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Confesión

“Soy hetero, pero me confesé a Seokjin.”

Lo había hecho, por fin pude hacerle saber lo que sentía, sí, de la forma más ridícula habida y por haber, sin planearlo o pensarlo, pero lo hice, y solo con una práctica, una practica que era vital para decirle la verdad, una que hubiera salido perfecta, si el hombre del que estoy enamorado, supiera tocar puertas antes de entrar.

—...Y es por eso que me enamoré de ti, Seokjin, ¿quieres salir conmigo...? Bien, esta vez no divague... Fue lo mejor hasta ahora ¿no, RJ?— Por evidentes razones, no obtuve respuesta, pero ese muñeco de felpa que Seokjin se encargo de repartir en cada habitación de la casa, era la mejor forma de practicar, en especial porque era igual de adorable que él, y eso era de gran ayuda —Bien, lo intentare de nuevo... Jin, estoy enamorado de ti ¿quieres tener una cita conmigo? No, espera... ¿Debería invitarlo a una cita? ¿aceptará?— Lo pensé, y en la comodidad de mi cama, donde me encontraba sentado, viendo de frente al peluche de una gran alpaca blanca, fue más cómodo analizar mis opciones —No, olvídalo, es demasiado pronto... ¿o no?— Otra vez pause, pensando mejor mis palabras, olvidando mis dudas innecesarias y suspirando para volver a comenzar —Seokjin... Tu y yo nos conocemos hace mucho tiempo, y últimamente soy consciente de tantos aspectos nuevos en ti, aspectos que jamas había notado, pero que me gustan y... Luego de pensarlo bien, comienzo a entender que me gustas... No solo eso, estoy enamorado de ti, ¿quieres salir conmigo?

Solo fue un crujido suave de la puerta, un paso leve, y el inevitable cruce de nuestras miradas sorprendidas por razones tan diferentes. Mi rostro ardió en un sonrojo igual o peor al suyo, logré escuchar el latido de mi acelerado corazón, y lo único que pude hacer al ver su sopresa, fue sonreir tonto, él seguramente en su nerviosismo, me imitó, pero de inmediato cerró la puerta de mi habitación, huyendo de la penosa escena que acababa de ver.

Por un segundo no supe qué hacer, mi mente estaba en blanco, como si a penas lograra procesar la situación, e intenté como pude, calmar mis nervios y pánico para poder hacer mínimamente algo, lo que fuera con tal de arreglar lo que ocurrió. No pensé mucho más en mis acciones antes de comenzar a buscarlo por la casa, paseando por cada habitación, desesperado por aclarar todo, o al menos la parte de mis sentimientos, en especial porque no sabía cuánto tiempo llevaba allí, escuchando como confesaba mi amor hacía él, de la forma más ridícula posible.

Tuve la suerte de encontrarlo poco minutos después en la cocina, sorpresivamente estaba lavando los platos del día, mientras murmuraba palabras que no lograba escuchar a esa distancia. Por un momento volví a sentir como mi corazón se aceleraba al intentar acercarme a él, no podía mover mi cuerpo, no me atrevía a interrumpirlo, temía de mis propias reacciones, y de nuevo todas mis inseguridades me consumieron en un segundo, pero cuando el volteó y me mostró su sonrojado rostro sorprendido, ese que hermoso me explicaba con su sola imagrn por qué estaba allí, todo mi temor se desvaneció.

—¡Yoongi! Hola... ¿puedes creer que los platos aún están sucios? Almorzamos hace horas...

—Lo siento... Yo debí hacerlo, sé que te molesta que no lo haga— Mi voz salió con más naturalidad de la que mostraba, estaba aterrado, pero una gran parte de mi, no quería sentirse derrotado —Por favor, déjame ayudarte...—Mi caminar desde la puerta de la cocina hasta el lavabo donde se encontraba, fue corto dada mi emoción y brutal nerviosismo.

Lo vi negar sutil cuando estuve a su lado, pero para entonces ya había doblado las mangas de mi camisa para comenzar con la cotidiana, pero horrible tarea. No le pregunté siquiera qué debía hacer, y solo comencé a lavar, permitiéndole a él enjuagar la espumosa vajilla que yo dejaba a un lado.

Mi corazón no dejaba de palpitar con fuerza, en especial porque sentía abrumador el calor de su cuerpo a mi lado, un calor que perturbaba mi poca serenidad. Mentalmente intenté darme fuerzas para hacerlo y comenzar a hablar de una buena vez, suspirando en silencio y fregando con fuerza esos finos platos de vidrio para quitar todos mis miedos.

—Hyung... Quiero explicarte...

—¡No! No debes darme explicaciones, Yoongi, no oí, ni vi nada...— Él me interrumpió veloz, casi como si esperará que sacará a luz ese reciente tema, y estuviera listo para negar su absoluta existencia.

—Pero creo que debo hacerlo...

—He dicho que no, no es necesario, créeme— Vi como el agua no de baja de fluir por sus manos, esas que enjugaban desesperadamente la vajilla que quedaba, en lo que creí, un intento de dar por terminada la limpieza, y evitar nuestro importante tema.

—Lo es para mí... Lo que quiero decir es que...

—Por favor, solo olvídalo...

—No puedo, quiero que se sepas que yo...

—¡Que no quiero oírlo!— Él por fin me estaba viendo luego de evitarme desde nuestro encuentro, se notaba angustiado, serio, y hasta irritado —¡Escúchame cuando te hablo, Yoongi! Si quiero olvidar el tema es porque... Lo sé...

Dolió oírlo, sentí que mi corazón se destrozaba en ese instante solo con su grito y confesión. Yo era molesto, irritante, tanto para lograr romperlo, era como si me golpearan de repente, un puñal directo y firme, y quise llorar por ello, sin parar y sin consuelo, como un infantil niño descubriendo lo fraudulento de sus sueños.

Él lo sabía, no solo eso, quería evitar certeramente hablar del tema, no estaba ni siquiera seguro de por qué y aún así lo sentía como un rechazo, como si Seokjin no aceptara mis sentimientos al punto de incomodarle siquiera la insinuación, él no me quería  de la misma forma, y todo era tan difícil de asimilar. Era decepcionante, como si me ego nunca hubiera planeado un rechazo, como si esperará un decidido, adorable, encantador, con besos, abrazos y cariños, pero nada de eso ocurrió, solo era Seokjin, viéndome con la lastima más dolorosas de mi vida.

—Lo siento... No quise decirlo así...— No podia escucharlo claramente, tampoco podía ver sus gestos al hacerlo porque era delatar a las pequeñas lágrimas que estaban en mis atemorizados ojos —Fui grosero ¿verdad? Es que... No podría soportar que me lo dijeras directamente de nuevo... Escucharlo allí fue suficiente, aún es difícil tratar con la pena que me provocas...— Fue tonto hacerlo, me repetía una y otra vez que fui ingenuo y aún así, mis esperanzas subieron con cada una de sus palabras, al punto en que me atreví a mirarlo de nuevo, pero él esquivó veloz mi mirada intentando ocultarme a mí, el sonrojo de su mundialmente hermoso rostro —Estoy confundido... ¿Qué significan estos sonrojos por ti? ¿estoy enfermo o solo es una reacción natural ante tus halagos? Pero... ¿y si me gustas? ¿qué ocurrirá luego con nosotros, con nuestra amistad? ¿Si todo sale mal? ¿Si solo me equivoque con mis sentimientos y no te veo de la misma forma? Eso sería... Doloroso para ti, Yoongi y no quiero...

Un ángel, me había enamorado de un verdadero ángel. Quería llorar de nuevo, continuar con las pequeñas lágrimas que ya estaban en mis ojos, pero esta vez por la emoción, por la sola idea de que su mente se planteaba la posibilidad de sentir lo mismo, de quererme, de aceptarme a pesar de sus preocupaciones.

—Seokjin, decidas lo que decidas, nuestra amistad no cambiará, no importa si lo intentamos, o si compruebas que no sientes nada, o si simplemente quieres olvidar el tema, todo estará bien y seguirá igual porque yo haré que funcione, solo confía en mi— Todo mi positivismo escapó allí, casi siendo inconciente de lo seguramente doloroso que sería cualquier decisión que no implicara corresponder mis románticos sentimientos, pero no podía negar mis palabras, porque fuera como fuera, lo aceptaría y entendería solo por ser él.

