“Soy hetero, pero tengo una cita con Seokjin.”

Podía fácilmente decir que era una cita amistosa o hasta de conocidos, pero con mi creciente emoción, iba a negar en lo absoluto eso, a quien fuera. Seokjin y yo tendríamos una cita amorosa, él y yo, solo nosotros, felices y enamorados, fin.

Y sí, tal vez parecería que estaba más ilusionado de lo que debería tras nuestra compleja conversación, pero me era imposible no sentirme así luego de encontrarlo en nuestro compartido armario, tanteando en toda la ropa, usando su brazo como soporte para llevar varias prendas para probar, y aunque fácilmente mis inseguridades podrían decir que no era para nuestra cita del mismo día, él fue sincero, y tímido, admitió que lo disculpará por el desorden, y que le dijera a donde iríamos para saber qué debía usar.

Luego de una corta conversación y de muchas risas nerviosas y tontas, salí de allí con lo que yo planeaba usar, más emocionado que nunca y con la idea de que nada podria arruinar nuestra tan esperada cita.

—¡¿Una tormenta?!

—Sí, Hyung, solo mire por la ventana, estaba pronosticado, una tormenta con viento, lluvia, truenos, rayos, la peor del año...— Podria haber sido la broma más graciosa que escuche en años, en especial porque salía de la boca del poco divertido Jimin, pero cuando me asomé a la ventana más cercana y vi como el viento comenzaba a ser más fuerte, supe que él nunca daría risa y que mi anhelada cita, estaba arruinada.

Intente buscar rápidas soluciones, pero a solo minutos de salir, completamente listo, y viendo cómo el viento ya arrasaba con hojas y otras pequeñas plantas, no se me ocurría nada.

Decepcionado de mi mismo, y triste porque todo mi plan de comer, beber y ser felices, fue terriblemente arruinado, caminé hasta su habitación, atreviéndome a entrar en ella sin tocar por lo decaído que me sentía, encontrándome con ese maravilloso hombre mirándose al espejo, acomodando torpe su cabello, con una sonrisa adorable en su famoso rostro, una que, nerviosa, se borró al verme.

—Lo siento, solo... Debí tocar antes, te ves bien, bueno, siempre te ves bien, pero ahora, eres especialmente más lindo— No mentía, no podía con Seokjin, más porque se sentía bien pensar que todo su arreglo personal, fue por nuestra improvisada cita, por nuestra cena, por mí, y eso, no hacía más que elevar mis esperanzas, como si quisiera que no temiera más de su inseguridad, porque ya estaba seguro de la respuesta.

—Gracias, tu también te ves bien. Yo ya estoy listo... Podemos irnos ahora si quieres— Se notaba esa pena, tan palpable, tan calida como nuestro ambiente, una vivaz y ardiente, tan reconfortante que me negaba a romperla por este inconveniente.

—Lo siento, Hyung, pero parece que el clima no esta de mi lado hoy...— Me senté en su cama, evitando de todas las formas posibles mirarlo, pero fue inevitable que no lo hicieran cuando él se acercó a su ventana, en busca de esclarecer mis palabras.

Lo oí suspirar cuando lo notó, y segundos después, vi como se sentó a mi lado, notoriamente frustrado.

—Yoongi, estaba emocionado por esto...— No me observaba al decirlo, y yo esperaba que no lo hiciera, porque seguramente notaria lo feliz que me hizo solo con esas pocas palabras —No quiero que una tormenta arruine nuestra cita... Podemos solo preparar la cena... Juntos, si quieres.

Quise besarlo al escucharlo, ya no solo por nuestra actual cercanía, o porque al hablar se atrevió a observarme mostrando esa delicada y bella sonrisa, sino también, porque al igual que yo, no quería darse por vencido con nuestra salida.

Seokjin no mintió cuando dijo que sería sincero en todo aspecto, y se sentía tan emocionante que mantuviera su palabra. Al final,  no había forma ni razon para negarme.

Todo fue banal, eran gestos totalmente vagos, o de eso intentaba convencerme, quería pensarlo de verdad para que no fuera doloroso al final, pero cada mínima señal, subía mis expectativas más y más, ya no solo por nuestra amena conversación en su habitación, tampoco por como me ofrecía aperitivos mientras cocinabamos, o por como aceptaba mi brindis infantil al beber vino, era porque el parecía tan feliz como yo, compartiendo nuestro tiempo, sintiendo la calidez de nuestro espacio, disfrutando de la conexión tan especial que había entre ambos.

Todo era perfecto, no podía ser un mejor momento; hasta que ellos entraron, acabando con nuestra paz, recordándome una vez más, que no vivíamos solos, y que si debiamos preparar una cena, era incluyendo a cinco personas más. El primero fue Hoseok, que, aunque supiera de lo nuestro, no dudo en beber  alegre de nuestro vino, siendo seguido por Taehyung, quién insistió en conversar con nosotros, preguntando por la cena, hambriento y contento; por suerte, ambos fueron únicamente persuadidos por un acertivo Jimin, que logró sacarlos de allí luego de mucho insistir. Ya al final, Namjoon y Jungkook también se acercaron a la cocina, alegando que un contento Hoseok les advirtió de que la cena pronto estaría, y que querían preparar la mesa para comer sin problemas.

Aún recuerdo lo mucho que Seokjin se burló de mí, por mi evidente frustración al vernos interrumpidos en nuestra cita y por como nuestra íntima cena, se volvió una emocionada y parlanchina reunión familiar, pero también tenía presente lo divertido que fue ver a Hoseok ahogarse con su vino, o notar lo sucio que se encontraba el rostro de Jungkook por la comida, hasta podía recordar la fuerte risa que habían provocado en Seokjin por esos torpes sucesos, gesto que hubieran sido lo mejor de mi noche, de no ser por como finalizó de nuestra cita.

—¿Crees que fue bueno dejar a Jungkook lavar los platos sucios, solo?— Lo decía con culpa, podía notarlo, pero no era la suficiente para evitar que una risa sutil escapara de sus labios, al imaginarlo.

—Claro, Hoseok lo ayudara, y sí, puede que este ebrio, pero al menos le servirá de entretenimiento mientras lo hace— Sonreí mientras le daba un pequeño y sutil empujón, contento por nuestra intimidad luego de tanto tiempo y por lograr finalizar de una buena vez, esa escandalosa cena —y llegamos...

—Lo dices como si me acompañaras a mi casa, es solo mi habitación, Yoongi— Lo escuche reír una vez más, y lo único que pude hacer, fue evitar su mirada, avergonzado por lo que dije —Solo bromeo, todo fue lindo... Gracias, yo nunca tuve una cita con otras seis personas, me gusto...

—Bueno, mientras yo te guste más que ellos, estara bien...— Fui tonto al decirlo, pero mentiría si hubiera sido inconsciente al hacerlo, solo salió de forma natural, al igual que su preciosa risa en respuesta y su sutil toque en mi hombro.

—Lo haces— Temble cuando se acercó a mi espacio, en especial cuando su respiración golpeó mi temeroso rostro, pero no me aparte, no quise hacerlo —Oh, ahora no lo dices...— Nervioso, logré verlo, confundido por sus palabras, pero sin alejarme siquiera un centimetro de él.

—¿Decir qué... Jin?

—Que me aleje...— Nuestra distancia volvió a ser la cotidiana luego de esas palabras que aún no entendía, confusión que fue evidente para él, porque no dudo explicarme mejor la situación —Cuando me acerco a ti, me pides que retroceda... A excepción de aquella vez... Cuando te bese... Es eso ¿no? Quieres que lo haga...— No era una pregunta, su tono lo denotaba, al igual que sus nervios y sonrojo.

Quise calmarme, me sentía inquieto, y sumado a lo vergonzoso que me encontraba por nuestra cita, la situación era ya abrumadora. Estaba a punto de responderle, quería calmar nuestra incomodidad, pero el me besó, y no supe como más reaccionar.

Todo se sintió veloz, casi como si el tacto de sus labios no existiera en mi mejilla, y de no ser por el calor que sentía en mi palida piel, no lo hubiera creido.

Seokjin de despidió y entró a su habitación luego de aquello, no sin antes susurrar una calidas y cortar palabras.

—Gracias, ahora ya estoy seguro de esto...

No era una ilusión, no eran solo mis ideas, no era una mínima esperanza, ahora había algo más...  Yo podía lograrlo, lograr nuestra felicidad.

💐

Así soy yo, siempre con sorpresas como esta. Es que gente, yo ya no tengo justificación, siento que mis actualizaciones son como la canción colaborativa de Yoongi y Seokjin, solo una promesa, en fin, espero no olvidaran está historia.

Gracias por leer.❤❤