Bueno, comenzando con esto, ha pasado ya un mes desde que llegué a este pueblo, conocí a todos sus habitantes, incluyendo a aquellos que poseen collar de plata.

Durante este mes, he estado cazando a muchos duendes, e incluso he participado en varias misiones peligrosas, con otros aventureros, como casar ogros, slimes, dragones y demás monstruos que tenían que ser eliminados.

En este tiempo logra conseguir una pequeña fortuna, tenía planeado comprar una casa, sin embargo...

Digamos que ya no lo necesito, había encontrado una pequeña granja, donde podía estar en paz, y entrenar mis habilidades que poseía.

Después de conseguir un numero de exacto, de duendes devorados o de seres vivos devorados en misiones, logre de alguna forma despertar una especie de... ¿sistema?

Se abría como una pantalla que yo solo podía mirar, en esta me decía mis estadísticas, como la vida que poseía, el nivel de veneno que tenía, la cantidad de vidas que poseía, y también cosas como... bueno, será mejor que lo miren por ustedes.

Nombre: ¿?

Nivel 1

Vidas: 999+

Profesión: Ninguno

Nivel de Espadachín: 1 (00%)

Nivel de Luchador: 1 (00%)

Nivel de Mago: 1 (00%)

Nivel de Sacerdote: 1 (00%)

Nivel de Granjero: 3 (47%)

Nivel de reparación: 2 (02%)

Fuerza: 48

Agilidad: 80.

Suerte: 13

Resistencia: ∞

Resistencia a magia: 1 (00%)

Magia: Bloqueado.

Mana: Bloqueado.

Mis estadísticas eran algo bajas, sin embargo, poseer agilidad me serviría bastante, y tener vidas extras, era más que suficiente para mí.

Oh, y se preguntan porque poseo un nivel de Granjero, es debido a que he estado ayudando a la granja donde vivo.

Son dos granjeras, una es:

Una joven mujer de cabello rojizo, ojos rosas y pecho voluminoso, ha cultivado su cuerpo gracias al trabajo físico en la granja.

Seguido a ella, es una chica adulta, de ojos avellana, con cabello marrón largo, usa un vestido largo blanco y verde con un delantal ocasional y se peina con una coleta lateral sobre el hombro.

Ambas son granjeras, que cuidan la granja donde estoy.

Ahora me encontraba revisando las cercas de la granja, todo con el objetivo de cuidar la granja, de que no viniera ningún duende, mientras lo hacía, me sentía mal.

No por todas las vidas que gritaban dentro de mí, sino por no haber podido absorber a ningún ogro, dragón o incluso demonio, sus habilidades serian increíbles, sin embargo, no creo que a ningún aventurero le haría gracia mirar a una cosa como yo.

Mientras cuidaba la cerca, la Granjera quien se encontraba dormida, despertó, y dio un golpe a la ventana de madera, sorprendiéndome mucho, pero rápidamente evite que me viera asustado.

Granjera: ¡Buenos días!

¿?: Buenos días... ¿Como amaneciste?

Granjera: Yo bien, tan temprano como siempre aventurero...

¿?: Si...

Granjera: Hoy es un buen día, ¿no crees?

¿?: Si, es un buen día, el sol se ha puesto para quemar mi piel, jejeje...

Granjera: ¡Jajaja! es parte del trabajo en la granja, a propósito, ¿Ya despertó mi Maestra?

"Maestra" Era aquella otra mujer que dije, que le ayudaba a la Granjera a cuidar de la granja.

¿?: No debe tardar en despertar... se quedó muy noche, queriendo ayudarme a matar a los duendes...

Granjera: Oh... ya veo... je...

Dio una pequeña risita, mientras se quedaba mirándome como buscaba alguna huella de algún duende, estaba mirando si habría alguna huella del algún duende, si encontraba alguna, me dirigía a la cueva donde estaban, pese que las dos chicas no supieran eso, si encontraba alguna parte rota o dañada de la cerca, lo reparaba con algo de madera.

Por eso el nivel 2 en reparación.

