Si un Kemonohito pasa sus años más fértiles sin pareja hasta finalmente acabar con este período sin haberla encontrado, tienen tendencia a caer en depresión puesto que al ser una especie con lazos de amor muy espirituales, el no encontrar con quien compartir su vida les provoca un sentimiento de vacío incapaz de llenarse.

La soledad puede incluso empujarlos al suicidio.

Pueden llegar a morir de tristeza si su pareja muere, pero no sucederá sino hasta varios años después del fallecimiento de su amor, puesto que ellos se enamoran solo una vez en toda su vida.

En otras noticias, una sorpresa triste.

El día en el que Katakuri volvió, Butsu realmente estaba pensando en suicidarse, pero igualmente no lo hubiera logrado, ya que aún no cumplía su propósito con la tierra.

Acompañado del sentimiento de soledad, la carga física y psicológica de ser constantemente una figura fuerte, a la que todo le sale bien, es la más razonable por tener una mente brillante y su gran aura de luz y confianza, aparentando frente a Ginger y toda su gente que todo estaba bien, queriendo que no creyera que faltaba a la promesa de su padre.

Cada noche colapsaba sin parar de llorar, sintiéndose miserable hasta tener que volver a guardarse cada sentimiento negativo que tenía.

Y quería darse un buen último día antes de hacerlo, aunque igualmente habría fracasado sin saber porqué no moría, afortunadamente, Katakuri indirectamente le ayudó en su proceso de sanación personal, siendo algo que hizo completamente a espaldas de los demás, siendo Pudding la única con la que habló un mínimo de sus problemas.

Cuando Oven la detiene en el capítulo de "Frustración" él se daba cuenta de que algo le pasaba, claro que bajo promesa de ella, se quedó callado.