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Capítulo 87: La suma Inquisición

POV Jade/Hermione
Bueno, claramente este mensaje era algo caótico para los chicos, Harry y Ron decían que tenía que dejar de lado las bromas a Umbridge, pero ya era muy tarde, su perfume lo había cambiado por las sustancias de las bombas fétidas y olor a vomito, la mañana del lunes, todos tenían arcadas por la combinación tan desagradable que duraría un mes entero, si, tal vez no lo pensé bien.

Y es que por más que los alumnos consiguieron perfumes, ninguno funcionaba lo suficientemente bien alrededor del sapo con su hedor, Harry y Ron me prometieron no comentar nada acerca del mensaje en la carta de Percy, ya que eso afectaría a Percy de manera negativa.

Harry comentó acerca de haber hablado con Sirius, lo que me hizo pensar que estaba pasando por alto algo importante, fue entonces que dijo algo sobre que Remus no conseguía trabajo, a lo que me levanté abruptamente de mi asiento, llamando la atención de todos en el GC.

—¿Hermione? — preguntó Ron algo curioso.

—Tengo deberes — dije percatándome de la atención de Umbridge en mi persona.

Me encaminé a paso rápido hacia lo que era mi habitación, mi cerebro estaba maquinando a toda marcha lo que podía hacer, a lo que tomé una decisión, era momento de comprar una mansión y contratar a un administrador para mis inversiones a futuro. Ya que esta chica estaría ocupada escribiendo.

Con eso en mente, escribí una carta a Dimitri y otra a Ambrose, a uno para pedir que hiciera un retiro grande de dinero, y a otro para que se hiciera cargo de Lacie (la lechuza) en lo que conseguía el paquete, además de que me enviara el libro más reciente en edición especial con separador, cuando regresara Hagrid se lo daría.
 
(…)

Pronto se corrió la voz de las noticas en el profeta, acerca del nuevo cargo del sapo, lo que generó impacto en Hogwarts, pero como ya esperaba, las clases del día de hoy habían sido tranquilas en su mayoría, lo que me llevaba a entretenerme en redacciones de mi interés personal. 

En clase de pociones, como era evidente, me fue bien, estaba feliz de haberme quedado con Lucas y Olivia, pero seguía sintiendo pena por Tom, aunque esta vez no estaba sentado con Harry y Ron, ahora estaba con Kyle y Theo, que no parecían contentos con su presencia.

(…)

Se corrieron rumores de un alumno que cayó de las escaleras movibles, nadie sabe cómo pasó, no murió, pero va a pasar un largo tiempo en san Mungo, era un Slytherin que molestaba a muchos alumnos, especialmente de Gryffindor y nacidos de muggles, eso me hizo ubicarlo, lo que me hacía pensar en dos opciones.

—¿no era el que Kyle casi mata en los entrenamientos de quidditch? — comentó Ron. Estaba en lo correcto.

—sus amigos insisten en que seguramente lo empujaron, pues horas antes del accidente había sido atacado por Peeves, además de que pociones raras y peligrosas le habían caído encima en múltiples ocasiones, y claro, de haber encontrado serpientes en su mochila — comentó Seamus y mi mirada viajó a Kyle y Tom. Kyle se encogió de hombros mientras tomaba de su vaso para disimular una sonrisa, mientras que Tom me sonrió con inocencia y me sirvió jugo de calabaza.

—Parece que se llevan muy bien recientemente ¿algo que contar? — dije en su dirección.

—Te ves especialmente radiante el día de hoy — dijo Kyle y rodé los ojos.

—Creo que tu actitud evasiva la haces muy evidente — dije alzando una ceja — haré de cuenta que están actuando normal. — dije tomando el bocado que Tom me ofrecía.

—Me parece bien — dijo Tom.

(…)

Me encontraba en clase de adivinación, lo cierto era que debía tener cuidado con el uso del giratiempo, si bien había sido dada la autorización por el ministerio, eso fue hace tres años, y mis resultados han sido buenos, pero con Umbridge era algo peligroso. Mejor pasar desapercibida.  

El sapo entró por la trampilla del suelo. La clase, que hasta entonces hablaba alegremente, guardó silencio de inmediato. El brusco descenso del ruido hizo que la profesora Trelawney, que se paseaba repartiendo copias de El oráculo de los sueños, se volviera para ver qué sucedía.

—Buenas tardes, profesora Trelawney —salud Umbridge sonriendo ampliamente — Espero que haya recibido mi nota en la que le indicaba la fecha y la hora en que la supervisaría.

La profesora Trelawney asintió con sequedad y, muy contrariada, le dio la espalda a Umbridge y siguió repartiendo los libros. Sin dejar de sonreír, el sapo cogió el respaldo de la butaca que había más cerca y la arrastró hasta la parte delantera de la clase para colocarla unos centímetros por detrás de la profesora Trelawney.

Entonces se sentó, sacó las hojas de pergamino de su floreado bolso y se quedó mirando expectante a su colega esperando que comenzara la clase. La profesora Trelawney se ciñó los chales con manos ligeramente temblorosas y miró a sus alumnos a través de sus gafas de cristales de aumento.

—Hoy vamos a continuar con nuestro estudio de los sueños proféticos — dijo en un valeroso intento de adoptar su tono místico, aunque la voz también le temblaba un poco — Colóquense por parejas, por favor, e interpreten las últimas visiones nocturnas de sus compañero con la ayuda del libro.

Fue hacia su butaca, pero como vio a Umbridge sentada justo detrás, de inmediato giró hacia la izquierda, donde se hallaban Parvati y Lavender, que ya estaban enfrascadas en un profundo análisis del último sueño de Parvati. Abrí mi ejemplar de El oráculo de los sueños, estaba tranquila mientras que Olivia comenzaba a interpretar el primer sueño registrado.

Umbridge tomaba nota. Pasados unos minutos, ésta se levantó y empezó a pasearse por el aula siguiendo a la profesora Trelawney, escuchando las conversaciones que mantenía con los alumnos y haciendo preguntas de vez en cuando.

Umbridge estaba de pie detrás de la profesora Trelawney, echando un vistazo por encima de su hombro y tomando notas, mientras la profesora de Adivinación interrogaba a Neville sobre su diario de sueños. Umbridge anotaba algo más, y la profesora Trelawney parecía sumamente molesta.

—Dígame — dijo Umbridge mirando a su colega — ¿cuánto tiempo hace exactamente que imparte esta clase?

La profesora Trelawney la observó frunciendo el entrecejo, con los brazos cruzados y los hombros encorvados, como si quisiera protegerse cuanto pudiera de la humillación que suponía aquel examen. Tras una breve pausa, durante la cual pareció decidir que la pregunta no era tan ofensiva como para ignorarla por completo, contestó con un tono que denotaba un profundo resentimiento.

—Casi dieciséis años.

—Eso es mucho tiempo — repuso Umbridge, y lo anotó en sus hojas de pergamino — ¿Y fue el profesor Dumbledore quien le ofreció el puesto?

—Sí — respondió la profesora Trelawney con sequedad. Umbridge lo apuntó también.

—¿Y es usted la tataranieta de la famosa vidente Cassandra Trelawney?

—Sí — respondió la profesora levantando un poco más la barbilla. Otra nota en las hojas de pergamino.

—Pero tengo entendido, y corríjame si me equivoco, que usted es la primera de su familia, desde Cassandra, que tiene el don de la clarividencia.

—Estos dones suelen saltarse… tres generaciones — repuso la profesora Trelawney. La sonrisa de sapo del sapo se ensanchó un poco más.

—Claro, claro — dijo con dulzura, y tomó otra nota — ¿Podría predecirme algo, por favor? — preguntó, y miró inquisidoramente a su colega sin dejar de sonreír. La profesora Trelawney se puso tensa, como si no pudiera creer lo que acababa de oír.

—Perdone, pero no la entiendo — dijo cogiendo convulsivamente el chal que tenía alrededor del esquelético cuello.

—Me gustaría que me predijera algo — repitió la profesora Umbridge con toda claridad.

Pronto la atención de todos se centró en las dos, todos observaban y escuchaban a hurtadillas escondidos tras sus libros. La mayoría de los estudiantes miraban perplejos a la profesora Trelawney, que se enderezó completamente haciendo tintinear sus brazaletes y sus collares de cuentas.

—¡El Ojo Interior no ve nada por encargo! — respondió escandalizada.

—Ya — dijo la profesora Umbridge, y tomó una nueva nota.

—Pero… ¡un momento! — exclamó de pronto la profesora Trelawney en un intento de recuperar su tono etéreo, aunque el efecto místico se malogró un poco porque la voz le temblaba de rabia — Creo…, creo… que veo algo. Algo… que la concierne a usted… Sí, noto algo…, algo tenebroso…, un grave peligro…

La profesora Trelawney señaló con un tembloroso dedo a la profesora Umbridge, que siguió sonriéndole de manera insulsa con las cejas arqueadas. Aunque siendo sincera, creo que si es cierto, y uno de sus mayores peligros es meterse conmigo y pensar que va a salir impune.

—Me temo… ¡Me temo que corre un grave peligro! — concluyó la profesora Trelawney con dramatismo. Se produjo un silencio. Umbridge todavía tenía las cejas arqueadas.

—Muy bien — repuso en voz baja, y volvió a hacer una anotación — Si no es capaz de nada mejor…

Se dio la vuelta y dejó a la profesora Trelawney plantada donde estaba mientras ésta respiraba con agitación. Intercambie miradas con Olivia y Lucas, comprendiendo que pensábamos exactamente lo mismo. sabíamos que la profesora Trelawney era una farsante hasta cierto punto, pero, por otra parte, detestábamos tanto a Umbridge que nos sentíamos inclinados a defenderla.

Umbridge permaneció todo el rato de pie, un poco alejada, sin dejar de tomar notas, y cuando sonó la campana fue la primera en bajar por la escalerilla de plata, de modo que ya los esperaba en el aula cuando los alumnos llegaron, diez minutos más tarde, para su clase de Defensa Contra las Artes Oscuras.

Cuando entramos en el aula la encontramos tarareando y sonriendo. Puse a Tom al día de lo sucedido, a lo que comprendió la situación, miró con cautela a Umbridge, al parecer estaba al tanto de que yo tenía razón, Umbridge a este paso se apoderaría del colegio, lo que nos llevaría a buscar destronarla.

—Guarden las varitas — ordenó sin dejar de sonreír, y los estudiantes más optimistas, que las habían sacado, volvieron a guardarlas con pesar en sus mochilas — En la última clase terminamos el capítulo uno, de modo que hoy quiero que abran el libro por la página diecinueve y empiecen a leer el capítulo dos, titulado “Teorías defensivas más comunes y su derivación”. En silencio, por favor — añadió, y exhibiendo aquella amplia sonrisa de autosuficiencia, se sentó detrás de su mesa.

Los alumnos suspiraron mientras, todos a una, abrían los libros por la página 19. Yo simplemente alcé el brazo para sorpresa de Harry y los demás. Umbridge también me había visto, y no sólo eso, sino que al parecer había diseñado una estrategia por si se presentaba aquella eventualidad.

Lamentablemente para ella, no deseaba pelear; ella en lugar de fingir que no se había fijado en mí, se puso en pie y pasó por la primera hilera de pupitres hasta colocarse delante; entonces se agachó y susurró para que el resto de la clase no pudiera oírla.

—¿Qué ocurre esta vez, señorita Granger? — Tom parecía molesto por su proximidad.

—Ya he leído el capítulo dos — respondí simplemente.

—Muy bien, entonces vaya al capítulo tres. — dijo y suspiré.

—También lo he leído. He leído todo el libro. — Umbridge parpadeó, pero recuperó el aplomo casi de inmediato.

—Estupendo. En ese caso, podrá explicarme lo que dice Slinkhard sobre los contraembrujos en el capítulo quince. — cuestionó.

—Dice que los contraembrujos no deberían llamarse así — contesté sin dudar y Tom alzó una ceja para sonreír. — Dice que “contraembrujo” no es más que un nombre que la gente utiliza para denominar sus embrujos cuando quieren que parezcan más aceptables. — Umbridge arqueó las cejas, estaba impresionada, a su pesar.

—Eso, es correcto — dijo después de unos instantes en los que esperaba que dijera algo más, pero no fue así.

—Bueno, me gustaría saber si tengo que hacer un ensayo o si bien quiere que avancemos todos juntos y me veo en la situación de esperarlos, me permite avanzar con las tareas de otras materias, sería incómodo no hacer nada. — dije tranquilamente.

—Está bien, mientras no vuelva a interrumpir mi clase — sonrió triunfal, aunque no me interesaba mucho.

Así pasó la siguiente hora, aunque era evidente que ella veía de vez en cuando lo que estaba haciendo, gracias a eso, avancé con las tareas aburridas de Binns (el fantasma que imparte historia de la magia) y al finalizar la clase Harry me miró de reojo, parece que esperaba que le discutiera a Umbridge.

—¿Qué sucedió? — dijo y me encogí de hombros — parecía muy sorprendida.

—Su libro es ridículo, pero decidí llevar una guerra silenciosa justo como con Lockhart, solo tengo que ser paciente — dije encogiéndome de hombros y él pareció realmente sorprendido.

—No estamos tratando con alguien como Lockhart — dijo y Tom rodó los ojos y yo suspiré.

—Claro que lo sé, Harry, pero esta es una guerra de astucia, ella ahora es la del poder, así que tenemos que movernos bajo el agua.

—Aun así le haces bromas — dijo Ron en un susurro.

—Eso es totalmente anónimo, además de las cartas — dije sonriendo.

—¿Qué cartas? — preguntó Harry.

—“espabile, de parte de su buen vecino, el hombre araña” — dije sonriendo. — son escritas por Cain, pero la idea fue de Elian — dije y este me miró con sorpresa.

—¡¿Realmente lo hiciste?! — dijo feliz — eso solo era una broma.

—Si, te recuerdo que a eso me dedico — dije con autosuficiencia — a hacer bromas, y con esta la confundiría, pero gracias a Kyle la telaraña a prueba de magia con disolución de tres a seis horas funcionó y estuvo lista antes de lo que pensé.

—¿telaraña? — dijo Ron y asentí.

—¿Por qué la diferencia de tiempo es tan grande? — cuestionó Elian.

—Bueno, porque depende del objeto, químicamente hablando, uno puede ser propicio para que se resista, a lo que la telaraña, aunque se pegue, terminará disuelta antes de tiempo, pero si es favorable y maleable, puede tardar más. Hicimos la prueba con varios objetos, lo pensé como un arma, pero también puede funcionar para bromas, por lo que tendré que cambiar un poco la fórmula para que se distribuya a futuro en el mercado. 

—¿Es mi imaginación, o desde que se reveló que trabaja con Fred y George casi siempre habla de negocios y como conseguir más dinero? — dijo Ron y Harry asintió.

—Hay que pensar en grande y moverse para conseguirlo, las grandes ideas no solo las puedes dejar en eso, si es buena, funcional y rentable, es justo poder llevarla a cabo.

—Si te gastas el dinero de lo que vendiste en la tienda de mis hermanos y fracasan ¿Cómo piensas hacer un museo? — dijo y Elian/Lucas asintió señalando un punto.

—No fracasará — dije segura — pero en dado caso que ese cinco por ciento de probabilidad fuese cierto, ya estoy trabajando en el plan b, c y d, ah y el plan de contingencia, mi seguro.

—¿qué? ¿c-cómo? ¡¿Cuándo haces eso?! — dijo y rodé los ojos.

—No pierdo mi tiempo en las vacaciones, además, ya les dije, tengo un esquema que procuro seguir al pie de la letra.

—¿no crees que eso es demasiado obsesivo de tu parte? — dijo Kyle y Olivia y Lucas asintieron.

—¿Qué pasa si te surge algo y lo cambia por completo? — dijo Harry y Tom y yo rodamos los ojos haciendo que Olivia y Lucas sonrieran.

—Pues ajustarlo, justo como lo hice con los castigos de Umbridge — dije con obviedad.

—Supongo que todo eso lo tienes en la maleta ¿no? — comentó Elian/Lucas en un susurro. A lo que asentí.

—Y lo llevo en eso otro — dije señalando disimuladamente en el bolsillo de mi falda que agregué este mismo curso a mi uniforme.

—Oh, claro — dijo llevando su mano a su frente.

—Dejando el tema de lado — dijo Tom llamando nuestra atención — hay un grupo de Slytherins que al parecer quieren hablar contigo — dijo mientras los miraba con cautela.

Y efectivamente ahí en frente se encontraban Draco, Theo, Pansy y Blaise, este último analizando de forma descarada a Tom y a mí, rodé los ojos y reí ante la situación, Blaise definitivamente se había convertido en un gran amigo para mí, justo como Pansy. ¿Quién lo diría? Si les hubieran dicho en primer año que seríamos grandes amigos ellos no lo hubiesen creído, es más, habrían negado con todo su ser ese hecho.  

—Chicos, nos vemos más tarde — dije viendo el reloj.

—¿tu horario dice que toca estar con ellos? — dice Olivia con picardía y sonrío.

—Error, es tiempo muerto, puedo usar dos horas a mi disposición en lo que yo quiera — dije encogiéndome de hombros. Vi a Tom incómodo. — creo que tengo que dedicar tiempo a mis amigos por igual, pero con ellos es un poco más difícil que con ustedes. — dije y Tom asintió al igual que los demás.

—Ve — animó Elian.

—No te olvides del sartén — dijo Tom y reí dándole un abrazo y un beso en la mejilla.

—Nos vemos en un rato — dije y asintió.

En eso me encaminé con los chicos, quienes me miraron incómodos, a lo que intercambié miradas con Blaise asintiendo y caminamos rumbo al séptimo piso sin decir nada, aunque los chicos parecían confundidos, pero estaban las personas en las que más confiaba de Slytherin, no había rastro de Crabbe ni de Goyle, por lo que esto era seguro en mi opinión.

Una vez en el lugar correcto, Blaise y yo miramos para todos lados y me dio los honores a mí, que solo quería un lugar cálido y seguro para hablar con mis amigos. Y así, apareció dejando a los demás sorprendidos.

—¿Qué demo-? — iba a decir, pero Blaise le tapó la boca.

—Vamos — dije y asintieron.

—¿Qué pasa? — dijo Malfoy cruzando sus brazos y mirando a todos lados.

—Tenemos que hablar, sobre todo tú, tienes solo este curso para aprender oclumancia — dije y me miró sorprendido.

—¿a qué te refieres? — dijo haciéndose el desentendido.

—No intentes ocultarle nada a la leona Draco, no funcionará, ella realmente sabe cosas, ella si es autentica, no como la loca de Trelawney. — dijo Blaise y todos me miraron.

—¿a qué se refiere con eso? — dijo Pansy.

—Se lo de tu padre, el de Theo y el de Pansy — dije y me miraron con sorpresa. 

—E-eso — iba a decir Pansy y negué, mientras Theo y Draco parecían tensos.

—¿y de Blaise? Él también es Slytherin. — dijo Draco a la defensiva. Suspiré.

—Si les digo que lo sé, es porque es así, no lo supongo. — aclaré y asintieron. — voy a crear un grupo para aprender defensa contra las artes oscuras por nuestra cuenta — dije y me miraron con sorpresa.

—¡¿por qué nos dices eso?! — dijo Draco alterado.

—Porque les enseñaré a ustedes a parte — dije y me miraron raro.

—¿qué nos enseñaras? — dijo Pansy incrédula. — te aprecio y te respeto, eres inteligente, enserio, y tu forma de analizar las cosas es lo más sorprendente que cualquiera quisiera presenciar — dijo y asentí.

—Pansy — intentó hablar Blaise.

—Calla — dijo alzando la mano — pero estas hablando de enfrentar mortífagos y a un lord oscuro, eso es otro nivel.

—Pansy — intentaron esta vez Draco y Theo.

—Que se callen — dijo estresada — es magia oscura, maldiciones e imperdonables, lo mejor que es que si esto avanza como creo que lo hará, dejes la escuela y te mudes a América.

—¡Pansy! — dijeron los chicos.

—¡¿qué?! — exclamó.

—Ella se ha enfrentado a eso — dijo Draco llevando su mano derecha al puente de su nariz con exasperación.

—¿que? — dijo esta vez perdida, mientras que Blaise y Theo asentían. Ella volteo a verme y abrí un portal a mi maleta que contenía a Buckbeak y los Bowtruckles. — ¿Qué demonios? Por Salazar. — dijo sorprendida mientras pasábamos y dejaba un rato a Pickett en el árbol que ya estaba mejorando.

—¿Dónde estamos? — dijo Blaise y sonreí.

—Es una de mis maletas — dije contenta.

—Así que por eso no encontraron al hipogrifo — dijo Draco pensativo mientras movía nuevamente el portal devolviéndonos a la sala de menesteres.

—¡¿ustedes ya lo sabían?! — exclamó Pansy sorprendida acusándolos.

—Daphne, Astoria Crabbe y Goyle tampoco lo saben — señalé — Blaise fue el primero al que se lo dije, la verdad es que el que Theo y Draco se enteraran fue un accidente — expliqué y Draco me miró ofendido. — se los iba a decir, pero no de ese modo.

—¿y por qué decirle a Blaise primero? — dijo Draco con molestia y Pansy me miró asintiendo de forma ofendida y enojada.

—Porque es la persona menos embarrada en esta guerra que nos espera. — dije y el ambiente se tornó tenso nuevamente.

—Entonces dices que vamos a entrar en una guerra — dice Draco.

—El año entrante, las cosas se van a complicar, necesito reforzar todo lo posible su oclumancia, de tal manera que sea impenetrable, seguido de eso, defensa para ustedes mismos, y claro, quiero que aprendan uno que otro hechizo avanzado — dije y me miraron con sorpresa.

—¿Cómo los portales? — dijo Blaise y sopese las opciones.

—Creo que eso va a ser más complicado de explicar y que lo aprendan, mejor me voy por las opciones seguras. — dije y me miraron sin comprender.

—Seré ignorante, pero cuales con las opciones seguras. — dijo y suspiré.

—El aprender artes místicas es un proceso que es más complejo para los magos porque son artes que no entran en su capacidad de normalidad, la forma en la que funcionan es algo que puede ser difícil de aceptar o comprender, por eso una vez aprendan lo que quiero, comenzare a enseñarles esto — dije haciendo fuego con mis manos y me miraron con sorpresa.

—¡Hermione! ¡haces magia sin varita! — dijo Blaise y sonreí.

—Claro, pero solo es la punta del iceberg — dije mientras los adentraba en la dimensión espejo y comenzaba a cambiar su interior modificándolo a mi favor.

—Wow — dijo Blaise. — ¿Qué otra cosa haces? — dijo y reí para invocar una armadura, y les mostré todo lo que pude dominar en estos años con orgullo.

—Deberías ser conocida como la mejor bruja de todos los tiempos, no de nuestra generación — dijo Pansy y sonreí.

—¿Cómo llamaras a esta organización? — dijo Blaise y me encogí de hombros.

—la que haré con los chicos será E.D. (Ejército de Dumbledore), pero con ustedes será diferente, por lo que quería preguntar opciones — dije y Pansy pareció pensarlo junto a Blaise.

—Rebelión de Hermione — dijo Blaise abriendo los brazos como si fuese una genialidad.

—Rebelión puede ser, Hermione está descartado, si se enteran, irán sobre ella — Dijo Draco quien pareció recordar algo. — es cierto, Hermione, el ministerio ya te tiene en la mira, quieren vetarte del mundo mágico, esto te meterá en problemas — señaló.

—Claro, pero eso es lo de menos, a mí me interesan ustedes, lo que se viene es más grande que todo eso, además encontraré la manera, pero siempre estaré para ustedes — dije firme y me sonrieron.

—Estoy dentro — dijo Theo.

—Nosotros igual — dijeron Pansy y Blaise para después mirar a Draco, quien suspiró.

—Está bien, también estoy dentro — dijo para mirarme. — pero el nombre tiene que esconderte, no exponerte.

—Si de eso se trata, “la rebelión del fénix” no está mal — dije y Pansy sonrió.

—Suena bien — dijo y todos sonrieron.

—La rebelión del fénix será.  — sonreí. — y probablemente necesitemos ayuda con otras cosas, como por ejemplo, cuando llegue el momento de que Umbridge comience a usar veritaserum con el cuerpo estudiantil para descubrirnos.

—¡¿Qué va a hacer qué?! — dijeron alarmados.

—Si van a reaccionar así por cada cosa que les diga va a ser una charla muy larga.

Al final la platica tuvo frutos, por lo que fue hora de ir a la clase de Transformaciones, no comí nada, pero Winky me dejó snacks en los bolsillos del uniforme, por lo que comí uno que otro dulce y una barra de proteína que le enseñé a hacer el din de semana, por lo que con esto sobreviviría para la cena.

Al llegar Umbridge estaba sentada en un rincón sosteniendo las hojas de pergamino, y al verla tan molesta me llenaba de una curiosa sensación de satisfacción. Los chicos no avanzaban, por lo que Tom me tomó de la mano llevándome a nuestro lugar.

—Estupendo — murmuró Ron cuando se sentaron en los asientos que solían ocupar tras de mí y Tom — Ahora veremos cómo le dan su merecido a esa Umbridge.

La profesora McGonagall entró en el aula con aire marcial sin dar ni la más leve muestra de saber que Umbridge estaba allí. Simplemente con un movimiento de varita abrió las ventanas de par en par para que la peste del sapo no se encerrara e impregnara el salón.

—¡Ya basta! — exclamó, y la clase se calló de inmediato — Señor Finnigan, haga el favor de venir a buscar los trabajos y repártalos. Señorita Brown, tome esta caja de ratones, por favor; no seas tonta, niña, no te van a hacer nada, y dale uno a cada alumno.

—Ejem, ejem. — Umbridge utilizó la misma tosecilla ridícula con que había interrumpido a Dumbledore la primera noche del curso.

La profesora McGonagall, sin embargo, la ignoró por completo. Seamus le devolvió su redacción a Harry, quien la cogió sin mirarlo y vio, con gran alivio, que le habían puesto una A. cuando llegó a mi asiento, vi el A+ al igual que en la redacción de Tom, quien me sonrió.

—Muy bien, escúchenme todos con atención. Dean Thomas, si vuelves a hacerle eso a tu ratón voy a castigarte. La mayoría de ustedes ya han conseguido que sus caracoles desaparezcan, e incluso quienes les dejaron un poco de caparazón han captado lo esencial del hechizo. Hoy vamos a…

—Ejem, ejem — insistió Umbridge.

—¿Sí? — dijo la McGonagall volviéndose con las cejas tan juntas que formaban una larga y severa línea.

—Estaba preguntándome, profesora, si habría recibido usted la nota en la que le detallaba la fecha y la hora de su supervi…

—Es evidente que la he recibido, porque si no ya le habría preguntado qué está haciendo en mi aula — la interrumpió la profesora McGonagall, y dicho eso le dio la espalda. Muchos estudiantes intercambiaron miradas de regocijo — Como iba diciendo, hoy vamos a practicar el hechizo desvanecedor con ratones, lo cual resulta mucho más difícil. Bien, el hechizo desvanecedor…

—Ejem, ejem.

—Me gustaría saber — empezó la profesora McGonagall, conteniendo su ira y volviéndose hacia Umbridge — cómo espera hacerse una idea de mis métodos de enseñanza si no para de interrumpirme. Verá, por lo general, no tolero que la gente hable cuando estoy hablando yo.

Umbridge se quedó como si acabara de recibir una bofetada, pero ciertamente, una patada le hubiese dolido menos. No dijo nada, pero colocó bien las hojas de pergamino que estaban fijas con el sujetapapeles y empezó a escribir furiosamente. La profesora McGonagall, haciendo gala de una indiferencia suprema, se dirigió de nuevo a nosotros.

—Como iba diciendo, la dificultad del hechizo desvanecedor es proporcional a la complejidad del animal que queremos hacer desaparecer. El caracol, que es un invertebrado, no supone un gran desafío; el ratón, que es un mamífero, plantea un reto mucho mayor. Por lo tanto, éste no es un hechizo que puedan realizar si están pensando en la cena. Bien, ya conocen el conjuro, veamos de qué son capaces…

—¡Cómo se atreve a sermonearme por perder los estribos con Umbridge! — oí que le murmuró Harry a Ron, aunque sonreía.

Dolores Umbridge no siguió a la profesora McGonagall por el aula como había hecho con la profesora Trelawney; quizá se diese cuenta de que la profesora McGonagall no lo permitiría. Sin embargo, tomó muchas notas, sentada en un rincón, y cuando finalmente McGonagall nos dijo que podíamos recoger nuestras cosas, se levantó con semblante adusto (rígido, en sí, estaba tan tiesa como un cadáver).

—Bueno, algo es algo — comentó Ron mientras tomaba una larga y escurridiza cola de ratón y la metía en la caja que Lavender estaba pasando por los pasillos.

Cuando salían en fila del aula, Harry vio que Umbridge se acercaba a la mesa de la profesora McGonagall; entonces le dio un codazo a Ron, que a su vez le dio un codazo a Tom por instinto, pero al notar el rostro inexpresivo, tragó saliva y me vio. Tomé la mano de Tom y tiré mis cosas por accidente, para fingir levantarlas.

—¿Cuánto tiempo hace que usted imparte clases en Hogwarts? — le preguntó Umbridge. 

—En diciembre hará treinta y nueve años — contestó la profesora McGonagall bruscamente, y cerró su bolso con brío, no había forma de no amar a Minne. Umbridge anotó algo una vez más.

—Muy bien — añadió — recibirá el resultado de su supervisión dentro de diez días.

—Me muero de impaciencia — replicó la profesora McGonagall con desprecio, y se encaminó hacia la puerta con grandes zancadas — Dense prisa, ustedes cuatro — añadió dirigiéndose a Harry, Ron Tom y mi.

(…)

¿Cómo pasó? No tenía idea, pero mientras estaba tranquilamente en la biblioteca Harry se volvió a meter en problemas con Umbridge, ya había comenzado junto a los gemelos la venta de accesorios que llevaran a cabo el trabajo principal de protección contra las plumas de Umbridge, lo que fue todo un éxito.

Harry llegó agotado de su castigo, al parecer por defenderme de cometarios groseros de unos Slytherins, Umbridge lo castigo, ya que iba pasando y lo vio sacar su varita, parecía solo buscar excusas para castigarlo, y en este año, aunque procuraba vigilarlo, el temperamento de Harry no ayudaba.

—Toma — dije tranquilamente mientras le daba una barra de proteína.

—Gracias — dijo Harry reconfortado. Tom leía tranquilamente en el sillón.

—McGonagall se pondría furiosa si supiera lo que les intentó hacer…

—Sí, lo más probable — corté el comentario de Ron mientras miraba mal a Harry y este se encogía en su lugar.

—¿Qué te intentó hacer? — dijo Tom mirándome.

—No- — intenté negar pero alzó una ceja — bueno, lo cierto es que gracias a que logré prever sus locas intensiones no nos hizo nada, pero tiene unas plumas que son para marcarnos lo que sea que escribamos usando nuestra sangre como tinta — expliqué.

—¿Qué acabas de decir? — dijo Kyle con un tono que causaba escalofríos — al parecer ese sapo es más molesto de lo que pensaba — dijo molesto e intercambio miradas con Tom para después volver a mirarme. — ¿Por qué no nos dijiste nada?

—Primero, porque se lo devolví y no nos logró herir, segundo, ¿por qué siempre tenemos que hablar de ella? Eso es solo darle relevancia al sapo que quiere ser depredador y encabezar la cadena alimenticia.

—De ahora en adelante, si te enteras nos informarás, Weasley — dijo Kyle y Ron algo nervioso y confundido asintió.

—Bueno… Pero ¿cuánto crees que tardaría Umbridge en aprobar otro decreto diciendo que cualquier profesor que se queje de la Suma Inquisidora será inmediatamente despedido? — dijo Harry interviniendo.

—Es repugnante — afirmó Kyle.

—Si… creo que tenemos que tomar cartas en el asunto. — dije y me miraron.

—Yo propongo que la envenenemos — sugirió Ron con gravedad y Kyle asintió imaginando las probabilidades. Rodé los ojos.

—Si hacemos eso no tardaran en señalarlos como principales sospechosos. Aunque si nos penemos de acuerdo para señalar al culpable… — dijo Kyle y alcé una ceja.

—No, en serio… — interrumpí.

—Pero ¿qué quieres que hagamos? — preguntó Ron con un bostezo — Es demasiado tarde, ¿no? Ya le han dado el empleo, y ahora no se va a marchar. De eso se encargará Fudge.

—Bueno — comenté con cautela — se me ha ocurrido… que a lo mejor ha llegado el momento de que actuemos por nuestra cuenta.

—¿De que actuemos por nuestra cuenta? — repitió recelosamente Harry.

—Me refiero a aprender Defensa Contra las Artes Oscuras nosotros solos — dije rodando los ojos.

—¡¿Qué, qué?! — exclamó Ron — ¿Pretendes hacernos trabajar aún más? ¿No te das cuenta de que Harry y yo volvemos a tener los deberes atrasados y sólo llevamos dos semanas de curso?

—No me vengas con eso, si fueran la mitad de organizados que Lavender no estarían así — señalé. — ¿no ven que esto es importante? — de esto depende que sobrevivamos allá afuera, y si tengo que hacer que entrenen y practiquen hasta el cansancio, que así sea. Incluso si no tienen que hacer todos los deberes — Harry y Ron la miraron con los ojos desorbitados.

—¡No sabía que en el universo hubiera algo más importante que los deberes! —exclamó Ron.

—No seas tonto, Ronald — advertí y tragó saliva — Se trata de prepararnos; si no aprendemos nada durante un año… saldremos allá afuera y será una muerte segura.

—Tu sí lograrías sobrevivir — dijo y lo miré mal — No podremos hacer gran cosa nosotros solos — repuso Ron con desánimo — Sí, podemos buscar embrujos en la biblioteca e intentar practicarlos, supongo…

—No, si estoy de acuerdo contigo, ya hemos superado esa etapa en la que sólo podíamos aprender cosas en los libros — comenté y pareció desanimado — pero eso se soluciona si tenemos un profesor.

—Si estás pensando en Lupin… — empezó a decir Harry.

—No, no, no estoy pensando en Remus — suspiré exasperada, estos chicos son cabeza dura — Él está demasiado ocupado con la Orden, y además sólo podríamos verlo los fines de semana que fuéramos a Hogsmeade, y eso no sería suficiente.

—Entonces, ¿en quién? — preguntó Harry, mirándome con el entrecejo fruncido. Pero al verme alzar una ceja. Abrió los ojos.

—¿enserio? ¿No lo han captado? — cuestionó Tom.

—Estamos perdidos — dijo Kyle mirándonos a Tom y a mí.

—¡Hermione! ¡tú nos puedes enseñar! Así como le enseñaste a Harry a invocar su patronus — dijo Ron y rodé los ojos.

—Que inteligentes salieron tus amigos — dijo Kyle con burla.

—No empieces, tienen sueño — dije cruzándome de brazos.

—Pero, Hermione, tu sigues con ese horario, ¿no crees que es excesivo para ti? — dijo Harry preocupado y me encogí de hombros ante sus miradas.

—Mientras no tenga más castigos, estaré perfectamente — dije y asintió dudoso.

—¿Y por qué no dejas de lado unos deberes? — preguntó Ron como si fuera lo más obvio.

—Para tener todo al día y mantener un promedio, Ron, gracias a eso tengo el giratiempo en primer lugar, por emergencias, solo un alumno con las mejores calificaciones, responsable y capaz puede ser digno de que se solicite dicho permiso al ministerio. — dije y Harry pareció sorprendido.

—Pero si te quieren expulsar ¿por qué-? — intentó decir, pero suspiré.

—Ellos otorgaron el permiso tiempo atrás a una niña de trece a quien no le dieron importancia por ser hija de muggles, no se ha reportado la devolución porque no me he rendido, esto puede hacer una diferencia, pero se tiene que usar con responsabilidad. — dije y asintieron.

—¿entonces no vas a dejar de lado los deberes? — dijo y rodé los ojos.

—En caso de que no pueda, yo también puedo enseñarles algo — dijo Tom y lo miré con sorpresa.

—Tranquilos, sino es él y no hay remedio, yo les enseñaré — comentó Kyle. — pero primero necesito un reporte de los eventos, porque estoy medio perdido, y no entiendo algo — dijo viéndome — tu te perfeccionaste en tipos de magia distintos ¿Cómo piensas enseñarles? — dijo y sonreí.

—Ya sé, hay magia que es muy sencilla pera a la vez compleja porque no la conocen y se aburrirían si tuviesen que estudiarla — dije y dieron un paso atrás — por eso me centraré en la magia que más se asemeje, los empujaré a sus límites, haré que los conozcan y los empujaré aun más lejos hasta romperlos. — dije e intercambiaron miradas pareciendo reaccionar — tengo que hacerlos ver hasta donde pueden llegar si se esfuerzan.

—Parece que ya tienes tu plan de estudios — dijo y sonreí.

—No seas tan dura — dijo Ron y sonreí.

—Ronald, te hace falta ver más box — dije en español imitando la pose de Sylvester Stallone y me miraron raro mientras Kyle comenzó a reír como nunca.

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Gracias por leer, espero que haya sido de su agrado, este capitulo fue largo, por lo que tenia miedo de que lo sientieran pesado.

Como ya saben, este es el libro mas largo de Harry potter (me refiero al quinto libro) por lo que pienso dedicarle gran parte de mis tiempos libres. tengo programados maratones para fin de mes.

Nos leemos pronto 💜💜💜💜

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