Capítulo 97: Adiós, hermano
Sé sobrio, sé vigilante. Tu adversario, el diablo, ronda como león rugiente, buscando a quien devorar.
1 Pedro 5:8
Campo verde reducido a tierra ardiendo, batalla ardua contra las garras que buscan desgarrar al mundo. Satán permanecía inmóvil viendo al ser que estaba decidido a esclavizar.
La tierra comenzó a temblar, su castillo en el infierno se alzaba de entre los escombros apareciendo con la intención de quedarse, las puertas del recinto estaban abiertas y de la entrada aquellas bestias de aspecto gatuno salían, los sirvientes de Satán tenían una sola orden: Capturar a Lilith sin importar qué.
Con rugidos corrían hacía la susodicha, hombres lobos se lanzaron a combatir contra ellos, Hiram silbó y algunos Dips apoyaron. Haka se adelantó con un grupo de su especie para ir más al frente, y un puñado de demonios se apresuraban a saltar sobre Amiel, sin embargo, Izan apareció como apoyo.
—¿Qué pasó, primo? —dijo el rubio burlón haciendo al contrario bufar divertido.
—¿Esperas un gracias por algo que tenía controlado?
—De nada —cambió su sonrisa por una cara seria—. ¿Qué piensas hacer sobre ese asunto?
—¿No es obvio? No voy a interferir en ese plan, pero tampoco me haré de la vista gorda.
—¿Y tus hermanos y Jaziel? ¿Y ese chico, Neizan? —cuestionó contrariado.
—Todos están conscientes, excepto Neizan a quien claramente no le contamos nada.
—¿Les contaste? —Izan le dedicó una corta mirada de indignación por tener que estar más atento a la batalla— Amiel, te lo confesé porque creía que encontrarías la respuesta.
—Y esta es mi respuesta. No voy a dejar que lo haga sola. Vamos a proteger este mundo especialmente por Neizan.
Sin más el vampiro comenzó a correr mientras rajaba a sus enemigos con su guadaña de tres hojas. En otra sección, las Muertes 616 y 1 peleaban sin contrincante que lograra hacerles frente, la chica posó su vista en un ser y Esteban lo sabía, pues en cierta forma ahora se encontraban conectados.
—¿Qué haces? —preguntó el hombre en cuanto Nirelle anuló la conexión y veía cómo ella observaba alrededor como si buscara algo.
—¡666! —habló la chica llamando a una compañera suya, quien de inmediato se acercó.
—¡Sí, señora! —mencionó con total respeto— ¿En qué puedo servirle?
—Eres prácticamente nueva. Te convertiste en Muerte hace apenas dos años, pero ahora serás la compañera de 1 —tanto la joven y Esteban se sorprendieron de eso.
—Espera Nirelle —dijo Esteban—. ¿De qué hablas? ¿Por qué? ¿Acaso piensas pelear contra él?
—Por supuesto, tengo que terminar con esto. Descuida, esta chica es talentosa —sin más se fue a buscar a su enemigo, sin lugar a pensar ni dudar que ambos sus compañeros no lograrían complementarse.
—¡Nirelle! —soltó un suspiro— Bien, se fue. Chica, ¿quién eres?
—Ah, soy 666, señor...
—No, me refiero a tu nombre.
—Diana, señor.
—Bien, Diana, es un placer, soy Esteban, ahora vamos —añadió alzando la mano para hacer la conexión.
—¡Sí, señor Esteban! —exclamó juntando su mano y creando la unión.
616 pisó firme y lanzó un viento cortante atrayendo toda la atención de a quien quería enfrentar.
—Lilith —pero él no mostraba otra cosa que no fuera ofensa por verla en el bando contrario.
—Hermano, terminemos esto de una buena vez.
—Me decepcionas, hermana mía. Tenemos todo al lado de nuestro rey y tú te entregas a un don nadie.
—Si así lo quieres ver —empuñó su guadaña—. Azarías, te lo diré una sola vez. Devuelve ese poder por las buenas, o te lo arrancaré por las malas.
—¿Crees que podrás sin tu compañero? Vi que lo dejaste con otra Muerte de tu tipo. Ahora no tienes pareja que te pueda apoyar.
100 Muertes Blancas y 100 Muertes Negras formando parejas para complementarse, pero fue ya hace algunos siglos que el elemento de Kim no regresó, por lo tanto solo hay 99 pares y una Muerte Negra.
—Entonces hagamos esto por las malas —dijo Nirelle lanzándose sobre su hermano a chocar las hojas de sus armas.
Los destellos eran creados por la fricción de las guadañas, logrando dilucidarse por el combate, los acometidos y asedios que ambos daban y a la vez evitaban. Con fuerza y coraje los hermanos cruzaban sus miradas al chocar sus armas, eran miradas desafiantes mutuas, con eso bastaba para que hablaran sin necesidad de palabra alguna. Nirelle usó su poder por descendencia y cubrió la hoja de su guadaña con fuego, logró empujar a su hermano y creó una cortina de llamas que usó como distracción. Su hermano mayor no pudo lograr saber dónde estaba hasta que ella apareció por detrás y lanzó una tajada con la que rompió el palo del arma de Azarías, luego ella desapareció la suya y juntó ambas manos entrelazándolas con las de él, jalándolo hacia ella y propinando un cabezazo en la frente de su hermano sin soltarle.
—¿Crees que dejarás de estar condenada por pelear contra su enemigo? ¡No seas ingenua! —replicó entre el dolor del golpe. Azarías no tenía intención de separarse de su hermana, apretaba igualmente sus manos y juntaban sus frentes en riña— Ni así entrarás a su falso paraíso.
—No peleo por obtener un lugar en el cielo o en la Tierra, peleo porque es lo correcto.
—El propio mundo se desmorona por las personas que le habitan. Hermana, los humanos no son la imagen de Dios, son los que más se asemejan a los demonios.
—No olvides que nosotros fuimos humanos alguna vez, y puede que tengas razón, podemos ser crueles y destructivos, pero también bondadosos y protectores, tengo fe en ellos, en nosotros.
—Estupideces, eso es lo que son tus pensamientos tan inocentes que posees. ¿Por qué tratas de salvar algo que no tiene salvación? Este mundo está condenado a la destrucción.
—¿Qué hay de malo querer mantener un poco de unión en este mundo? Yo sé lo que es estar asustado y creer que estás solo. Conozco ese sentimiento de soledad y temor, por lo que no voy a permitir que eso inunde la Tierra, incluso si desaparezco por ello, incluso si tengo que acabar contigo, ¡mi hermano! Así que lo siento, pero tomaré de regreso el poder que le arrebataste a mi amiga.
El mayor no comprendía a lo que su hermana se refería, ¿cómo tomaría de regreso ese poder si sólo las Muertes Blancas y de 7 colores pueden hacerlo? Su respuesta no tardó en aparecer cuando vio los ojos de Nirelle, uno de ellos se iluminó en blanco, el otro se ennegreció a quedar vacío, en la mano de Azarías la marca del Yang apareció y comenzó a sentir que ardía por dentro.
—¿Qué estás haciendo? —sentía miedo.
—¿Sabes? Incluso entre mis compañeros hay quienes tienen mejor sincronización. Esteban y yo nos complementamos bien, pero —sonrió altiva— Kim y yo teníamos la mejor conexión de todas. Éramos capaces de cambiar de elementos, una vez tuvo que ejercer mi labor durante todo un día porque la conexión era muy fuerte, Gamal nos hizo el favor de llevarnos con su jefe para que nos ayudara a resarcir nuestro pequeño experimento.
—No puedes hacer eso —ahora intentaba zafarse, sin éxito.
—Oh, claro que puedo. No olvides que tengo el poder de cambiar muchas cosas. Soy descendiente de Satán después de todo —su rostro se ensombreció con seriedad, una tan aplastante que a Azarías él temblaba el cuerpo—. Hermano, vas a desaparecer, estarás en el olvido, ese será tu castigo por todos tus crímenes. Usaste el nombre de Dios para tus propios beneficios y hacer el mal, además, aceptaste los obsequios de Satán para continuar obrando en el abismo. ¿Sabes cómo es que tienes esas guadañas y el porqué no son tan fuertes como una original?
Por reflejo o como respuesta, Azarías negó tratando de conseguir que Nirelle le soltara.
—Las guadañas son hechas a través del cuerpo del usuario, esas guadañas que usas son de cuerpos que no fueron elegidos para cumplir con la labor de Muerte y además, de personas corruptas. Por eso el aspecto de esa guadaña.
—Por favor **Inaudible**
—Adiós, hermano.
La luz salió del cuerpo de Azarías mientras él sentía fuego en su interior, la túnica que tenía desapareció y él se volvió sólo un espíritu errante sin derecho alguno a ser sentido a excepción de la única persona que le va a recordar, pues ahora estaría en un espacio donde una forma simple de decir es que está y a la vez no está, pues no puede interactuar con nada ni con nadie, sólo podrá vagar en la Tierra, ese es el olvido, existir en la nada.
Nirelle veía a un punto donde aparentemente no había nada, pero sí lo sentía, era la presencia de su hermano. Miró a su mano que tenía la marca del Yin y el Yang completo, en su palma, la luz se iluminaba con la que una vez perteneció a Kim. Ella la soltó y el elemento se alzó por el cielo perdiéndose entre las nubes y regresando a su lugar designado, encendiendo la lámpara de la Muerte Blanca número 2. Los ojos de 616 regresaron a la normalidad al igual que su marca, el Yin desapareció de su piel, y volteó a ver a Satán que le sonreía divertido por toda la situación.
Él dio media vuelta y se dispuso a entrar al castillo, Nirelle comenzó a caminar entre la multitud de demonios quienes no impedían su avance. Entró al recinto decidida a poner fin a la guerra, pero la joven no era la única que entraría, pues Amiel y su familia también fueron, no iban a dejar a alguien que aman solo.
Menos si eran familia.
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