Hoy es mi primera cita ¿Con quién? Con un degenerado, pervertido y sobretodo súper baboso peor que una sanguijuela, este chupa tu alegría no tu sangre, ¿Su nombre? Nell, el hermano de mi supuesto prometido.

Estoy con el espécimen arcaico en su auto, mi padre hace algunos minutos le dió el permiso de llevarme a una salida de amigos “Para formar lazos entre la famila” Si claro. Nada más panplinas.

—¿Y qué tal mi auto, no es bello?
—balbuceó.

Ignorando sus esfuerzos para alardear con su automóvil, me concentre en la paisaje que se observaba tras la ventanilla del carro, ya estábamos en el centro de la ciudad, y aún no llegábamos a nuestro destino ¿A dónde carajos me lleva este acosador de cuello blanco?

—Ya casi llegamos, solo tenemos que pasar por mi oficina e iremos a nuestro “asunto” presiosa. No te desesperes —comentó queriendo tomar mi mano, como si fuésemos amantes.

—¡No te propases conmigo demonio! —exclamé apartando mi mano —No soy una de esas fáciles que encuentras en la calle exhibiéndose como si fuera un maniquí ¿está claro? —agregué con enojo.

En fin, al llegar al edificio, la sede principal de la constructora; él me tomó la mano y comenzó a caminar con agilidad e incluso tuve que seguirle el paso para no perderme entre tantos ejecutivos y secretarias que veía al ir con él (a propósito esas mujeres me veían con inferioridad ¿Que mosca les picó? Seguro este mequetrefe ya las conquistó a todas) al llegar a su oficina (muy grande por cierto) me senté en un sillón mientras que él buscaba unos papeles; en eso entró un gordo alto, mucho más que Nell como unos cinco centímetros de diferencia, su cabello era marrón como el mío y sus ojos parecían una mezcla entre el café y un poquito de té verde (que extraño color ¿será que le cambian?).

Aquel gran joven se me quedó viendo con enojo ¿Acaso me conoce? ¿O cree que soy un ligue de este menso? Realmente no sé cuál es peor, que me miré feo por que cree que soy una caza fortunas o porque me conoce y tenían otra perspectiva de mí.

Bueno, está situación es incómoda, muy incómoda.

—Señor Nell, si está buscando estos contratos aquí los tengo, no tiene que hacer un caos en la oficina por eso —señaló el gordito el cual tenía un folder.

—Gracias Eak, te lo agradezco, me salvaste otra vez —agradeció.

—Y por favor no traigas a tus mujeres aquí; recuerda que eres el presidente y, tienes que tener una buena imagen sin mancharla con un pequeño error que se te cruce en el camino —explicó mirándome de reojo.

¿Entonces esas indirectas son para mi gordito?

—Dejame decirte, señor gordito ojos raros; estoy siendo arrastrada por este estúpido en contra de mi voluntad, así que agradecería que ni me dijeras error, o ligue de un hombre que ni siquiera me interesa —declaré —¿Ah y la razón de la que me ves acá? Muy fácil. Este individuo le dijo a mi padre no sé que cosas y me trajo hasta aquí, y ahora tengo que aguantar sus pésimos intentos de cortejarme solo porque si, así que te agradecería que no juzgues la situación sin antes haber conocido todos los datos que llevaron a este incidente —alegué en mi defensa.

Nell y su compañero se quedaron sorprendidos por mi respuesta ante tales comentarios hacia mi, el primero me aplaudió y el segundo se quedó pensativo y huyó, salió normal pero, yo pienso que se acobardó.