8. Cena
El pollo horneado, un guisado de papas y una ensalada mixta eran los platillos que conformaban la mesa en donde Chris empezaría con su farsa.
Eros salió, y lo observó con detalle mientras él ordenaba la mesa para cuatro personas. Cristopher notó la presencia de su acompañante, pero dejó que lo siguiera mirando, le encantaba ver como se ocultaba, como si fuera una criatura diminuta temerosa de esos tentadores ojos.
—¿Planeas quedarte escondido por el resto de la noche cariño? —preguntó en voz alta el moreno mientras terminaba de ordenar las copas.
—Solo...no quería interrumpirte —contestó mostrando un ligero enojo en su rostro al ser sorprendido.
—No me interrumpes para nada, es más si no fuera por la visita de mis padres tú serías mi postre —declaró dando pasos largos hasta llegar a pocos centímetros del rubio.
—Que yo recuerde esto solo es un trato, no es como si tú y yo fueramos pareja —aclaró Eros rompiendo cualquier esperanza del mayor.
El timbre sonó.
Los invitados estaban ansiosos por ver cuál sería el afortunado, en tener a su preciado tesoro como compañero sentimental. Los señores fueron guiados por su único hijo hacía el comedor principal y se toparon con Eros.
Ambos señores se sorprendieron al ver que no era una broma de las que su hijo usualmente les hacía, sino que el chico estaba ahí, frente a ellos y muy educado estrechando su mano para saludarlos.
La señora lo miró maravillada, y comenzó a tocar su rostro para confirmar que no era producto de cosméticos lo que estaba viendo, en cambio por otro lado el padre de Christopher, lo observaba con intriga y antes de tomar asiento en la mesa para cenar, le hizo la siguiente pregunta:
—¿Oye chico sabes algo de la subida en las acciones de la compañía Jhonson Cry?
El señor Harlem sonrió triunfante al ver al pequeño pensativo al respecto de la incógnita que le había planteado, y hasta sus pensamientos eran negativos hacia el pequeño.
—Pues fíjese señor, las acciones en Jhonson Cry han subido y los precios de ellas están mas altos desde principios de año, creo que pronto dicha compañía se hará con la competencia a pesar de que sus años en el mercado son muy pocos. Por otro lado, si resulta mal administrada, puede ser que resulte un proyecto antiguo algo...obsoleto en el mundo de los negocios y sea reemplazado por otra compañía.
Esta vez fue Christopher quien sonrió, y quedó boquiabierto con aquella opinión.
«Parece que sabes más de lo que aparentas Eros» —pensó él mirando a su presa complacido.
Los comensales dieron inicio a la degustación, quedaron satisfechos, e incluso la señora Marisol preguntaba por los ingredientes utilizados para producir ese fascinante sabor y color en la comida. Minutos después de haber de terminado, Christopher se encargó de llevar los platos, mientras que los demás se dirigieron a la sala.
—¿Dime pequeño pastelito cuál es tu nombre? —interrogó la señora Nolan curiosa.
—Me llamo Eros Alexander Fernández —respondió.
—Y Dime muchacho —interrumpió Harlem a su mujer —¿Estudias o trabajas?
—Pues soy un egresado con honores en administración empresarial, economía y relaciones internacionales —contestó orgulloso.
El padre de Chris salió de la sala de estar y fue a la cocina para hablar con su hijo.
Lo felicitó enunciando las siguientes frases:
«No tiene una vagina, pero tiene un buen cerebro, por lo menos sabes escoger pareja menso mujeriego».
Fueron palabras con las cuales expresó su aprobación el padre sobre la supuesta relación que su hijo estaba teniendo. Padre e hijo regresaron de buen humor, algo raro en ellos, ya que lo único bueno que hacía su hijo era firmar contratos y ser la imagen del negocio familiar, gracias a que su incompetencia en la administración y la dirección aún estaban a un nivel muy deprimente, y Harlem aún estaba en la compañía.
Las pocas horas que duraron fueron agradables, y nada discriminatorias, ya que los dos ancianos lucian muy a gusto con la adquisición nueva de su hijo, así como también Eros que esa noche sintió una sensación de calidez que daba por muerta. Al terminar la velada, ya Alexander no era tan amable y cariñoso con Christopher, su pequeño primer acto había finalizado con excelentes resultados, ahora lo peor estaba por venir.
El pequeño se dedicó a lavar los platos sucios que se habían utilizado solo hace solo un par de horas atrás, y continuó ignorando las insinuaciones que el constantemente mayor hacía.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro