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Capitulo 1

La guerra ya había cesado dando momentos de paz para todos en el santuario, la gente caminaba con naturalidad y volvía a sus típicas rutinas en el santuario Athena decidió revivir a sus caballeros que perecieron en la batalla incluyendo a los del siglo anterior, Una vez lograron revivir Athena les dio la opción de quedarse o poder vivir una vida tranquila como personas normales la mayoría se negó ante la petición, mientras que algunos como los caballeros de Tauro, Capricornio, Leo, Sagitario y géminis del anterior siglo decidieron retirarse para darles a los nuevos caballeros su lugar.

No eran los únicos que habían revivido también los espectros quienes tenían prohibido la entrada al santuario o el acercamiento en la superficie. Los días pasaron que se convirtieron en meses ahora mismo nos encontramos en el templo de piscis.

POV AFRODITA

Aún recuerdo cuando mi padre dio la vida para la guerra santa y fue revivido por la diosa Athena, miles de cosas sucedieron ante su partida entre ellas la guerra de las doce casas donde casi muero contra el caballero de bronce Shun de Andrómeda un verdadero guerreo que no dudo ningún segundo por salvar a la vida de sus compañeros y el de la diosa.

Por ejemplo, cuando Shion falleció ante las manos de Saga quien estaba siendo controlado por su parte malvada, me partió el corazón ya que era un gran amigo de mi padre quise enfrentarme, pero no pude y terminé siendo una marioneta de su plan. Cuando la verdadera diosa llego me alegro mucho al verla, termine con varias heridas sobre mi cuerpo en la batalla tanto que podía haber perdido la vida, pero no llego aquel momento ya que Mü me salvo la vida y estaré siempre agradecido con ello. Después me entere que Athena había revivido a mis compañeros, me alegre al verlos, pero más cuando observe a mi papá quien al principio estaba desorientado, pero recuerdo como me lance a sus brazos para sollozar mientras me correspondía ante el abrazo.

Después de varios años las cosas estaban tranquilas, pero había algo que no me ocurrió ya que extraños sueños llegaban a mi mente y de vez en cuando amanecía llorando ante aquel sentimiento de dolor, soledad y miedo tomaba pastillas para que me calmara, mi padre no sabe de aquellas pesadillas ya que no quiero preocuparlo por lo que de vez en cuando salgo en la madrugada a mi jardín donde me encuentro lleno de paz y tranquilidad.

POV ESCRITORA

El cielo estaba despejado dejando observar como los rayos del sol cubrían todo el santuario algunos de los caballeros estaban entrenando mientras que otros solo se encontraban en sus templos o salían para ir al pueblo que se encontraba a los pies del santuario actualmente Athena no se encontraba en el santuario ya que estaba en Japón atendiendo la empresa de su abuelo.

Templo de piscis

En la habitación de Dita quien se había levantado solo lanzo un suspiro pesado al saber que de nuevo aquellas pesadillas habían vuelto, por lo que se levantó para sacar un pastillero de su cómoda e ingerirlas, después de salir del lugar camino en dirección a la cocina donde el mayor estaba preparando el desayuno.

—Buenos días papá — comento lanzando un pequeño bostezo para sentarse en una de las sillas y tomar un poco de jugo.

El mayor al darse cuenta de su presencia sonrió para ir a donde se encontraba para saludarlo—Buenos días hijo, descánsate bien— comento para dejar el plato frente suyo y sentarse para desayunar.

— Si ... y tu papá como dormiste? — hablo sonriendo tranquilamente para comer un bocado de su desayuno

Albafica: Me alegro— comento sonriendo levemente, para tomar un poco de jugo— la verdad bien, normal como siempre— hablo para empezar a comer

Ambos comían con mucha delicadeza y en tranquilidad cuando terminaron lavaron los trastes para salir a su jardín y apreciar la vista que les gustaba a ambos, mientras tanto en la casa de sagitario Saga y Aioros discutían sobre Aioria y aquello no le agravada al mayor.

¡Saga! —Exclamo casi gritando y cruzado de brazos observando al mayor con un poco de molestia

Saga: —Aioros sé que es tu hermano, pero aquello que hizo no se puede perdonar—hablo serio para observar al arquero que solo desvió la vista

Aioros estaba procesando lo que decía y con su mano derecha sujeto su cabeza estaba estresado y a punto de llorar—Igual es mi hermano... aun ... Saga solo por esta vez—hablo algo entrecortado ya que sentía como sus ojos se cristalizaban

Saga observo aquella situación por lo que con su mano cuidadosamente la acerco a su mejilla donde hizo que lo mirara a los ojos—Ese niño está perdido. No quería decirte nada, Aioros, pero me llegaron algunos rumores sobre su mal comportamiento algunos guerros mencionaron que él fue el quien escondió sus escudos entre los arbustos el mes pasado... Deberíamos enviarlo lejos, un tiempo, para que aprenda una lección—hablo mirando fijamente a su pareja

Aioros: Saga... Eso sería demasiado ... No estamos en épocas de quedarnos sin guardias ... Hablare con el... Lo prometo No volverá a ocurrir —hablo, pero al ver la seriedad en el rostro del mayor hicieron que su corazón le doliera.

Aioria era demasiado rebelde e incontrolable a diferencia de su hermano. Ya había estado separado de su hermano menor demasiado tiempo cómo para volver a despedirse de él, por lo que Aioros suspiro y tomo un gran bocado de aire para poder hablar.

Aioros: Yo... lo comprendo Saga... Y sé que tienes toda la razón ... Es que... Te lo pido una última oportunidad... Hablare con él te lo prometo

Sus palabras sonaban como suplica, Saga al observarlo no pudo evitar abrazarlo sabía bien que Sagitario era demasiado amable en aquellos aspectos por lo que solo entrecerró los ojos para poder hablar con claridad y evitar que sus sentimientos lo inundaran— De acuerdo, pero si me llego a enterar de algo más, no habrá otra oportunidad—hablo para separarse un poco y observar los ojos de su pareja con un tierno beso que deposito sobre sus labios al ver con sonreí de manera alegre.

Saga: —*Espero no equivocarme* —pensó y suspiro levemente para caminar con su pareja a desayunar

Todos estaban en sus respectivas actividades Afrodita quien se encontraba en su templo observaba con tristeza el cielo algo dentro suyo estaba agobiado, pero no encontraba la razón o motivo que lo causaba.

—¡¿Rosita estas?! —se escuchaba una voz gruesa resonar por el templo cosa que llamo la atención de su guardián por lo que miro a la entrada

Dita: Gatito—un poco sorprendido por su visita—¿Dime que sucede?

Aquella persona era Aioria caballero de Leo quien estaba entrando al templo cuando estuvo en una distancia prudente solo sonrió y suspiro.

—Pues te quería entregar algo—menciono para sacar una pequeña cajita de su bolsillo haciendo que Dita aumentara su curiosidad

Dita: ¡Esto es...!¡—se menciono sorprendido al ver su contenido—Es la pulsera que quería... ¿Cómo es qué? —pregunto sin apartar su mirada de la pulsera que era muy bonita con un dije del signo de piscis

Aioria: Veras cuando salimos al pueblo la anterior vez, observe como la miraba y lo compre para dártela como un regalo

Dita estaba emocionado ya que esa cadena la había visto en uno de los puestos, pero no lo compro ya que estaba muy caro por lo que decidió dejarla, ahora la tenía en sus manos por lo que abrazo a su compañero con emoción por lo obsequio adquirido.

Dita: Gracias gatito

Aioria solo se dejó abrazar y sonreír ante la alegría de piscis cuando separaron Dita se colocó la pulsera sin perder su sonrisa, por lo que Aioria ya se tenía que ir ya que tenía entrenamiento por lo que se retiró del templo dejando al pececito menor alegre ante su visita.

Dita: ¡Verdad!, ¡no le dije a mi papá que él iba a venir mañana! —menciono para adentrarse a la cabaña donde Albafica estaba terminando de cocinar—Papá ... tengo algo que decirte jeje—menciono algo nervioso al saber cómo reaccionaria

Albafica se dio la vuelta para observar a su hijo quien estaba algo nervioso por lo que arqueo una ceja—¿Dime que sucede?

