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Capitulo 10


Albafica: ¡Aguanta milo! ¡O de lo contrario no podrás ver a Camus! —hablaba para que milo no perdiera la conciencia, llegamos al templo de piscis y fui recibido por Minos quien me ayudó a colocar a milo en una cama, todo ese tiempo evitaba a Minos, no estaba de humor como para verlo y mi preocupación aumentaba—Estarás bien...—rápidamente fui por una caja en donde tenía pequeños frascos los cuales eran antídotos para cualquier tipo de veneno, tomé uno de un color rosado y entre agonía y dolor hice que milo tomara ese tónico que le ayudaría a eliminar el veneno de Niobe—¡Milo! ¡No te vayas! —estaba preocupado pues ya no quería ver que alguien más muriera por mi culpa

Estaba Observa a Albafica quien estaba preocupado y era razonable ya que el veneno estaba que se esparcía por su cuerpo además que no te como me evita por lo que sólo permanecí en silencio.

Todo se veía sumamente borroso, su cuerpo estaba muy débil y comenzó a sentir mucha fiebre. Su cuerpo le dolía y apenas podía moverse. Su respiración era tenue pero aún suficiente para mantenerse con vida.

—Camus... ~

Murmuró de manera pausada y suspiró al encontrarse ya acostado. La sustancia en su cuerpo y la fiebre que tenía hicieron que empezara a alucinar.

— Camus...

Imaginó que Camus estaba frente a él y estiró su mano hacia la nada para intentar alcanzarlo, pero no podía. Se mantenía acostado con la mano estirada. Unas pequeñas lágrimas salían de sus ojos, intentaba seguir enfocando hacia su rostro imaginario.

— Cam... ¿Por qué no me quieres? —Murmuró para sí apenas audible.

Estaba descansando cuando escuché los gritos de mi padre por lo que me levante y observe a Minos quien estaba en silencio observando desde la puerta, por lo que me acerque a donde estaban—Papá que pas.. —no termine de hablar y me quedé callado al observar a Milo sobre la cama y mi papá con heridas quería decir algo, pero sabía que cuando algo así pasaba mi papá se preocupaba demasiado

Solo me quede callado cuando en eso escucho a Dita por lo que se acercó y observo a su compañero—Tranquilo... todo saldrá bien—Comenté para mirarlo de reojo y rogar que así fuera, aunque estaba molesto sin duda ya que teníamos un tratado de paz y se atrevieron a atacar al santuario—En qué diablos están pensando con atacar al santuario-pensé molesto y suspirar un poco

Apenas me podía mantener en pie debido a que aún no recuperaba la sangre perdida en la batalla estaba muy debilitado, sin embargo, eso era lo de menos por mí era capaz de dar mi propia vida con tal de salvar a otra, vi que milo empezaba a delirar, eso era buena señal ya que así milo no perdería la conciencia, miraba hacia atrás y ahí estaba Dita y Minos, solo miré a mi hijo—¡Afrodita trae a Camus ahora! Minos después hablaré contigo... es mejor que te vayas a esconder...—volvía a estar con milo quien empezaba a tener fiebre por efecto del antídoto, por lo que le pedí a mi armadura de piscis que le dijera a la de escorpio retirarse del cuerpo de milo, ya que así podría quitarle la solo la camisa y taparlo con una manta para reducir la temperatura—Estarás bien milo—decía para tomar su mano y nuevamente inyectarle otro antídoto

Su mente estaba divagando, su vista estaba perdida y solo balbuceaba cosas al azar—Elián... Volveré por ti... —Murmuraba a duras penas.

Afrodita: De acuerdo papá—Asistí para empezar a salir de mi templo no sin antes llevar a mi papá 2 (Minos) a mi habitación para que no haya problemas

Alba me dijo que me escondiera por lo que obedecí y Dita me llevó a su habitación donde iba a permanecer en silencio—Si hades te revive juro que yo mato... —Hablé entre dientes molesto

Estaba bajando los escalones cuando me encontré con Camus—Camus te necesitamos ahora—Hable rápido para que el asistiera y subiera conmigo al templo—Por aquí—Mencione para que pasara y viera a milo

Aún seguía con milo hasta escuchar que por fin había llegado Camus, por lo que salí apoyándome de la pared hacia ellos—Camus ver por favor... necesito que bajes la fiebre de milo—le indicaba donde estaba recostado—Estará bien solo hay que bajar la fiebre

Tosiendo algo de sangre y aun hablando al azar—Hijo, perdón... Volveré... Lo prometo... —Lloraba silenciosamente

Camus: ¿Qué ha pasado, porque estás así? —Digo preocupado y veo a Milo tendido en la cama para acercarme a donde estaba

Se re breve... nos encontramos a 2 espectros en el santuario durante nuestra patrulla sin embargo los espectros poseían un veneno mortal, por desgracia milo se quedó con milo y absorbió una gran cantidad de veneno ... si no estuviera con milo el no saldría vivo de esto...—dije mientras me acercaba a milo—Necesito que contrarrestas la fiebre... está empezando a delirar

Escucho a Milo murmurar y lo tomo de la mano colocando la otra en su frente para bajar la temperatura—Tranquilo Milo, todo estará bien—hable para suspirar preocupado—Me alegra que piense así de Hyoga—pensé con una leve sonrisa

Cuando mi papá dijo espectros me sorprendí y mire disimuladamente a mi habitación, pero sabía que no podía ser él ya que estuvo todo el tiempo con nosotros—Papá vamos un rato aun te sientes mal y esta débil deja, que Camus se encargue por favor....

Camus: Cómo pudieron traspasar la barrera—comente para ver lo—No te preocupes yo cuidare de Milo—hable para observarlo—¿Tu no necesitas ayuda?

Albafica: No te preocupes por mí, he aguantado cosas peores .... la prioridad ahora es milo—se levanta con cuidado—Hice todo lo que pude... él se podrá bien... ten—le da unos frascos y medicamento dejándolos en la cama—Si la fiebre no desaparece dale esto ... por favor cuida de él, gracias a él pudimos acabar con los espectros—antes de irse le revolvió los cabellos a milo después salió de la habitación

Afrodita: Papá sin dudas eres terco—Mencione para ayudarlo—¿Vamos a mi habitación? —Consulte antes de avanzar ya que sabía que Minos estaba ahí

Al sentir las manos contrarias se asustó ya que la vista y algunos de sus sentidos estaban nublados casi en su totalidad. Intento alejarse y levantarse como si de un loco se tratara—¡No me toques! ¡Tengo que ir con Elián! —No sabía quién era el que lo tocaba

Milo se removió y yo quería dedicarle palabras de consuelo, pero lo que dijo me hizo alejarme en Shock—¿Elian? —La temperatura en toda la habitación baja drásticamente. —"¿Milo me mintió? ¿Quién es Elian? —pensaba y mi mente estaba confundida

Asiente con la cabeza y habla apenas audible—Lo dejé sólo... Tengo que ir por el... —Intenta levantarse de la cama en camino a la salida—Mi hijo... —Estira su mano intentando tocar algo que solo estaba en su imaginación, pero solo cae.

