Despertó en una habitación oscura, sintiendo el frío del suelo contra su cara metálica. Lentamente, Grievous se levantó, tratando de recordar los eventos de la noche anterior. Preguntó en voz alta cuánto había bebido, pero no obtuvo respuesta. Un dolor punzante se apoderó de su cabeza, como si un taladro perforara su cráneo cibernético. Parpadeó varias veces, tratando de aclarar su visión y pensamientos.

Al mirar a su alrededor, se dio cuenta de que no estaba solo. Al lado suyo, Jango Fett yacía en el suelo, con su casco tirado a un lado. Con esfuerzo, Grievous se acercó a él y lo movió ligeramente, llamándolo por su nombre.

(???): Jango, despierta. ¿Qué demonios pasó anoche?

Jango abrió los ojos lentamente, parpadeando ante la luz tenue de la habitación.

Jango: ¿Grievous? ¿Dónde estamos?

Antes de que Grievous pudiera responder, una voz femenina se escuchó detrás de ellos.

Twi'lek: Están en mi casa.

Ambos se giraron para ver a una Twi'lek de color morado, que los observaba con una sonrisa amable. Saludó cordialmente, mientras ellos intentaban recordar cómo habían llegado allí.

(???): ¿Quién eres tú?

Twi'lek: Me llamo Lyra. Ustedes me contrataron anoche en las calles de Nar Shaddaa.

Jango, todavía aturdido, frunció el ceño.

Jango: ¿Contratamos? ¿Para qué?

Lyra: Al principio pensé que querían algo más... íntimo. Pero resultó que solo querían divertirse. Después de dos horas, me pidieron que los trajera aquí y cuidara de sus naves.

Jango y (???) intercambiaron miradas, tratando de juntar las piezas de la noche anterior.

(???): Gracias por cuidarnos, Lyra. No recordamos mucho de lo que pasó.

Lyra sonrió y les ofreció un vaso de agua a cada uno.

Lyra: No se preocupen, fue un placer. Además, pagaron generosamente por mis servicios. ¿Desean algo más antes de irse?

Jango y Grievous aceptaron el agua con gratitud. Mientras bebían, Lyra se sirvió una taza de café y se unió a ellos.

Jango: Mi cabeza está a punto de estallar.

(???): Yo también siento dolor, pero no tan intenso.

Lyra: No se preocupen, el dolor pasará pronto. Solo necesitan descansar un poco.

Después de unos minutos más, ambos se sintieron lo suficientemente recuperados como para despedirse. Agradecieron a Lyra por su hospitalidad y se dirigieron a sus naves.

(???): Fue una gran salida, Jango. Aunque creo que nos pasamos con las copas.

Jango: Sí, definitivamente. Pero valió la pena.

Llegaron a sus naves y se despidieron, prometiendo mantenerse en contacto. Jango abordó su nave, el Esclavo I, y despegó, dejando a Grievous observándolo mientras se alejaba. Justo cuando estaba a punto de abordar su propia nave, Lyra apareció nuevamente detrás de él.

Lyra: Grievous, en tu estado de borrachera, me pediste que te consiguiera unos materiales. Los guardé en tu nave.

(???): Gracias, Lyra. Ni siquiera lo recordaba. Eres muy eficiente.

Lyra sonrió, y Grievous la agradeció nuevamente antes de subir a su nave y prepararse para despegar. Al alcanzar la órbita de Nar Shaddaa, su holoproyector se activó, revelando la imagen de Conde Dooku.

Dooku: Grievous, necesito que vayas a Geonosis de inmediato.

Grievous: ¿Geonosis? Entendido. ¿Recuerdas lo que Jango y yo te preguntamos anoche?

Dooku: Apenas lo recuerdo, pero no importa ahora. Necesito que te dirijas a Geonosis sin demora.

Grievous asintió, ajustando las coordenadas de su nave. En cuestión de minutos, estaba en el hiperespacio, con rumbo a Geonosis. Mientras viajaba, trataba de recordar más detalles de la noche anterior. A pesar de la resaca, no podía evitar sonreír al pensar en lo bien que se había divertido con Jango.

El viaje a Geonosis fue relativamente tranquilo, dándole tiempo a Grievous para reflexionar sobre los recientes acontecimientos. La camaradería con Jango, la hospitalidad de Lyra, y ahora, la misión que lo esperaba en Geonosis. La vida de un guerrero estaba llena de sorpresas y desafíos, y él estaba más que dispuesto a enfrentarlos.

Al llegar a Geonosis, Grievous descendió de su nave, preparado para encontrarse con Dooku y recibir nuevas órdenes. Mientras caminaba por el árido paisaje del planeta, recordó la conversación que había tenido con Jango sobre los Jedi y sus peculiaridades. A pesar de todo, se sintió fortalecido por la experiencia compartida y listo para lo que viniera.

Dooku lo estaba esperando en una de las instalaciones subterráneas, rodeado de guardias geonosianos y droides de batalla. La expresión de Dooku era seria, como siempre, pero había un brillo en sus ojos que indicaba que había planes importantes en marcha.

Dooku: Grievous, tu misión en Geonosis es crucial para nuestros planes. Necesitamos que supervises la creación de una nueva línea de droides de combate.

Grievous asintió, aceptando la responsabilidad con determinación.

Grievous: Haré lo que sea necesario para asegurar el éxito de nuestra causa.

Dooku: Confío en tus habilidades, Grievous. No nos falles.

Mientras Grievous comenzaba su trabajo en Geonosis, no podía evitar pensar en lo lejos que había llegado. Desde su vida como un guerrero Kaleesh hasta convertirse en un cyborg y líder de los ejércitos separatistas, cada experiencia lo había moldeado y fortalecido.

Con una última mirada hacia el cielo, donde las estrellas brillaban intensamente, Grievous se sumergió en su tarea, sabiendo que la lucha por el control de la galaxia apenas comenzaba. Y con aliados como Jango Fett a su lado, estaba seguro de que podían enfrentar cualquier desafío que se les presentara.

Mientras tanto con jango fett

Jango Fett, aún sufriendo los efectos de una resaca, pilotaba su nave, el Esclavo I, de regreso a Kamino. Las estrellas se mezclaban con la oscuridad del espacio mientras la nave surcaba el hiperespacio, dejando atrás las luces brillantes y el bullicio de Nar Shaddaa. Sus pensamientos estaban nublados y su cabeza palpitaba con un dolor constante que solo una noche de excesos podía causar. Recordó los momentos vividos con Grievous, y no pudo evitar esbozar una sonrisa a pesar de su malestar.

Horas después, la nave salió del hiperespacio y Kamino apareció ante sus ojos, con su atmósfera gris y sus océanos interminables. Aterrizó suavemente en la plataforma designada, el sonido de la lluvia golpeando contra el casco de la nave le resultaba casi reconfortante. Al bajar del Esclavo I, fue recibido por Kal Skirata, quien lo esperaba con una expresión entre curiosa y preocupada.

Kal Skirata: ¿Cómo te fue, Jango?

Jango, todavía aturdido por la resaca, respondió de manera lacónica.

Jango Fett: Fue bien, Kal.

Kal lo observó detenidamente, notando las ojeras y la palidez en su rostro.

Kal Skirata: ¿Tienes resaca, verdad?

Jango asintió lentamente, sin intentar ocultarlo.

Jango Fett: Sí, no fue una noche tranquila.

Kal asintió comprensivo, con una sonrisa irónica en su rostro.

Kal Skirata: Descansa un rato. No estás en condiciones de entrenar a los clones hoy.

Jango, agradecido por la comprensión, se dirigió hacia su habitación. Las instalaciones de Kamino eran frías y estériles, pero en ese momento, el silencio y la soledad eran justo lo que necesitaba. Al entrar en su cuarto, se dejó caer pesadamente en la cama, sintiendo cómo el cansancio lo arrastraba.

Mientras se acostaba, sus pensamientos se dirigieron a Grievous. A pesar de la intensa noche de bebidas y celebraciones, el cyborg Kaleesh parecía haber manejado la situación con una facilidad envidiable. Jango se preguntó cómo era posible que Grievous no pareciera afectado por los excesos de la noche anterior. ¿Era su fisiología cibernética la que le daba esa ventaja? La curiosidad lo invadió, y no pudo evitar reflexionar sobre las diferencias entre ellos.

El sonido de la lluvia sobre el techo de su habitación y el zumbido distante de las máquinas kaminoanas crearon un ambiente perfecto para sus pensamientos. Se recordó a sí mismo que Grievous no era un simple guerrero; había sido moldeado por experiencias extremas y una determinación férrea. Jango admiraba esa fortaleza, aunque también sentía una pequeña chispa de envidia.

Jango Fett: Cómo diablos hace Grievous para mantenerse tan fresco...

Sus pensamientos vagaron hacia los eventos de la noche anterior. Recordó las risas, las conversaciones sin sentido, y la camaradería que había compartido con el cyborg. A pesar de las diferencias en sus orígenes y objetivos, había algo en Grievous que Jango respetaba profundamente. Tal vez era su capacidad para adaptarse y superar cualquier adversidad, o tal vez era la forma en que manejaba su dualidad de ser mitad máquina y mitad ser vivo.

Jango cerró los ojos, intentando alejar el dolor de cabeza y el malestar general. Necesitaba descansar y recuperar fuerzas. Los clones en Kamino dependían de su entrenamiento y guía, y no podía permitirse el lujo de estar fuera de juego por mucho tiempo. Mientras se sumergía en un sueño ligero, sus pensamientos se volvieron más claros.

Sabía que, al igual que Grievous, él también había sido moldeado por circunstancias extremas. Ambos eran guerreros, ambos habían perdido mucho y habían ganado mucho más a través de sus luchas. Jango se dio cuenta de que, a pesar de sus diferencias, compartían una comprensión común de la vida y la guerra.

Cuando despertara, estaría listo para enfrentar nuevamente sus responsabilidades en Kamino. Pero por ahora, necesitaba este descanso, este momento de reflexión y recuperación. Mientras la lluvia continuaba cayendo y el sonido del océano kaminoano resonaba en la distancia, Jango se permitió un momento de tranquilidad, sabiendo que pronto estaría listo para regresar a su misión.

Y mientras se deslizaba hacia un sueño profundo, una última sonrisa cruzó su rostro al recordar las locuras compartidas con Grievous. Sabía que, sin importar lo que el futuro les deparara, siempre podría contar con esa inesperada camaradería, incluso en los lugares más oscuros y desafiantes de la galaxia.

Un Tiempo largo mas tarde

Habían pasado cuatro meses desde que (???) llegó a Geonosis para cumplir con la tarea asignada por el Conde Dooku. Los primeros dos meses estuvieron llenos de misiones y operaciones para Dooku, pero después de quince días adicionales, (???) decidió que era momento de continuar su propio camino. Así, se dirigió nuevamente a Dagobah para seguir perfeccionando sus habilidades con el sable de luz.

Gracias a la instrucción de Dooku, (???) se había destacado en el uso de la Forma II, también conocida como Makashi, una técnica de combate elegante y precisa.

Había aprendido la Forma III, Soresu, que se centraba en la defensa, y había incorporado la Forma V, Shien/Djem So, conocida por su poder y ofensiva.

Además, gracias a su agilidad natural, había comenzado a experimentar con la Forma IV, Ataru, que requería una gran destreza y movimientos acrobáticos.

Durante su estancia en Dagobah, (???) no solo se entrenó en el uso del sable de luz. Con los recursos obtenidos gracias a su aliada Lyra, amplió su base y creó un refugio robusto utilizando los árboles y materiales del planeta. La base no solo le proporcionaba un escondite seguro, sino también un lugar desde el cual podía planificar sus movimientos futuros.

Después de consolidar su base en Dagobah, (???) decidió regresar a Nar Shaddaa. Con la ayuda de Lyra, compró más objetos y materiales necesarios para sus planes. La relación entre ambos se volvió más cercana, y Lyra se convirtió en una aliada indispensable. Juntos, adquirieron suministros y tecnología que serían esenciales para los próximos pasos de (???).

De vuelta en su base, (???) se dedicó a preparar su taller y a planificar sus estrategias contra Dooku y Sidious. Su objetivo era claro: conseguir aliados antes y durante la próxima guerra entre el movimiento separatista y la República. Sabía que para dar un golpe de estado contra Dooku y, eventualmente, contra Sidious, necesitaría tanto guerreros como políticos que compartieran su visión.

Las bases de su plan eran sólidas. Si lograba el golpe de estado contra Dooku, daría una conferencia para revelar al mundo que Palpatine, bajo el alias de Darth Sidious, había orquestado la guerra. Además, expondría el motivo secreto detrás de la creación de los clones. El paso final sería establecer una alianza con los Jedi para derrotar a Sidious y restaurar la paz en la galaxia.

Con sus planes en marcha, (???) empezó a considerar a posibles aliados. Tenía varios en mente, pero decidió comenzar con el primero que se le ocurrió. Se dirigió a una nave diferente a su caza estelar, una que había comprado ilegalmente y que había llevado a su base en Dagobah con la ayuda de Lyra. Programó los cálculos en el sistema de navegación y dijo en voz alta: "Lotho Minor".

La nave despegó suavemente y, al alcanzar la atmósfera, entró en velocidad de la luz. Mientras viajaba a través del hiperespacio, (???) reflexionaba sobre los últimos meses. Su entrenamiento en Geonosis había sido intenso, pero fructífero. Ahora se sentía más preparado que nunca para enfrentar los desafíos que se avecinaban.

En Dagobah, había encontrado un refugio y un lugar de entrenamiento perfecto. Los recursos de Lyra habían sido invaluables, y su base era ahora un centro de operaciones bien equipado. Su relación con Lyra también había evolucionado, y (???) se alegraba de tener una aliada tan confiable y capaz a su lado.

El viaje a Lotho Minor era solo el comienzo de la siguiente fase de su plan. Sabía que el camino sería difícil, pero también sabía que estaba listo. La galaxia estaba al borde de un cambio monumental, y (???) estaba decidido a jugar un papel crucial en ese cambio.

Mientras la nave continuaba su curso a través del hiperespacio, (???) repasaba mentalmente sus estrategias. Tenía que ser cauteloso, meticuloso y, sobre todo, decidido. La oportunidad de derrocar a Dooku y Sidious no se presentaría fácilmente, pero con los aliados correctos y una ejecución impecable, sabía que podía lograrlo.

Finalmente, la nave salió del hiperespacio, y Lotho Minor apareció ante sus ojos. (???) se preparó para el siguiente paso de su misión, con la firme determinación de cambiar el destino de la galaxia a su favor.

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