Estaba en el feo y muy desteñido centro educativo. En la comodidad de una de las bancas que estaban disponibles, me puse a enviar mensajes a mi hermoso primo Harold. Le conté de las novedades y de mi bello plan para darle un "stop" a las plásticas de mi aula.

Lo que obtuve como respuesta fue:

—¡Mi pequeña tiene nuevo novio! ¿Cuándo me lo vas a presentar? ¿Esta candente? ¿Ya se besaron? Que bien que ahora tienes un compañero de travesuras.

Todo aquello, en una nota de voz, con un tono tan perverso, animado y chillón, que casi me deja sorda, ya que usaba mis auriculares para oírlo.

En fin, luego de eso seguí enviando mensajes en el grupo de la familia, y pues mis primos vendrán a la villa de la familia, por el cumple de mi primo Harold.

¡Al fin un evento en donde podré estar con mi primo!

—Pero mira a quien tenemos aquí. Talía.

—Si, soy yo. Buenos días Alia —le contesté guardando mi móvil para que ella no lo tomara.

—¿Y dónde esta él? —interrogó para saber de mi prometido.

—¿Dónde esta quien?

—El feo ese de tu prometido ¿No me digas que no esta aquí?

—Él vendrá cuando se acaben las clases —le respondí. Y luego pensé —«Para que así puedas tener tiempo y juntar mas individuos, sanguijuela».

Después de aquello, ella se largó con su jauría de estúpidas y estúpidos (si habían chicos también) y yo al pasar un tiempo; entre al plantel educativo a tomar mis bellas clases. Era martes, dulce y fatídico martes.

Terminaron las clases. Y podía oír voces a mis espaldas burlándose de mí, y mi "pésima" suerte con mi prometido. Decidí ignorarlos, ya que todas esas palabras en mi contra no eran ciertas, solo era lo que yo le había plasmado a Alia.

¿Cuál será su reacción con el show que le mostraré...?

Y justo saliendo del edificio, llegando a la puerta de metal. Vi un montón de estudiantes de otras aulas, que querían ver mi hermosa obra.

Me hice un espacio. Y ahí estaba Nell con perfil bajo, y un sombrero que tapaba su rostro, mientras que Alia y su grupito, me ponían en el centro de la acción.

Esto será bueno.

—Talía y donde esta tu prometido, además de feo, es irresponsable —chilló la rubia con su maquillaje exagerado como de costumbre, con unos colores llamativos y vistosos.

—Es él, él que esta con el coche. El que tiene traje y sombrero —afirmé señalando al gigoló, que enseguida tomó mi llamado.

Nell se acercaba con pasos ligeros y amplios, junto a un ramo de flores rojas y una cajita pequeña, yo me volteé del lado contrario. Y rodeada de todos esos individuos el comenzó a actuar:

—Buenas tardes jóvenes. Podrían hacerme el favor, y decirme si aquí estudia una jovencita llamada, Talía Park. Es que tengo que llevarla a su casa —enunció con caballerosidad. Como si se tratarse de un ídolo musical.

—Eres un actor o algo así. Como un hombre como tu, se fijaría en una chica tan fea como ella; acaso estas demente —dijo Alía queriendo convencer a Nell.

Yo estaba allí. Junto a la multitud, me mezclé para que él comenzará su teatro...

—Señorita Alía acaso no sabe con quien esta tratando. Deje de ser tan insistente, tengo que llevar a Talía —le repitió para saber mi paradero.

—¡Cómo sabes mi nombre! —gritó la chica con un "supuesto" asombro que no le creí.

—Querida Talía, podrías decirles la verdad a estos chicos, tenemos que irnos a una celebración en la cual se nos ha solicitado nuestra presencia. Por favor podrías aparecer, tengo el vestido que te probaste en el auto —discurso Nell haciendo que llegara el segundo acto.

Es mi momento de actuar...

—Ya al fin apareces. Pensé que no llegarías sabes que hora es, llegaremos tarde —le contesté haciendo mi aparición y caminando hacia él —Alía él es mi prometido, del que te conté. Ves como me tiene, es un monstruo, no tengo tiempo ni de leer —confesé fingiendo un poco de sufrimiento.

La cara de todos. Sus rostros inertes, anonadados, sorprendidos ante aquella revelación eran como obras de arte expuestas en una galería y el mejor y mas satisfactorio rostro que vi, fue el de Alía, su mueca de desagrado y odio era tan bella, tan abstracta.

Simplemente sublime...