Aprieto fuerte los puños, de qué habla—Tu hijo...—Escucho a Hyoga y Shun, me descontrole y regulo mi cosmos antes de volver a tocar al escorpión—Tienes mucho que explicar—murmure para ayudarlo a que se recostara de nuevo y mirarlo seriamente

Hyoga: Papá tal vez milo... esta delirando esta demasiado débil que no sabe que decir—
quería defender a milo—solo tienes que estar calmado

Shun: Hyoga tal vez tenga razón solo hay que esperar que despierte—Hable un poco tímido

Aún estaba en el piso intentando ponerse de pie, pero solo lograba arrastrarse— Por favor...—Tenía los ojos con lágrimas

Miraba a Shun preocupado por que la temperatura estaba bajando—Papá por favor deja tu orgullo a un lado y ayúdanos—dije para ayudar a milo y volver a dejarlo en la cama

Camus solo lo ayudo a regresar a la cama y lo sujeto apoyándome en su pecho y frente, no paraba de mirarlo sentía molestia, rabia como también tristeza de verlo de esa manera.

Se recostó de nuevo en la cama. Los antídotos estaban haciendo efecto poco a poco y se sentía adormilado. Abrazó una de las almohadas en posición fetal intentando dormir, pero después de un rato volvió a sollozar apenas audible— Cam... ¿Por qué no me amas? —Habló con la voz quebrada y se abrazó más a la almohada, triste

Parece estar relajándose para luego continuar con su trabajo—Como puedes decir eso... —mencione bajo y mirándolo de reojo

Estaba temblando ya que la fiebre le causaba escalofríos. Se abrazaba más de la almohada y de sí mismo—Camus... Me estoy muriendo... ¿Por qué no vienes a despedirte? —Hablaba con tristeza apretando la almohada.

Se frota las sienes está confundido. ¿A qué se refiere Milo? No le ha demostrado que le gusta—Por eso mostraste tanto... Dolor, cuando pedí sinceridad—Habla triste, checando la temperatura del griego

Su respiración ya era tranquila, al principio tenía aún espasmos en su cuerpo y tenía cara de estar sufriendo, pero ahora ya se encontraba más relajado, aunque con fiebre todavía. Suspiraba profundo de vez en cuando y susurraba el nombre de Camus y Elián entre sueños.

Había estado usando su cosmos para controlar la fiebre, y la mente en conflicto—Sigues nombrando a "ese"—Cuando Milo se calmó, me acomodo, apoyando mi cabeza en mis brazos

Quedó profundamente dormido por horas, hasta caer la noche. Mantenía la mano siempre cerca de la de Camus.

Un dolor de cabeza y de cuerpo fue lo que despertaron a Milo después de varias horas. Los efectos principales del veneno ya habían disminuido, pero se mantenía un poco desorientado. Comenzó a removerse en la cama y hacer leves gemidos de empezar a reaccionar.

Los gemidos lo despiertan por completo—¿Milo? —pregunto algo adormilado para observarlo

Apenas abrió un poco los ojos y se agarró la cabeza por el dolor, aún desorientado—¿Camus? - se tapó la cara con la almohada, el dolor de cuerpo era terrible - ¿no me digas que otra vez nos embriagamos hasta perder el conocimiento? Te dije que paráramos con eso... —Empezó a removerse por la cama para encontrar una posición más cómoda, dándole la espalda—Anda, ya acuéstate...

Camus: Estabas intoxicado no ebrio—Habla en tomo frío y molesto por su comportamiento

Milo: ¿hmm? ¿Volvimos a consumir drogas? Te he dicho que no volvamos a ese maldito bar, las bebidas están adulteradas—Se abraza de la sabana—Anda ya, ven a dormir. Tengo frío, abrázame.

Camus: Hará más frío te lo aseguró

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Albafica: Perdóname por ser si... —Sonreía y me apoye del hombro de Dita en dirección a su habitación—Solo necesito descansar...

Afrodita: De acuerdo—Mencione para abrir la puerta de mi habitación y Minos estaba por lo que se acercó a paso lento y me ayudó a llevar a mi papá a la cama—Bueno yo... Iré por algo para que coman los dejo... —Dije para salir de la habitación

Observe como llegaron por lo que los ayude sin decir nada después Dita se fue—¿Quien...? ¿Fue...? —Hable sin mirarlo

Llegamos a la habitación Minos nos estaba esperando hay, pero yo no dije nada, le pedí a mi armadura que abandonará mi cuerpo por lo que ella acepto y volvía en su forma objeto, solo me recosté en la cama—Esta bien hijo... —miraba hacia otro lado seriamente sin mirar a mino—Ya están muertos... milo y yo acabamos con ellos

Minos: No te pregunte eso... —Hable sin mirarlo y comete seriamente—Crees que es mi culpa... —Pregunté sin más observando la puerta

Intente ocultar lo que estaba pensando que si fue Minos quien los dejo entrar, pero parece que si me descubrió...—Minos .... dime la verdad—me intentaba mover, pero mi pecho y mi cuerpo tenían heridas abiertas, aguante el dolor en silencio

Minos: Te diré la.... verdad no sabía que atacarían el santuario ni sabía que vendrían... —Comenté sin mirarlo y dejar salir un suspiró pesado—Yo salí del inframundo... Sin ningún conocimiento de aquello.... Yo no vine para ser un infiltrado.... Yo vine porque me enamore de un caballero de Athena...—Hable sin mirarlo, estaba molesto—Y no te muevas tus heridas aún están abiertas—Hable para voltearme quedando cara a cara y con mi mano verificar sus heridas

Albafica: ¡Argh! —me quejaba del dolor por que Minos había tocado una parte de mis heridas—No... lo entiendo... tu eres el único espectro aquí... cómo podrían haber atravesado la barrera de Athena... —intentaba quitarme la camisa por que la tela rascaba las heridas y era muy doloroso

Observe como le ardía por lo que lo ayude a sacarse la camisa—No lo sé.... Ni tampoco lo que está planeando hades con todo esto... —Mencione para verificar y si tenía heridas profundas por lo que me levante para ir por el botiquín que tenía Dita en su cuarto—Perdona si te duele—Hable algo serio para empezar a curar sus heridas—Además como crees que los pude ayudar si estuve todo este tiempo contigo y Dita.... Yo... No haría algo para dañarlos...

Apretaba mis puños con fuerza el dolor era intenso y el dolor hacía que mi actitud cambiará no solo por eso sino también por la desesperación se podía notar en mi cara de que volvieran atacar el santuario y con ello mucha gente moriría—No lo sé... dime... tu eres un espectro ... como podrías haber entrado desde un principio ... qué tal si alguien te vio entrar de la misma manera que tú? ¡Argh! —mi respiración estaba algo agitada, pero note que Minos estaba molesto por haber desconfiado de él—Minos... yo... —agachaba la cabeza creo que no pude medir mis palabras

Estaba molesto porque pensé que Alba confiaría en mí, pero pasó lo en contrarío por lo que no dije nada—Si te das cuenta yo entro volando gracias a mis alas y eso lo sabes muy bien... —Hable algo molesto y seguía curando sus heridas—Crees que yo quería ser un espectro... Acaso pensaste que esta era la vida que quería.... Yo solo... —Me quedé callado y no ya aguantaba hablar porque sabía que si seguía diría cosas peores, por lo que sólo me concentré en sus heridas mientras que permanecíamos en silencio

Permanecí en silencio, parecía que decía la verdad, todo este tiempo Minos solo llegaba al santuario volando así nadie sospecharía de algo así, además el tiempo que ha estado aquí no se ha portado como un espectro ni siquiera nos ha atacado o lastimado—no lo entiendo...—hablaba entre mis pensamientos, quería disculparme con Minos, pero escuché sus quejas al no querer ser un espectro... mis palabras llegaron muy lejos—Yo.... —me intentaba levantar, pero él me lo impedía, estaba molesto—Yo tampoco pedí ser un caballero... —dije susurrando y solo me quieto dejando el curará mis heridas

Permanecí en silencio hasta que escuché lo que dijo, sabía que ambos no queríamos ser lo que éramos ahora, pero no había marcha atrás—Ya terminé... —Hable para retirar mi mano de sus heridas y dejar el botiquín en su lugar—Lo bueno es que no tienes fiebre... —Hable para llevar mi mano a su frente—En la noche me voy a ir aprovechando que no haya nadie—Solté así no más para mirarlo podía notar como se sorprendió me iba a levantar, pero observe como me sujeto del brazo por lo que no dije nada y espere que hablara

Minos había terminado y verificado si no tenía fiebre tocando mi frente, no dije nada y solo me mantuve en silencio, hasta que dijo que regresaría mañana o por la noche al inframundo eso me sorprendió—Espera—dije mientras sujetaba su brazo evitando que se levantara—Minos...por favor... no te vayas... de mi lado... —dije titubeando además de sentir como mis ojos se llenaban de lágrimas—Perdóname... Fui un completo idiota...

Pude notar como estaba a punto de llorar por lo que entrecerré mis ojos para volver a sentarme no me gustaba ver lo de esa forma, era una de las cosas que me hacían débiles en cierto modo—No... Te disculpes.... Los que tienen la culpa son ellos.... Y también... Yo porque... No medí mis palabras... —Hable para acercarme echarme al costado suyo y con cuidado lo abrace para que se acobijara en mi pecho—Te lo prometo... nunca me iré de tu lado incluso si me tengo que enfrentar al mismo hades...—Hablé para acariciar su cabeza con cuidado ya que no quería que sintiera dolor—Y lo de idiota somos ambos... —Comenté soltando una pequeña risita en forma de broma

Albafica: Pero Minos....—escuche cada palabra de Minos, me sentí culpable al saber que él podría enfrentarse a su dios hades, cuando se recostó a mi lado abrazándome yo también correspondí a su abrazo a pesar del dolor que tenía en todo mi cuerpo—Jeje... un par de idiotas... —solté una risa por su comentario, no quería que él se fuera, era la primera persona en este mundo quien logró sacarme de mi soledad, dándome la oportunidad de vivir y poder amar a alguien más, me separe un poco de él para mirarlo a los ojos por varios segundos, coloque mi mano en su mejilla y acercándome poco a poco a él podía sentir su aliento mezclarse con el mío, cerrando los ojos le di un tierno beso en los labios, era la primera vez que yo se lo daba a él

Estábamos recostados hasta que nos separamos un poco pude sentir como Alba acariciaba mi mejilla por lo iba a decir algo hasta que sentí sus labios sobre los míos—¡!—Me sorprendió ya que era la primera vez que el me besaba, pero lentamente correspondí su besos mientras acariciaba su espalda con cuidado para no tocar ninguna herida

Seguía besándolo de una manera tierna, cuando Minos empezó a acariciar mi espalda solo sentí un ligero hormigueo por todo mi cuerpo pero no era algo que me incomodada para nada y por el contrario cedía sin temor poco a poco hasta relajar mi boca y dejar fluir para que ambos disfrutáramos. Me recosté en la cama boca arriba sin dejar de besar a Minos, pero debido a la falta de aliento nos separamos—Minos...—decía su nombre mientras miraba su rostro con las mejillas de un color carmesí

Nos seguíamos besando cuando nos separamos por falta de aire por lo que estaba sonrojado al igual que Alba y no paraba de mirarlo—Alba... —Mencioné despacio para volver a besarlo con cuidado ya que no quería que sus heridas se abrieran y con mi mano recorría por sus largos cabellos, podía sentir como mi corazón latía con fuerza y cerré lo ojos para disfrutar el beso

Lo mire sonrojado y nuevamente nos acercamos para darnos otro beso, abría mi poca para seguiré el juego aminos y así nuestras bocas comenzaron devorándose lentamente, acariciaba el cabello de Minos con delicadeza—¡!—mis ojos se sobresaltaron al sentir las acaricias de Minos por mi espalda y mi torso, por lo que comentaba a dar pequeños gemidos e intentar separarlo—Mi... Minos... yo... espera...

Nos volvimos a separar por la falta de aire y puede notar la cara sonrojada de alba por lo que sólo sonreí amablemente—Tranquilo... no haré nada que tu no... me permitas—Hable para besar su frente y abrazarlo sin ejercer mucha presión por sus heridas y sin dejar de acariciar su espalda

Albafica: Pe.... pero Minos yo... hay personas aquí... no podemos... —decía titubeando y mordía mis labios para no dejar salir aquellos sonidos a causa de las acaricias de Minos—Minos...

Minos: De acuerdo Rosita si tú lo dices... —Comenté divertido para ver cómo estaba rojo por lo que sólo empecé a acariciar su espalda con delicadeza—Pero después... No prometo nada... —Comenté para besarlo de nuevo suavemente ya que sabía que era verdad por casi todos estaban en el templo de piscis y además no quería meter en problemas a la Rosita por lo que sólo me conformé con sus besos

Albafica: Sabía que no debía hacer eso... —me estaba arrepintiendo porque ahora no podía quitarme de encima a Minos, le gustaban los besos, pero las acaricias eran otra cosa, pues sentía una sensación muy extraña recorriendo todo mi cuerpo—Minos.... no...

Minos: Jejeje ya... Ya tranquilo Rosita—Hable divertido para observarlo a los ojos unos minutos—Me imagino que debes estar agotado mejor será que duermas—Comenté para solo acariciar su cabeza como un niño pequeño

No lo miraba a los ojos por evitar que lo viera así tan nervioso y por su actitud de ahora—Solo un poco—después sentí el cosmos muy conocido por lo que me alarme pues este cosmos se parecía al de Camus, pero mucho más frío y serio—Hay no... Minos debes ocultar tu cosmos y esconderte—me levante a duras penas por que quería ir a ver al caballero mayor de acuario

Observe como Alba se puso nervioso al sentir aquel cosmos por lo que obedecí—De acuerdo—Hable para disminuir mi cosmos al máximo para no ser decretado—Tengo cuidado Alba—Dije al verlo que se levantaba

Albafica: Lo tendré... solo ocúltate

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Estaba en la cocina de piscis preparando algo caliente cuando sentí una ráfaga de frío viniendo de la habitación donde estaba Milo—Camus está molesto...—Comenté para negar con la cabeza y observar cómo salió de la habitación Hyoga con Shun por lo que sonreí—Hola chicos me alegro de verlos

Hyoga: Hola Afrodita—menciono al ver al mayor con una sonrisa—Perdona por entrar sin saludarte

Afrodita: Hola Hyoga y hola Shun tiempo sin verte me alegro que estes en el santuario—Hable de manera animada para sonreír ante Shun y como era costumbre me lo devolvía

Shun: Si hace tiempo que no te veo Dita—Hable alegremente al verlo—Bueno dita nos retiramos ya que tenemos que ir al templo de Acuario Lamentamos la molestia

Ambos caballeros solo se despidieron de piscis para alejarse del lugar para poder bajar las escalaras del santuario mientras conversaban alegremente.

Mientras caminaba con Hyoga observe una cabellera algo verdosa acercarse a donde estábamos por lo que afile mejor mi mirada dándome cuenta que era un caballero de oro— Buenas noches señor Degel—hable con respeto y inclinando mi cabeza un poco

De manera lenta y elegante iba subiendo por las Doce Casas, extrañado porque varios de los templos se encontraban vacíos, incluyendo el suyo. Había regresado de una misión e iba en camino a la Sala Patriarcal a dar su reporte de la situación cuando extrañado vio a Hyoga y Shun bajar desde Piscis, así que decidió preguntar.

— Hyoga, ¿por qué tu padre no está custodiando Acuario?

Lo dijo de manera seria y firme, casi a manera de regaño. Pero así hablaba el, no era intencional.

Bajamos los escalones hacia acuario, pero en eso nos detuvimos ya que nos encontramos con el anterior caballero de Acuario dejándome sorprendido

—Pa... papá Degel perdón—me incline haciendo una reverencia—Maestro Degel no sabía que había llegado al santuario... mi papá está en el templo de piscis acompañando a milo de escorpio tuvo una batalla con los espectros de hades y fue herido

Lo miró por completo y levantó una ceja— ¿Espectro de Hades, dices? - levanta un poco la voz - ¡Con mayor razón deberían estar custodiando sus Templos!

Un poco molesto empuja sus lentes con su dedo índice acomodándolos de nuevo sobre su nariz. Comenzó a caminar pasando entre Shun y Hyoga y se detuvo unos segundos cuando estuvo entre ellos.

— Hablaré con tu padre—Habló molesto y continuo su camino ascendente hacia Piscis.

Mientras estaba en mi templo observe que mis papás estaban descansando por lo que sólo suspire al saber que estaba bien por lo que volví a la sala para sentarme unos minutos—Hmm ¿Quién puede ser?? —Pregunté al ver como sentía un cosmos acercarse al templo y al abrir la puerta me encontré con el antiguo caballero de Acuario—Señor Degel ah... ¿Qué está haciendo en mi templo?

Me paré frente a la puerta, mirando a Afrodita—Regreso de una misión, voy de camino a la Sala Patriarcal, ¿puedo pasar por tu templo? —Serio y directo, como siempre.

Sonreí y después me puse una camisa para salir de mi habitación, mi hijo ya estaba en la entrada recibiendo al maestro del hielo

Albafica: Hola Degel...—caminaba con lentitud hacia el manteniendo una distancia—¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en Siberia con Unity

Afrodita: Papá—Hable para acercarme y ayudarlo ya que estaba débil—No debiste pararte papá—Le reclame un poco, pero luego le sonreí para observar al señor Degel

Pasé a Piscis, ignorando la pregunta de Afrodita y Albafica. Ya tendría tiempo de dar detalles más tarde—¡Camus! —Hablé fuerte por el templo para que el susodicho saliera de la habitación en donde se encontraba.

Albafica solo se quedo callado ante su grito por lo que suspiro pensando que había pasado entre ellos dos.

Me mantenía de pie en medio del templo esperando a que Camus me contestara. Para hacer tiempo y esperarlo, decidí responder a las preguntas de los Piscianos—Terminé la misión antes de lo esperado. Todo salió como lo esperado, sin complicaciones—Me dedicaba a ver los detalles del templo mientras hablaba. Camine hacia Albafica extendiendo la mano para saludarlo—Qué bueno verte, Alba.

Cuando grito el nombre de Camus me asustó un poco más cuando sentía una pequeña ráfaga de frío que salía de mi habitación—Maldición Camus espero sepas lo que estás haciendo—pensé para sonreír nervioso

Albafica: No te preocupes hijo estoy bien—mire a Degel quien se estaba acercando Dita y yo nos mantuvimos distanciados de él y solo movimos la cabeza en forma de reverencia y saludo—Lo mismo digo Degel me alegra que todo haya salido son ninguna dificultad en tu misión

Solté una leve puntación de cosmos a modo de ráfaga de ciento y volví a nombrar a mi descendiente, esta vez impaciente— ¡Camus! —Miré hacia Albafica—¿En dónde está?

Cuando soltó la ráfaga sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo y observe a mi papá de reojo sabiendo que esto no terminaría bien.

Estaba escondido en la habitación de Dita cuando escuché gritar y una ráfaga de aire recorrió todo el lugar—Diablos ya entendí a que se refería la Rosita... —Mencione en voz baja para no ser escuchado

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Suspiré y se quité la almohada de mi cabeza, incorporándome lentamente y sentándome sobre la cama, mirándome y después mirando a Camus.

—¿Me violaste? ¿Por qué estoy sin camisa, Camus? —Hablé confundido, intentado enfocar mi vista.

Enarca una ceja sin quitar su mueca molesta—Tenías fiebre. Y deliraba. Hablaste bastante—Escucho que alguien me llama—Así que habla—Intento ignóralo ahora solo quiero que Milo se explique antes de volver esto un iglú

Hice una mueca de confusión. No entendía lo que pasaba ni el por qué estaba ahí, pero intenté continuar hablando con Camus, sin saber a qué se refería.

— ¿Hablé bastante? - rasque mi cabeza en señal de confusión - Pues supongo que eso es normal, ¿no? —Me sorprendí al escuchar que alguien llamaba a Camus

Camus: Depende de lo que hables...—hablo serio—Tu nombras a alguien

Pasé mis manos por mi cara, haciendo mi cabello hacia atrás y bostezando para intentar espabilar. Mi cuerpo dolía a montones—¿Ah sí? - empecé a tallar mis ojos, adormilado aún - ¿A quién? —Hablé desinteresado.

Ignorando los gritos de quién me llama, lanza una ráfaga de viento helado de regreso para indicar que no molesten.

Arqueé una ceja al sentir aquella respuesta, pero también sonreí internamente pues aquella puntación de cosmos me indicaba en dónde se encontraba, así que a paso lento comencé a dirigirme a aquella habitación.

Me sobresalte un poco al escuchar la voz del mayor y me abracé a mí mismo por la ráfaga de viento que se produjo—Camus, ¿de qué me estás hablando? —Abrazándome a mí mismo y temblando un poco por el frío.

—¿Quién rayos es Elian? —Digo molesto y se crea una fina escarcha a mi alrededor

Abrí mis ojos completamente sorprendidos por aquel nombre. Indudablemente sentí como la sangre se me bajaba a los pies y mi cosmos dejaba mi cuerpo, pues ese nombre para mí ya estaba enterrado, aunque yo lo había elegido. Me quedé unos segundos en silencio, intentando procesar aquello. Milo había dejado de funcionar.

—Camus yo... Pensaba decírtelo, pero...—Nervioso, mordí mi labio, no sabía cómo excusarme ni qué decir—Pero no encontraba el momento correcto para hablar de ello....

Camus lo miro unos segundos—Odio cuando titubea—pensé molesto— ¿Quién es Elián?

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Me acerque estirando mi mano hacia la perilla de la puerta sintiéndola congelada. Estaba a punto de abrirla cuando volví a sentir la temperatura bajar. Levanté la vista examinando el cosmos y decidí detenerme, sabía que Camus estaba enojado y no quería entrometerme. Regresé mis pasos para esta vez dirigirme hacia la salida superior, no sin antes dar una reverencia general a los anfitriones.

