Rabieta
Vestido diario:
Ginger:
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Otro día, en Totto Land, día que significaba una cosa distinta para cada hermana en el lugar, para Butsu, ocupaciones con la boda, en cambio Ginger, muy probablemente se quedaría sola o jugando con los más pequeños, ciertamente la idea de no poder pasar tiempo con su hermana entristecía en parte a la mayor, después de todo, el tiempo que podía pasar con su hermana ahora debía pasarlo sola, no era que siempre estuviese acompañada pero al menos tocar música u ocuparse del barco evitaba aquel sentimiento, estaba tentada a irse pero sus instintos de hermana mayor se lo impedían ¿Quizás estaba celosa? Era posible, no negaba que celaba a su hermana menor, claro que lo hacía después de haberse vuelto tan unida a ella, fuera de cualquier exageración, a veces llegaba a considerarla más una hija que su hermana y personalmente sentía que estaba mal, después de todo no iba a poder cuidarla para siempre pero en parte no quería aceptarlo, si para mal su hermana cuando niña había generado cierta dependencia por ella, esta había desaparecido con el paso de los años a medida que crecía y se daba a respetar, y sentía que parte de ello fué cuando decidió darse la vida en el mar que tanto quería y le había enseñado a defenderse para cuando no estuviera, y claro... Aquel incidente que le había provocado la cicatriz en el ojo era otro aspecto a tomar en cuenta.
Se había pasado el desayuno en compañía de los más pequeños para luego acompañar a unos cuantos a dar un paseo por la isla Candy, utilizando una cuerda con varios nudos como método para que ninguno de los pequeños llegara a perderse, claro que todo esto se había hecho bajo la autorización de Linlin sobre llevar a algunos de los niños consigo, aunque fuera por petición de los mismos sobre querer jugar fuera y escuchar sus canciones. Llegaron a su destino después de una media hora de paseo en el barco de la morena, yendo a pasear apenas bajó el ancla, claramente la emoción de sus pequeños acompañantes era notable, corrían por todas partes pero sin separarse, haciendo caso a las indicaciones que la mayor les había dado sobre permanecer juntos, podían ir donde quisieran pero era obligatorio permanecer juntos, se suponía que la cuerda era para eso pero la emoción les hizo olvidar la existencia de aquel objeto. Pasaron por todo tipo de lugares, vieron los edificios, plazas y distintas tiendas de ropa, claro que no faltaron las tiendas de dulces donde con límites establecidos, Ginger acabó pagando unas cuantas bolsas con caramelos por petición de los pequeños. El día pasaba sorprendentemente lento, no supo si era porque tuvieron tiempo para pasear y jugar por un muy largo rato, o simplemente era por sentirse vieja, si bien era una mujer joven, estar cerca de los cuarenta la hacía sentirse casi una señora mayor, claro que comparando su edad con la de Katakuri y algunos otros hermanos Charlotte, seguía siendo considerablemente joven aunque eso no le quitaba el sentimiento de encima. La voz de los niños le llamó la atención, estos reían con fuerza mencionando a alguien, quien al verlo resultó ser el primogénito de los Charlotte, ciertamente ese tipo le parecía raro aunque... Le gustaba lo raro, un par de noviazgos anteriores lo confirmaban, se acercó a ellos siendo recibida por un saludo bastante formal respondiendo con una ligera reverencia con la cabeza y una pequeña sonrisa casual mientras mantenía los brazos cruzados por debajo de su pecho.
- Veo que disfrutan la tarde, perorin -Dijo mientras los niños se apartaban para ir a ver un puesto de juguetes.
- No podía decirles que no, son un encanto -Respondió mientras los veía jugar con unas burbujas pagadas algo de dinero que le había dado a Wafers.
- Kukuku, me dí cuenta de que les agradó, no suelen fiarse de extraños pero con usted fué muy distinto, no sé qué hizo pero les agrada, perorin.
La mujer se encogió de hombros- Nos entendimos con un poco de música y mis experiencias en el mar.
- Debieron ser bastante interesantes, aunque solo me enteré de su conflicto con Daifuku.
- Oh eso -Una risa diminuta se le escapó al recordarlo- Casi me cuesta una recompensa pero pude soportarlo.
- ¿Es una pirata caza recompensas?
- Básicamente, le he formado un par de problemas algo serios a la Marine con su gente tan conflictiva pero sí, también les entrego criminales para cobrar las recompensas.
- ¿Aunque a usted también la consideren una, perorin?
- Por supuesto, no soy la mujer más correcta, pero me gusta deshacerme de quienes merecen un escarmiento.
- Kukuku, interesante, y si no le parece muy atrevido que le pregunte ¿De cuánto es su recompensa?
- Para nada, aunque no es mucho en comparación a ustedes, son sólo unos 145.000.000
- No es precisamente poco, ví su cártel anterior, la recompensa subió considerablemente, perorin.
- Aumentó después de ese conflicto con su hermano... Y destruir un par de barcos... Y una de las instalaciones -Se tapó la boca al recordarlo, le daban ganas de reírse pero trataba de no hacerlo.
- Kukuku, es impresionante considerando que es tan joven.
- No tanto, solo me faltan tres años para cumplir cuarenta.
- En ese caso tiene suerte, perorin -La mujer lo miró con una ceja arqueada- Yo tengo cincuenta.
- Lo imaginé, siendo el mayor de más de ochenta hermanos.
Justo antes de responderle una alarma comenzó a sonar, alertando a todo el mundo, eso solo significaba una cosa, Linlin hacía una rabieta por un antojo ¿Qué quería comer que no pudo ser preparado? No tenían idea pero era algo sumamente malo, reunieron a los niños consigo pensando en ir una casa que el hombre poseía en la isla, pero sus planes fueron interrumpidos por una gran nube de tormenta con sonrisa malvada, sobre la cual iba una enfurecida Big Mom, inmediatamente dieron media vuelta para dirigirse al barco de la morena, allí estarían seguros, aunque Linlin tuviera una nube para ir volando, el mar les permitiría alejarse a otra isla en la cual estar a salvo. Apenas llegaron a este, un den den mushi comenzó a sonar.
- Puru puru puru puru catcha -Apenas contestarlo el mayor alejó al caracol de su oreja.
- ¡¿GINGER ESTÁ CONTIGO?! -La alterada voz de su futura cuñada lo aturdió unos segundos.
- Aquí estoy ¿Cuál es la urgencia? -Respondió acercándose al aparato.
- Habrás visto que Mama está haciendo una rabieta -Esta vez habló Katakuri.
- Sí, estamos en el barco, los niños están a salvo -Un suspiro de alivio se escuchó- ¿Qué necesitan?
- Una casa de gengibre, es lo que Mama quiere.
- Eres la única que con toda confianza puede prepararla, tus recetas de gengibre son perfectas -Un grito de la menor la alertó- ¡Se está acercando, estamos en la isla Komugi! -En ese momento la comunicación se cortó.
- ¡Butsu! -No alcanzó a decir nada, el caracol había callado- Hay que ir ya, pero los niños...
- Quédate con ellos y yo guiaré el barco, hay una ruta secreta entre hermanos.
Hizo caso al Charlotte mayor y fué con los menores quienes se encontraban asustados por la situación, casi nunca veían a su madre comportarse de ese modo ya que sus hermanos preferían mantenerlos alejados del peligro que representaba su madre en ese estado. Durante los últimos meses había conseguido una prótesis robótica, no era lo mismo que su verdadero brazo pero al menos no se derretía al tratar de sujetar algo caliente, dirigió el barco a dicha isla con tanta distancia de su madre como pudo, lo dejó lo más apartado posible dejando que la morena pudiese bajar por medio de un puente de caramelo, justo antes de irse volteó a verlo al escuchar lo que haría.
- Llevaré a los niños a Whole Cake y volveré tan pronto como pueda -Ella asintió.
- En caso de que no vuelva, llévese mi barco y salve a cuantos quepan -En ese momento un aura roja la rodeó- Por favor no dañe los equipos de sonido -Y en ese momento desapareció en una estela roja.
El Charlotte se desvió en dirección a la isla mencionada, mientras que la mujer al llegar al pueblo más cercano buscó con la vista alguna persona que pudiera identificar, claro que lo hizo sin mucho éxito debido a la gente que huía de la ira de Linlin, logró abrirse paso entre la multitud para finalmente distinguir a Katakuri junto con su hermana, se acercó tan pronto como pudo para ser recibida por un abrazo asfixiante de la menor quien la sacudía en sus brazos como si de una muñeca de trapo se tratase.
- ¡Estaba tan angustiada cuando supe que iba a la isla Candy! -Tras hablarle la soltó- Pero ahora necesito que vayas a una cocina y prepares esas galletas.
- Puedo hacer la masa a mano, pero lo que necesito más que nada es un horno gigante.
- El material que necesitas está en Whole Cake -Mencionó el Charlotte antes de sujetar a ambas mujeres por el brazo y esquivar un rayo que iba en su dirección- Aún podemos llegar.
- ¡Mi barco va hacia allá, corran!
- Vete con Butsu, yo me encargaré de seguir evacuando a la gente.
- Como tú prometida, me niego a dejarte atrás -Literalmente sujetó a su hermana como un juguete antes de disculparse- Pido perdón por esto, pero así habrá más tiempo -Dicho esto la lanzó con toda la fuerza que pudo para alejarla del lugar.
- ¡¿Espera qué?! -Al ser lanzada por la contraria solo atinó a gritar por su ida en el aire- ¡Te voy a matar! -Su voz quedó dispersada a medida que se alejaba para finalmente caer en un terreno lejano- Solo si Big Mom no lo hace primero.
Corrió en dirección a su barco que aún se avistaba, al estar cerca se lanzó hacia este siendo recibida por un sorprendido Perospero, sacudió su ropa y se estiró, sin decir nada se acercó al mayor y le explicó lo que la pareja había dicho
- Entonces tenemos no más de diez minutos antes de llegar, sumándole el tiempo de horneado de las galletas y el que se enfríen... Esto es muy malo, no contamos con tanto tiempo hasta que Mama regrese a Whole Cake.
- Entonces iremos más rápido, dirija el barco, iré lo haré acelerar -Se dirigió a la parte trasera del barco, donde había un par de grandes altavoces y los encendió mientras contentaba un micrófono a estos- Ora ora... Voz potente -Tras tomar un poco de aire y ser cubierta por aquella aura roja, cantó una nota alta perfectamente sostenida, y gracias al impulso producido, el barco aceleró bruscamente al ser empujado por las ondas de sonido amplificadas, haciendo que el mayor casi cayera.
Mantuvo el control de este lo mejor posible, tomando la ruta secreta y ahora impulsados por la voz de Ginger, estaba claro que llegarían en un dos por tres, por lo que con cierta dificultad lograron dirigirse exitosamente hacia Whole Cake. Una vez bajaron del transporte y se dirigieron al castillo, los pequeños huyeron a refugiarse en compañía de Galette y Broye mientras que los mayores iban en dirección a la cocina, en donde el primogénito ordenó a los cocineros asistir a la morena a toda costa, debían preparar una casa de gengibre con las dimensiones de Big Mom, cosa que no iba a ser fácil pero tampoco imposible. Sin más la mujer se sacó la chaqueta y la lanzó hacia el Charlotte quien al atrapar aquella prenda pudo ver con claridad los brazos y espalda ligeramente musculados de la mujer quien amarró su cabellera en una cola alta mientras comenzaba a dar órdenes a los chefs presentes quienes la obedecían sin rechistar, claro que sí atención a ella no duró mucho pues su den den mushi comenzaba a sonar nuevamente.
- puru puru puru puru catcha -Al contestar la voz en pánico de su futura cuñada lo alertó- ¡Big Mom está regresando a Whole Cake tienen que irse!
- ¡No podemos, están preparando las galletas y acercarse a Mama es muy peligroso, solo queda pensar en como retrasarla!
- Retrasarla... ¡Claro, los veremos allí, resistan! -Finalizó la contraria dejando al hombre algo confundido.
Una vez guardó el caracol volteó a ver otra vez en la cocina, viendo que por milagro tanto ella como Streusen comandaban a los Chefs exitosamente, por lo que sin más corrió al exterior del castillo, encontrándose con una lejana imagen de Linlin que iba en aumento. Giró su bastón con su mano buena, logrando que al golpear el suelo con este, múltiples muros gigantes de caramelo bloquearan el paso por un buen tramo de distancia, claro que al estar la obesa mujer cerca, bajó de la nube de un salto, provocando un gran temblor en toda la isla, esperó ver cómo destruía los muros de un solo golpe pero apenas su madre alzó el puño con la intención de destruirlos, una masa blanca y elástica la detuvo, al ver a la distancia allí se encontraba Katakuri sosteniendo el puño de su madre mientras retrocedía forzosamente, más allá de su peso, lo complicado era su fuerza, claro que no duró mucho puesto que la mujer comenzó a girar su brazo, sacudiéndose a su hijo como si solo fuese un pequeño insecto, otros de sus tantos hijos intentaron detenerla pero fué en vano, allí fué cuando la otra morena apareció, parada sobre una de las paredes de dulce.
- Mama... Por favor escuche a sus hijos -Se notaba nerviosa, mucho más que asustada- Solo espe... -No alcanzó a terminar, un manotazo de Linlin la mandó lejos, cayendo en el mar.
- ¡Butsu! -Katakuri corrió en su dirección, intentó atraparla aún en el aire pero no lo logró- No...
- ¡Katakuri onii-chan! -Volteó al escuchar la voz de Brulee, quien apareció por medio de un espejo dentro de una casa algo destruida- A de estar bien pero ahora la prioridad es Mama.
- No me preocupo por ella Brulee -Su hermana arqueó una ceja.
- ¿Entonces por quién?
- Por nosotros -En ese momento sintieron como la isla tembló, estando los temblores cada vez más cerca- Parecía exagerado pero es verdad.
Desde la dirección en la que había sido lanzada, se veía a una Butsu el doble de grande correr hacia ellos, era muy claro que esa mujer había crecido de cuatro metros cincuenta y ocho a nueve metros dieciséis ¡¿Cómo demonios había crecido tanto?! Era algo que solo Katakuri se explicaba, sí bien sonaba exagerado, resultaba que los Kemonohito crecían en las zonas marinas altamente profundas como un mecanismo de supervivencia gracias a que la presión de agua y concentración de la sal marina aceleraba agresivamente su crecimiento por un cierto tiempo, otra razón de porque los tachaban de ser tan peligrosos, aunque le parecía extraño que hubiera crecido tanto tan rápido ¿Acaso era una cualidad alfa? Tal vez, claro que cualquier otro pensamiento se esfumó de su mente al ver como se acercaba cada vez más ¿Tenía pensado detener a Linlin con sus propias manos? ¡Eso significaba suicidio! Se negaba rotundamente a dejarla hacer eso ¡Su madre podría matarla! Trató de interponerse en su camino, pero lamentablemente para él, no pudo hacerlo, ya que apenas acercarse vió como su progenitora sujetaba las manos de la morena en un intento de quitársela de encima, mientras que la ahora gigantesca Butsu forcejeaba con ella, bajo la mirada atónita de varios hijos Charlotte, lo que más les extrañaba era que su madre le siguiera el forcejeo en lugar de solo robarle el alma.
De regreso a la cocina, una sudada Ginger indicaba a los cocineros sobre cómo decorar la gran casa hecha con galleta, pintaron y unieron las paredes con chocolate, decoraron con glaseado y otros caramelos complementando la decoración con una nevada de azúcar en polvo, corrieron fuera llevando la casa consigo, para finalmente encontrarse con la escena de su gigantesca hermana resistiendo contra su enorme futura suegra, miró al Charlotte mayor, quien se encontraba petrificado viendo aquella escena, llamó su atención con ligero golpe, haciendo que voltease a verla.
- ¿Puedes subirme ahí? -Señaló las enormes paredes de caramelo, este asintió.
- Enseguida -Con un movimiento de su bastón un pilar de caramelo crecía bajo los pies de la morena, elevándola.
Una vez arriba, dió un fuerte silbido, llamando la atención de la menor- ¡Ven a dársela!
La vió asentir y empujar como pudo a la mujer de rosa quien apenas retrocedió un par de pasos, logrando llegar con su hermana de un salto, rompiendo una de las paredes de dulce en el proceso- ¿La casa? -Los Chefs se la entregaron- Confío en tus recetas.
- Sabes que solo yo puedo prepararlas bien.
La vió correr con el dulce en sus manos, rompiendo las paredes de caramelo bajo sus pasos, ese momento era un todo o nada que parecía ir en cámara lenta, como una alterada Big Mom estaba lista para golpear a Butsu, claro que esta en el justo momento en que empujó la casa de galleta en su enorme boca, la mano de la mujer obesa se detuvo a centímetros de su rostro, comenzando a masticar y tragar la dulce construcción, la morena retrocedió varios pasos, y al momento de engullir la casa entera, oyeron el grito de gusto de Linlin, quien amasaba sus mejillas entre sonidos agudos, ahogados por su boca cerrada. Una vez comió todo, observó su entorno algo confundida.
- ¿Uh, qué acaba de pasar? -A pesar de su confusión, rió ante la destrucción provocada por si misma, claro que luego se fijó en la morena, quien ahora era ligeramente más alta que ella, aunque esto no se notaba por usar a Napoleón- ¡Ma mama mama! Vaya que esa información sobre tu crecimiento era cierta.
Cabe resaltar que como era de esperarse, Butsu estaba empapada, vistiendo los apretados restos de su vestido, sus botas destruidas en el mar y el cubrebocas que a duras penas resistía y aún podía tapar su boca dejándola claramente expuesta. Esta bastante avergonzada por su estado se cubrió con las manos tanto como pudo, bajó la mirada encontrándose con lo que ahora le parecía un muy pequeño Katakuri, que apenas le llegaba por el muslo en esos momentos, se agachó a su altura con cierta pena, para un par de segundos después comenzar a encogerse, el Comandante Sweet no se esperaba que apenas ella recuperase su tamaño normal, cayera desmayada al suelo por lo que él la atrapó poco antes de que su cara tocase la tierra, cargándola como si de un bebé se tratase, claro que esto servía para que al tener su cabeza en su hombro no le vieran la boca ni su pecho que a duras penas la tela destrozada de lo que una vez fueron su vestido y brasier. Una vez explico todo a su madre la vió acercase a la otra morena, quien aún permanecía sobre el pilar de dulce, recibió un par de toques en la cabeza en señal de aprobación, antes de que su madre se adentrara al castillo con toda la calma del mundo, una vez Linlin se retiró, la mayor se dejó caer cerrando los ojos mientras daba un gran suspiro de alivio, claro que por poco de estrellaba en el suelo de no ser porque Perospero la había atrapado, casi cayéndose en el proceso, la ayudó a ponerse en pie antes de regresarle su chaqueta roja la cual no había soltado desde que ella se la había quitado en la cocina.
- Gracias, Perospero-san -Dijo con un tono calmado mientras se echaba su chaqueta al hombro.
- ¿Ya sabía mi nombre?
- Por supuesto, una recompensa de 700.000.000 no es para menos -Guiñó su ojo con cierto aire... ¿Coqueto podría decirse?- Bueno, nos vemos después -Finalizó antes de darse media vuelta he ir con Katakuri quien ingresaba al castillo con su prometida en brazos, dejando al de pelo azul con una expresión atontada.
- Sí... Claro, hasta la cena.... -Y ahora la incredulidad de sus hermanos presentes era dirigida a él, claro que salió de su trance al sentir la mano de Brulee en su hombro.
- Peros-nii-san, no me digas que caíste por ella.
- No lo creo Brulee, pero ella tiene algo... Que me llama bastante.
- Eso se llama flechazo -Aclaró, antes de adentrarse al castillo.
- Conque un flechazo... Kukuku, vaya mujer, perorin -Se dijo a si mismo antes de adentrarse al castillo junto con los demás.
Mientras que un salón apartado de todo ese caos ya terminado, se encontraba un cansado y sudoroso Tamago junto todos los demás que habían presenciado aquel desastre.
- Oh, tendremos que poner a nuestros obreros a trabajar cuanto antes bon.
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AL FIIIIIIIIN LO TERMINÉ, MÁS DE 3400 PALABRAS DE PURA HISTORIA BRUH.
Ahora vamos con las aclaraciones.
- En las votaciones Perospero y Cracker habían quedado empatados así que para el desempate tuve que contar votos repetidos.
- Las explicaciones sobre poderes y habilidades estarán a lo largo de los capítulos.
- Llamo la atracción de Perospero "flechazo" ya que no podría llamarlo "amor a primera vista" es una relación que me gustaría ir construyendo en pequeños fragmentos.
- En caso de haber sido Cracker el que ganara, las cosas hubiesen sido un poco diferentes.
- Me pareció lógico darle a Perospero una prótesis robótica en vez de simplemente dejarlo con el muñón ahí y ya.
- Las cifras grandes, nótese recompensas, las dejaré en números en vez de escribirlas.
- Falta poco para la Fiesta de Té, claro que habrá un poco de retraso por la rabieta.
- Los conjuntos de Ginger serán ocasionales.
- Y se vienen un par de sorpresas en los próximos capítulos.
Eso es todo por ahora.
Dibujo de Katakuri que hice, perdón si está culero.
Adiosito, se me cuidan.
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