Especial: La primera vez de un hombre, con un hombre
—Y bien, ¿estás listo?
—Sí, comencemos— Por suerte, él se escuchaba igual de decidido que yo, esta vez lo ibamos a hacer, ibamos a llegar hasta el final como por mucho tiempo planeamos, lo lograríamos por fin y de una buena vez.
Todo comenzó sutil, compartimos suaves besos y hasta llegue a sentir sus manos acariciando mi desnuda cintura y sus labios bajar lentos a mi cuello. Cerré mis ojos intentando disfrutar de cada toque pasional, esperando sentir el calor de la lujuria escalar poco a poco en cada parte de mi piel, pero yo mismo detuve todo, cuando tonto, interrumpí nuestro cálido momento, por un recuerdo totalmente ajeno a la situación.
—Oh Yoon, lo siento, me olvide comentarte que ya lave tu suéter, lo deje en nuestro armario, gracias de nuevo por prestármelo— Él detuvo sus besos, y me miró por algunos segundos confundido.
—¿El blanco o azul?
—El azul... De hecho arruiné el blanco, lo manche con salsa y por más que lo intento, la mancha no se va. Pero te comprare otro.
—No te preocupes por eso, debía cambiarlo en algún momento— Logré sentir como sus pálidas manos me soltaban, con el único afán de moverlas por suma inercia para hablar —Podríamos salir el viernes a comprarlo, si tienes tiempo.
—Sí, hasta he visto algunos diseños que pensé que podrían gustarte— Note con solo uno de sus gestos que quería verlos y no dude en agarrar mi celular para mostrarle de lo que hablaba.
Y para cuando me di cuenta de lo que estaba ocurriendo, ambos ya nos encontrabamos recostados en la cama, en ropa interior, cansados por lo tarde que era, y viendo videos que solo a nosotros nos parecían graciosos.
Otra noche más donde dormíamos abrazados el uno del otro, luego de pagar un habitación de hotel por todo una día, para no hacer lo que realmente llevábamos semanas pensando hacer. Y aunque nunca podría odiar pasar tiempo con él, todo ya parecía un mala broma.
De verdad no lo hacíamos adrede, simplemente era natural perdernos en conversaciones banales en cualquier momento, ya era lo común entre nosotros, pero no lograba entender porque también pasaba cuando queríamos llegar a ese crucial punto.
Me avergonzaba pensar en eso porque de verdad quería hacerlo con Yoongi; muchas veces nuestros besos se sintieron intensos, nuestras manos bajaron mucho más de lo que debieron, nuestro calor era agobiante, y su solo perfume me embriagada totalmente hasta la lujuria, pero nunca era en los lugares correctos ni ideales para continuar, nunca nos sentiamos lo suficientemente listos para ello, y acordábamos seguir en un lugar correcto con una investigación previa.
Agradecía nuestra acordada sinceridad en el tema, porque siempre fuimos claros hasta con el más mínimo detalle, desde quién debía ser el de abajo, en dónde era mejor concretarlo, qué nos gustaba, cómo debíamos prepararnos, qué juegos previos debíamos llevar a cabo, todo totalmente premeditado, porque ninguno en su vida había mantenido una relación con un hombre.
Todo esto era nuevo para ambos, estabamos descubriendo un mundo que no conocíamos, a una edad que se sentía incorrecta para aceptar nuestra sexualidad, como sí haber sobrepasado nuestros veinticinco años nos limitara totalmente y nos volviera tontamente inmaduros para esto.
Suspire cansado de todo, realmente lo estaba pensando demasiado.
Me recosté en mi cama, intentando descansar de mis ideas, deseando olvidar el tema por solo unos segundos, y como si ya fuera una extraña costumbre desde que las recibí como regalo, estire mi brazo hasta mi mesa de noche, buscando mis presciadas notas con el fin de releerlas.
Yoongi insistió mucho en que yo las tuviera, alegando que ellas existían solo por mi, por lo que no pude negarme a recibirlas, aunque desde un principio no iba a hacerlo.