—Les agradezco la hospitalidad y disculpen las molestias. Con permiso—Me dirigí hacia la Sala Patriarcal a dar mi reporte.

Observamos como Degel se detuvo y realizó una reverencia—¿Ah? ... Si claro no se preocupe fue un gusto—Hable confundido y observe como se retiraba del templo—Bueno eso fue extraño, aunque creo saber la razón... No papá—Observe en dirección a la habitación la cual parecía estar a punto de ser congelada

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Dudé en hablar, pero quería cerciorarme de lo que había dicho estando inconsciente.

— ¿Qué mencioné sobre él?

Pregunté intimidado y temblando de frío.

— Vamos amigo, no me hagas esto. Me resfrío con facilidad...

Camus: Solo responde. ¿Quién es Elian? —Ya no puedo controlar mi cosmos formando varios picos de hielo en todo el piso

Mis exhalaciones producían un vapor helado frente a mí. La temperatura estaba muy baja así que tuve que encender mi cosmos para no morir congelado. Me encontraba sin camisa y las sábanas no eran de mucha ayuda. Suspiré derrotado.

— Elian... Elián es...—Tragué saliva. La cagué por completo—Elián es un pequeño... Es mi hijo que dejé en Santorini durante... Durante mi misión... —Bajé la mirada, decepcionado de mí mismo.

Camus: ¿Hijo? —mi cosmos se apaga de golpe—¿Tu hijo? —volví a mencionar totalmente congelado—Cómo... Desde cuándo... ¿Con quién?

Me abrazaba de lo que pudiera para cubrirme del frío. Sonreí un poco al recordar a aquel pequeño muy parecido a mí. Esta vez hablé más tranquilo.

—Elián es mi pequeño hijo, apenas tiene unos meses de nacido... - sonreí - nació en noviembre, como yo—Levantó la vista, esta vez feliz. No lo ocultaría más—El con quién... Eso no es de importancia, fue un error que cometí con alguien, pero ahora ya no importa eso. - suspire, me sentía un poco más aliviado al sacar aquello - No sabía cómo decírtelo. Lamento que te hayas enterado de esta manera...

Sus expresiones me estaban quemando el alma. Apretando los puños me acerco a el justo cuando dice lo de un "error" —Le doy una cachetada—No puedo creerlo—Empezando a caminar por el cuarto—Tienes un hijo... Un bebé... y dices que es un error—mencione molesto—No creo que "esa" fuera tan insignificante si tuviste un hijo con ella—lo mire de reojo—Cómo....

Me sorprendí ante aquel golpe recibido y me sobé la mejilla—¡Camus tonto, con "error" me refería a acostarme con ella, no al bebé! —Hice una mueca y hablé regañado, Camus era demasiado fuerte y ese golpe me acomodó hasta las neuronas—Lo es... Sólo fue... Una noche, sin importancia. Estaba borracho y sólo pasó... Lo siento...

Camus: ¿Yo soy el tonto? —hable sarcástico—¿No pensaste en que eso podría pasar? Tú y tu afán de estar embriagándote—mencione molesto—Tantos años y amoríos... Y tú... Grrr—Encajo las uñas en mis palmas hasta hacerlas sangrar estaba tan frustrado, molesto y decepcionado—Mínimo ya tendrás visto lo que harás con el niño y su... Madre—Ya pensaba como tendrá que alejarse por el bien de ese pequeño

Sólo agache mi cabeza como perrito regañado mientras Camus continuaba hablando, pero volví a sentir su pulsación de cosmos, así que levante mi mirada para verlo, preocupado.

— Camus, tranquilo... Amor...

Dije aquello sin pensar y me di un face-palm mental. Con las pocas fuerzas que tenía me levanté con mucho escalofrío al sentir el frío del piso debajo de mis pies desnudo. Me acerque a él y tomé su mano cuidadosamente, no quería que se siguiera haciendo daño.

— Sobre eso... - hice una mueca y rasque mi cabeza nervioso, sin soltar la mano contraria - me haré cargo de él yo sólo... Prometí que volvería por él y eso es lo que haré en cuanto me sienta mejor. La madre es... Dijo que no quiere arruinar su vida cuidando un niño, así que tome haré cargo sólo...

Al escucharlo decirme Amor solo quería volverle a golpear, cómo podía decirme así si... si él tiene... Cuando me tocó quería alejarlo, pero lo deje hablar—¿No estás mintiendo? "Ambos" lo decidieron—Siente ganas de vomitar y se sentía un poco mareado por toda la información

Al ver aquella reacción de su parte, decidí alejarme un poco y soltarlo. Sabía que no terminaría bien.

— ¡Por supuesto, Camus! ¿Cuándo te he mentido?

Lo miré con ojos tristes. Odiaba que desconfiara de mí.

— Si no te conté esto aún fue... Porque estaba acomodando las situaciones hasta que fuera favorable...

Camus: Solo lo omites...—mencione sin mirarlo unos segundos—Si pensabas decírmelo—hable para levantar mi vista— ¿Qué vas a hacer ahora?

Me vuelvo a acercar a él para tranquilizarlo con mis palabras. Me sentía mal y los efectos aún no habían desaparecido.

— Quiero estar contigo, Camus... De verdad... Por supuesto que te lo iba a decir, pero no pensé que algo así fuera a pasar. Lo siento...

Me acerco para intentar besarlo, extrañaba sus suaves labios, pero no sé cómo pueda reaccionar. Lo intenté de todos modos.

— Iré por él en unos días... ¿Quieres acompañarme?

Se pone algo aprensivo a dejarse besar—¿Quieres incluirme? —Pregunté nervioso.

Suspiré y tomé su mano con mis ambas manos—¿Sobre la crianza? Te incluiré sólo si tú quieres, Camus...

Abre grande los ojos—¿Quieres que lo criemos juntos? —Sigo en shock por todo lo anterior

Había terminado mi reunión con el Patriarca Shion así que me encaminé de regreso al templo de Acuario, no sin antes volver a llamar al irresponsable de Camus, aquello me tenía muy enojado. Sin pedir permiso, y solo anunciándome con mi cosmos, entré de nuevo al templo y desde afuera de la puerta, volví a llamar.

— ¡Camus!

Camus mientras escuchaba lo que decía Milo escucho otra vez ese grito—¿Quién será? —pensó mientras trataba de analizar lo comentado

Me ruboricé por aquello, pero lo miré, sólo asintiendo, demasiado apenado.

Camus: ¿Sabes lo que eso conlleva Milo?

—Solamente te estoy preguntando... No te estoy obligando, Camus. Pido tu opinión...—No pude evitarlo, me acerque y lo tome del rostro, acercándolo a mí, besándolo con suavidad.

Degel: Mocoso idiota—Murmuré para mí mismo ya enojado y abrí la puerta, topándome con aquella escena. Sólo levanté mi ceja y miré a Camus, enojado.

Camus por su parte se dejó besar, aunque con poco de miedo le correspondió en forma lenta y débil hasta que escucho la puerta abrirse haciendo que reaccionara.