Dita: Pues el día de mañana vendrá Minos

Cuando dijo eso Albafica se quedó inmóvil y sus ojos se abrieron de golpe por lo que escuchaba—C-como que ¡MINOS VENDRA! —hablo ya despierto y nervioso al saber que vendría

Dita: Pues es que siempre estás solo y solo promete que no lo mataras

Decir que estaba loco, pues era poco, Albafica pensaba en varias situaciones que podrían ocurrir por lo que simplemente se iba a negar, pero al escuchar lo que dijo sabía que su hijo no lo hacía de mala intención, por lo que profundamente tomo un bocado de aire para poder hablar.

Albafica: De acuerdo—hablo tranquilamente para seguir con lo que estaba haciendo, aunque los nervios lo consumían

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Las fuerzas del sol calientan cada centímetro del santuario donde el coliseo los aspirantes y caballeros entrenaban ahora mismo se encontraba Milo junto con Aioria donde intercambiaban golpes y conversaban entre su pequeña batalla.

—Enserio, me alegro de volver—menciono Milo esquivando el golpe que venía a su rostro, para después sujetarlo y tratar de golpearlo

Aioria sujeto el brazo contrario para darle un rodillazo en su estómago—Yo también bichito y que tal tu misión—menciono para alejarse un poco al ver como se recompuso

—Bien... aunque tengo que contarte algo—menciono para correr a donde estaba para patearle y realizar una tacleada en su pierna

Aioria sintió el golpe por lo que cayó al suelo, pero con su pierna realizo lo mismo haciendo que Milo saltara para esquivarlo, pero no espero que Aioria se levantara para golpearlo en las costillas—Bueno soy ...todo ...oídos—hablo jadeante con todo el sudor bajando por su frente al igual que Milo quien se levantó sonriente

—...quizás tenga un hijo por ahí... —Se queda serio e infla los cachetes aguantando la respiración en señal de nerviosismo

Aioria: ¡¿Que... que?! No manches Milo... Habla en serio... No bromees...

—No preguntes gato... Acaba de nacer. Es Escorpio, como yo —Sonríe un poco de lado, pero era una sonrisa más bien melancólica

Aioria: ¡¿Qué?! Milo tienes 20 años...

—Pero no lo sé... Creo que no lo reconoceré—Le suelta un puñetazo hacia el rostro para empezar a jugar un poco

Se hace a un lado sujetando el puño para luego suspirar—No te conviene...Reconocer hijos ahora... Somos muy jóvenes—hablo seriamente

Milo: Lo sé—Mira el rostro de su compañero para entrecerrar los ojos— pero es Escorpio, podría ser... El próximo guardián...

Aioria esquiva su golpe. Porque en fuerza y rapidez estaban bastante parecidos— ... No lo sé Milo... —comento

Milo: No sé... Como pueda tomar esto la señorita Athena —suelta varios puñetazos hacia su cara y termina dando una patada giratoria, pero rozando el suelo, logrando ambos levantar algo de tierra— digamos que... Fue un acto no... Consensuado... —esquiva también algunos contragolpes de Aioria

Se aleja rápidamente y le detiene de los puños para verle a los ojos— Milo... Si confías en mi.. No le menciones esto a nadie. Y... Olvida al niño.

El sol y el esfuerzo excesivo se dejaban ver en las gotas de sudor de ambos griegos— Crees... ¿Crees que sea lo mejor, de verdad? —jadeando un poco y volviendo a arremeter con golpes y patadas hacia el león

Aioria: Si... —recibe sin querer un golpe, pero toma su puño y lo arrastra tirándolo para el otro lado de la arena—

Milo: Me siento una basura de persona... —recibe un puñetazo de Aioria justo en el rostro y cae hacia atrás completamente hacia la tierra— mierda... —se queda tirado y desconcertado en el piso por la situación, sangrando de la nariz

Aioria: Milo si Athena descubre esto... Tu acto... Podrías hasta perder tu armadura... Piénsalo... Vamos a las duchas.

Milo se tapa la cara por pena y preocupación con ambas manos— Por Athena... Tendré que enterrar a ese niño entonces... —le extiende la mano para que lo ayude a levantarse

Aioria le ayuda a levantarse— por supuesto... Nada de esto a nadie amigo... No corras riesgos... Y dime... ¿Quién era ella?... —se desnuda ya en la ducha

Milo suspira hondo y duda en hablar, pero lo hace. Habla mientras se empieza a desvestir— Era la hija de una de las sirvientas en donde me estaba hospedando... Tenía... Dios, era menor de edad... —se mete debajo del chorro del agua, sosteniéndose con una mano en la pared y la mirada baja por la pena

—Ay Milo... Luego dices que no tengo razón... Si te conozco. ¿No puedes tener a tu bicho quieto no? —algo molesto con lo que le dice— ya... Olvídalo. Pero que no se repita....

