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Capítulo 85: Venganza

POV Jade/Hermione
Después de llegar con McGonagall, me encontraba comiendo galletas, ella parecía realmente sorprendida de que yo estuviera ahí, mientras revisaba mi nota junto a la de Harry, y me miraba en shock, justamente como Harry lo hacía.

-Oh, lo siento - dije mientras extendía el envase - ¿quieren? - dije y Harry negó.

-Señorita Granger ¿por qué lo hizo? - dijo y la miré fijamente unos instantes mientras pasaba el bocado. - pensé que sería prudente, usted.

-Yo no tenía planeado molestarme en saltar al castigo de brazos abiertos, y lo hubiese pensado dos veces al hacerlo si no fuese por que alguien tiene el síndrome de Ronald - dije mirando a Harry, quien bajó la cabeza.

-La mala conducta en la clase de Dolores Umbridge podría costarles mucho más que un castigo y unos puntos menos para Gryffindor. - dijo en mi dirección.

-Tranquila Minne, estoy segura de a donde nos dirige este camino, pero las cosas se salieron de control - dije y suspiré.

-¿Qué quiere...? - dijo Harry, quien fue interrumpido por la mirada de Minne.

-Utiliza el sentido común, Potter - lo atajó la profesora McGonagall, y volvió rápidamente a la normalidad - Ya sabes de dónde viene, y por lo tanto también debes saber bajo las órdenes de quién está.

En ese instante sonó la campana que señalaba el final de la clase. Por todas partes se oía el ruido de cientos de alumnos que se movilizaban como una manada de elefantes. Suspiré, tenía que actuar rápido antes de mañana, por ahora, tenía cosas importantes y Peeves sería mi cómplice estrella.

-Aquí dice que te ha impuesto un castigo todas las tardes de esta semana, y que empezarás mañana, igual que la señorita Granger - prosiguió McGonagall, y miró de nuevo las nota de Umbridge.

-¡Todas las tardes de esta semana! - repitió Harry, horrorizado - Pero profesora, ¿no podría usted...?

-No, no puedo - dijo McGonagall con rotundidad.

-Pero...

-Ella es su profesora y tiene derecho a castigarlos. Deben ir a su despacho mañana a las cinco en punto para recibir el primer castigo. Y recuerden: ándense con cuidado cuando estén con Dolores Umbridge.

-Pero ¡si yo sólo he dicho la verdad! - protestó Harry, indignado buscando apoyo en mi - Voldemort ha regresado, usted lo sabe; el profesor Dumbledore también lo sabe...

-Harry, reacciona - dije tajante y me vio con sorpresa - no resolverás nada actuando como un niño haciendo una rabieta, si quieres hacer que te escuchen y dejen de ver como un mentiroso, debes tener paciencia, las pruebas llegaran, mientras tanto, mantente alerta y no te metas en problemas, controla tu temperamento. Si no logras hacerlo estaremos perdidos.

Tras eso los tres nos levantamos, pero antes de salir me acordé de que tenía conmigo su envase de galletas, así que retrocedí y la dejé nuevamente en su escritorio con una sonrisa nerviosa mientras ella me daba una sonrisa y negaba con la cabeza.

-gracias por las galletas - dije sonriendo.

-No sé exactamente que está pasando por su cabeza o que planes tiene, pero tenga cuidado - dijo McGonagall antes de que saliéramos.

(...)

Esa misma tarde después de clases me encargué de crear mi nueva genialidad, haría de la cara de sapo una rana, sería verde y brillaría en la oscuridad, este sería el comienzo de mi dulce venganza, tenía que hacerlo con moderación, pero sería divertido. Aparte de un perfecto cabello rosa aprueba de magia para retirar.

Solo tendría que esperar a que los mismos productos se retiraran por si solos, era más simple que crear un cuerpo completo y funcional y darle vida, así que no me molestó tanto, mis habilidades iban más allá, cuando de malicia se trataba. Y para su desgracia, Umbridge sacaba lo peor de mí.

Cuando llegó la cena, todos cuchicheaban acerca de lo sucedido en clase, ya todo el colegio lo sabía, y decían que claramente era una mentira, y claro, nadie sobreviviría a la maldición asesina, nadie más que Harry y yo al parecer. por lo menos en lo que a la historia del mundo mágico respecta.

(...)

Justo como estaba planeado, Peeves me ayudaría a llevar acabo la segunda fase de mi plan, trabajé toda la noche para lograr el efecto deseado, y me encargué del trabajo principal, sacar las botellas de shampoo del baño de cara de sapo, nadie sabía de mis planes mas que Peeves, para no perjudicar a los gemelos ni nadie más.

La primera parte fue realizada de forma correcta, no tuve dificultades. Cuando llegó la mañana siguiente, Umbridge no se presentó al desayuno, por lo que las clases parecían tan amenas, como si todo pintara para mejor, aunque claro, no era nada fácil superar la ausencia de Hagrid, el hecho de que todos parecieran felices con la nueva profesora asignada no lo hacía mejor.

Se habló sobre los TIMOS, entre otras cosas, y en la clase de cuidado de criaturas mágicas hablamos de los Bowtruckle, Draco y Pansy estaban ahí, no dudaron en aproximarse hacia mí, aunque Draco parecía algo molesto, no lo expresó ni lo desquitó, como normalmente haría, principalmente con Harry.

Aunque era la única hora en la que podía estar conmigo sin que Tom o Kyle estuviesen por aquí, incluso Olivia y Lucas, aunque no sabía que estaba al mismo tiempo en otra clase con ellos, ventajas de poseer el giratiempo a espaldas de los demás como favor de McGonagall.

Al parecer, un chico de Slytherin había ido a molestar a Harry, por lo que para molestia de Draco y Pansy, fui a ayudarlo. Fue entonces que escuché que decían algo de Hagrid, al parecer, si Draco no lo molestaba, un Slytherin cualquiera se encargaría de su papel, eso me molestó.

-Aunque ese tarado gigantesco vuelva a presentarse por aquí, seguramente lo pondrán patitas en la ca- - no pudo terminar porque mi puño ya se había estampado en su rostro lanzándolo para atrás, la sangre no se hizo esperar.

-¡¿Qué sucedió?! - escuché exclamar a la profesora. Pero a esas alturas el Slytherin estaba desmayado y sangrando de la nariz.

-El Bowtruckle lo arañó por que le hizo daño, y se desmayó al ver su sangre, marearse y caer. - mentí sin dudar y Draco se acercó.

-¿Es así? - dijo sorprendida mientras escondía mi mano con mi túnica.

-Si profesora, yo lo vi, parecía que iba a romper al Bowtruckle - dijo Draco y Pansy asintió.

-Pero no pudo aguantar ver un poco de sangre, es lamentable - agregó y entonces asintió.

-Bueno, ¿Quién puede llevarlo a la enfermería? - ante eso Draco lanzó una mirada y pronto uno de los amigos del Slytherin caído se acercó nervioso.

-Yo puedo hacer eso por ustedes. - dijo y desvió la mirada.

Tras eso levitó al chico y se le llevó, Harry y Ron miraron a Draco sin creerlo, pero este no les prestó atención, sacó un pañuelo y me tomó la mano, le sonreí con ternura y noté un leve sonrojo.

-Deja de mirarme así, eres muy imprudente - dijo y reí.

-No es mi sangre, no me lastimé Draco, mas bien, creo que me pasé de fuerza - dije y me sonrió.

-Eres realmente letal con esos golpes - dijo y reí.

-¿lo dices por experiencia? - dije y rodó los ojos.

-Procuraré no volver a merecer uno en lo que resta de mi vida - dijo y reí. Pero fuimos sacados de ese pequeño momento tras un carraspeo.

-Gracias... - dijo Harry desviando la mirada algo incómodo.

-No lo malentiendas Potter, no lo hicimos por ti - dijo Draco con simpleza.

-Lo hicimos por Hermione. - aclaró Pansy. - ella ya es parte de nosotros - dijo y Harry y Ron me vieron de reojo.

El resto de la clase fue algo incómoda, pues aunque la pasé mayormente entre Draco y Pansy, no podía evitar esas miradas pesadas en mi nuca intentando hacer un hoyo. Cuando llegó el momento de devolver los Bowtruckle Pickett salió a la superficie sorprendiendo a Pansy y Draco.

-Antes de que digan cualquier cosa, este amiguito es mío - dije callándolos - Draco, Pansy, les presento a Pickett. Pickett, mis amigos - dije y asintió.

-¿Cuándo? ¿Cómo? - dijo algo aturdido.

-En un pequeño viaje que hice, Salvé el árbol de Pickett y sus hermanos, así que funcionó.

(...)

Me encontré de nuevo con Luna en herbología, estaba contenta, y ella me sonrió, claro que a Tom parecía estar receloso de ella, cuando llegamos al comedor, todo fue un mar de susurros, Umbridge tenía el pelo rosa, para colmo tenía un corte de hongo, y gozaba de una piel café que seguramente ya notó que brilla en color verde fosforescente en la oscuridad de los pasillos.

Los chicos me vieron de reojo apenas salieron del shock que les causó, mientras Umbridge parecía buscar con la mirada al culpable, pero no daba resultado, pues todos reían por lo bajo de su aspecto, incluso McGonagall y Snape tuvieron que disimular la gracia en sus rostros.

Por si fuera poco, en medio de la cena, a Umbridge le explotó el vaso y salieron ¿serpientes? Espera... dije que eran las serpientes de juguete, ¡no de verdad!, aunque... me gustan los soldados con iniciativa, pensé. Aunque fue mucha iniciativa soldado.

Las risas se hicieron presentes, pero pararon al mirar la cara de cólera en su cara, nunca habían hecho tantas bromas a un profesor y continuas, Dumbledore también parecía perplejo, mientras veían para todos lados buscando a la persona implicada, a lo que yo me centré en mirar a mis amigos mientras fingía ignorar la situación, no había pruebas, y no todos saben que llego a hacer bromas, solo tengo que esperar a que pase este año para sacar los nuevos productos a la venta con los gemelos.

Mientras tanto, solo tengo que dejar que se mueva, soy buena en esto, así que solo se venderán los productos salta clases, lo tendríamos que hablar después.

(...)

A las cinco menos cinco, Harry y yo nos despedimos de los chicos y fuimos hacia el despacho de Umbridge, en el tercer piso. Llamamos a la puerta y ella contestó con un meloso "Pasen, pasen". A lo que intercambiamos miradas, antes de que entrara lo detuve, le di una cadena y la pasó bajo su camisa imitándome, no entendía por qué, pero no me cuestionó.

Pasamos de forma cautelosa. La verdad es que habíamos visto aquel despacho en la época en que lo habían utilizado cada uno de los tres anteriores profesores de Defensa Contra las Artes Oscuras. Cuando Lockhart estaba instalado allí, las paredes se hallaban cubiertas de retratos suyos. Cuando lo ocupaba Remus, se podía encontrar en aquella habitación cualquier fascinante criatura tenebrosa en una jaula o en una cubeta.

Y en tiempos del falso Moody/Barty, el despacho estaba abarrotado de diversos instrumentos y artefactos para la detección de fechorías y ocultaciones. En ese momento, sin embargo, estaba completamente irreconocible. Todas las superficies estaban cubiertas con fundas o tapetes de encaje.

Había varios jarrones llenos de flores secas sobre su correspondiente tapete, y en una de las paredes colgaba una colección de platos decorativos, en cada uno de los cuales había un gatito de color muy chillón con un lazo diferente en el cuello. Eran tan feos que prefería ayudara a Lockhart a responder sus cartas sin chistar, y eso ya era decir mucho.

-Buenas tardes, señor Potter, señorita Granger. - Harry dio un respingo y miró nuevamente a su alrededor. Rodé los ojos, como no darse cuenta de su sonrisa tétrica, las sonrisas del Grinch eran arte a su lado.

-Buenas tardes, profesora Umbridge - repusimos, él con frialdad y yo con una sonrisa de oreja a oreja, el verde resaltaba a la perfección con su oficina.

-Siéntense, por favor - dijo la profesora señalando una mesita cubierta con un mantel de encaje a la que había acercado dos silla. Sobre la mesa había unos trozos de pergamino en blanco que parecía esperar a Harry, si, a Harry, yo paso.

-Esto... - empezó él sin moverse y me veía de reojo - profesora Umbridge... Esto... antes de empezar quería pedirle... un favor.

Los saltones ojos de la bruja se entrecerraron. Eso solo me hizo pensar ¿Cómo se vería con un bigote/mostacho? ¿Cómo se le vería si fuera color negro chapopote? (por si desconocen a qué me refiero, es una sustancia negra y espesa que se obtiene del petróleo y que se emplea principalmente para asfaltar caminos)

-¿Ah, sí? - dijo sin quitar esa mirada de sospecha.

-Sí, mire... Es que estamos en el equipo de quidditch de Gryffindor. Y el viernes a las cinco en punto teníamos que asistir a las pruebas de selección del nuevo guardián, y me gustaría saber si... si podría librarnos del castigo esa tarde y hacerlo... cualquier otra tarde...

-¡Ah, no! - replicó la Umbridge esbozando una sonrisa tan amplia que parecía que acabara de tragarse una mosca especialmente sabrosa - No, no, no. Los he castigado por divulgar mentiras repugnantes y asquerosas con las que sólo pretenden obtener notoriedad, señor Potter, y los castigos no pueden ajustarse a la comodidad de los culpables. No, mañana vendrán aquí a las cinco en punto, y pasado mañana, y también el viernes, y cumplirán sus castigos como está planeado. De hecho, me alegro de que se pierdan algo que desean mucho. Eso reforzará la lección que intento enseñarle.

Umbridge lo miraba con la cabeza un poco ladeada y seguía sonriendo abiertamente, como si supiera con exactitud lo que Harry estaba pensando y quisiera comprobar si se ponía a gritar otra vez.

-Bueno - continuó el sapo con dulzura - veo que ya estamos aprendiendo a controlar nuestro genio, ¿verdad? Y ahora quiero que copien un poco. No, con su pluma no - añadió cuando Harry se agachó para abrir su mochila - Copiarán con una pluma especial que tengo yo. Tomen. - nos entregó una larga, delgada y negra pluma con la plumilla extraordinariamente afilada, perfecta para sacarle los ojos a alguien "pensé" - Quiero que escriban "No debo decir mentiras" - indicó con voz melosa.

-¿Cuántas veces? - preguntó Harry fingiendo educación lo mejor que pudo.

-Ah, no sé, las veces que haga falta para que se les grabe el mensaje - contestó con "ternura" - Ya pueden empezar.

Ella fue hacia su mesa, se sentó y se encorvó sobre un montón de hojas de pergamino que parecían trabajos para corregir. Harry parecía listo para comenzar, pero después me miró y dijo en voz alta.

-No nos ha dado tinta - observó.

-Ya, es que no la necesitan - contestó, y algo parecido a la risa se insinuó en su voz, ante eso sonreí.

Pusimos las plumillas en los pergaminos correspondientes y escribimos "No debo decir mentiras".
Las palabras habían aparecido en el pergamino escritas con una reluciente tinta roja, pero al instante Umbridge soltó un grito estridente. Al mismo tiempo habían aparecido lo que habíamos escrito en sus brazos, que parecía quemar, más que cortar. Abrí los ojos fingiendo espanto, mientras Harry parecía sorprendido.

Al contrario de lo que era su función inicial, de marcarlo como si fuera bisturí en cortadas simples, el efecto de rechazo a la magia de sus plumas hacía que las palabras se escribieran en la propietaria como si fuera marcada con herrado caliente, técnica antes utilizada para marcar el ganado.

Ante eso agarre el jarrón mas próximo y le lancé el contenido, pero era una jarra de té caliente, que hizo que le ardiera más.

- ¡Lo siento tanto!¿Está bien? - dije fingiendo preocupación, pero ella se alejó.

-¿Cómo hicieron eso? - dijo con ojos llenos de rencor y profundo odio.

-¿a qué se refiera? - dije extrañada.

-T-tu... ¡ustedes me hicieron esto! - dijo y retrocedí.

-Nosotros no tenemos ni la capacidad ni los conocimientos para hacer lo que sea que usted crea que hicimos. - dije ofendida.

-¡¿Cómo explica esto entonces?! - exigió saber y la miré sorprendida.

-¿Cómo piensa que voy a saber? Si son sus plumas - dije frunciendo el ceño soltando la pluma sobre su escritorio.

-Insolentes - dijo casi perdiendo la paciencia, miró las plumas y nos miró fijamente. - esto no se quedará así, váyanse ya. - dijo y salimos de ahí casi corriendo.

Unos pasillos más adelante, Harry me detuvo dándome la vuelta, yo solo rodé los ojos y lo llevé directo a la casa de los gritos con ayuda de un portal, después de todo, no había nadie por aquí así que era seguro. El pareció salir de su momento de aturdimiento, por lo que se volvió hacia mí.

-¿Qué fue eso? - dijo sin creerlo. - ¿tú le hiciste eso? - dijo y rodé los ojos.

-En sí, sí - dije, pero antes de que continuara le mostré mi collar. - esto nos salvó de horas de tortura, esas plumas están diseñadas para rebanar nuestra piel hasta el cansancio.

-Pero... quemarla... - dijo y suspiré.

-Ella es el peor tipo de persona que existe, no dudaría en usar un Crucio como castigo si estos no fueran prohibidos - dije y se estremeció - no es una buena persona, y aunque tenemos que actuar con cuidado, pero no me iba a dejar someter tan fácil, probó un poco de su propia medicina, y necesito que este producto se venda a todos los alumnos para que no se vean afectados por esas malditas plumas. No merece que la defiendas, creo que preferirías hacerte amigo de Malfoy antes de dejar que esa bruja vuelva a estar en una habitación a solas contigo - dije y me miró sorpendido, pero asintió.

-Gracias - dijo y sonreí.

-Tranquilo, este va a ser un año duro para todos nosotros, pero lo superaremos - dije y asintió.

-Hermione, pero así no podremos convencerla de que nos levante el castigo del viernes - dijo y sonreí.

-Tienes que estar tranquilo, vamos a ir - dije con simpleza, ante su mirada extrañada rodé los ojos y saqué el giratiempo.

-Pero... eso significa que sigues con ese horario - dijo sin creerlo, pero asentí. - ¿Cómo puedes hacer todo eso sin volverte loca? - dijo y me encogí de hombros - organización y mucho de esto. - además de otras tantas cosas.

Me encontraba haciendo las tareas junto a Tom y los demás, ayudé un rato a Neville y pude ver como a Olivia le pareció muy tierno, creo que terminaría enamorada de Neville a este paso, pero bueno, este era su tipo de chico.

Adelantamos tanta tarea como nos fue posible, hice mis rondas de la noche como prefecta, los chicos parecían realmente sorprendidos de que pudiera hacer eso con toda la tarea que tenía, pero yo solo decía que era mi pasión, aunque siendo sincera, esto no era nada, ni por asomo de lo que realmente tenía que hacer.

Cumplir con mis encuentros en Hogsmeade con Tristan a espaldas de los chicos e incluso de los profesores, claro que Dumbledore sabía, pero me dejaba ir. Entre eso, asistir a clases, escribir, dedicar tiempo a mis amigos, fabricar el cuerpo para Regulus a expensas de todos, probar mis armas y prototipos. Leer libros de la sección prohibida, y planificar el hechizo para traer a la vida a Regulus ya que voy contra el tiempo.

Mi tiempo, horarios, todo estaba controlado por mi y claro que me ayudaban mucho mis ilusiones, pero todo lo tenía organizado, y claro, mi salida a Hogsmeade de los sábados era para salir con mis amigos medio día y entrenar en la sala de menesteres otro medio día. Traía el ojo de Agamotto a todos lados, lo que hacía que Kyle sonriera con autosuficiencia.

Con Angelina fue un caso aparte, le dijimos que todavía no solucionábamos eso, pero que lo haríamos a toda costa, que confiara en nosotros, así que asintió entrecerrando los ojos en forma de amenaza, yo sonreí, realmente aprendió bien de Oliver.

Creo que para como van las cosas, me puedo divertir este año, pero tengo que salvar a Sirius y revivir a su hermano, bueno, a ordenar mi esquema del día otra vez.

* .:。✧*゚ ゚・ ✧.。. * * .:。✧*゚ ゚・ ✧.。. *
Hola, gracias por esperar, y ahora me toca a mi esperar que sea de su agrado, voy lento porque perdi el hilo y mis notas, pero gracias por su paciencia.

Nos leemos pronto 💜

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