Cada trazo de tinta, cada palabra escrita, cada halago sincero, cada nota, era perfecta, nunca podía leerlas todas sin sentir un calor infernal bañar mi rostro y el agradable sentimiento de aprecio en mi pecho.
Leer como progresivamente sus sentimientos iban cambiando por mi, se sentía apacible y hasta casi me podía identificar con ello, con lo lento que fui al darme cuenta de lo que quería, de cómo cada de vez que estaba a mi lado quería que el tiempo se detuviera, que solo sus halagos se sintieran perfectos, que quisiera compartir acercamientos únicos con él, que nada me hiciera sentir igual de nervioso que pensar en compartir un beso o abrazo con él. Solo con Yoongi me sentía así.
Todas eran lindas, todas eran adorables, todas tenían un significado profundo, pero solo esa era diferente, solo esa reflejaba un sentimiento que pocas veces he visto en Yoongi, uno que jamás me expresó directamente.
“Soy hetero, pero el cuerpo de Seokjin está muy bien formado”
Era eso, la respuesta al problema, la razón por la que no dábamos ese siguente paso, yo debía seducirlo, hacerlo sentir justo como cuando escribió está nota, en el momento perfecto para hacerlo.
—Yoongi, ¿qué te gusta de mi cuerpo?— No lo esperaba, su sonrojado rostro lo delataba, pero si no era directo con el tema, probablemente no podría haberle preguntando jamás al respecto.
—¿De verdad quieres saberlo?— Él evitó certeramente mi mirada y siguió atento a su domestica tarea de doblar nuestra ropa limpia, mientra yo afirmaba y le observaba desde la cama, ansioso por oír su respuesta —Bueno, tus piernas son largas y bonitas... También tu cintura es muy estrecha, y tus hombros... ¿seguro que quieres oir más? Tus orejas estan preocupantemente rojas...
Podía sentirlo, era evidente que tantos cumplidos de su parte me avergonzarían, en especial por la razón por la que hice esa pregunta, pero debía escucharlo, usar cada una de mis cualidades para lograrlo.
—Necesito oírlo todo...
—¿Necesitas? Jin, ¿qué ocurre?— Él era dulce, tan calmado y comprensivo que me hacía sentir seguro en nuestro espacio, acercándose con naturalidad a mi cama, sentándose a mi lado y sonriendo con calidez en un intento de calmar cualquiera de mis inquietudes.
—Lo siento es que... Leí tus notas nuevamente y me preguntaba por qué escribiste eso, con respecto a mi cuerpo... ¿Fue solo un cumplido o de alguna forma me veías en otro sentido?— Pude verlo suspirar de forma incómoda, y me intrigó aún más la razón detrás de esa reacción, por lo que me acerqué más a su espacio casi sin notarlo.
—Siendo muy sincero... Estaba tan confundido por lo que sentía por ti, no solo por cómo me sentía a tu lado o por la nueva forma en la que te veía, sino también porque... Soñaba mucho contigo en ese entonces...— No tuve que responderle, porque en mi rostro era evidente que quería saber mucho más sobre esos sueños, y al notarlo, el evitó mi mirada con un sonrojo que resaltaba en su palida piel —Nosotros lo hicimos... Muchas veces en ellos...
—¿Qué hicimos?— Yo sabía que era difícil para él decirlo y para mi oírlo, pero me deje llevar por la calidez de nuestro ambiente, por mi propia curiosidad, y por mi innata reacción de tocar con mis manos su pierna mientras lo oía.
—Jin... No creo que quieras escucharlo— Nuestras miradas por fin se conectaron, y mis atrevidas manos fueron cubiertas por la suya, provocándome un sutil temblor en todo el cuerpo.
Su rostro estaba tan cerca que lograba sentir su respiración, podía percibir y escuchar el palpitar agitado de mi corazón, y cuando su mano tocó mi rostro, creí que repentinamente mi cuerpo iba a dejar de funcionar.
