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Capítulo 95: La tranquilidad antes de la tormenta

Cuatro años habían pasado desde entonces. La Tierra permaneció con mucha calma y los trabajos de las Muertes consistieron más en proteger a los espíritus de los Devoradores, aunque habían reportes de algunos enemigos moviéndose para generar caos entre los vivos, ayudando a hacer que las bestias negras se materializaran. Los humanos que habían logrado ver uno se les hacía creer que sólo eran puras pesadillas.

—¿Cómo vas? —preguntó Amiel en cuanto su esposa se tiró en la cama apareciendo por el portal.

—Bien, supongo —respondió de cara enterrada en la almohada—. Los ángeles nos ayudan peleando contra los demonios y protegiendo a los humanos. Falta poco para que la barrera de Shafer y Tara desaparezca.

—Vi las noticias hoy.

—¿Las noticias? —se volteó para mirarlo dejar su libro.

—Están hablando de los cambios de clima que ha habido últimamente. Lo tratan como un fenómeno meteorológico.

—Ya veo —meditó tocando su barbilla—. Es mejor así, pues los humanos no tienen porqué enterarse de nosotros y nuestra dimensión.

Los demonios encerrados constituían alrededor del 90% de todos los que existen en el infierno, debido a la acumulación de energía que estos estaban generando, habían provocado algunos eventos que para los humanos se interpreta como fenómenos de la naturaleza, cosas como tormentas eléctricas, huracanes y temblores sucedían más a menudo. El mundo estaba entrando en caos y una batalla que los humanos no estaban enterados que estaba a punto de ocurrir.

—Pero ustedes han estado preparándose todo este tiempo —atinó a decir el vampiro con una sonrisa—. Y no sólo los aliados de Dios, nosotros también. He reunido a otros clanes de mi raza, tampoco están de acuerdo en entregar este mundo a Satán, incluso la tribu de Haka va a ayudar, aunque él haya dejado de ser el líder, ellos le apoyan incondicionalmente.

—Me alegra oír eso. Hablando de Haka, ¿él y Adir ya volvieron de su viaje?

—Sí, ella está muy feliz, se han comprometido. Quieren casarse antes de la guerra —había hablado con alegría, pero algo parecía que le intrigaba, por lo que Nirelle le preguntó—. Es sobre Neizan.

—¿Qué pasa con él?

—Esta noche va a venir con su novia. Dice que está decidido a casarse con ella —la chica rio bajo, no le sorprendía escuchar eso—. Quiere que la conozcas, y además, últimamente me trata raro.

—¿A qué te refieres? ¿Es por qué ya no te llama tío ni al resto de la familia?

—Me regaña —la joven alzó los párpados, si bien era cierto que el muchacho actuaba un poco más serio, no había nada qué dijera que fuera un regaño—. No sólo a mí, también a los demás.

—¿Qué?

—En cierta forma es gracioso cuando lo hace, porque parece que fuera un padre. No es grosero ni nada de eso, pero es raro —Nirelle carcajeó, pronto Amiel se unió a ella.

Luego de eso, la hora de la cena llegó, y Neizan vino con sus abuelos y la chica, aunque claro, ella no sabía nada de lo que en realidad eran Nirelle y la familia de Amiel, aun así la joven agradó a todos. Nirelle estaba muy feliz porque podía sentir que en verdad era buena persona. Después de que la cena terminó y de que Neizan regresara de haber dejado a su novia en su casa, fue a hablar con su familiar.

—¿Y qué opinas de ella? —preguntó curioso y ansioso el muchacho.

—Es una buena chica —respondió Nirelle sonriente, ambos estaban en la habitación de la joven—. No tengo problemas con sea tu pareja.

—Uff —soltó como si hubiera reprimido todo el aire en su interior—, tu aprobación era la que más me preocupaba —dijo haciendo reír a la joven, pero de pronto el chico optó por un semblante serio—. Nirelle. Ya falta poco para ese día. ¿En verdad crees que todo va a estar bien?

