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51. ¿Filete dulce?

Cuando termine de calentar la comida comencé a ordenar la mesa, busqué unas velas aromáticas y las encendí, acomode dos platos, dos vasos de vidrio y un jarrón con agua ya que, bueno Talía no bebe alcohol, aún es muy joven.

En fin, puse los dos platillos que preparé en la mañana, una ensalada y filete con papas  salteadas, espero que le guste, o por lo menos que quede satisfecha, no se me da muy bien la cocina.

Miré el reloj, eran las ocho aún quedaban dos horas para cenar y ver una película ¿quizás? No sé todavía, todo dependerá de como sucedan las cosas, aunque creo que la comida salió un poco salada o dulce, ojalá y ella se lo coma, estoy un poco nervioso.

Cuando la ví salir de la habitación femenina me quedé con la boca abierta, se puso un vestido negro corto y muy ceñido; pareció su segunda piel.

¡Maldición! ¡Es como si fuera para ella! A pesar de que no tiene mucho busto, eso va a cambiar en unos años, y por ahora lo compensa con su parte trasera que le dan un par de bellas curvas, su cabello era un desastre al parecer también lo lavó y estaba mojado y vuelto un afro salvaje.

—¿Qué haces con la boca abierta? —me interrogó.

¡Mierda, coño que buena se ve! Y yo de idiota haciendo estupideces.

Cerré mis labios y le contesté:

—Estas hermosa —le dije —Bien vamos a cenar —enuncie algo ansioso y ella se acercó a la mesa, yo como el caballero que soy, le ayude con su silla y después me senté.

Comenzamos a degustar el filete y como me temía, estaba dulce. Al comer, Talía me lanzó una risilla y luego de tragar me dijo:

—Es la primera vez que he comido filete dulce ¿Acaso es una una receta de algún chef experto? —enunció con sarcasmo.

—Bueno pues si para ti soy un chef experto, puedo cocinar para ti cuando gustes, tu solo hazme una cita, ya sabes que soy un hombre muy ocupado —bromee siguiendo su juego.

Al terminar de cenar ella quiso ayudar con los platos, yo traté de insistirle mucho para que no lo hiciera, pero aún así lo hizo, además de sexy y con un buen trasero, es terca como una mula.

Le sugerí ver una película juntos y pues ella accedió, pero no me dejó entrar a la cocina diciendo que haré un veneno con las palomitas, así que ella se encargó de prepararlas con el microondas, mientras yo conectaba los cables del reproductor de vídeo para colocar la película.

—Ya terminé las palomitas de maíz ¿y tú aún no acabas? —me cuestionó.

—Si nena ya lo hice, solo busco las carátulas de las películas ¿qué te apetece ver? —le dije esperando su respuesta.

—Con tal y no haya sangre, zombies, payasos endemoniados, muertes y juguetes malditos todo bien —contestó.

Al final es una chica, no puede hacerse la fuerte siempre.

Puse una de suspenso y misterio policíaco, solo para ver su reacción.

Pasó media hora de la película y ella estaba al lado mío, los dos recostados del sofá tumbados en el piso, Talía no dejaba de emocionarse al ver escena tras escena, en un momento hubo una de un beso y ella se quedó atónita por unos segundos, luego me miró y creo que se sonrojo un poco, aunque no se notó mucho por el color chocolatoso de su piel, pero su expresión me lo dijo.

—¿Quieres que intentemos otro beso? —le dije poniendo en pausa el televisor.

Ella me miró y me dió una bofetada, para luego comerse las palomitas y decir con exigencia:

—¡Idiota! ¿Qué cosas estás pensando? ¡Pervertido! pon de nuevo la película, quiero ver qué sucede después.

Quise besarla de golpe y no soltarla hasta la mañana, anhelé que dejara su olor en mi cama, pero con ese manotazo que recibí, supe que eso no volvería a pasar a menos que ella quisiera, aún es muy temprano para ella y no quiero forzarla, voy a parecer un pedófilo o delincuente y no quiero eso.

—Esta bien —Salió de mi boca quitando la pausa del reproductor con el control.

Comí de las palomitas y dejé de pensar en comerla a ella, al final no tuve las agallas de tocarla en todo el trascurso del largometraje, solo nuestras manos se tocaban al tomar la comida y la rapidez con la que apartaba su mano, era casi invisible a mi vista concentrada en ella.

Bueno al menos estuvo junto a mi durante una hora, no me puedo quejar ¿verdad?

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