—Camus, te espero en Acuario en 3 minutos—Enojado cerré la puerta y bajé hasta el templo de Acuario, dejando escarcha por el camino

Camus: Milo... Estoy molesto contigo por irresponsable—Le da un leve golpe en la cabeza—Pero te acompañaré para conocerlo y saber más de la situación—Omití totalmente mencionar a "ella"

Suspiré algo decepcionado y asentí. Me tire de nuevo a la cama, pues me sentía aún débil y pésimo, solo quería dormir— Será mejor que atiendas el llamado de tu padre...

Camus: Tu vendrás a Acuario también. Es posible que regrese tu fiebre—Descongela el cuarto tratando de evaporar lentamente el hielo para que no se sublime y dejé charcos

Frunzo el ceño y lo miro extrañado, mirando hacia alrededor del cuarto—¿Qué no estamos en Acuario? Por cierto... ¿Qué hago aquí?

Camus: Albafica te trajo para administrarte un antídoto—Tomo una manta y se la paso—Cúbrete si mi papá espera más Acuario será un tempano

Tomó la sabana y me tapo con ella, para volverme a sentar y negar—Prefiero quedarme aquí, ve tu antes de que se enoje más... —Suspiró pesado, sabía que no le caía bien a Dégel

Camus: Por cómo me miró me querrá en reclusión en el templo así que...—Aprovechando que se cubrió todo lo puedo tomar como costal y cargarlo— vamos

— ¡Camus, no! No quiero ver a tu padre... Sé que no le caigo bien... ¡Por favor, bájame! ¡O déjame irme a Escorpio! —Pataleo un poco intentando zafarme del agarre—¡Por favor, no tolero la temperatura de tu templo!

Lo sujeto mejor y salimos de piscis—No te dejare ir—mencione para rodar un poco los ojos— Prometo poner la calefacción en mi habitación

—¡Ay, vamos Camus! ¡Ni siquiera tienes calefacción, pingüino tonto! —Quejándome como un niño pequeño y remolineándome—Me tendrás que abrazar mientras dormimos o si no me tendré que escapar de tu templo a media noche... —Me rendí y sólo me dejé llevar.

Me encontraba de brazos cruzados en la entrada superior de Acuario, recargado en uno de los pilares, esperando a que Camus llegara. Me encontraba furioso por su irresponsabilidad.

Sólo me rendí y me dejé caer como peso muerto sobre su hombro— ¿Cam? —Murmure mientras bajábamos.

Bajo con cuidado pensando en los múltiples futuros escenarios de lo que ocurrirá con el acuario mayor—¿Si Milo?

Sonreí mientras lo miraba de lado. Desde donde estaba, podía verlo de perfil y examinar todas sus facciones—Eres muy guapo.

Camus lo miro unos segundos—¿No estas jugando Milo? —lo miro inquisitivamente

Milo: Lo digo de verdad, Camus. Me gustas mucho

Camus: Veo que te sientes mejor

— Ehh sí, me siento mejor - mentí - ya me puedes soltar, caminaré por mi cuenta—Dije seguro de sí mismo, así podría irme corriendo a Escorpio.

Camus: Te dije lo que haría si sigues de terco

Milo solo bufo bajo—Bien...—de ahí lo miro de reojo—¿Me das un beso?

Camus: ¿Te comportaras? —lo mira unos segundos ante su pregunta—Te daré un beso si te comportas y esperas en mi habitación

Sonreí ante aquel comentario— ¡Hecho! Te esperare...

Mientras tanto en el templo de Acuario Degel observaba las escaleras esperando que llegara Camus sin duda estaba molesto había desaparecido cuando había un ataque y no siguió las indicaciones.

Hyoga: ¿Maestro Degel está usted bien? —pregunto llegando a su altura—Lo noto tenso

Lo miré un segundo de reojo y regresé mi vista al frente, donde podía ver a Camus bajando—Tú y tu padre están en problemas—Hablé serio y firme.

Suspire con pesadez esperando a mi padre quien venía de piscis cargando a milo—Por favor maestro uno de nuestros compañeros resultó herido por el ataque de los espectros por que estaría enojado con nosotros solo por haber ayudado

Miré fijamente al pequeño que estaba al lado de mí con una mirada asesina. Le apunte con el dedo antes de hablar.

—Tú y tu padre estaban a cargo del Templo de Acuario, si hay ataques enemigos con mayor razón deben de estar resguardando el Santuario, no distrayéndose con banalidades. Ninguno de los dos estaba—Hablé fuerte y claro a manera de regaño.

Casi estaba a punto de resbalarme por la sorpresa de los regaños—Lo siento.... —baje la mirada como perro regañado encogiéndome de hombros

Sólo me vuelvo a acomodar cruzado de brazos sobre el pilar, esperando a Camus— Será mejor que te retires, Hyoga.

Cuando llegaron Camus bajo a Milo unos segundos si las miradas mataran.

Asiento y veo de reojo al mayor con la cabeza gacha. Note que su mirada me siguió de reojo por unos segundos. Estaba pensando en correr e irme a Escorpio, pero debía cumplir la promesa de Camus, así que a regañadientes me fui a su habitación, cerrando la puerta y curioseando alrededor con la mirada, amaba la foto que tenía en su mesa de noche. Era de nosotros cuando éramos niños.

Hablé serio y directo, incorporándome y dándole la cara a Camus— ¿Ya terminaste?

Veo como Milo se adentra en el templo para después mirar a mi padre—Aun tengo que vigilar que la fiebre de escorpio no regrese

Me acerqué a él, viéndolo de frente.

— Tú única responsabilidad en el Santuario es resguardar el Templo de Acuario - lo apunto con el dedo - y ni siquiera eso pudiste hacer. Siendo dos, ninguno pudo cumplir con su trabajo, tú siendo el portador oficial debes poner el ejemplo, Camus. El deber está sobre cualquier otra cosa. Si hay ataques enemigos, con mayor razón se quedas aquí a velar por la seguridad. Además...—Habló esta vez más enojado— Te dije claramente, Camus, que te alejaras de ese muchacho, ¡te lo dije!

Camus: El ataque fue totalmente impredecible—Controlo mis respuestas para no mostrar nada más— Albafica y Milo los enfrentaron y detuvieron, pero escorpio resultó envenenado. Piscis lo ayudo, pero la fiebre es un problema. Yo solo lo estoy ayudando

Me vuelvo a cruzar de brazos y río irónico ante aquella respuesta— ¿Si la fiebre era el problema, por qué no fue Hyoga a encargarse de ello mientras tú cubrías Acuario? — Me incorporé y me di la vuelta para irme, pero antes... — La armadura se quedará conmigo de ahora en adelante a menos de que sea estrictamente necesario que la portes tú—Lo miré una vez más sobre mi hombro y me retiré al estudio de Acuario.

—Al enterarnos del ataque corrimos al punto de la batalla. Llegamos tarde y me quedé a ayudar. Hice que Hyoga se quedará al margen—¿Qué clase de amonestación es esa? —No puedes decomisarla, no soy un aprendiz

Acuario no está seguro bajo tu custodia—Fue lo único que dije para terminar de adentrarme al templo y dejarlo atrás.

Lo sigo a una distancia segura—Mi actuar nunca ha tenido réplica—Apenas regresa y me juzga por un solo hecho

Me adentré al estudio escuchando las palabras de Camus detrás de mí, estando sentado en la silla de mi escritorio, volví a mirarlo, acomodando mis lentes—No hablaremos ahora de las veces que tus actos han sido cuestionables. Por favor, retírate. Y aléjate de Milo de Escorpio—Bajo mi mirada a uno de mis libros.

