POV Jade/Hermione
Los carruajes atravesaron las verjas flanqueadas por estatuas de cerdos alados (recordé a la familia Beifong de Avatar), y luego avanzaron por el ancho camino, balanceándose peligrosamente bajo lo que empezaba a convertirse en un temporal. Los rayos cruzaban el cielo cuando nuestro carruaje se detuvo ante la gran puerta principal de roble, que se alzaba al final de una breve escalinata de piedra, una parte de mi seguía emocionándose por estar en Hogwarts.
Los que ocupaban los carruajes de delante de corrían ya subiendo los escalones para entrar en el castillo. También cuando nos tocó, Theo me sostuvo de la mano y bajó primero, pero antes de poder bajar Blaise me empujó haciéndome caer sobre Theo mientras soltaba una sonora carcajada llamando la atención de los alumnos en la entrada.
Draco me levantó rápidamente y Blaise ayudó a Theo, no dijimos nada, solo subimos la escalinata, ya estábamos empapados y ahora Theo y yo nos encontrábamos sucios. El vestíbulo se encontraba alumbrado con antorchas lo que me daba cierta sensación de calidez.
Pronto había susurros a nuestro alrededor mientras Pansy se acercaba a nosotros y me daba un abrazo, cosa que realmente me extrañó, estaba de piedra, junto con todos, ella sonrió de lado.
-Bienvenida al grupo, parece ser que Blaise logró su cometido - dijo mientras su mirada se dirigió a nuestras manos. - pero Blaise, no te lo dejaré tan fácil.
-¿ahora de qué hablan? - dije sin comprender.
-Otra apuesta, supongo - dijo Theo con cansancio. - será mejor irnos a secar.
-¡Caray! - exclamó Ron, detrás de nosotros cuando de la nada alzó la mirada y frunció el ceño - parece que somos fácilmente reemplazados - dijo con desdén y rodé los ojos.
-O simplemente se dio cuenta de que somos mejor compañía - dijo Pansy con arrogancia mientras el ambiente se volvía hostil.
-Déjalos, Ron, después de todo, parece ser que Slytherin le sienta mejor - dijo Harry para sorpresa de los demás.
-Estoy empapado... ¡Ay! - exclamó Ron con sorpresa.
Un globo grande y rojo lleno de agua acababa de estallarle en la cabeza. Empapado y farfullando de indignación, Ron se tambaleó y cayó contra Harry, al mismo tiempo que un segundo globo más grande y lleno de agua caía sobre ellos. Al instante varios alumnos comenzaron a dispersarse para salir de la línea de fuego.
Grande fue la sorpresa de todos cuando Peeves flotando a seis o siete metros por encima de nosotros, se encontraba riendo de forma maliciosa mientras preparaba más globos para lanzar contra Harry y Ron.
-¡Esto es por mi jefa! - dijo y un gran globo explotó mientras se estaban levantando, pero esta en vez de agua tenía pintura fosforescente.
-¡PEEVES! - gritó una voz irritada - ¡Peeves, baja aquí AHORA MISMO!
Acababa de entrar apresuradamente desde el Gran Comedor la profesora McGonagall. Resbaló en el suelo mojado y para no caerse tuvo que agarrarse de mi cuello. Por lo que la apoyé para estabilizarla antes de ser ahorcada.
-¡Ay! Perdón, señorita Granger.
-No se preocupe, profesora - dije restándole importancia mientras los chicos me jalaban haciéndome retroceder.
-¡Peeves, baja aquí AHORA! - bramó la profesora McGonagall, enderezando su sombrero puntiagudo y mirando hacia arriba a través de sus gafas de montura cuadrada.
-¡No estoy haciendo nada! - contestó Peeves entre risas, arrojando un nuevo globo lleno de agua nuevamente a los chicos, que ya no sabían ni qué hacer para intentar esquivarlos - ¿No estaban ya mojados? ¡Esto son unos chorritos! ¡Ja, ja, ja!
-¡Llamaré al director! - gritó la profesora McGonagall - Te lo advierto, Peeves...
Harry y Ron se estaban alejando para dirigirse al GC, pero Peeves le sacó la lengua a McGonagall y tiró al aire los últimos globos en dirección a Harry y Ron para después salir zumbando escaleras arriba, riéndose como loco.
-¡Bueno, vamos! - ordenó bruscamente la profesora McGonagall a la empapada multitud - ¡Vamos, al Gran Comedor!
