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La llegada

Vestido diario:

¡Finalmente llegamos al arco que tanto esperé escribir! Habrán un par de sorpresas y tragedias, espero lo disfruten.

Butsu no tendrá más cambios de vestuario hasta nuevo aviso.

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Oscuridad.

No había nada.

Todo era una inmensa penumbra.

- Hey... -Susurró una débil voz.

- ¿Quién es? -Confundida, dió vuelta en su sitio, buscando al propietario.

- Soy yo, aquí abajo.

Bajó la cabeza, encontrándose un destello posado en su mano- ¿Y tú quién eres?

- No lo sé -Confundida, la mujer subió su mano- Solo sé, que estoy aquí arriba.

- ¿Eres algo así como mi consciencia? -El destello dió varias vueltas a su alrededor, dándole un toque en la nariz antes de volver a su mano.

- No sabría decirte, pero aquí estamos... -Hubo silencio, hasta que volvió a hablar- Y no te preocupes, todo irá bien.

- ¿Cómo lo sabes? Nada es seguro.

- Bueno, una parte de tí dice otra cosa... así que confío en ella.

- Ya veo... ¿Hay alguna forma en la que te pueda llamar?

- Bueno eso lo decides tú, no es como si pudiera ir a ningún lado.

- Entonces lo pensaré mientras tanto.

- Perfecto -Dió una última vuelta, antes de volver a su mano- Por ahora, será mejor que despiertes.

- ¿Qué me qué? -Lo último que vió fué al destello estrellarse contra su cara, antes de volver a entrar en consciencia.

Parpadeó varias veces confundida ¿Dónde estaba? Había un techo metálico, luces, todo avanzaba y... No veía paredes en concreto ¿Esas eran jaulas? No tenía idea de lo que sucedía; intentó moverse, para toparse con el hecho de que sus tobillos, rodillas, muñecas, cuello y cintura estaban inmovilizados, inclusive tenía puesto un bozal ¿Qué demonios? Ni que fuera un animal con rabia. Desvió la vista a todas las direcciones posibles, literalmente era un pasillo repleto de jaulas de dos pisos, claro que ninguna tenía acceso a la otra, algunas vacías, otras con niños, ancianos o adultos, y claramente todos tenían ciertas características físicas en común. Todos tenían colmillos sobresalientes y gran tamaño.

No podía ser.

Una vez llegaron a su destino, fué depositada en una de las tantas jaulas del lugar, la soltaron haciéndole sentir una gran debilidad de forma instantánea, por lo que no logró sostenerse y cayó al suelo, dejando que sus captores se llevasen la tabla a la que estaba sujeta, quedando únicamente con el bozal. En cuanto la encerraron volteó a ver el lugar, viendo un par de caras desconocidas, a excepción de una, que se encontraba en la jaula de arriba frente a la suya.

- ¿Dinora? -La mujer de piel morena y cabello bicolor volteó a verla, se veía cansada he incluso triste- ¿No que los tuyos habían sido conquistados por Big Mom?

- ¿Los míos? Pff por favor, una vez perdí me desecharon de inmediato, llegué aquí por una venta -Se encontraba sentada, con la espalda contra la pared- Pero por lo que veo tú llegaste por las malas.

- Bueno, es bastante obvio -Bufó molesta, mientras adoptaba la misma postura, no tenía fuerzas para nada.

- ¿Ya llegó? ¡Pero que maravilla! -Se escuchó la voz de una mujer, casi como un acto reflejo, todos se echaron atrás, exceptuando a la recién llegada- Así que aquí estás... Eres perfecta, tal como imaginé -Con total ilusión, hizo un gesto con su mano- Quiten el bozal y denle su traje, también hay que amarrar su cabello.