Camus: Escorpio aún necesita mi ayuda

Degel: Envía a Hyoga para que lo cuide—decía sin mirarlo y concentrándose en su libro

—Hyoga no posee la experiencia necesaria—Prefiere no hablar de más no sabía si el niño Andrómeda se había quedado o no

Degel: ¿Hyoga no sabe bajar la temperatura a su alrededor? —Lo miré sobre los lentes, incrédulo ante tal comentario—Escorpio no es tu problema. Le pediré a Mu que se encargue de él—Me levanto con intención de ir a buscar a Mu para que se encargue de la situación, pasando al lado de Camus.

Camus: Hyoga lo sabe... No tiene experiencia médica, solo eso—No es necesaria la asistencia de Mu—cómo es posible que me quite la autoridad en mi propio templo

Miro a Camus seriamente—Tampoco la tuya

Camus: Soy el más adapto para hacerlo

Me quito los lentes, fastidiado de escucharlo—Lo haré yo, entonces—Me cruzo de brazos frente a él, retador.

Camus: No, no es lo que quería decir—mencione al ver como mi padre me miraba seriamente—No es necesario, yo ya lo estoy haciendo

— Cuidé de Kardia toda mi vida, tengo más experiencia que tú. Me encargaré de él con tal de que te alejes—Lo miró fijamente a los ojos, buscando una respuesta diferente— ¿Dónde está?

No pude convencerlo, es más terco que yo.

Aún me dolía el golpe que me dio, tenía la mejilla enrojecida como una quemadura con hielo, sabía que en cuanto diga dónde está Milo recibiría otra como mínimo—En mi habitación...

Al escuchar aquello la sangre se me subió a la cabeza. Apreté con fuerza mis puños hasta enrojecerlos, estaba a punto de soltarle un golpe, pero con todas mis fuerzas restantes me contuve y de la manera más tranquila posible, regresé a mi asiento frente al escritorio, sobando el tabique de mi nariz y respirando para intentar contenerme—Retírate—Fue lo único que dije para evitar empeorar la situación.

Por reflejo apenas lo escuché salí rápido del estudio—¿Por qué ahora? —Estaba a punto de un ataque de ansiedad. El ataque, Milo herido y con un hijo y mi padre regresó—La mejilla me ardía, haciendo que me enfocará en lo importante. Camino a mi habitación y respiro hondo para calmarme

Estaba acostado en la cama de Camus con mi brazo flexionado hacia atrás y mi cabeza recargada en él. Me estaba quedando dormido de nuevo cuando sentí una corriente de frío y la puerta de la habitación abriéndose. Sonreí al ver a Camus entrar, aunque por el frío, me incorporé un poco abrazándome a mí mismo— Volviste—Sonreí al decir aquello y lo miré, feliz— ¿Está todo bien?

Esperaba que Milo estuviera dormido, pero al entrar lo vi temblando—Si— controle mi cosmos eliminando el frío de la habitación todo bien—Busque entre mis cajones una botellita de ungüento para curar mi rostro, mañana estaría como siempre mi pálida piel

Fruncí el ceño y lo miré extrañado. A pesar de ser una persona muy fría, recta y sin muchas emociones, a veces lograba descifrarlo— Cam... ¿Seguro que estás bien? —Apenas con algo de fuerza logré levantarme, cojeando un poco y caminando hacia él. Casi tropiezo por la falta de fuerzas, pero alcancé a sostenerme de uno de los muebles. Miré la mejilla enrojecida de Camus y estiré mi mano hacia ella, acariciándola suavemente con mi pulgar—¿Qué pasó? —Lo miré preocupado.

Estaba tan concentrado estaba que no vi a Milo acercarse hasta que me tocó—Milo...—Brinqué por el ardor del tacto tirando la botellita de ungüento—Nada, Solo que mi papá está molesto por el ataque

— Cam lo siento, yo...—Aparté mi mano de su rostro, no pensé que lo fuera a lastimar. Hice una mueca de desconcierto— No te quería lastimar, perdón—Dije apenado y miré hacia abajo, notando que se había derramado algo del ungüento así que me agaché a recoger la botella, tambaleándome un poco y colocándola sobre el tocador—Regresaré a Escorpio. No puedo dejar el templo sin protección, Mi padre aún no ha regresado.

Camus: No lo hiciste. Mi piel es delicada lo sabes—Volteó a verle, aún no está bien y apenas puede estar de pie—Regresa a la cama Milo. Varios templos pasaron años sin guardián, un día más no cambia las cosas

— Pero era porque no tenían guardián asignado. Me gusta cumplir con mi deber y lo sabes—Sonrío orgulloso— Sabes que Escorpio es mi mayor orgullo, no puedo desistir... —Torpemente comienzo a caminar hacia la puerta, abriéndola lento.

Camus: Con o sin guardián. ¿De que serviría que estés ahí en tu estado? —pregunte para detenerlo—¿Solo una muerte por orgullo? —Una lágrima salió inconscientemente. Tantos pensamientos fatalistas en unas pocas horas— Su día era bueno, prepararían una buena cena con su hijo, invitaría a Milo para dejar todo aclarado con el menor. Cómo cambio a un Milo moribundo por un ataque, el descubrir a un pequeño de su "pareja", y ahora "castigado" como cuando era un simple aprendiz. No podía olvidar que tiene que investigar si Shun está en el templo con Hyoga

Mientras sostenían la perilla de la puerta, escuché su comentario y me detuve—Joder, tiene razón... —Pensé, Me sentí terrible así que volví a cerrar la puerta y me di la vuelta para volver a la cama, pero mi corazón se destrozó al ver a Camus en ese estado— ¿Cam? Yo... —No sabía qué decir. Sólo volví mis pasos hacia él y lo abracé por el cuello, recargándolo en mi hombro y acariciando su cabello— Solucionaremos todo juntos, ¿de acuerdo?

Su abraso me sorprendió y solo pude tomarlo del brazo para que no se alejara—Milo... —Prefiero callar no sé qué decir. Cómo resolver todos esos problemas. Pero debo confiar, Milo tuvo el valor de pedirme compartir la responsabilidad de crianza, aunque esté molesto por ocultarlo, puedo confiar en el

Sentí te manera tenue cómo Camus afianzó aún más el abrazo, así que decidí no soltarlo y tenerlo conmigo. Lo único que hice fue sostener su mejilla sana y acercarme a besarlo con lentitud y suavidad, acariciándolo mientras mi otro brazo sostenía su cuerpo para mantenerlo cerca. Después de unos segundos, lo miré a los ojos sin soltarlo—Te amo, Camus... No te dejaré sólo jamás... —Junté mi frente con la de el sin detener las caricias con mi pulgar.

Trato de seguirle el ritmo, aunque era un poco torpe y al separarnos escuché su confesión por lo que sonreí levemente—Yo también ... Te amo Milo

—¿¡QUÉ!? ¿¡ESCUCHÉ BIEN!? — Grité internamente. Abrí los ojos y quedé estupefacto ante aquellas palabras. Mis piernas flaquearon y caí hacia atrás sentado en la cama, sin poder creerlo—¿C-como dijiste? —Titube al hablar y lo miraba fijamente, sorprendido y con una mano en la frente, la otra sostenía mi cuerpo sobre la cama.

Me siento a su lado en la cama y sin mirarlo por timidez—Te... Te amo Milo—menciono algo bajo y nervioso

Mis mejillas estaban coloradas y mis ojos brillando, a punto de lagrimar. Tomé la mano de Camus sobre la cama y le dediqué un suave beso en el hombro, para después recargar mi cabeza en él, de lado

—¿Milo? —Me estremecí y lo atraigo más a mi recostándome contra él

Al sentir el peso de Camus me acosté sobre la cama y lo acomodé sobre mí, abrazándolo con ternura— ¿Dime, Cam? —Le sonreí

E recuesto apegándome a su pecho mientras lo abrazo con cuidado para no tocar ninguna herida que tuviera—Yo sí quiero ayudarte con Elian

Acomodó las piernas de Camus a mis costados y lo recuesto sobre mi torso. — ¿D-de verdad, Camus? —Lo miro como niño pequeño sorprendido ante su primer juguete, feliz. Asiento con la cabeza y lo abrazo—¡Iremos por el en cuanto sea posible!

Camus solo rio bajo para disfrutar del cariño de Milo sin duda parecía un niño cuando actuaba de esa manera, pero gracias a eso fue lo que lo enamoro—Entonces estaré esperando ese día

Asiento feliz y cierro los ojos por un momento, pero los vuelvo a abrir, recordando algo— ¿y el beso que me prometiste?

—No lo dejaras pasar verdad—Tomo su mejilla y junto nuestros labios lentamente

Le sonrío divertido al escucharlo y cierro mis ojos, sintiendo los suaves labios de Camus sobre los míos. El beso era lento y algo torpe para ambos, pues mis nervios estaban a tope. Correspondía con delicadeza y poco a poco fui aumentando la pasión del beso, usando mi lengua y un poco de mordidas suaves. Mis manos pasaron a la espalda de Camus, recorriéndolo con suavidad debajo de su camisa.

Camus por su parte disfrutaba de aquellas caricias que le proporcionaba Milo, pero de vez en cuando se sentía algo de nervioso por se la primera vez que dejaba a alguien tocar su piel de esa manera. Además de abrir sus labios permitiendo que sus lenguas jugaran entre ellas como una danza.

Camus: Milo...— menciono para separarse y recuperar el aire—Quiero estar contigo—hable sereno e sonrojado además de mirarlo a los ojos con cariño

Milo se sorprendió ante aquella petición, pero con cuidado llevo su mano a la mejilla contraria para poder acariciarla—de acuerdo mon bel ange—comente sonriendo para volver a besarlo

Ambos sentían como su temperatura aumentaba por lo que aquel beso se fue intensificando, Milo se separó despacio para luego besar el cuello de Camus quien se mordía los labios para no dejar escapar eso sonidos, por el temor de que alguien lo escuchara.

Milo solo rio internamente para luego empezar a acariciar debajo de la camisa de Camus su piel era fría y blanca como una porcelana cosa que Milo no iba a dejar ningún rastro en blanco.

Con cuidado se separo para ver a Camus quien estaba sonrojado por lo que sucedido haciendo que su corazón se acelere nuevamente sus labios se encontraron para que ambas manos recorrieran a sus pieles aprovechando la falta de camisa de su amado Camus podía sentir sus manos pasar por sus hombros donde sentido las leves cicatrices que tenía su bichito.

Los gemidos eran ahogados por los besos haciendo que sus corazones se aceleraran como también la excitación recorriera sus cuerpos.

Milo se separa para empezar a besar su pecho de Camus haciendo un recorrido hasta sus caderas donde lentamente empezó a retirar la prenda que estorbaba, ambos estaban sonrojados, pero cuando sus miradas se encontraron hubo un silencio que ambos entendieron.

Milo: Prometo hacerlo con cuidado

Hablo despacio para esperar a que Camus sonriera y ambos dejaron a su descubierto sus cuerpos donde Milo lamio uno de sus dedos para empezar a lubricar la entrada de su amado quien gemía bajo por las acciones contrarias.

Camus: Ah... Milo... ah...—menciono bajo y reteniendo los gemidos que amenazaban con salir de sus labios

Milo por su parte solo se deleitaba a escuchar lo después de unos minutos repitiendo aquella acción se posiciono cerca de su entrada donde levanto su mirada para observar a su pareja.

Después de una rápida mirada Milo se introdujo y se acerco a los labios de su pareja para besarlo mientras entraba por completo, Camus solo gimió ahogado por la entrada y por los leves dolores que sentía, por ende, araño la espalda del contrario con fuerza.

Des pues de un rato Milo se separa para mantenerse quieto y esperar a que se acostumbrara—Tú me ...avisas ...a ...more—hablo jadeando y respirando agitado

Camus se mordió el labio inferior para después asistir con la cabeza—Puedes... moverte...—hablo nervioso, pero sus ojos reflejaban deseo

Una leve orden que Milo asistió para poder mover sus caderas lentamente, Camus abrió los ojos en grande por las embestidas que Milo le proporcionaba y soltaba gemidos un poco más alto, pero trataba de callar los por lo que se acerco para besarlo y así poder ahogar sus gemidos entre los besos.

Ambas caderas empezaron un vaivén frenético donde Milo se encargaba de darle cariño a su pareja para que no sintiera algún dolor, ambos estaban totalmente excitados llenos en su mundo de placer conteniendo los gemidos a través de los besos y cuando se separaban respiraban agitado para recuperar algunos bocados de aire.

Camus: Ah... Ah .... —menciono agitado al separarse después del beso y abrazando el cuello de Milo para acercarse mejor a su cuerpo

Milo respiraba agitado además de estar complacido por aquel momento—Sin... duda... estas... algo... apretado...—sonrió divertido para seguir con las embestidas

Camus gimió para llevar su mano a su miembro y poder atenderlo mientras Milo seguía moviendo sus caderas para entrar un poco más profundo. Ya había pasado un buen rato y ambos se habían corrido, sus respiraciones estaban agitadas al igual que cansadas por lo que Milo con cuidado salió de su interior para recostarse al costado de su pareja quien estaba agotado y solo se recostó en su pecho para quedarse dormido.

Milo solo sonrió para taparlo con las sabanas para que no sintiera frio, con sus brazos los abrazo para luego quedarse dormido con su pareja.

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Estaba furioso porque Camus había desobedecido mi orden, pero aun así me senté en mi escritorio para continuar leyendo mientras lo hacia observé una pequeña foto donde estaba aquella persona que podía sentir algo, pero sabía que era prohibido.

—Tu hijo es igual a ti—mencione para estirar mi mano en la dirección donde estaba la foto—Kardia...—lo mire unos segundos para después suspirar y dejarme caer en la silla mientras mi mano se posaba en mi rostro 







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Hola a todas mis rosas que me siguen como verán este es un especial de nuestros cubitos y bichitos además como verán Degel en esta versión será un poco más serio y duro con respecto a las reglas o crianza de Camus.

Como también tiene un secreto muy importante aquello será revelado más adelante, pero espero les guste este nuevo capitulo me demore mucho en escribirlo además de interpretar los roles de cada uno, también que por fin estamos con nuestro primer Lemon de esta historia.

Sin nada más que decir me retiro hasta el próximo capitulo. 

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