—Yoongi... Lo siento, yo... ¿puedo abrazarte?— Su voz, esa dulce melodía que se escuchaba aún mejor al pedirme un gesto tan conmovedor, resonó como musica en mis oídos, y su simple pedido se volvió una orden que acaté sin dudar, pasando sin miedo mis brazos por su estrecha cintura y sintiendo a su vez, los suyos sobre mis hombros junto con su oculto rostro en mi cuello —Perdón por estar confundido, y gracias por entenderme...

—Gracias a ti, por ser sincero... Jin, también por permitirme abrazarte... Eres tan amable...— juraba que podía sentir el calor de su rostro sobre mi hombro, al punto que mi piel quemaba por lo que yo creía, un sonrojo brutal por mis palabras.

—Yoongi, no lo malentiendas, no te abracé por amabilidad, lo hice porque yo quise... Eres egocéntrico, no todo se trata de ti— Él bromeaba con lo último, lo sabía por el tono juguetón de su calida voz y por su preciosa risa, pero yo no pude hacer lo mismo, porque sentía su voz tan cerca, que temi por el palpitar excesivo de mi corazón, palpitar que lentamente se calmó cuando él se alejó del calor de mis brazos, mostrándome una sonrisa más tranquila en su fascinante rostro —Bueno... Tengo cosas que hacer, así que... ¿no vemos luego?— Una mirada fue suficiente para que entendiera que estaba bien, y que efectivamente luego nos veríamos, pero justo cuando lo vi en la salida, mi voz por si sola desbordó de mis labios, deteniendo de repente su normal caminar.

—Seokjin... ¿Podemos salir algún día?— Estaba nervioso, hasta quise decir esa palabra de cuatro sencillas letras, pero me contuve reacio a obtener un rechazo por hacerlo sentir presionado. Los segundos pasaron, y con cada uno me sentía aún más arrepentido por preguntárselo, al punto de intentar pensar en una y mil escusas para negar las palabras que poco tiempo atrás, había soltado.

—¿Cómo una cita?— Tal vez fue la emoción o la euforia de que pensara lo mismo que yo, pero fue inevitable que tonto, no asintiera contento ante su pregunta, olvidando por completo las mil inseguridades que segundos antes sentía—Yoon... Confió en tus decisiones, así que... Me encantaría, vamos a cenar mañana— A penas me vio asentir, él se despidió, y salió mucho más tranquilo de la cocina.

Cuando estuve seguro de que ya estaba lejos, me vi en la libertad de celebrar lo que había logrado, no solo por no ser rechazado, sino también por conseguir es cita que tanto había deseado, una celebración que duro pocos segundos, porque en ella mi mano tocó los platos aún sin lavar del lavabo. En ese momento entendí más porque su interes en irse, e instintivamente sonreí mientras continuaba con la hogareña tarea.

Solo Seokjin podía hacerme reír en una situación así; era increíble como hacía que enamorarme de él se sintiera cada vez mejor, aún con el riesgo de que su indesición, me rompiera el corazón.

💐

Amixes los juro que la descripción no es publicidad engañosa, esto en un principio si iba a ser de trece capítulos con extensión corta, pero cambie la trama y está actualización es de unas importantes 1800 palabras, lo siento, es que narrar en primera persona es horrible, necesito hablar sobre los sentimientos de Seokjin o me siento vacía, por ello opte por que la respuesta de su confesión fuera la verdad, no tiene tanto drama y me permite manejar más fácil la confusión de sus sentimientos.

Además, en un principio Jin solo iba a rechazar a Yoon por esa confusión y obviamente eso iba a destruir a mi nene, pero noté que uso la confusión y malos entendidos en más historias de lo que es normal jasja me urge o más drama o otras opciones sanas, en fin, aceptar errores es el primer paso y evolucionar el segundo, trabajare en ello.

En fin, no tengo más quejas hoy y por ahora, así que lo dejamos aquí, en el próximo, mis nenes tienen una cita, y si todo sale segundo lo planeado, nos quedan tres capítulos para terminan, tal vez algún que otro especial sobre como llevan su relación luego de un tiempo y con la perspectiva de Seokjin en todo este tiempo, vemos.

Gracias por leer, bebés de luz y muchos besos besitos, besotes. ❤❤

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