Capítulo 90: Por las buenas o por las malas
La brisa tranquila mecia el follaje de los árboles, las nubes grises ocultaban el sol, y una criatura de aspecto oscuro con forma humana se mueve despacio queriendo ocultarse tras la columna que conecta la sala con la cocina. Nirelle estaba dentro de una casa donde en su interior, la familia se encontraba cenando fuera.
A esas criaturas los denominaban Gente Sombra, la primera etapa en la transformación de los Devoradores.
La parca alzó su guadaña iluminada, lanzó un hilo de luz que envolvió al ser dejándolo inmóvil, se acercó a él y con la mano ennegrecida le penetró su pecho, extrayendo la oscuridad de esa alma, quien luego de regresar a la normalidad, pudo cruzar a su destino. Nirelle estaba acompañada de Ismerai.
Cinco años más pasaron, la Muerte 616 ya tenía permiso para volver a su labor.
—¿Por qué yo tengo que servirte como protector? —se quejó de brazos cruzados— ¿No se supone que para eso tienes a tu esposo?
—Él bien podría acompañarme, pero resultaría difícil protegerme cuando lo que menos queremos es que los humanos se enteren de la existencia de otras criaturas. Casi todos creen que seres como los vampiros o los hombres lobos sólo son seres de cuentos. Y ni mencionar a las Muertes, creen que sólo existe una o que ni siquiera existimos siendo un fenómeno o etapa más de la vida.
—Claro... —alzó una ceja— Al menos pude conocer cómo es el lugar donde Kim trabajaba. ¿Siempre lució así?
—No, en la época en que Kim existía era más diferente. Muchas cosas han cambiado, Neizan te puede enseñar sus libros de historia.
—Hablando de él, ya casi es hora de ir a recogerlo.
—Es verdad. Vamos —dijo abriendo su portal, trasladándose a la casa de los padres de Sara, quienes abrieron la puerta y la saludaron con una sonrisa—. Hola.
—¡Nirelle! —menciono la anciana abrazándola— Pasa, Neizan está dentro esperándote.
—Gracias.
Debido a que la relación entre ellos era buena, no hubo necesidad de hacer papeles falsos para Nirelle y hacerla pasar como humana y ponerla a ella y a Amiel como tutores legales del menor, pues los abuelos de Neizan se quedaban con él de lunes a viernes para que asista a la escuela, y los sábados y domingos se iba con Nirelle de vez en cuando a la cede, y mayormente a la antigua casa de los vampiros, la cual fue reconstruida.
—¡Nirelle! —mencionó el chico de trece años que fue directo a abrazarla, ella estaba visible, pero Ismerai no— Hola Ismerai —musitó ya que se encontraba en compañía de otros jóvenes de su edad—. Chicos, ella es Nirelle.
—Hola —saludó alzando la mano hacia a los menores y ellos devolviendo el gesto—. ¿Tarea?
—Sí, ¿puedes esperar? Ya casi terminamos.
Nirelle estuvo en la cocina acompañando a la mujer junto con Ismerai, esperan en una agradable charla entre risas, a que el muchacho terminara sus deberes académicos y despidiera a sus compañeros en la puerta. Él después apareció entrando a la cocina, acomodándose la mochila.
El menor se despidió de sus abuelos y se fueron a la casa de los Antediluvianos.
—¡Neizan! —exclamó la melliza— ¡Hoy me debes la revancha en aquel videojuego!
—¡Sí! —ambos apretaron los puños al frente declarando su espíritu competitivo.
—Después de cenar —añadió Nirelle, a lo que los otros se fueron a alistar. Ismerai se despidió y regresó a la prisión. Nirelle fue a la oficina de Amiel, encontrándolo leyendo—. Hola.
—Bienvenida —dijo besándola y dejando el libro a un lado—. ¿Cómo te fue?
—Muy bien, Verónica me enseñó a hacer café. ¿Te preparo uno?
Él rio y aceptó gustoso. —Estrellita, sabes que aún estoy en contra de que hayas regresado a trabajar.
—Lo sé, pero tanto yo como los demás estamos tomando todas las precauciones.
—Sabes que con Satán detrás de ti hay que ser exagerados.
—¿Sabes por qué quiere llevarme con él?
—La verdad es que no. ¿Por qué la pregunta?
—No he dejado de pensar en cómo me llamaron Glasya, Demián y mi hermano. Princesa Lilith.
“Creó, pues, Dios al hombre a imagen suya, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”
Genesis 1:27
«Aunque hoy en día este fragmento puede interpretarse como un mismo hecho explicado dos veces, otra interpretación se le atribuye a que Dios creó una mujer al mismo tiempo que lo hizo con Adán, y que después, creó de la costilla del hombre, a Eva. La primera mujer que aluce Genesis 1:27 es Lilith, quien abandonó a su marido y el jardín de Edén.»
—Es un imbécil —repuso el hombre resoplando con fastidio—, sólo busca molestar dándote un nombre manchado.
—¿Crees que sólo sea eso?
—Trata de hacer alusión de que irías con él y que traicionarías a Dios.
—Supongo que tienes razón —no obstante, su cabeza no dejaba de darle vueltas sintiendo algo más—. Vamos a cenar.
La noche continuó con normalidad, algo en el interior de Nirelle le hacía pensar en ese nombre. ¿Sólo busca molestar con ello? Es posible que sí, pero eso no dejaba que su cabeza no pensara en eso, anexando las dudas acerca de lo que Satán buscaba en ella, él puede ir y venir a la Tierra cuando se le antoje, si su intención era lograr entrar al cielo a través de ella era imposible, después de todo lo tiene prohibido al igual que él.
—Nirelle —Haka se paró al lado de ella, mientras ella veía a Neizan jugando con Gon e Iván bajo el gran roble. Era temprano en la mañana.
—¿Qué tal? ¿Y Adir?
—Se está alistando para acompañarme a la tribu. Lo hemos pensado mucho, queremos viajar juntos.
—¿Qué han pensado?
—Voy a dejar a Omir como alfa de la manada —sosprendió a Nirelle, dejándola sin palabras—. Ya he hablado con él y los demás, aunque no quieren, lo aceptan y me desearon lo mejor. De hecho, voy a comunicarlo a la aldea, y por eso Adir me va a acompañar.
—Oh, me hubiera gustado haber estado cuando se lo dijeron a Amiel y los demás.
—Sí... Adif cruzaba los brazos y me fulminaba con la mirada. Después de todo es su hermano. Por cierto, gracias.
—¿Por qué?
—Si no me hubieras arrastrado ese día a tu fiesta de cumpleaños, no habría conocido a Adir. Y me ayudaste a arreglar las cosas con Amiel.
—No fue nada —dijo enderezándose orgullosa para luego ambos reír.
—¡Estoy lista! —gritó la melliza emocionada mientras llevaba un vestido rosa pastel con una chaqueta corta negra, y zapatos también negros.
La vampira y el lobo se despidieron de la Muerte y se encaminaron hacia el bosque, hasta que se perdieron de vista, en ese momento Nirelle se dirigía hacia el pequeño y sus amigos cuando Ismerai apareció.
—Lamento interrumpir, pero hay trabajo.
—Pero no me ha llegado… —su dispositivo sonó— Ok. Gon, Iván, cuiden de Neizan en lo que nosotros volvemos —dijo con ambos asintiendo, abriendo el portal y pasando.
—¡Espera, Nirelle! —el menor corrió tras ella, también cruzando, lo puede hacer porque Esteban le dió un collar de cruz con protección, y aunque los encargados de él trataron de impedirlo, la puerta se cerró.
—Neizan —mencionó Nirelle con seriedad.
—Lo siento —se encogió de hombros, pocas veces ella le ha fruncido el ceño—, quería venir contigo.
—Esto no es un juego ni un paseo por el parque, no sólo me ocupo de crear portales, también peleo contra seres peligrosos. No puedes venir conmigo a mis misiones.
—Perdón —respondió avergonzado y cabizbajo, la joven suspiró mientras que el Encadenador reía bajo.
—Vale, volvamos a casa para dejarte.
Nirelle.
Una voz conocida se hizo presente a sus espaldas, la voz de una mujer. Tanto Nirelle como Ismerai abrieron sus ojos con incredulidad ante el tono que escuchaban, ambos voltearon para asombrarse de a quién veían, era aquella antigua peliblanca.
—¿Kim? —mencionó la joven al ver a su amiga parada con ropas de tela muy sencilla.
—¿Cómo es posible? Ella desapareció… —dijo Ismerai atónito.
—Nirelle, al fin pude hallarte —expresó suave con una sonrisa—. Rápido, tienes que acompañarme —la chica se acercó para tomarla de la mano, sin embargo, Nirelle sacó su arma y la ondeo casi cortándola—. ¿Qué haces?
—¡Nirelle! ¡¿Te volviste loca?! —replicó el mayor.
—Ella no es Kim.
—¿De qué hablas? ¡Es ella!
—No. No lo es —la joven creó una barrera protegiendo a Neizan y le indicó con una sonrisa que se quedará ahí—. Kim, si en verdad eres tú, dime quién es él —dijo señalando al hombre.
—Nirelle, él no importa, vamos, necesito tu ayuda.
—¿Ves? —puntulizó en guardia viendo a su compañero— No sabe quién eres, además, no hay forma de que sepa mi nombre, yo no tenía uno cuando ella aún existía —regresó su vista a la impostora—. Así que ¿quién eres?
—Vaya, en verdad me vas a poner las cosas difíciles —la figura empezó a cambiar su apariencia, a su alrededor apareció una túnica negra y la guadaña encorvada con la hoja dentada—, Lilith.
—Azarías —susurró entre el gruñido apretando el palo de la guadaña.
—Te lo voy a pedir por última vez. Ven conmigo por las buenas o te arrastrarte por las malas.
—¡¿Cómo te atreves a usar la forma de Kim?! —gritó de rabia el Encadenador empuñando las cadenas y lanzando acometidos.
—¡Ismerai! ¡Tranquilízate! —Nirelle maldijo entre dientes mirando la furia de su amigo.