—Sí quiero...— Entendió que no me refería del todo a su lujurioso sueño, y me besó, siendo tan acertado y perfecto que no pude hacer más que corresponder a sus suaves movimientos.
No podía detenerme, solo sentía el calor esparcirse por todo mi cuerpo y la desesperación invadiendo todas mis acciones, guiando mis manos a sus hombros, arrastrándolo conmigo a la suavidad de mi cama, profundizando un beso que se sentía asfixiante.
Note la calidez de su mano intentando pasear por debajo de mi ropa, y estaba tan desesperado por sentirlo, que yo mismo lo guíe a mí, contento de que entendiera de inmediato donde quería sus caricias y toqueteos.
—¿Y yo... Qué tal lo hice?— Fue lo único que pude murmurar al separarnos, y él sonrió, apenado por lo que estabamos haciendo, pero sin quitar sus curiosas manos de mi cuerpo.
—Fuiste increíble— Sus besos se esparcieron por mi rostro, lentos y coquetos, hasta llegar a mis ardientes orejas —Puedo recordar tus expresiones, tu toques, tu voz... Todo se sentía tan bien...
Ahora fueron mis manos las que invadieron más allá del tacto de la tela, y fueron directas a quitar cualquier prenda que se interpusiera entra ellas y su pálido pecho. Era caótico, no solo por cómo me sentía, sino también por lo maravilloso que era oír sobre ese sueño humedo que necesitaba recrear, en ese momento.
—Yoongi... Tocame un poco más...— Y él iba a obedecer, estaba dispuesto a más, lo notaba en su determinado mirar, pero cuando iba a sentir su mano en una inmidad donde nunca lo sentí, la puerta sonó, en un golpeteó sutil, acompañado de la voz de Jimin, anunciando algo que no entendí en ese momento, pero que se sintió como un balde de agua fría en nuestro caliente encuentro.
Comenzamos a reir avergonzados cuando ocurrió, nos detuvimos en ese instante, y arreglamos cualquier aspecto que nos delatara, intentando volver a nuestra cotidiana normalidad, recordándonos tontos que no vivíamos solos en ese hogar, y que si queríamos continuar lo que ocurrió en ese lugar, solo sería esa noche en un cercano hotel de nuestra zona.
Y así fue, estuve toda la tarde pensando en ello, recordando como me besó, como me tocó, como me imaginó, anhelando que las horas pasaran mucho más rápido para ya encontrarnos solos, en una habitación, sin ninguna interrupción, solo él y yo, concretando algo que hace mucho tiempo queríamos completar.
Pero no ocurrió, porque cuando por fin nos encontramos en la esperada situación, con poca ropa y la intención de continuar, solo comenzamos a hablar y todo fluyó de forma tan natural, que no note el pasar del tiempo y tampoco como termine entre sus brazos, a punto de dormirme, mientra recibía besos adorables por todo el rostro.
Lo amaba, amaba sus gestos, amaba dormir a su lado, amaba nuestras conversaciones, amaba cada parte de nuestra relacion, menos que no lo hiciéramos cuando nosotros así lo quisiéramos.
Era dificil de entender y me frustraban al punto de afectarme anímicamente, por lo que termine por rendirme con él tema, pensando en que pronto se resolvería por si solo, no queriendo molestar más a Yoongi y tanteando en la idea de enterrar mi elevado libido en lo más profundo de mis necesidades, pero algo ocurrió, y desde ese momento mi amada pareja, solo me evitó.
No era muy notorio, porque siempre teníamos nuestro cotidiano tiempo juntos, ya sea almorzando, limpiando, o descansando, pero al pasar los minutos, se notaba muy incómodo y me dejaba como si de algún tipo de peste se tratase.
No había explicaciones, solo escusas vagas y tontas, lo suficientemente validas para justificar su lejanía, pero no para convencerme del todo y evitar que lo sobre pensara más de lo normal, luego de escucharlas.
A veces entendía que para Yoongi era dificil expresarme lo que sentía, y que en algunas situaciones yo debía interpretar lo que él quería al menos que me lo negara, por suerte tenía la habilidad casi natural de entender cuando le ocurría algo, y agradecía esa sensible percepción en este momento más que en ninguna otro, porque él realmente se veía ansioso e incómodo conmigo, y yo estaba seguro de que eso le afectaba y preocupaba lo suficiente como para evitar comentarme la razón de ello.
Y cómo si de un déjà vu se tratase, de nuevo me encontraba en su acogedor estudio, interrumpiendo sin previo aviso, sentando en uno de los sillones del lugar, mirando como con el pasar del tiempo su compostura cambiaba, y yo estaba seguro de que era porque no tenía ninguna escusa conveniente ésta vez para alejarme.
—Seokjin... Sonaré irrespetuoso, pero necesito mi especio en este momento...
—Claro que eres irrespetuoso, no solo porque soy mayor que tú, sino también porque ¡llevas días evitando a tu novio!— Fue una queja natural, pero sonó más enojada de lo que yo mismo esperaba, tal vez el hecho si me molestaba más de lo que quería aceptarlo —Lo siento, no quería decirlo así, es solo que... Creo que ocurre algo entre nosotros, y debemos resolverlo de una buena vez... No me gusta sentir que te alejas de mi...
Él se vio avergonzado, pero no como siempre; aún seguía incómodo y cubrió su rostro con unas de sus manos mientras suspiraba, probablemente pensando en sus proxima palabras.
—Entiendo que estes molesto, lo siento, no quise preocuparte... Yo de verdad creí que solo bromeabas conmigo, pero ahora sé que no eras siquiera consciente de lo que ocurría— Y efectivamente como él lo decía, no lo comprendía, y solo podía esperar a que continuara su necesaria explicación —Pantaloncillos cortos, camisas ajustadas, jeans apretados... A veces ni siquiera te preocubas por cubrirte al salir del baño... Jin, se más cuidadoso conmigo por favor, sé que ambos somos hombres y también cercanos amigos, pero me gustas, y con nuestra complicada vida sexual y tu pregunta sobre qué me atrae de tu cuerpo, solo pude asumir que intentabas seducirme todo este tiempo. Ahora entiendo que solo era yo quién pensaba en ello, perdón...
No pude responder, solo llegue a sentir el característico ardor de un sonrojo golpear mi rostro y orejas, y comence a reir tontamente nervioso.
Había creado ideas tan erradas en mi mente para que solo resultará ser Yoongi siendo consciente de mí, no como lo que siempre fui, sino como su pareja, como alguien con quien quería llegar mucho más allá, tener una intimidad, y sonaba tan evidente que ahora era yo quien se sentía tonto.
—No pense en eso... Como nosotros nunca lo hicimos, asumí que no estabas tan interesado en el sexo como yo, hasta creí que estaba exagerando un poco...
—No, claro que quiero, de no ser así, te le hubiera dicho, pero todas esas veces en los hoteles, te veías cómodo solo conversando y no quería presionarte a algo innecesario, en especial porque sera nuestra primera vez... Y bueno, porque me encanta hablar contigo. Jin, yo podría esperarte toda mi vida si así lo quisieras, recuerda que estoy enamorado de ti, en cada sentido y aspecto, y eso incluye todas tus decisiones— A pesar de la seriedad que reflejaba al decir cada palabra, podía notar como su piel tomaba un color rojizo similar o peor al mio, y fue inevitable que no sintiera mi corazón acelerarse por todo lo que acababa de escuchar.
Quería besarlo, sentía que todo mi cuerpo temblaba emocionado con la sola idea de romper esa distancia entre nosotros, y me di el valor suficiente para acercar su silla de escritorio, hasta el sillón a donde yo me encontraba. Vi su mirada de sorpresa, y antes de que pudiera siquiera preguntarme qué estaba haciendo, sostuve su rostro con mis manos, ansioso y apresurado, solo terminando con esa necesidad casi insaciable en mi.
