Capítulo 80: A nadie más
—¡Regresa aquí! ¡Oye! ¡Neizan! —Adif perseguía a un energético pequeño.
—¡No quiero! —respondió riendo mientras corría para escapar del mellizo.
Un año ya había pasado desde que vivían tranquilos en aquella casa en el bosque, Elrick había conseguido empleo impartiendo clases en una escuela primaria del pueblo, Neizan asistía también entre semana. Ese día era sábado, así que estaba en la casa, su padre salió al pueblo junto con Hiram, Iván y Gon a hacer algunas compras, el mellizo trataba de cortarle el cabello al menor, pero él simplemente corría.
—Dejen de reírse y ayúdenme a atraparlo —se quejó Adif de su hermana y de Jaziel—. Adir, levítalo.
—No —carcajea abrazando su estómago—, atrapa a tu fiera.
—Será mejor que le pidas ayuda a Nirelle, siempre le hace caso a ella, incluso más que a Elrick —agregó Jaziel.
—Bueno, sí —dice mientras va a la habitación de su hermano y su cuñada—. ¿Ni-Nirelle? —mencionó tocando la puerta.
—¡¿Qué?! —la joven exclamó con irritación desde adentro.
—¿Podrías ayudarme con Neizan? Él no deja de correr y quiero cortarle el cabello.
—Dile a Adir que lo haga levitar.
—No quiere... —el chico calló cuando la puerta fue abierta por ella con los ojos entrecerrados y molestos— Hola.
—De acuerdo —soltó un suspiro masajeando el puente de la nariz—. Ahora vuelvo —dijo para quien estaba en el dormitorio mientras ella caminaba a las escaleras.
—Gracias —viró a ver al interior de la habitación, a su hermano mayor que estaba sentado en la cama sin camisa y sonriendo—. Ah, lo siento.
—Descuida —Amiel respondió burlón, a lo que Adif bajó.
—Neizan —Nirelle mencionó sonriendo—. Vamos, que tu tío va a cortarte el cabello.
—¡Nirelle! —el menor corrió con entusiasmo a abrazar a la chica, quien lo cargó en brazos— ¿Pasó algo? —preguntó al notar que la joven hizo un pequeño quejido.
—No —dijo haciéndole cosquillas—. Ya no corras —agregó entregándolo al mellizo.
—Gracias, Nirelle.
—No hay problema —mencionó riendo regresando a la habitación, cerrando la puerta con seguro.
—¿Ya domaste a la pequeña fiera? —preguntó burlón el mayor en lo que ella sonriendo y asintiendo, caminó a quedar al frente de él— Bien, quítate la ropa y déjame verte.
Nirelle se quitó las prendas dejando la parte superior desnuda, se dio media y el mayor se levantó acercándose sin sonreír.
—Ahg… —se quejó la joven al momento en que Amiel tocó su espalda.
—Lo siento. Es profundo —dice en sus adentros con el ceño fruncido de preocupación.
Nirelle despertó con un ardor en su espalda, cuando se reincorporó, Amiel notó algo rojo, sangre. Tenía una enorme herida que cubría casi por completo su espalda, cicatrices profundas con la figura de una estrella invertida de cinco picos.
—¿Has escuchado la voz de nuevo? —preguntó el mayor.
—No, pero las pesadillas son cada vez más recurrentes. Especialmente esa. Estuvimos bien por el hechizo de ocultismo que Iván hizo, pero parece ser que nos están encontrando.
—Vamos a tener que irnos de aquí, por eso le pedí ayer a Hiram que fuera a comprar lo que necesitamos —mencionó sacando un botequín para curar las heridas—. Hablaré con los demás. ¿Crees que Esteban y Ezequiel vengan antes de que nos vayamos?
—Sí, no quisieron decirme por llamada quién era el traidor —en ese momento Hiram tocó la puerta.
—Hermano, he vuelto con Elrick y los demás. Hemos traído las cosas para el viaje.
—Gracias, ahora bajo.
—¿Nirelle está contigo?
—Sí, aquí estoy —menciona con voz suave.
—Lía vino a visitarte, está abajo.
—Oh, gracias, ahora voy —responde, a lo que el mediano se retiró.
—¿No crees que esa elfo ha venido muy seguido? Hay algo en ella que no me agrada —opinó el mayor mientras la curaba con delicadeza. Para él sería más fácil curarla de otra forma, sin embargo las circunstancias se lo prohíben.
—¿Algo cómo qué?
—No lo sé. Su aroma se me hace conocido. No me gusta que este tan cerca de nosotros.