Granjera: Debes tener mucha hambre... ya he preparado el desayuno, comamos juntos.

¿?: Iré... solo deja que busque alguna huella.

Granjera: Claro...

Continue revisando si habría alguna huella.

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Me encontraba ahora en el comedor de la granja, con las dos chicas, estábamos comiendo un delicioso platillo de caldo de papas, con algo de leche recién ordeñada.

A mi frente estaba la Maestra, aquella mujer que hable.

Tenía en su cachete derecho una cicatriz, parecía que algún duende le hizo eso.

Maestra: Esta muy delicioso, ¿Qué te parece aventurero?

¿?: Sabe delicioso... muchas gracias...

En realidad, no necesito comer, digamos que tener muchos órganos, dentro de mí, logra no tener nada de hambre, solamente una vida muere de hambre, y como poseo tantas vidas, no necesito ni comer, ni bebes, pero si dormir, al menos es una alegría tener algo de vida y precioso que es dormir.

En eso saco una bolsa llena de monedas, y se la entregó a la maestra.

Maestra: Oh...

¿?: Es lo de este mes,

Maestra: Oh... no deberías molestarte... deberías tenerlo tu...

¿?: No, es suyo... tómelo por favor...

Maestra: Oh... vale... ¿Iras de nuevo a cazar duendes?

¿?: Si, iré de nuevo a cazar, hay mucho que hacer, pero primero debo ir con ustedes a dar los suministros a las diferentes tiendas...

Al decir, ambas chicas sonrieron, así que decidieron continuar comiendo, junto conmigo, ahora que lo veo, podría aprender un poco de chef, pese que no necesite comer, aprender para ser un maestro chef, estaría perfecto para estas dos chicas, y la Sacerdotisa que me acompaña a las aventuras.

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Ahora me encuentro en las afueras de la granja, estaba empujando la carroza con los suministros, básicamente yo era el caballo, sentadas, platicando tranquilamente, estaba la Granjera, y la Maestra.

Quienes platicaban sobre cosas... cosas de chicas, o de seres humanos.

Granjera: ... Quisiera ser quien empuje.

¿?: ... Adelante.

Me detuve, al mirar esto, la Granjera sonrió, para rápidamente bajar, y la Maestra también lo hizo, ambas chicas comenzaron a pujar la carroza.

Maestra: Me sorprende mucho tu fuerza, eres muy fuerte, puedes cargar a dos chicas sentadas...

¿?: Si...

Maestra: Dime... ¿Como va todo?

¿?: Los duendes se multiplican... hay más que antes...

Maestra: Ya veo... bueno, eso es bueno, ¿no? tienes mucho trabajo, y gracias a eso me ayudas ah... perdón... ayudas a la pobre gente que no puede defenderse de esos malditos duendes...

¿?: Si... pero estaría perfecto que esos duendes dejaran de molestar...

Dije, dando entender que no me gustaba este trabajo, pero en realidad, en el fondo me encantaba, ya que podía absorberlos, y hacerme más fuerte, sin embargo... no creo que haya un aventurero que le encante cazar duendes por diversión, eso sería ser loco.

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Después de dar los recursos a las diferentes tiendas, me despido de la Granjera y la Maestra, ahora me encuentro en el gremio, con algo de aburrimiento, en eso noto la mirada feliz de la recepcionista, en eso me dirijo con ella.

Recepcionista: ¡Que bueno es volverte a ver joven aventurero!

¿?: Hola...

Recepcionista: Dime... ¿Vas a volver a cazar duendes?

¿?: Claro, es lo único que acepto.

Recepcionista: ¡Eso es excelente! la mayoría de los aventureros no quieren estos trabajos, debido a que no dejan buenas recompensas... me alegra que por fin... tengamos un... Goblin Slayer...

¿?: No me gusta ese nombre, solo aventurero estaría perfecto...

Recepcionista: Ya sé que no te gusta... aparte era solo una broma, descuida...

¿?: ... Lo siento si me molesto, es extraño que me moleste por algo...

Recepcionista: Oh, eres un amor~

¿?: Bueno... ¿Cuál será la misión de hoy?

Recepcionista: Tenemos un problema, unos duendes se han refugiado en un árbol antiguo de elfos... allí es su base y están saqueando a una aldea que se encuentra cerca, te daré un mapa...

¿?: Descuida, ya se su ubicación...

Dije, al mirar enfrente de mí, una pantalla, que me mostraba un mapa, con un punto rojo, que me decía la ubicación de mi objetivo.

Misión: Elimina a los bastardos.

Recompensa: Exp, monedas de oro, y un nuevo extra.

En caso de fallar: Muerte de la aldea cerca...

Los "Extras" son habilidades que puedo escoger, hay extras que me aumentan mis estadísticas, y mi forma de hablar, sin embargo, los que me interesan, son aquellos que me dan resistencia al fuego, mirar en la oscuridad, hacer más daño cuando estoy apuntando con el arco, o que me dé por un periodo de tiempo, un poco de fuerza y habilidad en el manejo de armas.

O incluso aquellos extras que me daban control de algún material, sin necesidad de magia.

Recepcionista: ¿De verdad sabes la ubicación?

¿?: Es aquella que está en el rio... ¿No?

Recepcionista: ¡Ah! Eso es grandioso... bueno... ahora que lo dices... me gustaría también pedirte un favor... gracias a ti, muchos aventureros novatos no han sufrido ningún incidente... y por eso necesito... quiero que ayudes a un grupo de chicas, por favor...

¿?: Por mí no hay ningún problema, cuidare de ellas...

Recepcionista: ¡Eso es bueno! bien, pediré que los esperes afuera... las llamare...

¿?: Si...

Sin perder tiempo, me retire del gremio, a esperar a estas chicas.

Mientras esperaba afuera, algunos aventureros hacían comentarios de mí, algunos sorprendido de verme, otros que escucharon que yo solo caso duendes, otros que creían que yo era un oportunista, otros que escucharon unirme a aventureros de rango superior y que supuestamente los ayude a matar a las bestias que casi lo matan.

Estos comentarios no me importaron, yo solo quería volverme fuerte, consumiendo duendes.

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Ahora me encuentro en las afueras de la ciudad, me acompañaba un grupo de chicas, conformado por una monja, una rhea explorador, una maga elfa, su líder era una caballera.

Todas me trataron... bien, bastante.

Caballera: ¿Te sientes bien?

¿?: Si.

Monja: Esperemos que no te desagrade que seamos solo... chicas...

¿?: ¿Porque no me gustaría?

Exploradora: Todos los chicos que hemos invitado a nuestro grupo, terminan rechazándonos... y claro al ser de porcelana... no tenemos ningún impacto o que seamos conocidas...

¿?: ... Menudos idiotas...

Maga: ¡Jejeje! Así es...

El viaje hacia aquella base fue lindo, todas las chicas me querían compartir cosas, como pociones, algún arma, algún escudo, yo amablemente rechace, ya que al final no los necesitaba.

Incluso como el grupo B.E.L (Falta la S, debido que la sacerdotisa dejo el grupo, para unirse a mi) me contaron sus aspiraciones, y sueños, claro que cuando preguntaron por mí, no conté nada, después de todo, solo soy... una cosa... y ellas tienen su personalidad...

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Después de algunos días, finalmente habíamos llegado a la base de los duendes, la base era de una fortificación de elfos antiguos, por los huesos que me encontré, sabría que los duendes acabaron con sus antiguos anfitriones.

Caballera: Los duendes montaron su base en esa vieja fortaleza élfica...

¿?: Bien... iremos atacar en mediodía... los duendes nos pondrán trampas... así que quiero que tengan cuidado...

Caballera: Si, senpai.

Por alguna razón, aquella palabra... "Senpai" se me hacía conocida... claro que todas me consideran su maestro, debido a que ahora soy un aventurero de rango zafiro.

Caballera: Muy bien, iremos durante el día, cuando estén durmiendo, recataremos a todas las chicas que secuestraron en la aldea...

¿?: No dejes que la emoción los domine... debemos tener la mente fría para esto...

Dije, comenzando acercarme a la base, sabía que algo malo pasaría, pero mientras estas chicas estén de mi lado, nada malo les pasara.

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Finalmente había entrado a la base de los duendes, me encontraba algo alerta, miraba a todos lados a un montón de duendes, todos dormidas, tenía tantas ansias de devorarlos, sin embargo, tenía que tener control.

Mientras nos acercamos más, la Exploradora noto el cuerpo de una chica, junto al lado de un montón de más.

La exploradora fue ayudarla, junto con la monja, mala idea.

Pues aparte de que el cuerpo estuviera muerto, se activó una trampa, que alerto a todos los duendes, quienes despertaron
porque cayo una simple trampa de alarma.

Caballera: ¡Quédense atrás! ¡Una fi-

La Caballer no pudo terminar sus palabras, ya que fue golpeada por una fuerte roca, que la desmayo, todas las chicas fueron dejadas fuera de combate debido a esto.

Todas, a excepción de mí.

¿?: Como... ¿Como puedes agradecerles esto?

Les dije a los duendes, quitándome mi camisa, dejando al aire libre mi cuerpo.

¿?: Llevo tanto tiempo... tanto tiempo sin devorar a tantos duendes...

Tras decir eso, mi cuerpo, en todos los ángulos, dispararon tentáculos, que se extendieron a todos los duendes que se encontraban cerca, mis tenáculos lograron atravesar los cuerpos de los débiles duendes, quienes lloraron de dolor, agonía, al sentir y mirar mi tentáculo en sus cuerpos.

¿?: Provecho~

Dije con mucha hambre, comenzando a mal formar mi cuerpo, convirtiéndome en una masa de carne, comenzando a devorar los cuerpos de los duendes.

Lo único que se escuchaba en el gran árbol de los elfos, eran solo los gritos de agonía de los duendes, quienes sufrían al ser adheridos a mí.

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Tiempo después había sacado a las integrantes del equipo de chicas del árbol, quien ahora ardía en llamas, quemándose, también saque a las prisioneras, sin embargo, ahora tenía en mis manos, el cuerpo muerto de una chica, de cabello suelto, su piel era blanca, tenía moretones, parecía que había sido asesinada reciente, su cuerpo estaba aún caliente.

¿?: ... Tu cuerpo me puede servir... ahora que lo pienso... jamás me he devorado a una mujer... bueno... entonces... bienvenido a mi ser...

Dije, para subir mi camisa, comenzando a devorar la chica, quien lentamente se una a mí, primero fueron sus pies, luego sus muslos, después su ombligo, para después su pecho, y por último... su hermoso cabello.

Una vez devorado, caí al suelo, satisfecho de devorar a una chica.

Ya solo quedaba esperar a las chicas.

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Ahora me encuentro en la granja, la misión había sido un éxito, rescate a más chicas secuestradas, y salve a ese grupo de chicas, quienes me agradecieron para siempre, me encontraba ahora al lado de la Maestra, quien miraba las dos lunas en este mundo.

Uno verde.

Y el otro rojo.

Tuve que decirle a la sacerdotisa que hice una misión con otras chicas, por alguna razón le dolió que hiciera una misión con otras chicas, ¿Que pensara? Jamás la olvidaría... ella debería saber que la quiero mucho...

Maestra: Que bueno que lograste salvar a esas chicas... y la del grupo...

¿?: ¿Te sucede algo?

Maestra: ... Escucharías... a una adulta... su historia...

¿?: ...

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La Maestra me conto su historia, era deprimente, hace algunos años atrás, en la aldea donde ella vivía, fue arrasada por una horda de duendes, ella tenía un hermano que amaba mucho.

La noche que atacaron los duendes, su hermano fue atacar a los duendes sin nada, solo sus puños, ella gritaba que parara, y que se escondiera, sin embargo, el no hizo caso, y el... murió...

Y no solo fue el, también murió el tío de la Granjera, junto con sus padres, si se preguntan que paso con ella, la Granjera se fue a la ciudad, con su tía.

Salvándose de esa masacre, la única razón por la cual, la Maestra seguía convida, era porque escapo.

A la mañana siguiente, el cuerpo de su hermano fue el primero en ser encontrado.

Maestra: Eso fue lo que paso...

¿?: ... Mi más sentido pésame...

Maestra: No... No lo quiero... gracias por escucharme, jeje...

¿?: ... Si me dijiste esto, es porque te sientes deprimida, ya que crees que no hiciste nada... pero déjame decirte que te equivocas, escapaste, eso fue lo importante.

Maestra: Pero yo no quería ver morir a mi hermano... era la única familia que me quedaba... después de la muerte de nuestros padres... él fue el único familiar que quedo...

¿?: ... ¿Qué hay de la chica?

Maestra: Su tía no quiso cuidarla, cometido suicidio después... a ella le estuve cuidando... pero ahora mírala... es toda una adulta... ya no me queda nada...

¿?: No creo, te queda la vida... te queda el amor que tienes, tanto propio como el que demuestras, te queda tu sabiduría, te queda tu belleza, te queda... tu alma... en este mundo...

Maestra: Je... eres tan lindo cuando dices esa clase de cosas...

¿?: ¿Qué cosas? Son la verdad...

Maestra: ... No deberías encariñarte así conmigo... sabiendo que... no viviré más...

¿?: ... No quieres hacer eso, la realidad es que quieres matar esa parte que te entristece... déjame decirte que... quitarte la vida no solucionara nada, solo empeoraras las cosas, dejaras a la chica sin la figura materna que ella quiere... dejaras esta granja... me dejaras a mi... y a los pueblerinos de allá... sin verte...

Maestra: ...

¿?: Todos te estiman... yo incluso te estimo... por eso déjame ayudarte a combatir esa pérdida...

Maestra: ... Aventurero...

La Maestra quien se encontraba sentada, al lado de mí, me dio un abrazo, cosa que... me gusto, no sé porque, le devolví el abrazo, esta vez evitando no devorarla.

Gracias incluso a la misión, logre conseguir más poder, e incluso un extra que me ayudaría.

Nombre: ¿?

Nivel 2

Vidas: 999+

Profesión: Ninguno

Nivel de Espadachín: 1 (15%)

Nivel de Luchador: 1 (20%)

Nivel de Mago: 1 (00%)

Nivel de Sacerdote: 1 (00%)

Nivel de Granjero: 3 (47%)

Nivel de reparación: 2 (02%)

Fuerza: 50.

Agilidad: 82.

Suerte: 15.

Resistencia: ∞

Resistencia a magia: 1 (00%

Magia: Bloqueado.

Mana: Bloqueado.

Extra:

Anti-duende: Con este extra, haces un 25% de daño a los duendes, con cualquier arma, aparte recibís un 5% de recibir más experiencia en Luchador.

Devolví el abrazo, sintiendo su respiración, y sus latidos acelerados, la Maestra, con sus ojos llorando, se quedó mirándome, tras unos segundos después, me dio un beso, había visto esas acciones en algunos aventureros, sin embargo, era la primera vez que sentía esto.

Ella se separó, con una sonrisa, combinada con sus lágrimas cayendo.

Al creer que, hacia lo correcto, le devolví el beso, cosa que la sorprendió, la Maestra acepto mi beso, en eso tomo mi mano, para colocarlo en uno de sus pechos.

¿Que intentaba decirme? ¿que la ordeñara como las vacas?

En eso ella vuelve a separarse, para colocar su cabeza en mi pecho.

Maestra: ... ¿Estas...cansado?

¿?: Ah... no... ¿Necesitas algo?

Maestra: Jejeje~ tontín~ vamos a mi cuarto, donde te enseñare algunas cosas~

Ella me tomo de la mano, para después pararme, y dirigirme con ella, hacia la casa donde vivía con la Granjera, no sé qué deseaba enseñarme, sin embargo, si esto servía para quitar su tristeza, sin necesidad de que yo altere su cerebro... entonces lo acepto.

Fin.