Yoongi no se negó, y entre cortos besos, sonreía tranquilo, mostrando su deslumbrante sonrisa, y devolviendome cada beso con más emoción que el anterior, avivando la tensión caliente entre nosotros, llevando sus manos a mi hombro y cuello, provocado un involuntario escalofrío que se esparció por toda mi piel.
La emoción inicial poco a poco se perdió, y entre beso y beso, perdí la noción del tiempo, no supe cuando nuestra distancia se redujo, o hasta cuando él ya se encontraba sobre mí en el estrecho sillón, invadiendo sin pena mi espacio mientras yo deseaba que fuera mucho más allá que una distancia de solo centímetros.
—¿No te importa que sea aquí, Jinnie?— No podía importarme menos cualquier otra cosa cuando él me llamaba de esa forma, con su grave voz rasposa, y justo en un susurró en mi sensible oído.
—Voy a odiarte si lo dejamos aquí, y voy a odiar toda mi vida a quién nos interrumpa ahora— Ambos compartimos una íntima risa, tan calmada y coqueta que no parecía ser una primera vez y mucho menos, se notaba lo nervioso e impaciente que me encontraba.
Sus manos se perdieron por debajo de mi ropa, intentando quitarla, provocando que cada parte que él tocará se sintiera como si quemara, desde mis hombros a mi espalda, desde mi cintura hasta mis piernas, y todo sin siquiera darme la oportunidad de observarlo, porque su rostro estaba ocultó en mi cuello, esparciendo pequeños e inquietos besos en la zona.
Fueron minutos, no tenía en claro si fueron muy rápidos o muy lentos, pero apenas fui consciente de que la mayoría de mi vestimenta ya había abandonado mi cuerpo, y en él, todo a excepción de su pantalón, ya había desaparecido de mi vista.
Ver la palidez de su piel enrojecer ante cada uno de mis toques, era tan excitante, solo quería ver más, más y más de Yoongi, deseaba invadirlo por completo, quería marcarlo entero, besar todo su cuerpo, amarlo por completo. No podía contenerme más en esa situación, menos cuando su mano se atrevió a lo que siempre quise, a tocar la intimidad de mi entrepierna, una que ya estaba dura, goteante, y dolorosa. Su mano calidad, marcada y húmeda se movía suave, jugueteando con cada parte de mi miembro, como si lo analizará, divertido y deseoso de ver mis reacciones y escuchar mis jadeos satisfechos.
No hubo comparación suficiente, no encontré palabras suficiente para describir lo que sentí cuando sus dedos me invadieron, tan certeros e inquietos, dentro de mi cuerpo.
Yoongi susurraba palabras, estaba seguro de eso, pero estaba tan perdido en lo que sentía, que no le entendía, lo único que procesaba era el llamabado amoroso de mi nombre, “Jin”, “Jinnie”, “Jinchi”, fueron tantas veces y de tantas formas que podía jurar que me derretiria en sus brazos si continuaba.
—Estoy listo... ¿estás listo? Dime que lo estás, por favor...— Me escuchaba desesperado a ese punto, pero solo yo podía entender que era insuficiente, pensaba que si solo sus dedos se sentían así, cuando lo tuviera adentro podría ver las estrellas.
—Siempre estoy listo para mi Seokjin...— Quisiera que no lo hubiera dicho, pero él lo hizo, y Dios, mi cuerpo tembló por completo al oírlo, hasta mis manos se veían dudosas de abrir el cierre de su pantalón, y aún así, cuando baje su ropa interior y saque su erección vivida y palpitante, me sentía más decidido que nunca.
Yoongi se encontraba sentado en el sillón, y yo en algún punto de todo, me encontraba sobre él, mis piernas estaban abiertas, con las suyas juntas entre ellas, sus manos aprisionaban con cada vez más fijación mi cintura, mientras yo aún seguía admirado su palpitante miembro.