—Sí, y más que creer, lo sé. Estoy muy segura que ganaremos —se acercó y le tomó de la mejilla—. Este mundo va a estar bien, seguirás viviendo y te casarás con esa chica de la que te has enamorado, tendrás hijos, los cuidarás y educarás, te harás viejito y al final te recogeré y podrás reunirte con tus padres y tus abuelos. Voy a pelear por ti, por Amiel, por nuestra familia y este mundo.

—¿No hay una manera de que no haya guerra? No sé, llegar a un acuerdo. No quiero que nadie muera —apretaba sin lastimar los brazos de Nirelle, que lo veía con ternura—. Temo perderte, a ti y a los demás.

—Estaremos bien —prometió segura—. Ahora ve a dormir, que mañana tienes clases.

—¡Sí! ¡Voy a esforzarme y convertirme en un gran médico!

—Lo sé, sé que así será.

La noche transcurría tranquila, 616 observaba el punto a dónde la barrera desaparecería, ella podía sentir aquella masa de energía maligna acumulándose y, detrás de ella, su esposo se paró y la abrazó, dándole su apoyo que ella ya sabía que tenía, mas siempre le mostraba.

—Todo se siente tan tranquilo —mencionó el mayor.

—Bien dicen que siempre hay tranquilidad antes de la tormenta.

—Y después, también hay calma después de ella. Ya verás que ganaremos esta guerra y veremos a Neizan crecer.

—Amiel, te amo —dijo volteándose a besarlo. Siempre me da calma, no importa la situación en la que esté. Profesó dichosa en sus adentros.

Amiel la cargó en brazos y así se dirigieron a la cama, entregándose como siempre lo hacían, como si fuese la primera vez.
Al día siguiente ambos se alistaron temprano junto con la demás familia vampírica, pues irían juntos a la sede de las Muertes, los jefes mayores se reunirían y presentarían al comandante y mano derecha de Aarón, jefe de los demonios.

—Nunca deja de sorprenderme cada que venimos aquí —mencionó Jaziel después de atravesar el portal—. ¿Sabes por qué nos pidieron venir?

—No lo sé, a mí también me intriga —respondió Nirelle estando al frente de todos.

—Ni-Nirelle —el joven desviaba la mirada y se encogía de hombros estando apenado por lo que hace ya tiempo quería preguntar, pero no sé atrevía—. ¿Sabes algo de mi… hermano?

—Lo siento, he intentado visitarle pero él ha pedido no dejarme verlo. Ni siquiera a Amiel.

—Ya veo.

Hubo un silencio incómodo que fue interrumpido por Aarón parándose frente a todos, junto con los demás jefes al lado. Habló sobre lo que esta guerra significaba. «No es sólo una batalla contra Satán, él no es sólo el enemigo de Dios. Es el enemigo del bien. Esta batalla representa más que sólo el hecho de luchar contra demonios, representa la unión de nuestras razas y nuestras creencias por un único propósito. La protección de lo bueno que el mundo requiere mantener, la esperanza, la bondad, el amor. Sólo un año falta y ese último año es uno de los más críticos, pues el caos y la maldad siempre están al acecho, cada ser a este cada lado de La Frontera tiene una misión: ayudar y proteger, nada más.»

—La raza de los demonios aliados no es diferente —explicaba Esteban—, por ser lo que son, son lo que más lidian con los sirvientes del diablo. Aarón es quien ha estado comandando la tropa principal, pues ellos han perdido a quien les dirigía, Shafer. Pero ahora han encontrado a quien tomará su lugar.

—¿Qué…? ¿No es una broma? —preguntó Jaziel incrédulo a lo que sus ojos veían, y no sólo él, toda su familia y Nirelle miraban sorprendidos al ver a Izan pararse al frente.

—Si lo han puesto aquí… No, si tan sólo está afuera de su celda, eso significa que le han otorgado un indulto —mencionó Nirelle aliviada.

Después de que se presentara a Izan como el comandante, y que esa reunión acabara, Izan se acercó a su familia, se inclinó con cortesía y saludó manso viendo más a su hermano menor que a nadie.