Apenas decirlo un par de hombres con aspecto y gran altura similar, le tiraron a través de las barras una especie de malla, parecía su traje de práctica, pero con cuello alto y con un brillo algo parecido al látex en azul marino, junto con un par de guantes largos sin dedos y botas largas, aunque parecían más calcetas con suelas, después de aquello tocaron un botón en la parte trasera del objeto abrochado a su cabeza, dejándolo caer lejos de su rostro, al verla, la emoción de la aparente científica aumentó, haciéndola saltar de la emoción.

- Y que no te extrañe verlos libres, los sintéticos han sido un éxito, pero no el suficiente... Ah y por cierto, espero no tengas vergüenza, porque eso no debe llevar ropa interior, y no te preocupes, solo tu compañera podrá verte -Dicho esto la mujer se fué saltando y tarareando, encantada por haberla encontrado.

La pelimorada se acercó nuevamente, viendo la dirección en la que partió- De eso hablaba... -Volteó a verla un tanto sorprendida- Tú eres el alfa perfecto del que tanto estaban hablando.

- ¿Qué es eso? -Le dió una sacudida al traje, antes de arrimarse al fondo de la jaula como pudo y comenzar a desvestirse.

- Ah cierto que no sabes -Rodó los ojos y dejó salir un pesado suspiro- El alfa perfecto es aquel que nace una vez que el anterior muere, es el líder definitivo de entre todos nosotros, fuerte, inteligente y noble... Todo lo que cualquiera desearía ser.

No hubo respuesta, al menos hasta que terminó de ponerse la pieza principal, pasando la cabeza y su cabello- Pues me cuesta creer eso, aunque no hay razón para mentir ya que estoy aquí -Se puso las botas y por último los guantes- Por ahora esperaré a ver qué se me ocurre.

- ¿De qué demonios hablas? -

- Pues no pienso morir aquí haciendo el papel de damisela en apuros, tengo un esposo allí fuera con el que quiero vivir hasta quién sabe cuánto y una hermana que posiblemente logró encontrar al raro perfecto -Se estiró en su sitio antes de recostarse en el piso- Solo necesito tiempo.

- Vaya que tienes confianza ¿He? Ya quisieran los demás tener eso -Imitó su acción, dándole la espalda- Pero es imposible, al menos para nosotros.

- Supongo que... Ser optimista no está mal -Dió un bostezo, antes de cerrar sus ojos y ver si lograba descansar un poco más.

Una hora, luego dos, no pasaron muchas hasta que las luces se encendieron con un brillo aún mayor, obligando a todos a despertarse, una sección de la pared se abrió, entregando un vaso con agua, un cepillo dental con crema y una toalla húmeda desechable ¿Era enserio? Miró al otro lado, y efectivamente, todos se lavaban los dientes y la cara, por lo que con cierta desconfianza, copió sus acciones, escupiendo el agua usada de regreso al vaso antes de devolver los objetos. Una vez aseados llegaron a quienes hacían llamar sintéticos, a través de los barrotes les pusieron cadenas que iban del cuello a las muñecas, siendo que la cadena del cuello tenía un pequeño corrector eléctrico integrado.

Los separaron por edades, para hacerlos pasar a salas distintas, con un poco de tiempo, las mujeres pudieron peinarse, siendo la regla una trenza de raíz, cosa que, le generaba una ligera preocupación sobre lo que acabarían haciendo allí. Unos dispositivos les hicieron entrega de un par de barras, y nuevamente por pura observación, hizo lo mismo que las mujeres presentes, comiéndose lo parecían ser suplementos alimenticios; sin más tiempo que perder, las pasaron a reunirse en una sala, esta era bastante grande, con una especie de fozo en el centro, al otro lado de la sala, un grupo de hombres de su misma raza permanecían de pie, varios de ellos compartían color de cabello, ojos y hasta tono de piel, pero de entre todos ellos, ninguno parecía tener el mismo rango que Butsu, o al menos eso dejaron en claro.

