando me susurro unas cortas palabras a mi oído por lo que sólo asistí con la cabeza ante la idea y me posicione a los pies de Afrodita quien estaba confundido.

Estaba que me reía hasta que observe como ambos adultos se acercaron a donde estaba y de repente me sujetarán—¡Hey! que hacen...—Pregunté mientras me trataba de soltar de su agarre, pero fue inútil y terminé cayendo a la laguna—Cof.. Cof ¡Oigan! —Grite realizando un puchero ante su acción y observe como se reían por lo sucedido

Sujetamos a afrodita de sus pies y manos para lanzar lo al agua, Minos y yo nos estábamos riendo al ver la reacción de afrodita ya adentro de la laguna—Tu empezaste Jajaja—miraba a Minos pues este también se estaba riendo, mi corazón empezó a latir con tanta intensidad al verlo de esa manera.

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