Milo: —hace una mueca y duda— Intentaré... En tiempos de paz es difícil mantenerse quieto... —comienza a asearse el cabello— ¿y tú? ¿Has capturado a alguien? ¿O tienes a alguien en mente?

Aioria se queda pensando en eso que le pregunta. No se anima a hablar, pero ese alguien aparece en su mente, aunque lo niega—No. No he tenido tiempo para esas cosas... Nada formal digamos. Pero nada ilegal como tú...

Milo tuerce los ojos al escuchar aquello último—idiota... —lo vuelve a mirar inquisitivamente— Vamos Aioria, cuéntame... Yo acabo de confesarte un secreto grave... No me quieras ver la cara

Aioria se jabona— ... Como te dije... Nada formal... ¡Lo sé! Tal vez necesitabas desquitarte... Pero... Bueno sí... Hay... Alguien...

Aioria: Pero .... Estos es un secreto entendido

Milo: Si, claro. En cuando me lo digas iré corriendo con Afrodita a decirle para que esparza el rumor por todo el santuario —dice sarcástico y volviendo a torcer los ojos— tu sabes todo de mi

Aioria: No sé si sé todo. La verdad me sorprendiste... Sin ofender no te creía capaz de algo así. Vale miento. No estamos juntos... Sólo creo que estoy sintiendo algo, pero no creo ser correspondido.

Milo: ¡Aioria! —le salpica bastante agua en la cara—Demonios, tu sabes quién me atrae a mí desde hace tiempo... ¿Qué tiene de malo saberlo? Somos amigos, ¿no?

Aioria: Vale... Mierda... Es que tú no corres riesgos... Si se entera... Saga... Va a matarme... No entiendes tsk—suspira lavándose el rostro—Me quiere lejos de aquí... Acapara a Aioros y dice que yo estorbo... Es... Kanon Sabes quién me atrae a mí desde hace tiempo... ¿Qué tiene de malo saberlo? Somos amigos, ¿no?

Milo se queda serio un momento mientras termina de asearse el torso con jabón— Bueno, supongo que ambos estamos jodidos y moriremos solteros... No sé si hablar con "el" y decirle lo que siento

Aioria: Creo que lo sabe Milo... Todo el jodido Santuario lo sabe. Si. Supongo que nos quedaremos solos... —termina de bañarse y toma una toalla para secarse

Milo abre los ojos como platos al escuchar aquello— ¿Q-que dices? ¿C-como que lo sabe? ¡Mierda!

Aioria: bueno... Al menos todos lo saben... No sé si él lo sepa. Pero eres muy obvio....

Milo sale de bañarse y se pone una toalla en la cintura, para suspirar hondo— Le... Le diré. Hablaré con el... —se soba la sien— creo que tengo que hacerlo

Aioria: creo que es lo mejor... ¿Qué es lo peor que puede pasar? Entonces arriésgate...

Milo murmura mientras seca su cabello con la toalla— terminar en un ataúd de hielo...

Aioria: ... No exageres... No puede atacarte por eso. Venga... Entonces háblale... —termina de vestirse y sale —

Milo solo se pone un pantalón de mezclilla negro y unas botas—En cuanto lo vea intentaré hablar con el... Hemos estado algo distanciados —hace una mueca— cualquier cosa con la que te pueda ayudar con... Aquella persona, cuenta conmigo

Aioria: Estás loco. Yo si tengo riesgo de muerte. Vale amigo nos vemos —le palmea el hombro y se va—

Milo rueda los ojos—Cobarde... Nos vemos —agita su mano como despedida

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Después de su conversación con Aioria en las duchas el escorpio decidió buscar a su compañero que últimamente no hablaba con él desde que regresaron a la vida, por lo que se armó de valor para caminar con dirección a las escaleras.

Milo sube trotando por las escaleras del Santuario hasta llegar a la entrada de Acuario— ¡!Camuuuuuus!! —Grito para saber si estaba en su templo, pero observo como una sombre se acercaba logrando visualizar al caballero de bronce

—milo, mi papá no está aquí aún no ha regresado del pueblo—hablo Hyoga acercándose al mayor quien estaba en la entrada del templo

Milo suspira— hummm, ¿sabes si tardará mucho? —le revuelve el cabello en forma infantil

Mientras ellos conversaban Camus volvía de comprar con una canasta en su mano, sube por el camino secreto de los templos.

Hyoga: Ya tiene tiempo así que pienso que no tardará, ¿quieres pasar a esperarlo?

Camus ya se aproximaba a su templo y ve a su hijo y a Milo en la entrada—Ya estoy de vuelta Hyoga—Hablo con una leve sonrisa— ¿Pasa algo Milo porque vienes sin camisa? ¿Quieres pescar un resfriado?

Hyoga: Hola papá—lo saluda y se acerca a él para ayudarle con sus compras

Milo analiza lo que dijo por unos segundos—¡Diablos! Lo... ¡Lo siento!! —invoca a su armadura vía cosmos para que lo cubra— Lo siento mucho... Podemos... Puedo pasar?

Camus: Gracias hijo. Puedes dejar eso en la cocina por favor ya acomodare todo después—Hablo al menor, para después ver a su compañero—Ah Milo —Niega burlándose— Pasa traeré algo de tomar. Se te antoja algo en especifico

Hyoga: Está bien papá—deja las cosas en la cocina y mira a su padre con milo—¡Mejor me voy a ir a molestar un poco a afrodita! ¡Nos vemos milo!!

Camus: ¿Vas a salir hijo? No tardes mucho—le dice con calma, su hijo era muy responsable como para tener que sermonearlo cada que saliera

Milo: ¡Nos vemos muchacho, cuídate! —agita su mano

Milo: ¿Hummm —piensa un poco— aún tienes de aquel vino que solíamos tomar?

Camus: Creo que aún me queda alguna botella. Espera aquí no tardare. —va a su cava y busca la botella. Pasa a la cocina por dos copas

Milo se sienta en el sofá como niño apenado mientras espera, jugando con sus manos.

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Afrodita se encontraba regando sus plantas fue en ese momento que observo como Hyoga apareció en mi templo—Oh, hola Hyoga—Sonreí para dejarlo pasar por mi templo

Hyoga: Hola afrodita—camina lentamente hasta llegar a su lado—¿Arreglando el jardín? —mira con asombro el enorme jardín de rosas

Dita: Si, mis queridas rosas necesitaban de atención—Dejando unos minutos la regadera para mirarlo—Y que te trae por mi templo, ¿pensé que estaría con Camus?

Hyoga: Si eso... milo llego al templo de acuario para ver a mi padre—se rasco la nuca—No quería ser un mal tercio con ellos—se ríe nervioso—¿quieres que te ayude en algo?

Dita: Oh entiendo—Riendo un poco—Mm bueno, me puedes ayudar a regar este pedazo que no contiene veneno—Comenté para entregar la regadera y darme la vuelta donde había varias rosas y empecé a realizar un ramo con ellas.

Hyoga: claro no hay problema— tomó la regadera—¿Por cierto donde está el maestro Albafica?

Dita: Pues mi papá ahora mismo no está en el templo jejeje—Comente sonriendo—Salió a comprar algunas cosas para mañana —comento para seguir con lo que estaba haciendo

—Entiendo—hablo para seguir ayudando con el jardín y acompañado de la rosa menor

~~~~~~~~M~~~~~~~~

Camus regresa con la botella y las copas— podría traer algunos canapés para acompañar
—deja las cosas en la mesita de centro

Milo lo mira y sonríe— ¡No Cam, muchas gracias! Si tú quieres, adelante, pero yo estoy bien así... —habló mientras agarró la botella y comenzó a servir un poco en cada copa

Milo: ¿Necesitas ayuda en algo? —preguntó para no quedarse callado. Siempre era así

Camus: Esta bien —Toma asiento en su sillón favorito antes de tomar una copa y disfrutar de su aroma antes de degustar— sigue siendo uno de mis favoritos

Camus: Todo a estado tranquilo Milo. Con este tiempo de paz es hasta un poco aburrido estar aquí

Milo tomó un pequeño sorbo y suspiró satisfecho— los vinos que traes de Francia son fabulosos, Camus. Como todo lo que viene de ti —vuelve a regalarle una cálida sonrisa

Milo: Te comprendo. Yo acabo de regresar de mi misión después de tanto tiempo y ya siento que me aburro... ¿Qué ha sido de ti?

Camus: No seas adulador Milo. Pero debo concordar con tu pensamiento de los vinos de Francia—Menciono para tomar otro sorbo del vino—No mucho. Solo he tenido que hacer rondas y reorganizar la biblioteca

Milo: Son deliciosos de verdad —bebe gustoso un poco más de ese delicioso elixir francés— Camus, yo.... —se queda mirando la copa por un momento, nervioso y sin saber qué decir. Suspira. Abre la boca para intentar decir algo, pero las palabras no le salen

Milo sirvió más vino en su copa, pero esta vez la llenó por completo para beber todo su contenido de un sólo trago—Cam... Yo... Te... Te extrañe... —no era eso lo que quería decir realmente, pero tenía mucho miedo de hablar

Camus: Más despacio Milo te pondrá ebrio si sigues así... —se queda mudo unos segundos— yo también te extrañe Milo —Dice pensando que era una situación extraña

Milo se sorprendió por la respuesta de Camus, pues a él nunca le habían gustado ese tipo de palabras cariñosas— D-de verdad lo hiciste, ¿Camus?

Camus deja su copa— Lo hice Milo. Hasta yo puedo extrañar a mi amigo — Dice con un poco de molestia, era frio, pero aun así tenía sentimientos

Milo sintió una pequeña punzada al escuchar la palabra "amigo"— Es... Es bueno saberlo, Cam... Gracias — sonríe un poco melancólico y decide volver a servirse vino, para tomarlo de un trago

Camus se levanta y evita que tome todo de una sola vez— Estas actuando más raro que de costumbre. ¿Seguro que todo está bien Milo? Te conozco y parece que algo te... preocupa diría yo

Milo: Cam yo... —bastante nervioso— hay algo que he querido desde hace mucho tiempo... —termina de beber el restante de la copa

Camus: Milo... hablemos cuando no estés ebrio.

Milo: —suspira— ¿me estas evitando, cierto? —hace una mueca—no estoy ebrio...

Camus: Actúas como si lo estuvieras

Milo: Camus... —desliza su mano desde su muñeca que aún sostenía, hasta su mano, entrelazando sus dedos con los de él—me gustas...

Camus no hace ningún movimiento dejando su mano laxa siendo tomada por el escorpio— Milo... esto como broma ya es demasiado—

Milo: Camus, me conoces... ¿De verdad crees que bromearía con esto? —lo mira fijamente a los ojos

Camus: Te conozco... —regresa la mirada molesta— te conozco y sé que te gustan las mujeres.

Milo suspira hondo y suelta su mano—Perdón, Camus —le da un beso en la comisura de los labios y se aleja—que tengas linda noche... —se da la vuelta para irse

—cubre su boca— Porque me besaste? Milo hemos sido amigos por muchos años. No merezco saber porque actúas tan raro

Milo aun dándole la espalda, habla— Lo que te dije es en serio. Tenía que decírtelo. Discúlpame si lo arruine

Camus: Y cómo quieres que te crea si he escuchado esas mismas palabras dirigidas a muchas. Además, somos Amigos

Milo lo mira por encima de su hombro—¿Qué necesito hacer para que me creas?

Camus: No entiendo nada de lo que está pasando. Hablemos cuando estemos más tranquilos

Milo: Esta bien Cam... Discúlpame —suspira—tal vez mañana nos veamos... Y platiquemos más tranquilos. Perdón... —continúa su camino hacia Escorpio

Camus: Milo... te veo mañana...

El Francés lo mira irse aun incrédulo, su amigo de toda la vida, el mujeriego por excelencia se le... "declaro" o algo así. Y precisamente a él, que no fuera por los libros no sabría de reproducción y otros temas que nunca fueron de importancia para él.

Milo se retiró del templo del aguador a paso lento y con la mirada gacha, un poco consternado por la situación. Ya mañana que ambos estuvieran más tranquilos regresaría a hablar con su... ¿Amigo? Por lo que acababa de hacer, dudaba que Camus lo pudiese volver a tomar como uno.

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