El mayor peleaba desesperado, Azarías esquivaba o evitaba los golpes, el polvo era levantado por las cadenas arremetiendo contra el suelo. Su enojo no sólo era evidente, también se sentía claramente en cada movimiento que perpetraba contra el impostor.
—¡Maldición! ¡Ismerai! ¡Detente!
—Oh, me disculpo, princesa —la joven fue detenida en su avance.
Un cazador salvaje se interpuso para enfrentarla, o mejor dicho, cazarla. Esta criaturas iba de vestimenta parecida a un bufón medieval, excepto que su ropa dista de ser al clásico para entretener, pues usaba una combinación de rojo y negro, la parte baja del torso estaba al descubierto, usaba una capa oscura que terminaba en puntas, guantes de igual color que llegaban a los codos, dientes puntiagudos y músculos buen marcados que lograban cargar con un martillo grande en su espalda, cuyo palo es largo, en su cinto se lograban ver varios cuchillos.
Los cazadores salvajes eran hombres fantasmales que salían a la Tierra a dar caza a diferentes criaturas, ya sean mágicos, malditos o anhelados, trabajaban por codicia o por simple entretenido, podían cazar en grupo o ser solitarios, no atacaban a los humanos a no ser que se les provocara o se les encomendara hacerlo, siempre a cambio de un pago, el cual podía ser con cosas de valor o con sangre de la víctima o del victimario, y a veces con el alma de quien pide la encomienda, convirtiéndose en su esclavo hasta después que muera.
—Vamos, princesa, me darás mucho prestigio cuando logré atraparte. Déjeme presentarme —la joven ondeó su guadaña cerca de su cara—, soy Lucas.
—Un placer, Lucas. Ahora apártate.
—Lo siento —intercambiaba el apoyo del cuerpo entre una pierna y la otra—, pero no puedo, me pagaron para tratarte como mi presa.
—Como tu presa ¿eh? —bufó burlona— Lo siento por ti, pero sólo soy presa de un solo ser. Y te aseguro que no eres tú.
—Oh. Realmente me gustas, Muerte —alzó una mano haciendo emanar fuego de esta.
Una batalla por capturar a Nirelle comenzaba, un cazador dispuesto a atrapar a su presa salvaje. El cazador lanzó una bola de fuego la cual la joven bloqueó con la hoja de su arma, la criatura empuñó su martillo y arremetió para empujar a la Muerte que firme apenas se movió. Rempujó con fuerza haciendo al ser retroceder y osciló la guadaña para cortar. La criatura era hábil. Con calma Nirelle observaba su alrededor, pues su contrincante sabía ocultarse. 616 daba gracias de estar en un lugar sin rastro de humanos.
Ella se agachó con rapidez evitando un golpe del martillo de Lucas, arremetió con el palo a su estómago lanzándolo lejos y yendo a cortarlo. Una cortina de humo verde apareció, Nirelle evitó respirar y se alejó, sabía que era venenoso. Otra bola de fuego salió de aquel humo, la joven volvió a bloquear, pero no notó una segunda bola que terminó golpeándola y haciéndola chocar contra Ismerai.
—¡No me estorbes Nirelle!
Ella no dijo nada. Creó una barrera para ambos, le tomó del cuello de su ropa y le abofeteó fuerte.
—¿Quieres calmarte de una buena vez? Deja de actuar como un niño. Kim desapareció.
—¿Cómo puedes decirlo así? —mostró un rostro y los ojos más ofendidos y adoloridos que podía dar, lo cual era mucho para alguien como él, que buscaba controlarse lo más que podía.
—Porque así son las cosas, su cuerpo no está más aquí. Pero cuando las Muertes han terminado su labor pueden ser mandados a dos puntos. De regreso a nacer, o a decorar el cielo del paraíso como estrellas. Ella eligió lo segundo. En pocas palabras, ella te está esperando en el paraíso hasta que tu tiempo como Encadenador acabe.
—¿Qué? ¿Cómo sabes eso? —se quedó quieto, relajó sus hombros y su rostro endurecido se ablandó junto a sus ojos puestos en media luna.
—Shafer me lo contó después de un tiempo de ser amigos. No te lo dije porque sabía que si lo hacia, ibas a querer ir con ella.
—¡Pues claro! ¡Esa es mi decisión!
—Ismerai, ella no quiere que la sigas sólo porque se trata de ella. Sabes perfectamente como era ¿no?
—Pero… —Nirelle negó suavemente con la cabeza, soltó al otro teniendo en sus ojos la melancolía que comparte.
—Aún te queda algunos años, vive hasta que puedas verla como es debido —le dijo sonriéndole, el mayor suspiró y se calmó.
—Bien, hay que acabar con esto. Tengo algunas cosas que preguntar a Shafer.
Nirelle asintió orgullosa, mantenían sus sonrisa. Ambos se acomodaron listos para luchar juntos, sin embargo, Nirelle se sintió asustada.
—¿Qué ocurre?
—Neizan. No lo siento en la barrera. No está dentro de ella…
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