—Pero nos ha estado ayudando mucho siendo nuestro contacto con los jefes mayores, ni siquiera han dejado a Leila o a Carla que vengan, incluso Tara y Shafer.
Aunque el vampiro asiente queriendo creer, no entiende ni sabe porqué le tiene tanta desconfianza.
Mientras tanto Lía se encontraba abajo hablando con Elrick y Hiram, los mellizos y Jaziel se hallaban afuera, mientras que Adif recortaba el cabello de Neizan estando un poco alejados.
—¿En qué tanto piensas, Jaziel? —preguntó Adir al notarlo con la mirada ausente. Estaban sentados en un tronco frente a la casa.
—En todo lo que hemos pasado hasta ahora. El tío Lamec y el hermano de Nirelle volvieron —aprieta los puños ensombreciendo los ojos—. ¿Qué tal si mi hermano lo hace también? Además, soy el único que no ha despertado su habilidad. Ni siquiera sé si tengo una.
—Tranquilo —la melliza frotaba la espalda del chico—, vamos a salir de esto. Pero creo que hay algo más ¿no? He notado que te mantienes alejado de Estrellita.
Jaziel se mostraba entristecido. —Aun me siento mal por lo que pasó cuando regresó a la mansión. Traté de matarla, y le hablé horrible.
—Ah, eso. Bueno, sabes que ella no te guarda rencor.
—Lo sé. Ella siempre ha buscado protegernos, por eso voy a protegerla también, mataré a cualquiera que intente tocarla.
—¿Incluso si fuera Izan? —esa pregunta hizo al menor abrir un poco los ojos a la vez que apretaba los puños, en ese momento, vieron a Nirelle bajar las escaleras y dirigirse saludando a la elfo con una sonrisa.
—Sí, incluso si es Izan —respondió con mirada determinada.
La chica se impresionó al verlo y escucharlo, después de todo era la primera vez que no le decía hermano.
—Todos vamos a protegerla, aunque bueno, ella también es fuerte —dice con confianza.
—Listo —mencionó Adif con orgullo al quitar la manta que protegía la ropa de Neizan—. Preferiría cortártelo más.
—¡No! —niega el pequeño cruzando los brazos— Si lo cortas mucho también vas a cortar mis mechones blancos, y me gustan mucho, también a Nirelle —añadió haciendo reír a los demás—. ¿Uhm? Ella volvió —mencionó viendo a Lía.
—¿No te agrada? —pregunta la melliza riendo.
—No. Ella no me cae bien.
—¿Por qué? –cuestiona con extrañeza.
—No lo sé, pero no me gusta que este cerca de Nirelle —agregó enojado, algo que sorprendía al trío, pues no era común que Neizan se quejara de alguien.
Mientras tanto, Elrick y Hiram se levantaron para dejar a las chicas hablar tranquilas.
—¿Cómo has estado? ¿Ha sido buena tu vida aquí? —pregunta sonriente.
—Bien, no es lo que esperaba teniendo en cuenta que estoy escondida —bromeó sentandose a su lado—, pero sí, he tenido una muy buena vida. Pero dime, que ha estado pasando en La Frontera.
—¿Podemos hablar en un lugar un poco más privado?
Eso le extrañó a la joven, pero aceptó, la llevó a una habitación en donde había unos pocos muebles, entraron y Nirelle cerró la puerta. En el tercer piso, Amiel se encontraba vistiéndose mientras seguía pensando en esa elfo que le hacía desconfiar, cuando terminó de arreglarse, se quedó viendo al bosque como si fuera a darle las respuestas, y en ese momento, un portal se abrió en la habitación tomando por sorpresa al mayor, cuando de ahí salieron los jefes mayores junto al jefe de los elfos, todos empuñando sus armas.
—¿Qué están haciendo aquí? —preguntó confuso Amiel.
—No tenemos tiempo, hemos descubierto al traidor, y venimos por su captura —habló Esteban con los ojos iluminados mostrando la ira.
En la habitación de abajo, Lía y Nirelle se encontraban conversando, la elfo parecía tener un semblante triste.
—¿Qué ocurre? ¿De qué quieres hablarme?
—Bueno... —la elfo se acercó a una ventana visualizando el bosque, haciendo que la chica también viera hacia afuera— El tiempo es lo único que tiene valor en la vida, sin él, no existe nada.
—¿Qué? —memcionó con confusión.
—Criaturas como los vampiros no poseen un límite de tiempo, las Muertes no lo pueden ver, mi especie sí lo posee, pues somos seres vivos, ustedes las Muertes monopolizan la vida —ella se puso detrás de Nirelle, posando las manos en sus hombros.