- Buenos días jóvenes mujeres -La voz de aquella científica resonó en la sala- Debido a que tenemos una nueva integrante, debo explicar las normas -Esta se aclaró la voz- Se levantan a las 8:00am, se les permite asearse, y después han de ir a prepararse para el día con sus suplementos alimenticios, sigue el entrenamiento mañanero, han de pelear contra los sintéticos para saber qué tanto han progresado, luego se formarán para los exámenes de laboratorio y el día después tocarán exámenes teóricos para comprobar su nivel académico.

Una vez se apagó, otra voz habló- Ahora, como demostración, sujeto Willa, al fozo con el sintético 42.

Con el cuerpo tembloroso, una mujer de cabello rojo oscuro con mechones rosas, se dirigió a dicho fozo, bajando con cuidado, para que uno de los hombres allí presentes hiciera lo mismo, bajando de un salto. Las esposas de la mujer fueron retiradas y dejadas con las demás; tenía miedo, eso era visible, inclusive se atrevería a decir que era capaz de olerlo, al sonar una alarma, el sintético se abalanzó sobre ella, a lo que, presa del miedo, la mujer solo atinó a moverse con la intención de esquivarlo, he inclusive lo logró un par de veces, tristemente no duró mucho, su contrincante sujetó su cabeza, haciéndola retroceder para propinarle un puñetazo en el rostro, terminó por perder el equilibrio, cayendo al suelo, dándole paso a un hilo de sangre que corría por su boca, dejándole la piel enrojecida.

- ¡Me rindo, me rindo! -Se tiró de rodillas al piso, pegando sus manos mientras bajaba la cabeza- ¡Por favor no...! -Sus súplicas fueron silenciadas por una patada al estómago, haciéndola caer de lado, a lo que tratando de cubrirse, se encogió en su lugar.

- Si te rindes antes del primer minuto, deberás cumplir con una penalización ¿Estás segura? -Aquel recordatorio la espantó más, pero ciertamente, no quería otra paliza.

- Acepto la... -Un grito de dolor inundó la habitación, le estaban dando una potente descarga por medio del collar.

Una vez cayó al suelo, su contrario la tiró fuera del fozo antes de salir- Sujeto Dinora, al fozo con el sintético 35 -Una vez liberada, descendió, más resignada que temerosa, para que luego bajase uno de los otros- Si logra superar su récord, podrá recibir un nuevo premio.

¿Récord? Bien ya se estaba haciendo una idea de lo que pasaba, básicamente eran sometidos a pruebas una y otra vez, analizando que tan buena era la superación orgánica contra la sintética, y por visto, lo mejor que se les ocurrió fué ponerlos a partirse la cara y de no querer, simplemente debían torturarlos más, oh sí, maravilloso plan.

El sonido de los golpes llamó su atención, allí estaba, la mujer que en su momento llegó a insultar, amenazar y golpear, estaba ahora en un fozo, defendiéndose a puños, patadas y arañazos, de lo que era una copia de su misma especie, en parte triste, por otra, sí se sentía un poco impresionada, aunque no estaba muy segura de si superaría el récord que decían que tenía, esperaba saberlo y ver si realmente valía la pena, por lo que no despegó su vista de ella ni por un segundo, analizando los movimientos que hacía, y como uno tras otro, logró derribar a su contrincante.

Desgraciadamente, su calma tan fría se vió perturbada al momento en el que la mujer de cabello morado le abrió el cuello al contrario de un potente mordisco, con el cual, le arrancó un pedazo de carne, dándole paso a que la sangre salpicara encima suya y por todo el fozo, dejando una imagen, un poco turbia, cosa que la hizo pasar saliva, mientras que un segundo peleador descendía al fozo, sin darle siquiera un mínimo descanso, por lo que aún con la adrenalina a mil, se lanzó contra su próximo oponente, arrancando con una ofensiva, mientras el otro la esquivaba o desviaba algunos de sus golpes, recibiendo muchos otros. Y así prosiguió durante el resto de la pelea, la cual acabó ganando con un poco más de esfuerzo, pero al menos no estaba tan mal, aunque... Igualmente, terminó con la muerte de su contrario, quien igual que el anterior, terminó desechado como si de un empaque vacío se tratase.

- Sujeto Dinora ha alcanzado su récord de dos victorias despiadadas, hora de poner aprueba al tercero -Dicho esto, uno de los sintéticos que se encontraban más atrás, se acercó para descender al fozo- Sintético setenta y dos versión mejorada, al ataque.

Fué ahí cuando las cosas se pusieron realmente malas, este... "Mejorado" era mucho más agresivo que los otros, casi ni le permitía respirar, claramente la mujer de piel morena trataba de defenderse lo mejor posible, pero por cada golpe que recibía, solo empeoraba su posición, debilitándose cada vez más; para que finalmente una tirada al suelo como si de un trapo se tratase, cayó totalmente rendida, sin poder continuar, y sin que fuera suficiente, su contrario había intentado asesinarla, de no ser por la descarga eléctrica que le soltó el collar, haciendo que fuera inmediatamente tras los demás.

- Sujeto Dinora permanece en la marca -La científica pareció bufar con molestia- Sujeto Marie, al fozo con el sintético 22 y mejorado 89 -Esta vez fué el turno de una mujer con el cabello azul oscuro y mechones blancos, esta tenía la piel morena pero no tanto como Dinora, se lanzó al fozo y fué liberada de sus esposas, para luego sacar a la derrotada mujer pelimorada, quedándose ella.

El par que le fué asignado descendió, estando el de mayor número más que listo para lanzarse- ¿Puedo... Hacer una petición? -Habló tranquilamente, como si ya supiera el resultado- Quisiera... Pelear con ambos a la vez.

- Eres valiente Marie, aunque ya sepas lo que te pasará -La mujer rió a través del altavoz- Está bien, adelante.

Aquello dió comienzo a una nueva pelea de dos contra una, en la que a pesar de la falta de fuerza de Marie, esta lograba compensarla con una buena técnica, si bien Dinora era más fuerte y atacaba con más agresividad, esta otra mujer era lo suficientemente escurridiza como para evitar al agresivo par en la medida de lo posible. Por lo que aprovechando la situación, la morena observaba con detenimiento, se había tomado el tiempo de detallar cada situación, analizando desde la postura hasta la respiración, no hacía falta mucho para notar un cierto patrón en su forma de atacar, utilizaban puños al no estar tan cerca, el movimiento era sutil, patadas bajas estando en el suelo y lanzadas a morder al estar cerca, por lo que a pesar de su visible velocidad, estos sintéticos eran más bien peleadores pesados.

Y sin demorar mucho más, a pesar de la ingeniosa táctica de Marie, todo le salió mal al recibir el primer golpe, siendo derrotada en pocos minutos.

- Vaya que pena... Bueno, no queda más que hacer, que salga -Sin ningún llamado, la golpeada mujer fué expulsada del fozo, cayendo junto a las demás- Sintético cien, al fozo -Dicho y hecho, un sintético que destacaba de entre los demás, se lanzó al lugar- Hembra alfa ya debes saber lo que se viene.

Sin pronunciar palabra alguna, se lanzó al fozo, para que una vez dentro, las esposas cayeran al suelo, se estiró por unos momentos, girando sus muñecas y tronando su cuello, se mostraba tranquila a pesar del fuerte nudo de temor que sentía en su pecho, y vaya que lo odiaba. Observó con atención como su contrincante tomaba una postura diferente a la de los demás, instintivamente tomó una posición defensiva, si las cosas iban a ser diferentes de lo esperado, no iba a dejarlo tan fácil.

Pero siendo sincera, solo quería que Katakuri la encontrara pronto.

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Bueno, por fin lo logré, después de tanto tiempo sin actualizar les traigo este pequeño regalo de disculpas, no sé a ciencia cierta cuánto tardaré en subir más partes, pero trataré de hacerlo pronto.

Cuídense mucho, y sigan el ejemplo de Butsu picrew para que siempre estén seguros del covis.

¡Adiós~!

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