Pronto cruzamos el vestíbulo y atravesamos la puerta doble de la derecha. Reaccioné cuando Blaise comenzó a reír a carcajadas, lo que nos hizo reír a los demás, al parecer acabábamos de procesar lo sucedido. El Gran Comedor, decorado para el banquete de comienzo de curso, tenía un aspecto tan espléndido como de costumbre, y el ambiente era mucho más cálido que en el vestíbulo.
No nos dio tiempo de cambiarnos, por lo que con un movimiento de varita retiré el lodo de nuestra ropa y nos sequé. Cuando entramos las miradas estaban sobre nosotros, mientras Dumbledore disimuló su sorpresa, pero McGonagall y Snape no lo hicieron, parecía que habían visto a su peor boggart en persona.
Yo ya algo incómoda por la atención innecesaria me despedí de los chicos y me fui a mi lugar, los gemelos me dirigieron al instante con ellos junto a Lee Jordan, pero no parecían tener la intención de hablar del tema, por lo menos no en el GC.
-Buenas noches - dijo Sir Nicolas sonriéndoles.
-¡Pues cómo serán las malas! - se le hoyó contestar Harry algo molesto, quitándose las zapatillas y vaciándolas de agua.
-Espero que se den prisa con la Ceremonia de Selección, quiero que nos digan que es lo que sucederá en Hogwarts este año. - dijo Fred y todos asintieron.
-¡Hermione! - gritó una voz en mi dirección, una que reconocí al instante.
-Hola Colin - dije en su dirección.
-Adivina - dijo mirándome con entusiasmo.
-Mmm, por esa emoción que transmites, yo diría que un hermano o primo inicia hoy Hogwarts - dije pensativa y me miró con emoción.
-¡¿Cómo lo hiciste?! - dijo sorprendido. Los gemelos me miraron también con sorpresa.
-No necesité pensarlo mucho, tus ojos me lo dijeron - dije y el asintió con admiración.
-¡Eres asombrosa! - dijo - ¡espero que mi hermano quede en Gryffindor!
-Tranquilo, tu hermano es más valeroso de los que crees, quedará en Gryffindor.
-¡gracias! - dijo feliz yéndose a sentar a su lugar con sus amigos.
Me encontraba platicando con los gemelos, quienes deseaban saber lo que pasaría este año, junto a Lee Jordan, pues no daban su brazo a torcer, parecía que realmente deseaban saberlo más que nada. Después de oír un trueno, vi que un rayo dibujaba en el techo su forma ahorquillada, realmente el techo parecía más tormentoso que de costumbre.
-¡Que se den prisa! - gimió Ron, al lado de Harry - Podría comerme un hipogrifo.
No había acabado de pronunciar aquellas palabras cuando se abrieron las puertas del Gran Comedor y se hizo el silencio. La profesora McGonagall marchaba a la cabeza de una larga fila de alumnos de primero, a los que condujo hasta la parte superior del Gran Comedor, donde se encontraba la mesa de los profesores.
Si nosotros nos mojamos, lo nuestro no era nada comparado con los alumnos de primero. Más que haber navegado por el lago, parecían haberlo pasado a nadando. Temblando con una mezcla de frío y nervios, llegaron a la altura de la mesa de los profesores y se detuvieron, puestos en fila, de cara al resto de los estudiantes.
El único que no temblaba era el más pequeño de todos, un muchacho con pelo castaño desvaído que iba envuelto en lo que reconocí como el abrigo de piel de topo de Hagrid. El abrigo le venía tan grande que parecía que estuviera envuelto en un toldo de piel negra. Su carita salía del cuello del abrigo con aspecto de estar al borde de la conmoción, en resumen, era completamente adorable.
Cuando se puso en fila con sus aterrorizados compañeros, vio a Colin, levantó dos veces el pulgar para darle a entender que todo iba bien y dijo sin hablar, moviendo sólo los labios "¡Me he caído en el lago!", sé que es una tradición y todo, pero son niños, no guerreros espartanos. Aunque bueno, Dennis parecía completamente encantado por el accidente.
Una vez pasada la selección, obviamente con el pequeño Dennis dentro de Gryffindor, pasamos a tener una cena abundante, los chicos parecían querer respuestas, pero yo solo evitaba su mirada, en sí, todas las miradas que estaban sobre mí, pues seguía siendo parte de la conversación y miradas indiscretas por el hecho de haber llegado con los Slytherins más conocidos.
El rumor de charla que llenaba el Gran Comedor se apagó al instante en el que Dumbledore se puso de pie, y sólo se oyó el silbido del viento y la lluvia golpeando contra los ventanales.
-¡Bien! - dijo Dumbledore, sonriendo a todos - Ahora que todos estamos bien comidos, debo una vez más pedirles su atención mientras les comunico algunas noticias. El señor Filch, el conserje, me ha pedido que les comunique que la lista de objetos prohibidos en el castillo se ha visto incrementada este año con la inclusión de los yoyós gritadores, los discos voladores con colmillos, los bumeranes-porrazo y bombas de dudosa procedencia. - dijo mientras me dirigía una mirada discreta - La lista completa comprende ya cuatrocientos treinta y siete artículos, según creo, y puede consultarse en la conserjería del señor Filch.
-¿no se refiere a tus productos Hermione? - dijo Fred y yo sonreí.
-Supongo que las que más le causan molestias son las bombas que dejan restos viscosos pegados al piso - dije con gracia y ellos sonrieron, ya que nunca la vieron en acción. La boca de Dumbledore se crispó un poco en las comisuras. Luego prosiguió.
-Como cada año, quiero recordaros que el bosque que está dentro de los terrenos del castillo es una zona prohibida a los estudiantes. Otro tanto ocurre con el pueblo de Hogsmeade para todos los alumnos de primero y de segundo. Es también mi doloroso deber informarles que la Copa de quidditch no se celebrará este curso.
-¿Qué? - oí decir a Harry sin aliento par luego mirar en nuestra dirección, específicamente a Fred y George, para después buscar la mirada de nuestros otros compañeros de equipo.
-Esto se debe a un acontecimiento que dará comienzo en octubre y continuará a lo largo de todo el curso, acaparando una gran parte del tiempo y la energía de los profesores... pero estoy seguro de que lo disfrutarán enormemente. Tengo el gran placer de anunciar que este año en Hogwarts...
Pero en aquel momento se escuchó un trueno ensordecedor, y las puertas del Gran Comedor se abrieron de golpe. En la puerta apareció un hombre que se apoyaba en un largo bastón y se cubría con una capa negra de viaje, no podía creer que conocería a Barty y me daría clases, eso me emocionaba y me daba escalofríos.
Todas las cabezas en el Gran Comedor se volvieron para observarlo, repentinamente iluminado por el resplandor de un rayo que apareció en el techo. Se bajó la capucha, sacudió una larga melena en parte cana y en parte negra, y caminó hacia la mesa de los profesores. Un sordo golpe repitió cada uno de sus pasos por el Gran Comedor.
Llegó a un extremo de la mesa de los profesores, se volvió a la derecha y fue cojeando pesadamente hacia Dumbledore. El resplandor de otro rayo cruzó el techo. Varias chicas ahogaron un gritó, mientras yo solo lo analicé con la mirada, este era el rostro de uno de mis personajes favoritos usado por un mortífago.
Pronto Barty llegó hasta Dumbledore. Le tendió una mano toscamente, y Dumbledore la estrechó, parecían ponerse al tanto de los sucesos pasados. Parecía estar haciéndole preguntas a Barty, que negaba con la cabeza, sin sonreír, y contestaba en voz muy baja. Dumbledore asintió también con la cabeza, y le mostró el asiento vacío que había a su derecha y el que le correspondía.
Él se sentó y sacudió su melena para apartarse el pelo entrecano de la cara; se acercó un plato de salchichas, lo levantó hacia lo que le quedaba de nariz y lo olfateó. A continuación se sacó del bolsillo una pequeña navaja, pinchó una de las salchichas por un extremo y empezó a comérsela, yo al instante me saqué un pambazo del bolsillo y lo miré con desinterés mientras comía. Su ojo normal estaba fijo en la salchicha, pero el azul seguía yendo de un lado para otro sin descanso, moviéndose en su cuenca, fijándose tanto en el Gran Comedor como en todos nosotros.
-Les presento a nuestro nuevo profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras -dijo animadamente Dumbledore, ante el silencio de la sala - el profesor Moody.
Lo normal era que los nuevos profesores fueran recibidos con saludos y aplausos, pero nadie aplaudió aquella vez, ni entre los profesores ni entre los alumnos, a excepción de Hagrid, Dumbledore y yo. El sonido de las palmadas de los tres resonó tan tristemente en medio del silencio que enseguida dejamos de aplaudir.
Todos los demás parecían demasiado impresionados por la extraña apariencia de Moody para hacer algo más que mirarlo. tal vez resultaba ser un villano, pero sacaría provecho a sus clases tanto como me fuera posible, después de todo, una enseñanza espartana no me caería mal.
Moody parecía totalmente indiferente a aquella fría bienvenida. Haciendo caso omiso de la jarra de zumo de calabaza que tenía delante, volvió a buscar en su capa de viaje, sacó una petaca y tomó un largo trago de su contenido. Dumbledore volvió a aclararse la garganta.
-Como iba diciendo - siguió, sonriéndonos, pero todos en el GC seguían con la mirada fija en Ojoloco Moody - tenemos el honor de ser la sede de un emocionante evento que tendrá lugar durante los próximos meses, un evento que no se celebraba desde hacía más de un siglo. - ante eso los chicos me vieron y yo insistí en que miraran al frente. - Es un gran placer para mí informarles que en este curso tendrá lugar en Hogwarts el Torneo de los tres magos.
-¡Se está quedando con nosotros! - dijo Fred en voz alta.
Repentinamente se quebró la tensión que se había apoderado del Gran Comedor desde la entrada de Moody. Casi todo el mundo se rio, y Dumbledore también, como apreciando la intervención de Fred.
-No me estoy quedando con nadie, señor Weasley - repuso - aunque, hablando de quedarse con la gente, este verano me han contado un chiste buenísimo sobre un trol, una bruja y un leprechaun que entran en un bar... - La profesora McGonagall se aclaró ruidosamente la garganta. - Eh... bueno, quizá no sea éste el momento más apropiado... No, es verdad - dijo Dumbledore - ¿Dónde estaba? ¡Ah, sí, el Torneo de los tres magos! Bien, algunos de ustedes seguramente no saben qué es el Torneo de los tres magos, así que espero que los que lo saben me perdonen por dar una breve explicación mientras piensan en otra cosa.
-Vaya, tiene sentido para mi - dije en un susurro que solo los gemelos escucharon. A lo que rieron conmigo.
-El Torneo de los tres magos tuvo su origen hace unos setecientos años, y fue creado como una competición amistosa entre las tres escuelas de magia más importantes de Europa: Hogwarts, Beauxbatons y Durmstrang. Para representar a cada una de estas escuelas se elegía un campeón, y los tres campeones participaban en tres pruebas mágicas. Las escuelas se turnaban para ser la sede del Torneo, que tenía lugar cada cinco años, y se consideraba un medio excelente de establecer lazos entre jóvenes magos y brujas de diferentes nacionalidades... hasta que el número de muertes creció tanto que decidieron interrumpir la celebración del Torneo.
-Vaya que los suicidas abundan en Hogwarts - susurré nuevamente con cierto toqué de cansancio, ya que la mayoría de los alumnos parecía emocionados.
-Tranquila Hermione, es solo por la experiencia - dijo George - no todos van a querer anotarse.
-Las muertes que ocurrieron fueron también de alumnos que eran espectadores en las gradas - dije y quedaron de piedra mirándome, tal vez fue porque lo dije con tranquilidad - porque un basilisco se salió de control y comenzó a matar a diestra y siniestra - expliqué y ellos asintieron, Lee Jordan parecía sorprendido.
-En todo este tiempo ha habido varios intentos de volver a celebrar el Torneo - prosiguió Dumbledore - ninguno de los cuales tuvo mucho éxito. Sin embargo, nuestros departamentos de Cooperación Mágica Internacional y de Deportes y Juegos Mágicos han decidido que éste es un buen momento para volver a intentarlo. Hemos trabajado a fondo este verano para asegurarnos de que esta vez ningún campeón se encuentre en peligro mortal.
-Bueno, pero hace un siglo no tenían al profesor Dumbledore - dijo Lee Jordan para calmar su incomodidad al parecer.
-En octubre llegarán los directores de Beauxbatons y de Durmstrang con su lista de candidatos, y la selección de los tres campeones tendrá lugar en Halloween. Un juez imparcial decidirá qué estudiantes reúnen más méritos para competir por la Copa de los tres magos, la gloria de su colegio y el premio en metálico de mil galeones.
-¡Yo voy a intentarlo! - dijo entre dientes Fred Weasley, con la cara iluminada de entusiasmo ante la perspectiva de semejante gloria y riqueza.
-No pienso decir nada - dije ante la mirada de George, esperando que lo regañara.
Y es que no debía de ser el único que se estaba imaginando a sí mismo como campeón de Hogwarts. En cada una de las mesas había estudiantes que miraban a Dumbledore con expresión de arrebato, o que cuchicheaban con los vecinos completamente emocionados. Pero Dumbledore volvió a hablar, y en el Gran Comedor se hizo otra vez el silencio.
-Aunque me imagino que todos estarán deseando llevarse la Copa del Torneo de los tres magos - dijo - los directores de los tres colegios participantes, de común acuerdo con el Ministerio de Magia, hemos decidido establecer una restricción de edad para los contendientes de este año. Sólo los estudiantes que tengan la edad requerida, es decir, diecisiete años o más, podrán proponerse a consideración. Ésta - Dumbledore levantó ligeramente la voz debido a que algunos hacían ruidos de protesta en respuesta a sus últimas palabras, especialmente los gemelos Weasley, que parecían de repente furiosos - es una medida que estimamos necesaria dado que las tareas del Torneo serán difíciles y peligrosas, por muchas precauciones que tomemos, y resulta muy improbable que los alumnos de cursos inferiores a sexto y séptimo sean capaces de enfrentarse a ellas.
-En eso tiene razón - dije y algunos en mi mesa que me escucharon me miraron fijamente, bueno, tal vez es porque yo si tengo más habilidades y capacidad para mi edad
.
-Me aseguraré personalmente de que ningún estudiante menor de esa edad engañe a nuestro juez imparcial para convertirse en campeón de Hogwarts. - Sus ojos de color azul claro brillaron especialmente cuando los guiñó hacia los rostros de Fred y George, que mostraban una expresión de desafío, eso me llenó de gracia - Así pues, les ruego que no pierdan el tiempo presentándose si no han cumplido los diecisiete años.
-¿eso que acabo de ver es un reto? - dijo Fred.
-Creo que si lo es Fred - dijo George.
-Y lamentablemente no podrán engañarlo - dije y me miraron ofendidos.
-Las delegaciones de Beauxbatons y Durmstrang llegarán en octubre y permanecerán con nosotros la mayor parte del curso. Sé que todos tratarán a nuestros huéspedes extranjeros con extremada cortesía mientras están con nosotros, y que darán su apoyo al campeón de Hogwarts cuando sea elegido o elegida. - yo suspiré - Y ya se va haciendo tarde y sé lo importante que es para todos ustedes estar despiertos y descansados para empezar las clases mañana por la mañana. - ante eso alcé una ceja con incredulidad - ¡Hora de dormir! ¡Andando!
Dumbledore volvió a sentarse y siguió hablando con Ojoloco Moody. Los estudiantes hicieron mucho ruido al ponerse en pie y dirigirse hacia la doble puerta del vestíbulo. Yo solo lo miré por una fracción de segundo, y pude notar que el ojo movible de Moody viajo de Harry a mi persona por unos segundos.
Vi a Theo y a Draco, ambos parecían tranquilos, como siempre, Theo se despidió de mi cuando notó mi mirada, no sabía si lo correcto era estar con ellos en este curso, el falso Moody podía hablar de más... tal vez tendría que hablar con ellos pronto.
Los chicos no me dijeron nada, se fueron a dormir, por lo que yo subí tranquilamente a la habitación, por lo menos estaría más tranquila sin los entrenamientos de quidditch, aunque extrañaría eso, los entrenamientos con Oliver y mi actitud espartana se complementaba con la de él... no iba a encontrar a nadie con un espíritu tan competitivo como el de él y su pasión por el quidditch.
Me dediqué a crear mis dispositivos de vuelo de emergencia. Tardé mucho tiempo en las vacaciones para poder hacerla más cómoda, mientras que el arco de Firenze ahora contaba con flechas especiales y mi puntería se estaba puliendo, lo especial era el gas lacrimógeno, junto a somníferos potentes, y por supuesto, explosivos, el arte de las explosiones nunca puede faltar.
Gracias al constante entrenamiento físico también se podía decir que era más fuerte, mi resistencia había aumentado, mientras que ahora me encontraba haciendo uso de diferentes tipos de magia para crear las cadenas de Morgiana, uno de sus encantos es que gracias a las artes místicas podían pasar de mis tobillos a mis manos según mi conveniencia.
Aunque todavía me encontraba estudiando como crear una unidad de contención mística en mi maleta de la que evidentemente solo podría salir yo, así en un plan de contingencia a gran escala, podría encerrar a mortífagos sin problema, pero ya pensaría en eso, mientras tanto, los chicos estaba concentrados preparando el lugar a su manera.
(...)
A la mañana siguiente la tormenta se había ido a otra parte, aunque el techo del Gran Comedor seguía teniendo un aspecto muy triste. Durante el desayuno, unas nubes enormes de color gris se arremolinaban sobre nuestras cabezas, por lo que opté por revisar mi horario, donde evidentemente estaba algo cargada de materias, el giratiempo seguía conmigo, McGonagall me había felicitado por lograr mantenerme con calificaciones sobresalientes en todas ellas.
A mi lado, Fred, George y Lee Jordan discutían métodos mágicos de envejecerse y engañar al juez para poder participar en el Torneo de los tres magos. Momentos después vieron mi horario y parecían extrañados.
-Hermione, si sigues con un horario tan matador te volverás loca, esta bien que este año no tendremos entrenamiento de quidditch, pero tienes que tomarte un respiro - dijo George, a lo que Fred y Lee Jordan asintieron.
-La verdad es que tus calificaciones fueron perfectas el año pasado aún con tanta carga de materias - dijo Lee - los chicos me contaron, y no lo podía creer, pero todos dijeron lo mismo, que en todas y cada una de las clases saliste sobresaliente a los demás.
-Sería mejor que te tomaras un respiro y disfrutes de este año - dijo Fred revisando mi horario. - sigues con las mismas materias y se complica más este año.
-No es nada, puedo sobrellevarlo y dará una buena imagen si considero seguir estudiando después - dije y ellos me miraron con asombro.
-Pensé que tendríamos nuestra tienda - dijeron ambos ofendidos.
-Claro que la tendremos, pero no está demás el considerar el hecho de que me interese estudiar algo más. Sacar sobresalientes de forma constante es una gran ayuda, además de que en quidditch también lo somos. - dije y ellos intercambiaron miradas.
-No estarás pensando en unirte al equipo donde está Oliver - dijo Fred y yo reí.
-Es aún mejor, al equipo donde está Krum - dije molestándolos y se ofendieron.
-¿acaso eso fue amor a primera vista? - dijo Lee Jordan siguiéndome el juego.
-Puede ser... - dije y reímos cuando los gemelos se cruzaron de brazos molestos.
-Eso es imposible, Hermione no es de fijarse en el físico - dijo.
-¿Qué dices? ¡no le doy prioridad pero vaya que lo aprecio! Además ¿no viste sus músculos? Su cuerpo esta debidamente ejercitado y tonificado ¡es un papucho, su cuerpo parece tallado por los mismos ángeles! - dije Lee Jordan soltó una carcajada, al instante ambos gemelos bufaron y se fueron del GC.
-¿y eso? - dijo Lee Jordan muy confundido dejando de reír.
-Tal vez esta vez me pasé - dije dudando.
-Puede ser... - dijo y me hizo una señal de que iría a buscarlos, yo asentí, no creo que fuera momento de que yo lo hiciera, dado que estaban molestos por lo que dije.
(...)
Poco después me encaminé a mi siguiente clase, herbología, donde sacamos pus de los bubotubérculos, cuando terminamos, solo estaba pensando en el hecho de que íbamos a criar en los próximos meses a un experimento de cruza hecho por Hagrid que era peligroso y según la descripción, desagradable, todo para fin del torneo de los tres magos, no me tranquilizaba el hecho de que los chicos se podían encontrar con ella en el laberinto.
El insistente repicar de la campana resonó en los húmedos terrenos del colegio, señalando que la clase había finalizado, por lo que nos dirigimos hacia la pequeña cabaña de madera de Hagrid, que se alzaba en el borde del bosque prohibido. Pero antes de llegar esperé, si era cierto que los chicos, querían llevarse bien conmigo era momento de hablar, pero sorprendentemente para mí, los chicos llegaron mucho más rápido de lo esperado.
Una parte de mí tenía miedo de encariñarme con ellos y que solo fuera utilizada, pero quería confiar, confiar en que realmente podía cambiarlos, que todo iría para mejor con ellos a mi lado, apoyándome, aunque también existía esa posibilidad, de que todos los secretos que tengo arruinen mi amistad con ellos justo como pasó con Harry y con Tom, no estaba lista para lastimarlos a ellos también, de ser abandonada después de encariñarme.
-¡Hermione! - dijo Theo en mi dirección.
-¿nos esperaste? - dijo Draco con incredulidad y al instante Blaise lo golpeo en la cabeza, recibiendo una mala mirada de su parte.
-Lo que él quiso decir es "gracias por esperarnos Granger" - dijo Blaise y yo asentí.
-Gracias por la traducción - dije y Draco se mostró ofendido. - necesito hablar con ustedes antes que nada. - dije y me miraron sin comprender.
-¿Qué pasa Granger? - Habló Pansy detrás de los chicos, cosa que los hizo saltar de la sorpresa.
-Bueno, la verdad es que si quiero ser su amiga... - dije y ellos asintieron, al parecer Draco se guardó su comentario. - pero no quiero causarles problemas, y no es por nada, pero tengo claro que a sus padres no les hará gracia que se junten con una...
-No va a pasar - dijo Theo al instante y ellos asintieron.
-A mi madre no le interesa - dijo Blaise - después de unos asuntos familiares lo único que le importa es que cree una buena imagen para la familia.
-Tiene razón - dijo Pansy - al final de cuentas, eres la mejor alumna, no necesitamos dar razones, ellos sacaran sus conclusiones.
-No te preocupes a estas alturas por esas estupideces - dijo Draco recibiendo la mirada de todos - ¿qué?
-Lo que quiere decir... - empezó Blaise pero lo interrumpí.
-Que esta bien con que sea su amiga, y que no me preocupe por lo que llegue a oídos de sus padres - dije y Blaise asintió.
-Parece que ya vas entendiendo a Malfoy, eso si es un avance - dijo Blaise con gracia.
-Aprendo rápido - dije con gracia y reímos todos menos Malfoy. - solo una cosa más - dije llamando su atención - tengo muchas cosas que quiero ir hablando con ustedes, pero por ahora solo no quiero que sean duros con Hagrid - dije y todas las miradas se centraron en Malfoy.
-¿Qué? no es mi culpa ser sincero y decir lo que pienso - dijo a la defensiva.
-Mas bien hablas sin pensar - dijimos Theo y yo al mismo tiempo, por lo que nos volvimos a ver y nos sonrojamos.
-Bien, ya entendí, no ser grosero con el "semigigante" ese - dijo y asentí mientras se nos unieron Crabbe y Goyle, quienes no dijeron nada, pero parecían incómodos mientras nos encaminabamos a la cabaña de Hagrid.
(...)
Hagrid nos estaba esperando de pie, fuera de la cabaña, con una mano puesta en el collar de Fang, la mayoría ya había llegado. En el suelo, a nuestros pies, había varias cajas de madera abiertas, y Fang gimoteaba y tiraba del collar, ansioso por investigar el contenido. Al acercarnos, un traqueteo llegó a nuestros oídos, acompañado de lo que parecían pequeños estallidos.
Cuando nos acercamos los pudimos ver de cerca, parecían langostas deformes de unos quince centímetros de largo, sin caparazón, pálidas y de aspecto viscoso, con patitas que les salían de sitios muy raros y sin cabeza visible. Se movían unos encima de otros y chocaban a ciegas contra las paredes ¿esas cosas tenían ojos o veían como Toph y los tejones topo por medio de vibraciones?
Eso sí, pude captar un intenso olor a pescado podrido. De vez en cuando saltaban chispas de la cola de un escreguto que, haciendo un suave «¡fut!», salía despedido a un palmo de distancia. Entiendo el experimento de Hagrid, pero realmente no se veía que fueran amigables.
-Recién nacidos - dijo con orgullo Hagrid - para que puedan criarlos ustedes mismos mismos. ¡He pensado que puede ser un pequeño proyecto!
-¿Y por qué tenemos que criarlos? - preguntó Draco y lo vi mal.
Él solo se encogió de hombros como si no hubiera hecho nada malo. Hagrid se quedó perplejo ante la pregunta.
-Sí, ¿qué hacen? - insistió Malfoy - ¿Para qué sirven?
Hagrid abrió la boca, según parecía haciendo un considerable esfuerzo para pensar. Hubo una pausa durante unos segundos.
-Ese es parte del encanto, esta es una especie nueva, según me contó, él aprender de ellos es lo principal, ya que es una creación importante - dije y me miró sin creerme del todo.
-Hoy sólo tienen que darles de comer. Pero tendrán que probar con diferentes cosas. Nunca he tenido escregutos, y no estoy seguro de qué les gusta. He traído huevos de hormiga, hígado de rana y trozos de culebra. Probaran con un poco de cada uno.
-Primero pus y ahora esto - murmuró Seamus.
Cuando por fin nos separamos, me separé de ellos y tomé a un escreguto de la parte superior y de la cola para desviar sus explosiones, Theo me miró fijamente y repitió mi acción, Draco y los demás no quisieron acercarse, dado que les daba asco. Los demás no se quedaban atrás, ellos principalmente intentaban solo aventando la comida en su dirección.
-¿Cómo demonios piensas alimentar esas cosas si ni siquiera parecen tener una boca? - dijo Draco de repente mientras terminaba de analizarlos.
-No lo sé, por eso antes de lanzar comida a lo bruto tengo que analizarlo, el macho tiene un aguijón - señalé con la mirada al que tenía Theo - mientras que las hembras tienen ventosas. Tengo una teoría de como alimentar a las hembras, pero a los machos va a ser algo más complicado. - dije pensativa mientras fruncía en ceño.
-Eso si lo quiero ver - dijo Draco sin dar crédito a lo que decía. - ¿por qué quieren que criemos a esas cosas?
-No tengo tiempo para explicarte Malfoy, probablemente lo entenderán después, o se los terminaré diciendo, pero ahora tengo que pensar en mantenerlos vivos.
-No parece que nuestro profesor sepa como alimentarlos, así que creo que esta vez no podrás lograrlo - dijo Pansy viendo con asco como sostenía al escreguto.
-Bueno - dije mientras dejaba al escreguto en una caja junto al de Theo, que me miró extrañado.
-¿A dónde vas? - dijeron a coro.
-A buscar una presa aceptable para mi escreguto, por supuesto - dije con simpleza y estaban por seguirme. - será mejor que vaya sola, Theo, tu puedes anotar lo que acabamos de analizar de los escregutos - dije y él asintió no muy convencido - que te ayuden los demás, si no ayudan tocándolos deberán hacer un reporte aceptable - dije y Draco bufó arrebatando el pergamino a Theo, para sorpresa de los demás, a lo que todos tomaron pergamino y pluma para comenzar con sus reportes detallados.
Me encaminé hacia la entrada del bosque prohibido, donde abrí un portal y vi no muy lejos de él justo lo que estaba esperando, un jabalí, pero al momento en el que me distinguió, corrió en mi dirección, vaya, Google mentiroso, si parecen agresivos ¿o es porque es de montaña? Al salir de mis pensamientos me hice a un lado y lancé un petrificus totalus.
Cuando cayó al suelo me acerqué cerrando el portal, eso había sido demasiado fácil, al parecer el conseguirlo era lo de menos, lo importante era verificar si mi teoría era cierta, por lo que tenía que llevarlo. Lo levité rápidamente y lo llevé sin demora hacia donde estaban los chicos, que al verme casi se les salen los ojos de su lugar.
-¿A dónde fuiste para conseguir eso? - dijo Draco y solo me encogí de hombros.
-Solo lo pedí - dije mientras lo colocaba a un lado de la caja con los escregutos.
Hagrid parecía muy entretenido con los demás, por lo que no nos prestaba atención a lo que hacíamos. Levité al los escregutos y los chicos se alejaron, a lo que apunté directo a la caja para hacerla lo suficientemente grande para el jabalí, colocando al jabalí y encima de este al escreguto.
Los escregutos tardaron un poco en reconocer a su presa, pero al instante la hembra se aferró a el por medio de sus ventosas, mientras que el macho lo hacía por medio de su aguijón, los chicos me miraron con impresión.
-Bien, teoría comprobada, el macho es como Cell y la hembra si succiona sangre por esas ventosas - dije y luego los miré - ¿por qué no están tomando nota? - dije y al instante Crabbe y Goyle lo hicieron, parecían muy nerviosos.
-¿Cómo lo supiste? - dijo Draco mientras Blaise, Pansy y Theo nos miraban.
-Como dije, solo tenía que analizarlos, una revisión física puede resultar adecuada, pero tenemos que variar el tipo de sangre que les damos. - dije pensativa. - anoten eso también - dije con voz mandona a Crabbe y Goyle mientras ellos asentían y lo anotaban rápidamente.
Draco alzó una ceja con incredulidad mientras los demás parecían divertidos con la situación. Al parecer me podría acostumbrar a esto.
El resto de la clase solo observamos como el jabalí perdía volumen y los demás parecían tener problemas al alimentarlos, Neville y Lavender recibieron un poco de mi ayuda, cuando vi que mis escregutos estaban satisfechos, por lo que alimenté a los de lavender y Neville, tal vez la próxima clase vaya a agregar más escregutos por Pansy, Draco y Los demás. Este año sería problemático.
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Gracias por leer, espero que lo hayan disfrutado, estoy experimentando con esta convinación para ver como será de ahora en adelante.
Ya quiero leer sus comentarios 🤗 así que...
Nos leemos pronto 💜💜💜💜💜
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