Luego de que mis clases terminarán me fuí a la repostería de papá a ayudarlo, ya que aún faltan tres largos días para ir a la feria del libro.

—Pudín ya era hora ¿porqué te tardaste? —balbuceó Michelle al verme entrar al local.

—Ni siquiera me dejas llegar bien y ya estás con tu interrogatorio. Además ¿no que tenías una cita con un chico? —pregunto curiosa colocándome el delantal.

Ella No me respondió. En su lugar observé un rostro deprimido como respuesta, quise preguntarle pero no quería revivir recuerdos dolorosos así que solo me fuí del cajero para ir a tomar órdenes, en el proceso me topé con Orión quien pareció carrucel en una feria llevando los platos sucios si mi espantoso hermano no sale y lo ayuda creo que le bajarían más del cinco porciento en los próximos meses.

—Una malteada de chocolate, una de fresa, un zumo de limón y un zumo de naranja por favor —me habló una joven como de mi edad que estaba con sus amigas.

Creo que esas chicas son de mi escuela, llevan el mismo uniforme que yo.

En fin, me dedique a entregar la orden a Marcelo y de paso a darle un abrazo a papá, necesito endulzarlo para que me compre mis preciosos ejemplares.

—¡Mi pequeño flan! ¿Cómo está la princesa de papá? —habló luego de nuestra muestra de cariño.

—Papi sabes que faltan pocos días para la feria ¿verdad? —enuncio melosa con voz de princesita en apuros —¿Tendrás tiempo para llevarme?

—Mi hermoso bombón este año no podrá ser. Tengo que acompañar a tu hermano a la escuela de cocina.

¿Marcelo cocinar? No niego que se la da perfecto hacer los postres en la tienda y todo pero ahora ¿lo quiere tomar en cuenta? ¿Y ahora que sucederá conmigo? Mamá no querrá acompañarme está metida en la nueva telenovela esa de la cultura antigua.

¡Mis preciosos libros! ¿Quién se apiadará de mi?