—¿Lía? —cada vez la joven estaba más confundida con las palabras de la contraria.
En un momento Amiel entró abruptamente a la habitación seguido de los jefes. —¡Nirelle! ¡Aléjate de ella!
—¿Eh? ¡¡AH!! —la chica comenzó a gritar cuando sintió que las heridas en su espalda estaban ardiendo, ella quedó de rodillas mientras Lía creaba una barrera— ¿Qué estás haciendo?
—Lo siento, pero tienes que pagar, tú y esos vampiros —menciona la elfo con enojo.
—¿De qué estás hablando? Lía, ¿qué pasa?
Esteban pasó al frente con guadaña empuñada. —Ella fue quien creó los portales por donde los demonios atacaron la sede y la prisión. ¿Por qué? ¿Acaso no eras amiga de Nirelle?
—Lo soy, me duele hacer esto, pero la familia es más importante —las miradas eran de confusión a la criatura—. Astrid es mi hermana mayor —añadió sorprendiendo a todos a la vez que ella abrió más portales, por donde salen aquellos elfos oscuros del pasado.
—Bien hecho, mi hermanita —mencionó la mayor viendo con burla a Nirelle—. Hemos venido por venganza.
—¿Venganza? Hicimos un trato. No harías nada a Amiel y su familia a cambio de haber entregado el audio con los gritos de Lamec. ¿Cómo tan siquiera escaparon del hechizo de la fila de rocas?
—La bruja que nos encerró también fue la que nos sacó. Tampoco nos agradó la idea de la alianza, pero si así podíamos salir y asesinarlos, pues era algo simple para acceder, aunque eso significara también aliarnos con ese desgraciado.
—¿Ese desgraciado? —en ese momento tres personas se acercaron a la chica— Lamec, abuela —todos estaban sorprendidos, pero no sólo por ellos dos, sino también por la tercera persona.
—Hola, florecilla —dijo con una sonrisa burlona.
—Izan...
El joven rubio volvió como demonio, él alzó a Nirelle del cabello y la golpeó en el estómago para luego ver burlón a su primo Amiel.
—Te dije que, si no la tomabas tú, lo iba a hacer yo sin ninguna clase de amabilidad.
—¡Izan! —para sorpresa de los presentes, no fue Amiel quien gritó, que lo iba a hacer, pero el que ganó en rapidez fue Jaziel, estando furioso— ¡Aléjate de ella o te juro que te mató! —ladró tratando de cortar la barrera con sus pugios— ¡Regrésala!
—¿Jaziel? –dice con sorpresa al ver a su hermano rabioso, algo que le molestó— ¿Ah sí?
Izan alzó de nuevo a la chica y se acercó a su cuello para morderla, sin embargo, el mayor notó que en ese momento Jaziel sonrió y de repente, la barrera despareció, haciendo que los Drows, la bruja y los demonios se sorprendieran. Así, el menor arremetió con fuerza haciendo un corte en el pecho de su hermano mayor, logrando tomar a la chica alejándola de las criaturas, y regresando con los demás quienes sacaron sus armas para proteger a quien es parte de su familia.
—¿Creían que no estaríamos preparados? —dice Amiel con enojo.
—Sé bien cómo anular barreras, especialmente cuando son de tan bajo nivel —añadió Iván con orgullo—. Me enseñaste muy bien, Evelyn.
—Padre —volvió a hablar Amiel empuñando su guadaña—. Esta vez seré yo quien ponga fin a tu existencia, no voy a permitir que dañes a nadie más de ¡mi familia!
×~×~×~×~×
Autora:
¡Hola! ¿Que pasa chavales? ¿Todo bien? ¿Todo correcto? Y yo que me alegro~
Ok ya paro. Antes que nada, muchas gracias por llegar hasta aquí, la verdad no creí que extendería tanto la obra, pero ¡EPA! Ya 80 capitulos.
He estado haciendo algunas correcciones en los otros cap, más que nada han sido ortografía y cambios del guión corto por el largo, por eso no he actualizado tanto como antes. :v
Ahora, muchas gracias por leer.
( ꈍᴗꈍ) Ya estamos más cerca del final de la obra, y en este punto me gustaría que me dieran sus opiniones. ¿Qué les ha parecido la historia?
Bien, que tengáis una buena noche o día, dependiendo de a qué hora lo estén leyendo. :v
Ahora sí, hasta aquí mi reporte Joaquín. XD
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro