Nos vemos caramelo
Vestido diario:
Aquí añadiremos una convivencia fraternal y mal de amores AJUA.
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Pasaron los días entre pilas de papeleo, trabajo y mantenimiento de varias cosas, se trataba más que nada de las máquinas del negocio, la sola idea de dejar su adorado local y hogar solo angustiaba ambas dueñas, pero tampoco se sentían tranquilas con la idea de dejárselo a alguien más, después de todo, en ese lugar se encontraban las pertenencias de su padre, y no sentían un nivel de confianza precisamente grande para encargar generaciones de trabajo familiar a otras personas. Aunque por otro lado, podrían verle el lado positivo, a pesar de trabajar por encargos, podrían crear una extensión del negocio en Totto Land, y ciertamente... Eso les parecía mejor que cerrar algo que significaba tanto para ellas, o aún mejor ¡Llevar el negocio directamente allí! Bueno, ya eran parte de ello gracias al trato, a menos que pudiesen mover todas las cosas que tenían hasta allí o... Sonaba muy exagerado mover la construcción completa, por lo que como una mejor idea, preferían solo sacar sus pertenencias.
Tras pensarlo y claro hablarlo con los hermanos Charlotte, las pocas pertenencias restantes de ambas mujeres y las de su padre fueron cuidadosamente transportadas al barco de la mayor, quien por su parte tenía un par de conversaciones que atender, ciertamente después de ese viaje, ya le tocaba volver a su vida usual, después de todo, alguien debía mantener su título.
Al igual que el viaje de ida, el de regreso fué bastante tranquilo, con la fortuna de llegar en la mañana, Katakuri un poco pensativo respecto a lo sucedido el día en el que partieron, fué rápidamente recibido por uno de los varios subordinados que permanecían en el muelle, este llegó apresurado, ignorando completamente a todo el que tuviera cerca, completamente pálido y tembloroso.
- ¡Katakuri-sama! Que bueno que llegó, el día en el que se fué revisaron el barco, no pudimos decirle a tiempo pero encontramos esto y más cosas, se las entregamos a Brulee-sama, apenas llegó nos dió esto para que lo viera.
Tomó los papeles comenzando a revisarlos, al momento volteó hacia sus hermanos haciéndoles una seña- Iré a hablar con Brulee, ustedes vayan con Mama.
- Entonces iré a avisarle sobre el trato y... Otras cosas -Respondió Butsu mientras una escolta cargaba sus cosas a un carruaje recién creado por Perospero.
- Esperaremos tus noticias, perorin -Dijo mientras Ginger cargaba las cosas de su padre a una carreta unida al transporte.
Una vez que todos se fueron por su lado, las cosas se tornaron un poco tensas, al menos para Katakuri y su cuñada, quien permaneció bastante pensativa durante un largo rato, no sabía si lo mejor era decirlo o simplemente hacerlo, es decir era parte de su vida desde hacía varios años, y... Ahora no se sentía capaz de hacerlo; por primera vez en mucho tiempo, no se sentía cómoda con la idea de volver al mar por su cuenta, su hermana menor se había casado y ahora vivía en Totto Land con Katakuri, no había nadie más que ella para defender su título pero solo le llegaban dos cosas a la mente, una, los niños Charlotte, quienes siempre estaban felices de verla y tocar música para cantar y bailar juntos, la otra, Perospero.
Si bien tenían "algo" pues... Era confuso, puesto que no podían tomarlo como algo totalmente serio más allá de que así lo sentían, así es, no era un sentimiento unilateral, puesto que el Charlotte primogénito había sido el primero expresarle como se sentía, no le había respondido tal cual con palabras, sino más bien lo hacía con sus acciones, aunque seguía sin ser algo concreto, cosa que la ponía a pensar más, realmente sentía el impulso de irse otra vez, pero también sentía el peso de quedarse... Tal vez no estaría mal alejarse, solo un poco, por un corto tiempo.
- ¿Estás bien? -Salió de su pozo mental en cuanto escuchó la voz del causante de sus problemas, ah sería más fácil si fuera menos raro.
- He claro no es nada solo... Pensaba en hablar con tu madre sobre irme -Respondió un tanto ida, sin pensarlo siquiera.
- ¿Ya te vas? -El comentario lo tomó desprevenido, pensaba en que se quedaría así fuera un poco más- He quiero decir... Suerte
Suspiró, era algo incómodo- Sí... Ya sabes, Butsu y Katakuri ya se casaron, vieron Pesutorī, se hizo el acuerdo... Ya... Ya cumplí con mi deber, tengo que irme y mantener mi título.
- Entonces, espero que Mama se lo tome bien.
Y así fué, si bien Linlin hizo un par de comentarios respecto a lo lamentable de su partida, podía irse, claro que aún contaba con su hermana como un motivo para volver las veces que quisiera, claro siempre y cuando pudiese contar con algún "detalle" de su parte. Sin más que decir se fué a buscar sus cosas, recogiendo todas sus pertenencias con ayuda de su hermana menor, entre palabras algo apenadas y cortos silencios, no les tomó mucho guardar todo, partiría a la mañana siguiente, ya era muy tarde entre una y otra cosa importante por resolver. Se hizo de noche, sin saber la mujer que la pequeña Normande había escuchado la conversación con su madre, no tardó en comunicarlo a sus hermanos, por lo que los pequeños acabaron rodeándola a la hora de la cena, a la que curiosamente no había asistido.
Al verse rodeada de los menores, no dudó en preguntar- ¿Qué suce...? -No alcanzo a terminar, pues Anana la interrumpió.
- ¡Normande dijo que te vas a ir! -Dijo haciendo un puchero, secundada por los demás.
- ¡No te vayas, nos gusta que te quedes! -Exclamó Wafers mientras le sujetaba la falda del vestido.
Dolce y Dragée flotaron sobre ella, haciendo círculos- ¡No te vayas!
- ¡Nos gusta que juegues con nosotros sin usar globos!
- Eres mejor que las niñeras -De-Chat tiró de su manga con suavidad, solo queriendo llamar su atención.
- Tus canciones nos gustan mucho.
Y cada palabra, cada jodida palabra, era como sentir que le estrujaban el pecho, siempre le hacía recordar cuando fué el día en que partió alejándose de Pesutorī con tan solo el poder de su fruta del diablo, una espada y muchas ilusiones como cualquier otra jovencita de catorce años, reclutada por los antiguos compañeros de su progenitora. Y a pesar de lo mucho que había llorado por dejar a Butsu sola, con solo una pareja mayor, quienes le aseguraban que era parte de su madurez a corta edad, la dejó con la promesa de que siempre volvería; con ese grupo de infantes no paraba de recrear en su cabeza, la escena de los fuertes gritos de su hermana, sobre que le daría una paliza por irse apenas regresara, y sin dudas que se la había dado.
Lentamente y en silencio se agachó a la altura de los infantes, abrazando a todos los que pudo- Oigan, no me iré para siempre, volveré en algún momento, y cuando lo haga, tendré más canciones y nos divertiremos mucho.
- ¿Promesa? -El tono lloroso de Wiro la hizo sentirse ligeramente peor, pero lo calmó levantándose para darle un par de palmadas en la cabeza.
- Promesa, y como no llegue a cumplirles, podrán saltar sobre mí cuando me vean.
Comenzaron a reírse ante aquel comentario, si bien era una promesa, también les parecía algo divertido; pasó el resto de la noche en compañía de los menores, quienes aprovecharon hasta su última gota de energía para pasar el tiempo con la mayor, quien acabó durmiendo en el suelo junto con ellos, encima de todas las colchas y almohadas que habían llevado.
Mientras por otro lado, el Charlotte primogénito se encontraba con Butsu y Katakuri, siendo la primera quien lo acompañaba desde hace un rato ¿La razón? Era bastante obvia, él también había hablado con ella sobre estar en "algo" con su hermana, cosa que no la molestó en lo absoluto, solo esperaba que pudiesen formalizar algo o que no la lastimara, pero claro, ese momento no era precisamente uno bueno, después de todo el mayor se encontraba ebrio y... Triste, cosa que no solo lo ponía a decir incoherencias o hablar repetitivamente de su situación sentimental, sino que también lo hacía vomitar de vez en cuando, era más partidario de beber té pero para ese momento, prefirió ahogar sus penas en alcohol.
- Yo la quiero... Pero se va... Y no quiero eso... Pero*hip*rin... -Dicho esto volvió a dar un trago grande a la botella en su mano, claro de una forma extraña debido a la longitud de su lengua.
- Tranquilo, volverá, siempre lo hace -Dijo la morena en un intento de consolarlo, dándole un par de palmaditas en la espalda.
- No lo s-sé... Es demasiah... Doh, segura de sssi misma *hip*... No se quedaría por un raro...
- Peros-san, créeme, no seas una razón para retenerla, sino para que regrese, feliz de saber que esperas por ella.
- Eso cree...?
- Claro que lo creo, ella siempre a sido así
- Lo intent... Taré... -Quiso levantarse, pero solo acabó cayendo de cara al suelo, derramando la botella que tenía en la mano.
- Esto es vergonzoso -Dijo Katakuri mientras veía a su hermano tirado en el suelo.
- Está sufriendo un mal de amor, alcoholizarse por eso es común pero poco saludable -Respondió su esposa mientras se acercaba al mayor para levantarlo y dejarlo en una silla- Deberíamos ir a dormir ya es tarde.
- Me encargaré de Perospero, tú puedes adelantarte.
- Está bien, te veré allá -Antes de retirarse se bajó el cubrebocas para besar tiernamente su mejilla, no sin antes bajarle un poco la bufanda- No tardes mucho -Dicho esto acomodó el tan vital accesorio antes de retirarse en silencio.
Katakuri ayudó a su hermano a levantarse, inclusive lo sujetó de la chaqueta para ayudarlo a mantenerse de pie mientras esté avanzaba a pasos torpes, no podía creer que este sufría por un mal de amores, que ciertamente había ocurrido sorprendentemente rápido, bueno, tampoco era como si estuviera en el derecho de hablar, pero esa vez, realmente le recordaba a algo sucedido hace mucho cuando este era un adolescente de tan solo 15 años. Se había enamorado de una chica mayor que él, la cual claramente le destruyó el corazón debido a su "rareza", era entendible que Perospero hubiese terminado mal, no es como sino se hubiese dado la oportunidad un par de veces más, lamentablemente con resultados negativos
Por lo que, sin pensar en algo mejor a pesar de ser tan listo, decidió darse una vida más cerrada a únicamente sus asuntos familiares, aunque una diminuta parte de él se sentía triste y sola, había llegado a los 50 y sus intentos tanto amorosos como de compromiso arreglado habían fracasado, por lo que sin duda alguna, el que la hermana de su cuñada se hubiese fijado en él porque precisamente su rareza espeluznante le gustaba, era una sensación sumamente extraña; como si estuviera bebiendo el té de la tarde en un día oscuro y lúgubre, para que de entre las nubes se asomara un ligero rayo de sol justo sobre él, creando un escenario de fantasía más que ideal.
Sin duda, ella valía la pena.
Podría esperar un poco.
La noche pasó, dando lugar al sol de la mañana, la morena mayor se encontraba en el muelle cargando sus pertenencias a su barco, prefería no quedarse mucho más, sabiendo que si lo hacía no podría salir pronto. Una vez tuvo todo listo, una sombra se alzó sobre ella, esperando encontrarse con su hermana, subió la cabeza a punto de despedirse pero para su sorpresa no solo estaba ella, sino también Katakuri, los hermanos más pequeños y no podía faltar la joven Flampe, quien se encontraba detrás de todos ellos; su hermana se adelantó, agachándose a su altura.
- Quisimos venir a despedirte, estoy segura que te tomarás tu tiempo.
- Yo no quería venir pero sabes que te soporto -Habló Katakuri, recibiendo una mirada desaprobatoria de su esposa- No gano nada mintiendo -Respondió a lo que esta rodó los ojos.
- Como sea... -Dijo volviendo a mirarla- Espero que tengas buen viaje, te voy a extrañar.
- Y yo a tí cabeza dura -Se dieron un último golpe con la cabeza, antes de que la menor volviera con el Charlotte.
Apenas su hermana se alejó, los menores se plantaron en frente suya- ¡Te trajimos un regalo! -Dijo al frente de todos la pequeña Anana junto con Waffers.
- Lo hicimos entre todos, para que no nos olvides -Dicho esto, entre varios le entregaron un rollo de papel, y De-Chat una caja de regalo torpemente envuelta.
- Ábrelo cuando estés lejos -Dijo Wiro, mientras la mayor sonreía.
- Sin trampas, lo abriré estando lejos -Todos los jóvenes la abrazaron, antes de separarse he ir con Butsu y Katakuri.
Con una pequeña sonrisa subió las cosas al barco, colocando cuidadosamente los regalos en su camarote, con ayuda de su hermana quitó las ataduras de las velas y una vez la otra bajó, recogió la tabla de bajada y elevó el ancla para finalmente zarpar y empezar a alejarse de Whole Cake. Miró en dirección a los demás, viendo a Flampe disparar su cerbatana un objeto que logró atrapar cerrando su mano en el momento justo, al abrirla se encontró con una pequeña gema roja, bastante pequeña solo lo suficiente para pasar por el arma de la joven, sonrió y alzó la cabeza, viendo que esta ya se había ido, probablemente avergonzada por ello, rió ligeramente ante aquella acción; aunque había solo un pequeño detalle que la había dejado algo ida ¿Perospero dónde estaba?
- ¡Ginger! -La voz del mencionado la hizo mirar a un lado, allí se encontraba, corriendo encima de un camino de caramelo que hacía encima del mar- Llegué tarde, perorin.
- Serás tonto -Respondió, sujetándose al borde- Al menos no tan tarde, ya pensaba en que me ibas a dejar plantada.
- Eso nunca, perorin -Dado al esfuerzo que le implicaba correr, hizo una escalera, subiendo al barco- Y... Me quería... Despedir... Y esperaré... A que vuelvas -Dijo casi sin aire, debido al cansancio.
Inevitablemente sonrió, de todas las veces que escuchó eso, solo esa parecía de verdad- Por favor sé paciente, volveré lo más pronto que pueda.
El Charlotte se arrodilló a su altura; y con sus manos juntas, estaban seguros de que funcionaría, una oportunidad más, era todo lo que faltaba.
Sin saber que eran observados no solo por sus familias, sino también por unos ojos llenos de envidia.
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AL FIIIIIINN
Feliz Navidad, feliz año nuevo y todo lo que no pude desearles antes.
Trataré de hacer otro capítulo de aquí, pero lo subiré después del capítulo de "Sugar Daddy".
Por ahora no tengo nada que aclarar pero se viene un grupo de malos en el próximo capítulo y luego una serie de putizas.
Espero lo hayan pasado muy bien, cuídense mucho, coman sano y tomen agua, se les quiere.
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