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Capítulo 27: ¿Descubierta?

POV Jade/Hermione
Ahora que el equipo de quidditch de Gryffindor entrenaba conmigo arduamente, los chicos estaban felices, Oliver por otro lado seguía nervioso, y es que este sería su último año, eso me ponía un poco triste, pero sabía que se volvería un gran jugador de quidditch en el futuro, aunque cuando lo mencionaba se sonrojaba.

Ron, sin dejar paso a una tregua entre nosotros, traía consigo a Scabbers/Peter la anguila, pero no aguanté, así que, un día en la sala común, mientras sostenía a Crookshanks en mis brazos evitando que se lanzara a la rata traidora, hasta que Ron insultó a mi gato diciéndole que era una criatura tonta, y que no lo estaba educando como se debía.

Eso colmó mi paciencia, Harry se estremeció ante mi mirada ensombrecida, mientras esta se dirigió a la rata, para sonreír con malicia y ver con complicidad a Crookshanks.

— Hermione… — dijo Harry inseguro.

— Que comiencen los juegos del hambre, y que la suerte esté siempre de su lado — dije lo último mirando con burla a Peter, mientras solté a Crookshanks dándole luz verde a la cacería de traidores.

— ¡¿Qué demonios?! — gritó Ron exaltado — ¡Detén a tu maldita bestia! — yo simplemente lo miré inexpresivo mientras los chicos comenzaban a corretear Crookshanks sin lograr detenerlo.

— Hermione… — intentó abogar Harry al ver que Ron estaba por caer en la histeria. — no crees que te estas excediendo un poco… — voltee a mirarlo seria.

— No lo hubiera hecho si lo hubieses detenido, además, esa rata no va a morir tan fácil, los cobardes tienden a vivir más — dije mirando seria a Scabbers, que me vio por un instante — aunque de forma miserable.

— Hermione, Scabbers no te hizo nada — intentó razonar Ginny — pareciera que la odias — dijo extrañada.

— Le causa problemas innecesarios a Crookshanks, además, confío en los instintos de mi gato — dije lo último más para mí que para ellos. Pero me miraron esperando una explicación, a lo que mejor decidir cambiar de tema — Crookshanks no se lo va a comer (probablemente) solo está jugando con él… ya sabes, el placer de dejar a tu presa marinarse en su propio miedo… — dije tranquila, pero me miraron alarmados — bueno, pero además, es lo suficientemente inteligente como para saber que eso le causaría una fuerte indigestión — ante eso Ron, que estaba intentando atrapar a mi gato junto con los gemelos, persiguiéndolo por toda la sala común, volteo a verme mal.

— Si no lo detienes tú lo haré yo — dijo sacando la varita.

— Ronald, guarda eso, o el intentar hechizar a mi gato será lo último que hagas — dije molesta, vi cómo se estremeció, pero no guardó la varita.

— Ron, no lo hagas — dijo Ginny preocupada, Harry parecía no saber que hacer.

— No te atrevas — dije en advertencia, mientras los gemelos intentaban atrapar a Crookshanks con más prisa, supongo que para evitar el confrontamiento.

Justo cuando lanzó el primer hechizo, yo lo detuve con uno no verbal, a lo que Ron movió su varita con nerviosismo. Pero antes de que pudiera hacer otro hechizo lo desarme y Crookshanks corrió a mi lado, fue entonces que fue alzado en brazos por Oliver, que había aparecido justo detrás de mí, Crookshanks parecía más calmado, así que sonreí. La rata había salido por donde había entrado Oliver, pero no me molestaba, ya tendría su merecido.

(…)

Al día siguiente, Ron no quería hablarme, incluso mandó a Harry por su varita, sabía que había herido su orgullo, pero todo se disiparía cuando la rata revelara su verdadera forma. Le había mandado su varita con Lacie, después de todo, ya lo había previsto, le dije a Harry que no tenía por qué hacer ese tipo de favores, no era una lechuza.

Mis días los pasaba entrenando con Oliver, pero cuando no podíamos, lo pasaba en la biblioteca con Theo, encerrada en mi maleta con mis mascotas y los chicos, o bien leyendo libros y escribiendo al lado de Tom, Ron perdía la concentración en las clases, como era de esperarse, terminando por hacer desastres y echarme la culpa a mí, cosa que no tenía sentido a oído de los profesores.

Cuando llegó la noticia de la muerte del conejo de Lavender, la consolé y le compré un nuevo conejo. Le contaba a Tom mi día a día, exentando algunos detalles, como lo eran los encuentros con Theo, pero, aun así, se mostraba enfadado cuando mencionaba a Oliver y los gemelos; las veces que me desvelaba, él me acompañaba, excepto en las ocasiones donde evidentemente, estudiaba nuevos hechizos pociones y conceptos de la sección prohibida.

Creo que mi humor negro se debía al exceso de convivencia con él, pero Tom aseguraba que ese ya lo tenía de antemano, lo único que había hecho, es sacar mi potencial, tenía sentido para mí, pero mi humor fastidiaba demasiado a Ronald, ya encontraría una solución.

Fue hora de ir a Hogsmeade, Ron todavía seguía sin hablarme, mientras que Harry no tenía la autorización firmada, por lo que “decidí” no ir, pero ante mi decisión, los gemelos me invitaron a ir con ellos, diciendo que seguramente encontraría inspiración con ellos para nuevos productos, ya que ellos me contaron de sus planes de los productos salta clases, asegurando que querían mi opinión.

Parece ser que ellos no me dejarían en paz hasta aceptar, así que así lo hice, no sabía lo que me esperaba, pero ellos se traían algo entre manos, aunque creo que eso era de siempre, aunque me preguntaba qué haría con estos chicos bromistas pero muy inteligentes, no soy tonta, era perceptiva, y era claro que se daban cuenta de algunas cosas, lo que pasa es que no sabía sus alcances.

(…)

El día tan esperado llegó, fui con los chicos y todo parecía ir bien, fuimos a Honeydukes por dulces, visitamos la casa de los gritos y fuimos a la tienda de bromas, donde pasamos gran parte del día, los chicos se habían comportado bien, íbamos con Lee Jordan, pero cuando decidieron llevarme a la librería y Lee Jordan sonrió con complicidad, seguido de despedirse de mi como si no lo hubiera hecho, fue cuando no supe que hacer.

Elegí unos libros y tras pagarlos, me llevaron a un lugar lejos de los demás para platicar, no sabía si en el mapa se podía distinguir el nombre de Tom, lo cual me causaba miedo, pero no tenía de otra, solo confiar que respetaban esa privacidad del dormitorio de las chicas, nos sentamos sobre un tronco, todavía faltaba un poco para ir en busca de los carruajes.

— Hermione… hay algunas cosas que queremos hablar contigo… — comenzó George.

— La otra noche, vimos algo que nos dejó intrigados, lejos de tus habilidades para batirte a duelo, tu inteligencia y carisma superiores — dijo Fred haciéndome reír y recibiendo un golpe de George — es imposible aparecer en Hogwarts. — ante eso abrí los ojos con sorpresa sin evitar tensarme, George asintió.

— No sabíamos como abordar el tema contigo — continuó George — eres muy importante para nosotros, y no queríamos incomodarte, juro que tratamos de darte tu espacio — continuó — pero entonces tu comportamiento y miradas incomodas o de odio hacia Scabbers nos llamó la atención…

— No es normal que tu odies a alguien, eres demasiado comprensiva como para hacerlo… — dijo Fred interrumpiendo a George — por lo que no queríamos quedarnos callados, tus palabras escondían algo, como si hubiera un trasfondo detrás de tus palabras.

— Queremos saber qué nos escondes… que confíes en nosotros… — dijo George ante mi shock.

— No tienes que decir todo… tal vez podemos comenzar con unas pequeñas cosas — dijo Fred intentando relajarme.

— Yo… realmente no sé qué contarles… — dije volviendo en mí y desviando la mirada ¿debería hacerlo? Ya había cambiado muchas cosas hasta ahora, pero quería seguir el ritmo de la saga por lo menos hasta el libro dos.

— Lo siento… también es nuestra culpa — dijo George asintiendo comprensivamente — tranquila, supongo que no debíamos meter nuestras narices de más, es algo personal tuyo…

— No se trata de que no quisiera decirles — dije sincera, realmente me caían muy bien y no quería que estos secretos arruinaran todo — es que realmente no sabía… a quién… cuándo… incluso cómo… — dije agachando la cabeza. Ante eso, ellos se dieron cuenta de que se trataba de algo delicado.

