Después de tener una pequeña discusión en la cocina y dejar a papá y Marcelo terminar de preparar la orden, limpio algunas mesas y tomo nuevas ordenes y de paso voy hacia Ori que está fregando los platos a llevarle más.

—Orión te traje mercancía para que limpies —enuncio de sorpresa dándole un susto de muerte al ojiverde.

—Ya vali —anunció decaído —No puedes entrar como una persona normal ojitos.

—Lo siento, de seguro rebajarán tu sueldo de nuevo  —musito luego de ver los vidrios en el suelo. Rompió la vajilla otra vez.

—Te quedas con un cinco porciento menos estés mes Ori —grito mi papá. Apuesto a que escucho cuando se cayeron los platos.

—¡Mierda! —susurro el ojiverde y continuó con su labor. En lo que a mi respecta, me dirijo a la cocina en busca de la orden.

—Primero lleva los postres y luego las malteadas —me sugirió papá.

Yo seguí el consejo y lo hice así pero antes escribí en una nota: «Eres muy inteligente lo puedo notar por tu camiseta, además eres hermosa deja a esos pendejos y busca personas mejores».

Cuando terminé lo que hice fue colocarlo en uno de los portavasos con un símbolo matemático para que ella lo reconociera «Espero que lo haga» —hablo en mis adentros mientras llegaba a la mesa —Dos sufles, una tarta de manzana para tres personas; dos malteadas de mora, uno de piña y otro de chocolate ¿cierto? —les digo recitando todo lo que habían elegido para comer.

—Si acertaste cuatro ojos —contestó el chico fresa que me pareció homosexual.

Al alejarme de la mesa ví como la chica notó el símbolo y leyó la nota, me miró a los ojos y sonrió «Que hermosa sonrisa» —hablo en mi mente al mirar a la mayor.

Después me fui a limpiar las otras mesas que quedaban y por un desliz me caí, bueno al menos no rompí ningún plato solo me resbale y quede sentada en el piso, nada que yo no pudiera tolerar; me paró sobre mis pies y continúo con mi deber.

Cuando termino de aquello (pasaron unos minutos) y la mesa cuatro que era la última que estaba, culminó con su postre dajando la cuenta en la registradora, mire pocos segundos a la chica mayor y de sus labios pude leer un “Gracias”. En definitiva me sentí muy alegre, la ayude a sonreír por lo menos, ya que desde que la ví me pareció deprimida.