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¡¿Secuestrado?!

Vestido diario:

Bueno, a este pequeño arco le queda poco, 1 - 2 capítulos le calculo yo.

(Entonces más que arco parece miseria).

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Muy bien ¿Cómo podría describir el progreso de ese día en una sola palabra? Ah sí, desastroso, al irse a la cama el insomnio lo atacó por un buen par de horas, cuando por fin pudo conciliar el sueño, despertó con un terrible dolor de cuello y espalda, el desayuno le causó malestar y aquello fué un constante mal humor, ah y claro, creyó que escaparía de Butsu, pero los sentidos de esa mujer eran agudos cuando más quería, prácticamente lo había estado cazando desde que huyó del desayuno, aunque lo único bueno que pudo sacar de ello fué el extraño remedio que le dió, primero le dió unas galletas tan secas que sentía estar comiendo polvo, y para complementar le dió una especie de bebida con gas, no parecía algo conocido, y era multicolor, aunque prefirió no preguntar y simplemente se lo bebió, no supo qué era, pero casi inmediatamente se sintió mejor, lo único que le quedaba encima era el dolor de espalda, aunque una sesión de quiropráctico cortesía de su cuñada le regresó algo de la comodidad que no había tenido, cosa que le permitió salir a pasear con ella y su hermano sin tantos problemas, como Katakuri había querido darse el día, a su mujer se le había ocurrido la maravillosa idea de tener algo así como una cita, un poco de tiempo para sí mismos, después de todo, Katakuri muchas veces estaba ocupado; claro que ahora lo único que no lo calificaba como una cita era la presencia del hermano mayor, ya que por lo general uno no llevaría a su hermano como compañía, pero no quedaba más que aceptarlo, conocía la insistencia de su esposa y esta simplemente no le haría caso a nada.

Estaban de paseo por la Isla Biscuits, más que nada por el gusto de la mujer por ese lugar, porque por muy buena que fuese con los donuts, tenía un indiscutible gusto por las galletas, más directamente, los macarons eran su debilidad, al menos si de dulces de trataba, a la hora de comer salado nada la podía más que un filete asado al carbón o las hamburguesas con queso y tocino, inclusive amaba el picante, no le temía a la comida en lo más mínimo, siempre se concentraba en disfrutar hasta el último bocado. Pero regresando al tema principal, sí, daban su paseo por la Isla Biscuits, la idea era andar por el bosque ¿La razón? Según Cracker había un claro encantador, el cual sería sin duda alguna el lugar ideal para que la pareja de casados tuviera su cita.

- Ah, el día está encantador -La voz de la morena le llamó la atención al hermano mayor- Solo espero que no haya problemas -Un par de saltos y un elegante aterrizaje en la punta de su zapato, tanta alegría no contrastaba con él.

- Probablemente sí te agrade el lugar que dijo Cracker... -Respondió Katakuri mientras caminaba un par de pasos detrás suya- Ya estamos cerca.

Al llegar confirmaron que efectivamente era un sitio encantador, afortunadamente tenía algunos árboles y flores sin rostro rodeándolo, el agua era tranquila, perfecto para su día. La morena se apresuró en acomodar las cosas que traía, había puesto un mantel en el suelo, haciéndole peso con la cesta, dándole lugar a ambos hombres para sentarse, se acomodó primero, haciéndoles señas, Katakuri no se hizo de rogar, y simplemente se sentó al igual que su hermano, la mujer permaneció con las rodillas cercanas al pecho, dándoles ligeros golpecitos con los dedos, bien tenía que pensar en algo ¿Qué hacía cuando estaba triste por alguien? Bueno... No eso no... Cuando estaba triste solo se encerraba a ahogar sus penas en soledad, y eso no era una opción en ese momento.

Y afortunadamente, mientras estaba distraída pensando en las mil y un formas existentes en las que podría subirle el ánimo a su cuñado, su esposo se había adelantado, yéndose a dar una vuelta junto con el mayor, eso sería más entretenido a esperar que al cerebro de Butsu dejara de analizar en todas las posibilidades. Se alejaron un poco, no demasiado, dándose un necesario "tiempo de hermanos" para conversar un poco, esa si que podría ser una idea no muy elaborada pero si bastante efectiva, así como la mujer la había usado antes, el más alto la usaba ahora.

- ¿Y porqué no la llamas? Seguro que la alegraría escucharte.

- Katakuri... Es divertido que lo diga, no le he temido a prácticamente nada desde niño... Pero me aterra la idea de hablarle a una mujer.

- Entonces puedes verlo como una buena señal -Respondió mientras se cruzaba de brazos, apoyándose en un árbol- Tienes angustia de perderla, pero creo que la perderás realmente sino cuidas de lo que surgió entre ustedes.

- ¿Y que hay de ella, no debería cuidar de lo... "Nuestro" también? -Inquirió haciendo énfasis en las comillas con sus manos.

- Por supuesto que sí, y por eso a de estar igual que tú... Debe estar preocupada.

De esa forma finalizaron su conversación, regresando con la morena quien al parecer no se había percatado de su ausencia, y se suponía que tenía sentidos agudos, bueno cualquiera se perdía en sus pensamientos y se olvidaba de todo, no se le podía hacer nada. Pasaron el resto de la tarde juntos, entre ligeras conversaciones, risas y un par de postres y demás cosas preparadas por la mujer bestia, quien por cierto, finalmente había encontrado la solución, simplemente esperaría a la hora correcta, y eso sería justo antes de que Perospero se fuera, le daría lo que según ella, era no solo una sorpresa, sino también un "pequeño empujón" para que pudiera empezar a sentirse mejor, aunque ese pequeño empujón ya se lo habían dado ella y Katakuri, pero le dejaría ser feliz con esa idea.

Tocó la puesta de sol, recogieron sus pertenencias y tomaron el camino por el Mirror World, gracias al pasaje abierto que les había dejado Brulee; al momento de separarse, la menor le impidió al hombre peliazul irse un momento, dejándole en mano un den den mushi, el cual se encontraba sonando, la llamada había caído.

- Espero que hablen mucho, les hace falta -Dijo antes de darle un par de palmadas en el hombro he irse junto con Katakuri, sin mediar palabra.

- Puru puru... Puru puru... Katcha -Hubo un momento de silencio, antes de que la voz de Ginger sonara- ¿Es raro que reciba una llamada después de estar dos horas mirando un caracol?

- No cuando pude estar haciendo lo mismo -Una ligera risa nerviosa se escuchó- ¿Qué tal tus días?

- He estado un poco oxidada, pero ya he repartido un par de golpizas y conseguido algo de dinero, así que está todo bien.

- Es bueno saberlo... Solo he tenido dolores de espalda así que tienes suerte.

- ¿El peso de la edad ya es mucho para ti? Se suponía que eras más ágil -Ambas risas se oyeron al mismo tiempo.

- Supongo que... -Silencio, su voz se había cortado de repente ¿La razón? Un líquido frío empapaba su ropa... Agua de mar.

- Lo tenemos, hay que irnos -Nuevamente empapado, lo sujetaron y se lo llevaron, le habían pillado en un momento vulnerable.

- Peros... ¡Hey! -El caracol quedó tirado en el suelo, sonando la voz alarmada de la mujer.

- ¡Peros-nii! -Afortunadamente pudo contar con la visión de Brulee, quien salió del Mirror World para tomar el objeto- ¡Ginger, se lo llevaron, alertaré a todos!

- Brulee, llámame en cuanto tu madre lo sepa -Su voz se volvió más grave, un tono algo sombrío- De aquí no sale nadie con vida... ¡Clack! -Apenas el den den mushi colgó, la mujer se puso manos a la obra.

Alertó a todos los hermanos que se encontró en el camino hasta su madre, quien inmediatamente paró de comer sus preciados postres, era consciente de la pequeña relación que su hijo construía con la hermana de su nuera, y no perdería una oportunidad tan valiosa para que su familia creciera, y como no, era su primogénito, no podía permitir que se lo llevasen tan fácilmente y si lo habían logrado, era con solo una cosa a la que era débil. Prepararon el Queen Mama Chanteer, los mayores abordaron el barco dejando a los más jóvenes a cargo, no se los dejarían tan fácil; pero había un detalle ¿Cómo iban a encontrarlo? Bueno eso siempre lo tenían cubierto, ya que gracias al propio ingenio del mayor, su prótesis poseía un rastreador además de un conducto por el cual podía pasar caramelo, pero lo segundo ya era otra historia. Tanto Brulee como Butsu informaron a la morena restante el lugar al que se dirigían, por lo que acordó llegar tan pronto como le fuera posible, y algo decía que su presencia iba a ser necesaria.

Mientras tanto, en el barco de los culpables, se encontraba el Charlotte mayor, en el interior de un tanque agua, por supuesto, era agua mar ¿De qué otra podría ser? Solo así podían inmovilizarlo, lo mantenían vivo con un respirador y por si las moscas, se encargaron de mantenerlo encadenado, una extraña mujer bailaba alegremente alrededor del tanque, ahora que lo tenían atrapado, podría añadirlo a su colección, otros dos permanecían colgados del techo, cada uno con una mano, observando silenciosamente a la fémina.

- Shancy no puedes cantar victoria tan pronto, sabes que podrían venir a buscarlo -Hablaron al mismo tiempo, con voces algo torcidas y burlescas.

- Sé que podrán encontrarlo, pero si hay algo que le guste a Big Mom, son las alianzas con grandes bienes de por medio, y dudo que esa mujer interesada venga por él, de todos modos, podemos controlarla.

- Yo no me confiaría... -Habló uno, antes de subirse al lugar del que estaba colgado- ... Si fuera tú -Luego el otro hizo lo mismo.

- No es como si ella pudiera hacer algo realmente válido -Dijo con molestia mientras se paraba a observar el tanque, poniendo sus manos sobre el vidrio- No te preocupes... Yo no te pienso decepcionar como ella lo haría -Sonrió, mientras el Charlotte parecía mover el entrecejo con molestia.

A muchos, pero muchos kilómetros de allí, sucedía algo, un barco el cuál parecía ser impulsado por fuertes ondas de un intenso color rojo, se podía ver a una mujer enojada, el ceño fruncido, sujetando el timón con fuerza mientras sus orbes antes oscuros ahora brillaban en un potente color escarlata, la elegancia de su melena contra el viento y mirada iracunda, reflejaban a la perfección una imagen que pocos quisieran ver, era hermosa sí, pero a su vez con una sensación de peligro a su alrededor, lo mejor sería hacerse a un lado.

Al igual que ella, el barco de la familia Charlotte iba en camino a dónde Perospero estuviera preso, los hermanos tanto preocupados como enojados, observaban la dirección en la que iban, todos callados pero igual de intrigados ¿Cómo habían podido llevarse al más listo de todos los hermanos Charlotte? Debían estar muy bien preparados para eso; y sin excepciones, Katakuri permanecía de brazos cruzados, con el entrecejo fruncido y la mirada baja, confiaba en su hermano, pero igualmente le preocupaba, lo que le hacía recordar la explosión que había acabado con su brazo, tras el ataque suicida de Pedro por ayudar a sus compañeros a escapar. La mano de su esposa sobre su hombro le hizo reaccionar, volteó a verla para encontrar su mirada preocupada, que no ser por el cubre bocas, probablemente también podría ver su boca complementando su mirada.

- ¿Piensas en lo que podría pasarle?

- Más bien... En lo que le pasó.

- Suele pasar, y no creo que sirva de consuelo, pero él me recuerda un poco a Ginger, pero también les veo diferencias... Ambos son listos, maduros, fuertes... Y un poco sentimentales.

- ¿Porqué lo dices ahora?

- Porque confío en que se van a reencontrar antes de lo previsto, y que como hermanos mayores, ellos pueden contra todo lo que se les venga encima.

El mayor suspiró, si bien no era mucho, se sentía un poco más tranquilo- Esperaré por el día en el que dejes de tener razón.

- Te aseguro que eso no pasará, hasta después de muerta nuestros nietos usarán mis frases.

- ¿Nuestros nietos? Creo que te estás adelantando.

- La meta del momento es tener un bebé, no digas que me estoy adelantando.

- Como prefieras -Sonrió bajo su bufanda, y dió media vuelta para ir con sus hermanos, no sin antes darle una nalgada, haciendo que su contraria diera un brinco.

- Te dije que no hagas eso en público -Susurró entre enojada y avergonzada, tal vez lo había tranquilizado más de lo debido.

No estaban seguros de que tan lejos estarían, pero algo que podían notar, era que los captores se movían rápido, lo que probablemente significaba que en lo que sea que fueran, tenía motor, y uno muy bueno, no podían encontrar otra explicación, era eso o tener montones de personas remando con una fuerza increíble, y ciertamente, la primera sonaba más creíble.

Tanto la familia Charlotte, como la mujer morena, esperaban que todo estuviera bien para el mayor, mientras que este mantenía un solo pensamiento dentro de aquel tanque de agua.

Quería ver a Ginger, sin importar nada.

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ESTOY VIVAAAAA

Yep, han pasado un par de meses desde la última actualización, esto ya hasta telarañas tenía, ajio ajio.

Pero bueno, explicar esto me pone un poco sentimental, ya que tuve un tiempo algo difícil por pasar un par de bajones emocionales de los que no pude decir nada a mi mamá, no suelo contar con ella en estas cosas.

Tuve varios momentos de alto estrés y fué un cansancio físico y mental enorme, pero doy gracias por mis amigos ya que ellos sí me ayudaron mucho.

Y como ví actividad reciente con esta historia, pensé en que lo mejor sería retomarla, ahora que cumplo con la relajante actividad de pintar flores.

Aprovecharé esta cuarentena lo mejor que pueda para escribir un poco más en mis fanfics y seguir con mis pinturas.

No tengo más que decir, así que cuídense mucho, no salgan de casa a menos que sea necesario, laven bien sus manos y aprovechen su tiempo (aunque también se me vienen las clases online pero ajá).

Adiós~!

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