Compartimos una última mirada de confirmación junto con una calida sonrisa antes de que lo hiciera, justo cuando poco a poco comence a sentir como mi cuerpo era profanado como nunca lo había experimentado, quitándome la respiración en el proceso, exhalando únicamente cuando no pude bajar más sobre él, porque ya lo sentía por completo en mi.
No sabía que expresión mostraba mi rostro, pero el suyo, era un sueño, de haber sabido que podía llegar a hacer esa cara de extenso placer, probablemente hubiera deseado aún más este momento.
Y yo solo me moví, mis caderas buscaban más, mis brazos se aferraron con fuerza a sus hombros, y di todo de mí para continuar bajando y subiendo sobre él, como si no pudiera hacer nada más, como si no quisiera sentir algo más que no fuera esa penetrante sensación.
—Yoongi...
—¿Si?Dime...— Él me miraba tan perdido y sonrojado, casi adorable porque así, resaltaba la belleza de su tersa y palida piel
—Lo siento... No fue una buena idea, ya me duelen las piernas— Su risa divertida y su leve asentimiento, me alegraron, aún en esa lujurioso ambiente.
—Tranquilo, lo esperaba... Cambiemos de posición, lindo...
Los minutos que sentí el vacío de su distancia, fueron eternos a pesar de que solo espere mejorar nuestra posición, apoyando mis brazos en el mismo sillón, exponiendo sin pena una intimidad deseosa de sentirlo otra vez dentro.
Sus manos volvieron a mi cintura, presionandola con fuerza, hasta podía jurar que estaba más ansioso que yo por volver a sentir lo que nuestra inicial posición nos provocó, y justo cuando lo hizo, cuando iba a regocijarme de un placer tan deseable, su estoscada fue tan brusca que mi cabeza dió un golpe directo contra la cercana pared.
—¡Oh Dios! Seokjin, ¿Estás bien?— Él se vio tan preocupado que se separó de mi, y no dudo ni un segundo en voltearme con tal de ver el estado de mi dolorosa frente —Lo siento... Fui muy duro...— Yo solo comence a reir por esa preocupación tan notoria y adorable, mientras él acariciaba suavemente mi golpe.
—Solo dolió un poco, Yoon...— Fue inevitable que lo besara,
aprovechando la cercanía de nuestros rostros y su adorable interés en mi salud —Te ves sexy cuando de preocupas por mí...— Y su timida sonrisa apareció, avivando nuestro ambiente y logrando que volviera besarlo otra vez.
—Y tu te ves sexy cuando bromeas conmigo... Jinnie...
Ah, el susurro de mi nombre, fue tan claro, tan suave, tan cálido, que no pude aguantarlo, no cuando habíamos llegado tan lejos, cuando queria darle fin a un placer que aún estaba incompleto; y lo bese, ya no con la intención de recompensar su amable preocupación, esta vez busca sentir de nuevo un beso asfixiante, uno en donde el mordiera mis labios como ocasionalmente ya lo hacía, y donde enredara sus largos dedos en mi desordenado cabello, un beso como el que me correspondia en este momento.
Apenas logre procesar que me acercó a una mesa, con el único propósito de sentarme incomodamente en ella para continuar con lo nuestro, para sentir de nuevo como la dureza de su miembro invadía de nuevo mi cuerpo.
No parecía querer parar, y por suerte, yo no quería que lo hiciera, esperaba que mantuviera su fuerte y constante ritmo, que llegara hasta lo más profundo de mí, que marcara mi cintura con la presión de sus dedos, y que me siguiera permitiendo aferrarme a su espalda casi con angustia, mientras deliberadamente jadeaba su nombre una y otra vez sin pena.
Podía estar seguro de que estaba marcando su espalda con mi desesperada emoción, pero no me reclamó nada, hasta me preguntaba si siquiera era capaz de hacerlo, porque se notaba lo perdido de su mirada, la inercia innanta con la que se hundía cada vez más rápido y profundo, y sus besos, esos tan distintos a los cotidianos, que se profundizaban, que eran lascivos, morbosos, brusco, calientes, desesperados. Simplemente tan buenos.
Mis piernas temblaban, y para ese punto, apenas lograban rodear con ellas su cintura, con la poca fuerza que sentía que me quedaba. Estaba en un límite complejo, la adrenalina recorría cada centimetro de mi sistema, y el final de todo ese lujurioso ajetreo, fue cuando el rompió nuestro beso, con el único propósito de acercar sus enrojecidos y delgados labios a mi oído, para murmurarme dos sencillas pero únicas palabras.
—Te amo...
Mis ojos se cerraron con fuerza cuando el temblor de un orgasmo paseó por todo mi cuerpo, y creía que me desmayaría del agotamiento cuando todo acabó para los dos.
Noté su cansancio, se veía claro en su agitada respiración y hasta en el sudor cálido que provocaba que su rubio cabello de pegara en su frente, pero aún así el fue atento, me ayudó a volver a la comodidad de su sillón para que me recostará y me acercó toda mi ropa para que pudiera vestirme de nuevo.
Fueron minutos de un acogedor arreglo, donde ocasionalmente nos reíamos y hasta besábamos contentos, comentando detalles pequeños, y ayudando al otro en su superficial limpieza propia.
—Yo estoy listo... ¿Podemos irnos? Necesito volver a casa para darme un baño, recostarme, y dormir a tu lado— Su sonrisa me confirmó que estaba de acuerdo, no solo con volver juntos a nuestro hogar, sino también todo lo siguiente a ello. —Yoon... Estoy tan contento, ansio volver a hacerlo...— Mis brazos fueron directos a su cuerpo, interrumpiéndolo en el guardado de sus cosas, en un abrazo emocionado.
Pude jurar que se sonrojó por mis palabras, y segundos después sentí sus manos corresponder mi abrazo, escondiendo su rostro entre el espacio de mi hombro y cuello con cuidado.
—Yo también, Jin... Fue mejor de lo que alguna vez imagine, gracias...— Ambos instintivamente buscamos la mirada del otro, con el proposito de besarnos, en un gesto tranquilo y cariñoso —Sabés... Por lo que pasamos, me preguntó si solo te excitas cuando existe la posibilidad de que puedan interrumpirnos, tal vez la próxima vez podría ser en mi habitación...
Lo escuche reírse por sus propias palabras, y ahora fui yo quien intento ocultar su pena en el cuello del otro, pero finalmente no pude lograrlo, porque sus manos fueron más rápidas al agarrar mi rostro para depositar un pequeño beso justo en mis labios.
Era encantador, Yoongi simplemente era el mejor, ya no solo por lo bueno que fue en nuestro ansiado encuentro, sino también porque se preocupó en todo momento por mi, hasta antes de siquiera hacerlo, pensando en mi comodidad, en mi placer, únicamente en mí. Él de verdad me amaba, y el simple hecho de saberlo me hacía gratamente feliz, porque yo... También amaba a Yoongi con toda mi alma.
💐
Perdón, sé que dije que iba a traer este especial como una semana antes de navidad, pero fue más largo de lo que esperaba, hasta antes del coito el especial iba apenas 2 mil palabras, y todo tonta me dije: “¿El coito? Si, lo más fácil ” y nooo, ¡fue en lo que más tarde! Y ahora esto tiene más de 4 mil palabras la mitad de esto es sexo, perdón mamá.
En fin, por favor, déjenme sus opiniones al respecto y permítanme agradecerles mucho por el cariño que le dieron a este libro, que fue una sube y baja de emociones para mi, pero lo estoy terminando con más de 13k mil leídas, y eso es un logro gigante.💖
Sin nada más importante que decirles, gracias por leer. Besos, besitos. ❤
PD autopromocional: Si no me conocen y esta es la primera historia de mi autoría que leen, un gusto, me llamo Lu y los invito a pasearse por mi perfil donde tengo más fanfics del Yoonjin mis papis. Una recomendación especial: “Ella y yo... Y Yoongi”. ;))
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro