Cuando me dirijo a limpiar la mesa cuatro veo una nota que dice: «Muchas gracias por el consejo, lo intentaré mesera Talía».

Comencé a saltar como una loca mientras los transeúntes me miraban a través del vidrio de la tienda extrañados, pero no me importo en lo más mínimo esa chica me alegro un poco el día, o mejor dicho me animo más de lo que estaba.

—Listo Michelle, aquí las mesas estan impecables —le digo.

—¡Buen trabajo pudín de chocolate! —exclama la rubia mientras se encarga de sumar todo el dinero que se hizo el día de hoy.

Fui a entregar los últimos platos a Orión (como la constelación) y luego ayude a papá y a Marcelo a guardar todos los utensilios e ingredientes restantes.

—Hija podrías llevarle estás galletas de canela a tu madre y también está tarta de plátano con canela —me ordenó con una cara nerviosa. ¿Ahora qué hizo?

—¿Papi querido, qué te ocurre? —le pregunto. Sospecho que olvidó algo, de seguro que si.

—Hoy es el aniversario de bodas número veinticinco y... —balbuceó.

—Y olvidaste prepararle algo a mamá, otra vez como el año pasado ¿Verdad? —le digo con obviedad cruzada de brazos.

—Por eso eres mi hija favorita —recitó el aliviado —Puedes ayudarme a hacerle algo, ella quiere su boda de plata. Lo sé —me rogó. Y claro que le ayudaré, después de todo la convención de libros es la próxima semana necesito dinero para ir.

—Dejalo en mis manos y prepara más galletas y tarta una grande, para toda la familia. Necesito hacer unas llamadas —afirmo con determinación.

Después de esa revelación le encargó a Michelle que haga unas mini salchichas, de esas que hizo el otro día (estaban deliciosas) y a Orión le encargo las bebidas. Ya ellos manos a la obra, comienzo yo a encargarme de la decoración.

—Bueno, Talía hermosa ¿eres tú?

—Si soy yo Harold mi hermoso primo, necesito tus habilidades —aclaro —Pero te pagaré con el último volumen de “Vanidad” —agrego para pescar su atención.

—Yo complacido de ayudar Talía ¿y qué es ahora otro aniversario o cumpleaños? —cuestionó al teléfono.

—Es un aniversario. Alerta boda de plata ¿puedes hacerlo? —propongo con insistencia.

—Claro, en el patio ¿cierto? —afirmó —le diré a la pandilla que me ayude y llevaré a Noe conmigo —añadió.

—Claro y dile a Noe que lleve a la bola de pelos de Hansel, Margaret lo quiere ver; otra cosa la decoración hazla roja y plateado —le indico.

—Perfecto nuestro gatito bello también quiere ver a su máma, nos vemos en la casa.

—Y trata de no hacer mucho ruido —le hablo.

—La tía Camil ni nos notará, la telenovela que ella ve se acaba hoy y luego empieza otra nueva después de esa, dudo que preste atención al patio. De todos modos trataré de ser lo más silencioso posible. Nos vemos dulzura.

—Nos vemos caramelo —me despido y cuelgo el teléfono.

¿Y él cómo sabe que las novelas dramáticas de mamá se acaban hoy?