Mi cuñada
Vestido diario:
En el de hoy nos vamos a enfocar más en Perospero y como va su nueva "amistad" con Butsu si así se le puede decir(? Es más como que no son amigos pero si se llevan bien... Cómo sea.
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Pasó ese día, y luego otro, y otro más, sin duda era poco, pero para el mayor de los Charlotte se sentía como mucho, claro que solo esperaba pacientemente el regreso de su "amada" si así le podía decir, desde su despedida en el barco se sentía extraño, pero no en un mal sentido, sino en uno más... Esperanzado; más allá de su arrogancia intelectual, o sus de superioridad ante sus oponentes a la hora de mencionar su recompensa, la sensación que tenía era sin duda una bastante positiva en comparación a su narcisismo, claro que estas eran muy pero muy diferentes, se trataba de la que creía su última oportunidad de ser feliz con alguien, no de pisotear el orgullo de algún ser patético que intentase desafiarlo.
Claro que la vida amorosa de su hermano menor no lo ayudaba demasiado, se veía que tanto él como su cuñada eran felices, más allá de tener más de un par de características físicas similares, era por como se entendían y la buena química que había entre ellos, su matrimonio había sido algo apresurado, pero sin dudas era un matrimonio feliz, lo que dejaba en claro algo, no se trataba solo de cariño o tiempo, sino también de madurez y entendimiento, y estaba más que de acuerdo en ello; la hermana de su cuñada era por mucho la mejor persona que pudo haberse topado en su vida.
Y pudo haberse quedado pensando en ella, de no ser por la voz de la ya mencionada morena de más de cuatro metros, quien casualmente no se encontraba acompañada de Katakuri, sino por Pudding, quien iba sobre su alfombra voladora para que estuviesen a una altura un poco más pareja. De no ser por el metro veinticinco que esta le ganaba, la hubiera morado fijamente, pero como desde hace mucho, miró hacia arriba. Su hermana menor se retiró tras un simple "nos vemos", perdiéndose de su vista para dejarlo solo con la menor.
- Peros-san ¿Qué tal te a ido? -Sin dudas parecía interesada en saber, pero ni él estaba claro de cómo se sentía al respecto.
- Supongo que es algo soportable, perorin -Respondió, dejando escapar un suspiro pesado- Hubiera ido con ella, pero lo hace por su nombre y su recompensa... Y creo que hubiera terminado de forma extraña.
- Es entendible que respetes su espacio... -Se llevó una mano al rostro, de forma pensativa- ¿Quieres venir con conmigo a Komugi? Katakuri quiere pasar la merienda allí.
- No creo que sea buena idea... ¡Ah! -No alcanzó a terminar, pues su cuñada lo sujetó del brazo con fuerza, llevándoselo a rastras.
- Tonterías -A pesar de estar de espaldas a él y usar cubrebocas, juraría que estaba sonriendo.
Bien no se atrevía a responderle, en primer lugar solo lo llevaba a otro sitio, por lo que no podía simplemente darle un golpe he irse, además de que esa mujer era por mucho, más dura de lo que parecía, además no se sentía de ánimos para llevarle la contraria, por lo que simplemente se dejó arrastrar; pasaron por el Mirror World gracias al haberse topado con Brulee, quien aceptó la invitación de la morena por acompañarlos, al menos no se sentiría tan solo con la compañía de su hermana.
Claro que eso le hubiera gustado creer de no ser porque la mujer de espejos tuvo que irse debido a un llamado importante en el Bosque de la Tentación, por lo que tan pronto como los dejó, se fué. Bueno, ya no le quedaba más que esperar alguna emergencia en la isla Candy y ser salvado por la campana, claro que cómo era de esperarse, eso nunca pasó, por lo que acabó acompañando a Butsu desde que llegaron, durante las compras y al llegar a la que pronto sería su nueva casa, algo curioso era ¿Si tenían esa casa en Komugi porqué vivían en el castillo de Whole Cake? Simple, eran órdenes de Linlin, tomando en cuenta que esperaban a mudarse cuando la morena finalmente quedase embarazada, cosa en la que al menos estaban trabajando pero como esto aún no sucedía, la madre decidió adelantar la mudanza, ya que quizás algo de privacidad aceleraría el proceso. En fin, se encontraban en la espaciosa cocina, él con los brazos cruzados mientras la contraria se encontraba lavando algunas frutas mientras tarareaba tranquilamente. Le parecía interesante el como ella y Katakuri se habían juntado; su hermano se dirigía a una misión de conquista y regresó con intención de casarse, sin duda algo especial tenía.
- Peros-san... ¿En verdad quieres a Ginger?
Esa pregunta lo tomó por sorpresa- Yo... No sabría responder eso... Pero si siento algo distinto cuando estoy con ella... Es algo que me gusta y... Me hace feliz.
- Ya veo, es bueno saberlo -Y sin decir más, siguió en su labor.
Que mujer más rara... Aunque él tampoco estaba en posición de hablar sobre rareza cuando era un tipo alto, delgado y pálido de lengua larga con risa siniestra he intelecto ligeramente aterrador, pero más allá de eso no había mucho que decir respecto a si mismo, solo que era un poco aterrador. Sin más en qué pensar, permaneció junto a su cuñada, ayudándole con una que otra cosa que esta le pidiera, aunque no era prácticamente nada, tenía todo en la preparación más que controlado; aunque no estaba demás añadir que el Charlotte casi sufre un infarto al ver como ella trabajaba el amasado tan agresivamente.
Una vez no hizo falta más que solo dejar los postres enfriar, se tomó el tiempo de revisar cuidadosamente entre todas sus compras, como era costumbre iba a preparar algo de té, ya que no contaba con el equipo necesario para preparar la bebida secreta familiar, sabía que a Katakuri le gustaba pero también que solía tener cierta preferencia mayor por el té, después de todo, estaba acostumbrado. Con toda la calma del mundo puso a calentar agua para la tetera, si bien los chefs solían llevarle Donuts a la habitación a la hora de la merienda, habían dado la estricta indicación de que fuesen entregados en Komugi, solo que está vez se darían el gusto de comer otros postres también, había hecho Croquembouche con crema de chocolate, galletas de limón con chocolate blanco, siendo estas de diferentes formas y cuatro Parfaits con variedad de frutas elegantemente decorados, habían quedado tan lindos que daba algo de pena comerlos pero no se podía desperdiciar la comida ¿Cierto? Lo mejor era pensar que sabían tan bien como se veían.
- Peros-san... Sé que casi no he hablado contigo acerca de Ginger... Pero no es como si ella fuese mi eterno problema, me preocupo por ella porque la quiero y si ella te quiere eso también me hará tomarte en cuenta, por eso... Quiero decir que si necesitas algún consejo respecto a ella o si solo necesitas hablar, estaré dispuesta a escucharte y espero darte la respuesta que necesites.
Sus palabras lo pillaron desprevenido, se esperaba algo un poco más... Severo como una advertencia sobre retorcerlo cuál alambre si se atrevía a hacerle algo a su hermana, pero eso también le confirmaba otra cosa; se veían entre ellas no solo como hermanas que se querían, sino también como adultas capaces y conscientes, si bien se daban apoyo, también se notaba la madurez en ambas mujeres, cosa que ciertamente lo sorprendía de buena manera, porque cualquiera pensaría que ella le daría una excepción a su amabilidad si se trataba de su hermana estando una relación amorosa, pero no era así, más bien le tendía la mano en señal de ayuda, no le dejaría morir tan fácilmente, mucho menos trataría de arruinarlo, eso ya se vería si alguno de ellos lo hacía y estaría acompañado de una charla sobre tomarlo con calma y no recurrir al odio, ya que era lo más mentalmente sano.
Después de quedarse pensando en lo dicho por su contraria, Katakuri finalmente apareció, ligeramente cubierto en sudor he inmediatamente seguido por los chefs, los cuales cargaban en un carruaje de madera la cesta con donuts gigantes del ojos granate, quien apenas recibirla les cerró la puerta en la cara. Afortunadamente la casa tenía ventilación y las ventanas se encontraban casi siempre cerradas, más que nada porque su propietario no solía quedarse mucho, su esposa se apresuró a recibirlo, indicándole de que los postres que tanto le había platicado ya estaban hechos, con una pequeña chispa de emoción dentro de si se dirigió a la cocina, encontrándose a su hermano mayor, no le tomó mucha importancia y dejó los donuts en el comedor de la sala, la mesa a pesar de ser bastante espaciosa solo contaba con cuatro asientos, era suficiente para ellos pero el solo asiento vacío hacía pensar una sola cosa al hermano mayor ¿Ella se estaría sintiendo sola? ¿O lo había dejado de lado tan pronto? No... No quería verlo como una posibilidad, quizás solo se estaba dejando llevar por la paranoia.
- Peros-san... -El llamado de atención de la morena lo sacó de sus pensamientos- Pregunté si querías azúcar para el té, también hay leche si quieres.
- He sí... Por favor -La pareja no notó un tanto, disperso, aunque prefirieron darle unos minutos.
- Bien, aquí te los dejo para que le pongas cuanto gustes -Respondió con un toque de preocupación, mientras dejaba los aditivos a un lado.
Katakuri tragó los donuts que tenía en la boca antes de pasarlo con una taza de té- Peros-nii... Estás raro.
Butsu lo miró con el entrecejo ligeramente fruncido, como diciendo "¿No tenías algo mejor?"- Sabes que puedes contarnos lo que sea.
- ...Me siento raro por Ginger... Y no solo ella, hay algo que me inquieta -Expresó, mientras añadía azúcar a su té- Es como si tuviera un insecto picando en mi nuca.
La pareja se miró entre si, tal vez sí significaba algo malo- Esperemos que no sea algo grave.
Más allá de aquella conversación, pasaron la merienda tranquilamente, claro que Butsu no había podido darse la libertad de comer demasiado, por mucho que Perospero y Katakuri le dieran la confianza de hacerlo, simplemente no pudo, al menos no en ese momento. Aunque desde el punto de vista del mayor, se sentía extraño respecto a ellos, verlos tan cómodos era... No encontraba una palabra para describirlo, pero sin dudas era una imagen que quería recrear por si mismo, le parecía algo especial, que sin miedo se proponía a lograr algún día... El día en el que ella volviera.
- Creo que tengo la solución a eso, Katakuri, Peros-san, vayamos mañana a dar un paseo, estoy segura de que será bueno para todos -Propuso la menor mientras juntaba sus manos, en su cabeza sonaba como una buena idea.
- No creo que... -El mayor iba a negarse, pero un gesto de su cuñada le hizo callar.
- Seguro que te sentará bien, además, no creo que haya algo malo en ir a descansar un poco -Y por la forma de sus ojos indicaba que sonreía.
Bueno les hacía falta relajarse ¿Verdad?
Mientras que en una situación completamente ajena a la que se presentaba en aquel lugar, se encontraba un grupo de personas reunidas en una misma sala, todo el sitio se encontraba a oscuras, teniendo como única fuente de luz, lo que parecía ser un tanque de agua con cadenas en su interior.
- Ahora que el único impedimento está fuera del camino, podemos actuar.
- ¿Será buena idea hacerlo tan pronto?
- Por supuesto que no, debemos esperar, la familia Charlotte es un peligro.
- ¿Y cómo lograremos la captura?
- Todo a su tiempo, ya tenemos el plan armado.
- Quiero que me pertenezca ahora... No importa lo que cueste.
- Todo a su tiempo Shancy, todo a su tiempo.
Tal vez, el relajarse no estaría tan fácil como creían.
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¡Ta-chan! Y eso es todo por ahora.
Por cierto, respecto a la sorpresa de la que hablé, pues debido a una falta de votos la voy a tener que posponer para otro capítulo.
Lamento la tardanza ¡Pero lo bueno es que ya estaba listo!
Bye bye~!
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