—No creas que por esto vamos a perdonarte —replicó el menor desviando la mirada y frunciendo el entrecejo.

—Lo sé, y lo acepto.

—Estarás pelean al frente, junto conmigo, ¿sí lo sabes? —añadió Nirelle con sonrisa compañera.

—Por supuesto. Demonios y Muertes Blancas y Negras serán la primera línea de defensa. Estoy enterado de todo.

Izan sonreía mientras se daba la vuelta y se marchaba, no tenía intención de arreglar las cosas con su familia, sólo pensaba en pelear por ella. El indulto lo aprueba Dios, quienes hagan un acto de buena fe es lo que da la segunda oportunidad, sin embargo, obtener el indulto no muchas veces es aceptado entre los demás, para Izan, por ejemplo, estar entre las tropas que antes eran de Shafer le causó ser rechazado por ellos, incluso insultado y en algunos casos agredido, pero aguantó, y se ganó su lugar allí hasta que el propio Aarón reconoció que podía ser él quien comandara aquella unidad.

Nirelle intentó hacer que su familia hablara con el rubio, mas fue en vano, especialmente con Jaziel renegando. Una semana pasó y se estaba celebrando la boda entre Adir y Haka, también bajo el gran roble, un vestido largo y blanco liso era lo que portaba la joven quien caminó con alegría hasta el altar junto al hombre lobo, quien se notaba nervioso. La ceremonia se realizó y la fiesta apaciguaba el mal que se avecinaba. Nirelle se apartó un poco, adentrándose en el bosque.

—¿No vas a ir? —preguntó la joven sonriendo y mirando a quien se ocultaba en la oscuridad.

—No quiero incomodar —respondió Izan burlón—. Desde aquí estoy bien. Aunque me gustaría felicitar a mi prima —el silencio entre ellos no les incomodaba—. Nirelle, gracias por no ser indiferente conmigo a pesar de todo lo que te hice.

—No agradezcas nada. Izan, deberás hablar con ellos, en especial con Jaziel.

—No. Las cosas son así, yo me lo busqué. Pero gracias por querer ayudar —dijo sincero yéndose por su portal.

Ella regresó su vista a su familia y miró a Amiel que le sonreía, así que fue con él y regresó al convivio.

El año transcurrió.
En las noticias se hablaba de un fenómeno meteorológico que obligó a los cercanos de un valle evacuar de allí, aunque eso no aplicaba únicamente a ese sitio, pues en todo el mundo se registraba fenómenos extraños. En aquel valle donde todo estaba vacío se sentía al viento presagiar un mal augurio, sin embargo, ese lugar no estaba vacío, todo era una mera ilusión creada por una segunda barrera impuesta por un grupo de Muertes de 7 colores, dentro de aquel límite, las criaturas de La Frontera se hallaban esperando a que la protección de sus compañeros, Shafer y Tara, desapareciera. Las Muertes vestían túnicas diferentes, pues cuando antes eran completos, ahora estás tenían un estilo diferente, sin embargo respetando el color de cada tipo. A sus guadañas se les anexó un escrito para potenciar la protección del usuario y destruir el mal.

Desde atrás, las Muertes Ámbar no pelearían en su totalidad, pues ellas priorizarían la atención de las heridas de sus compañeros, luego seguían las demás Muertes junto otros seres como los elfos y enanos, seguido de los Encadenadores y los demonios, y al frente las Muertes Blancas y Negras, formando parejas. A un lado, estaban hombres lobos, no sólo la tribu de Haka, sino que otros pueblos se unieron, y también, habían clanes de vampiros siendo comandados por Amiel.

En el cielo, arcontes y ángeles estaban volando para ayudar a sus compañeros, más ángeles fueron enviados a proteger y cuidar de los humanos, y si alguien moría, serían ellos los que los apoyarían a cruzar los portales, pues en ese día, ni una sola Muerte estaría ejerciendo su labor, todas estarán enfrentándose al mal que dentro de poco aparecería.






Quiero lector:
¡EH! ¡Pues ya he vuelto! XD

Pues... Esto es todo, hasta aquí mi reporte, Joaquín. :v

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