— Sabes que puedes contar siempre con nosotros… Hermione, nunca te juzgaríamos. — dijo Fred y George asintió. Asentí igualmente, tal vez no me juzgarían, pero sabía mucho, lo suficiente como para que me aterre decirles, sentía que, si comenzaba a hablar, necesitaría utilizar todo mi autocontrol para que la culpa no me hiciera sacarlo todo.

— Chicos… — dije insegura — realmente no sé qué es lo correcto, pero, por lo menos quiero contarles un poco de mi… — dije y voltearon sorprendidos.

— ¿vas a contarnos? — dijo George con cierta sorpresa, parecía que había estado dispuesto a esperar a que estuviera lista.

— Confío en ustedes… pero no podré contarles mucho, chicos, hay muchas cosas que por ahora es mejor mantenerlas en secreto, no quiero que me odien por no contarles todo… — dije sincera y ellos asintieron.

— Entonces… — empezó Fred.

— Aquí no — dije y caminé a paso seguro camino de regreso, ellos solo se encogieron de hombros y me siguieron.

(…)

Una vez nos encontramos en Hogwarts, fue momento de caminar rumbo al séptimo piso, parecían extrañados, mas no dijeron nada, sabía que en poco tiempo sería la huida de la señora gorda, no podía dejar de pensar que esto no se compararía a nada de lo que nos esperaría a partir del cuarto libro, comparado con todo eso, la guerra que se avecinaba parecía muy lejana, y el no poder advertir a nadie era un duro cargo de conciencia que me comprometí a tomar por el bien de todos.

— ¿por qué nos trajiste al séptimo piso? — dijo George — aquí cualquiera puede llegar y oírnos — dijo dando a entender que no era la mejor idea. Pero pronto se vio interrumpido por la imagen de una gran puerta apareciendo frente a nosotros. — o bien podríamos entrar a un lugar que aparece y desaparece para veneficio de la discreción — dijo contestando su comentario inicial.

— Vamos, hay algunas cosas de las cuales hablar — dije segura y ellos asintieron entrando detrás de mí. Una vez dentro, era una sala de estar con sillones cómodos en los que nos sentamos.

— Hermione, solo queremos que quede claro que lo que nos digas no va a salir de este cuarto, no pienso decir nada — dijo Fred.

— No pensamos decir nada — aclaró George.

— Chicos, los portales lo aprendí al recordar mis vidas pasadas — dije sonriendo con nostalgia.

— ¿Vidas pasadas? — dijeron ambos consternados.

— Eso es lo que les pienso contar por ahora… es lo que recordé, por eso logré perfeccionarme en esas técnicas, gracias a esos conocimientos… — dije segura y ante eso, sonrieron, no parecía que desconfiaran de mi respuesta, confiaban en mí.

— Entonces… ¿Cómo te llamabas en tu vida pasada? — me tensé.

— Ja, ja, ja… sobre eso… — ante eso me miraron con más interés — bueno… me llamaba Jade Baker… — sonreí con inocencia y ellos quedaron en shock — chicos… — pasé mi mano frente a sus caras para hacerlos reaccionar.

— ¡Jade Baker! — exclamaron ambos.

— ¡tú nos compraste las escobas! — dijo George.

— ¡también ayudaste a nuestros padres con los gastos del año pasado! — exclamó Fred entre sorprendido y emocionado — Hermione, mi madre te ama, literalmente, la ayudaste a superar su trauma con Lockhart y ahora tiene toda tu colección de libros — dijo feliz.

— Incluso nuestro padre ha estado recomendando tus historias en el trabajo, es algo sorprendente — dijo George. Estaban por seguir, pero les tapé la boca sonrojada.

— No sigan, por favor — dije avergonzada. Los sentí sonreír; tomaron mis manos con cuidado, para alejarlas con delicadeza de sus respectivas bocas.

— No tienes que avergonzarte, es algo genial que seas así de reconocida, me alegra que confiaras en nosotros… — dijo Fred.

— Pero sigo sin entender ese tipo de magia que usas, el aparecer y desaparecer, tus técnicas en duelo que son originales y alucinantes a la vez — dijo George mientras adoptaba una pose pensativa.

— Bueno… la magia que utilizo es más bien como atraer poder de otro lado, dejarlo fluir y… — dije haciendo un portal — solo aparece…

— Genial — dijeron los dos al mismo tiempo.

(…)

Después de un rato de estar platicando llegó la hora de la cena, yo no podía creer que realmente fui descubierta, pero al final no fue tan malo, ellos tenían el mapa, en cualquier momento pudo haber pasado, debía tener más precauciones, pues ahora ese mapa caería en manos de Harry, y no era el momento para que él se pusiera en modo detective desconfiado.

Lo positivo es que sabía que él confiaba más en mí, pero dependiendo de cómo tomara las riendas de la situación este año con respecto a su padrino marcarían nuestra relación, realmente los veía como mis hermanos, la confianza, algo que yo valoro más que nada, tiende de un hilo por los secretos que cargo, no dudo que los chicos sean impulsivos y me griten y se desquiten conmigo por todo lo que les oculto…

Por ahora lo correcto será que intenté suprimir mis miradas de odio hacia Pettigrew, porque solo seré más evidente, tendré que hacer algo por Sirius, es seguro que está cerca, por no decir que también es probable que ya esté en los terrenos del colegio, tal vez algo de comida, no lo sé, ya lo pensaría mejor.

(…)

Ya había pasado nuestra segunda visita a Hogsmeade, realmente deseaba que Harry fuera a Hogsmeade, pero necesitaba el mapa del merodeador y ese tenía que ser entregado por los gemelos, me quede en Hogwarts por cualquier cosa, después de todo, quería explorarlo con Harry.

Estaba en la mi cuarto, más específicamente en mi maleta de libros, escribiendo como si no hubiera un mañana, algo era seguro, los chicos no podían distinguir el nombre de Tom mientras él estuviera en la maleta, él era el otro de mis problemas, recientemente me di cuenta de que realmente este Tom me agrada demasiado, al ocultarle muchas cosas la culpa me asecha sin dar tregua…

No sabía cómo reaccionaría, después de todo, sigue siendo una parte de Voldemort, pero ahora con sentimientos, me agrada su humor algo negro y sarcástico, tengo miedo del cómo reaccionará al saber la verdad, pues cuando llegue el momento de ir por los Horrocrux, definitivamente se enterará, no puedo evitar pensar que le tendré que decir mucho antes, no lo puedo mantener encerrado en una jaula de oro sin que nada le pase o lo lastime, tarde o temprano se enfrentaría a la dura verdad.

Solo me pregunto… llegado el momento ¿a quién elegirá?

(…)

No bajé a cenar, pues quería presenciar al ingenioso Sirius y su poca paciencia con la señora gorda, además de que Ron todavía estaba algo enojado conmigo, Harry no sabía qué pensar de mí, sabía que me estimaba, pero también estaba al tanto de que, a su criterio, estuvo mal que le hiciera eso a la mascota de Ron.

Fue entonces que lo vi aparecer, realmente parecía estar siempre alerta, miraba para todos lados mientras se acercó a una alarmada señora gorda, que parecía que lo reconoció, le exigió el paso, pero ella se lo negó, a lo que, perdiendo la paciencia, rasgó el cuadro de la señora gorda, quien salió huyendo de ahí.

— ¿Sabes? No era necesario que hicieras eso, hubiera sido más fácil pedirle a Crookshanks las contraseñas — dije y él se giró en mi dirección alarmado — tranquilo, no voy a decir nada — dije y sonreí — toma, no tenía mucha hambre después de todo — dije dándole una canasta que tomé de ante mano de las cocinas. Me miró con desconfianza — sé que no estás aquí por Harry, sino por una rata escurridiza — aclaré y me miró con sorpresa.

— ¿C-cómo? — antes de que pudiera contestar, escuchamos que alguien se aproximaba, corrí a Sirius y abrí un portal detrás de él que nos llevaba al séptimo piso, cerrándose al instante el portal detrás de nosotros.

— Antes de hacer preguntas, creo que tendrás que comer — dije sonriendo, si por ahora Sirius no tenía a nadie, me tendría a mí de soporte.

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Gracias por leer ♥️

Pregunta importante

¿A quién quieren que le revele la verdad y por qué?

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