Bienvenidos a mi negocio
Vestido diario:
Capítulo suavecito, jue jue.
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Después de esa extraña reunión la noche anterior, Katakuri volvió al barco en silencio, ahora con un extraño pensamiento rondando en su cabeza, y sería una mentira decir que pudo volver a dormir pronto, no supo si fueron horas o minutos, solo sentía que había pasado una eternidad; pero finalmente pudo volver a conciliar el sueño.
Lamentablemente no pudo dormir por mucho tiempo, por lo que acabó levantándose poco después de Butsu, quien se retiró extrañamente temprano, ni siquiera se había ido a desayunar, él permaneció en el barco hasta poco después de la hora del desayuno, yendo con sus hermanos a buscar a su esposa, al llegar a la puerta del negocio se encontraron a Perospero, quien permanecía recostado en la puerta como si estuviera esperando algo, o mejor dicho a alguien, al ver a los trillizos les hizo señas de acercarse, claro que solo Katakuri lo hizo.
- ¿Qué sucede ahí?
- Butsu vino aquí temprano y luego Ginger me dijo que no entrara hasta que abrieran, han de estarle haciendo mantenimiento al lugar -Dijó con desinterés mientras miraba sus afiladas uñas- Ya llevan un par de horas en eso.
- Puede que no les falte mucho.
- Puede ser, pero... Ughfd... -Y gracias al portazo cortesía de su cuñada, quedó aplastado entre la puerta y el muro que había a ambos lados de los escalones de entrada.
- Hermanos Charlotte, sean bienvenidos al negocio familiar Chocolatt, como invitados especiales el día de hoy, pueden darse el gusto de comer lo que deseen, serán los únicos clientes del día.
- Ah... ¿Cualquier cosa que queramos comer? -El comentario de Oven hizo a sus mellizos rodar los ojos, aunque internamente no distaban mucho de él.
- Bueno, al menos hasta donde alcance -La risa de su cuñada los hizo asentir.
- Bueno mejor pasen, no se queden ahí sin decir nada -La mayor hizo acto de presencia en la puerta- Oigan... ¿Y Perospero dónde está?
Un quejido proveniente del otro lado de la puerta hizo que la menor mirase tras de esta, y ahí estaba- Uy... Lo lamento -Dijo mientras cerraba, dejando la otra puerta abierta.
- No te... Preocupes... No me dolió... P-perorin -Respondió casi sin aire, cayendo al suelo como un insecto aplastado.
- Yo lo llevo, vayan tomando asiento -Dijo la morena mayor mientras se acercaba a levantarlo.
Los trillizos ingresaron al lugar siendo recibidos por el olor a postres recién hechos, no era algo que invadía bruscamente, sino una fragancia suave, que poco a poco invitaba a sentarse y comer de todo; tomaron asiento en una de las grandes mesas, Butsu les tendió unos menús, a lo que los tomaron algo confundidos, claros que Daifuku y Oven no tardaron en comenzar a leerlo, viendo la variedad que su cuñada les ofrecía en todo, servían helados, pasteles, donuts, galletas, hojaldre, bebidas, de todo lo conocido y por conocer.
- Es para que sepan por dónde empezar, no les voy a amontonar todo.
- Me conoces lo suficiente para saber -Katakuri se cruzó de brazos, igualmente revisando el menú- ...Aunque también me gustaría un pan con helado.
- ¿Qué es esto de reloj de espuma? -Preguntó Daifuku arqueando una ceja.
- Que bueno que lo preguntas -La mujer adoptó una pose similar a la de una profesora- Son piezas de galleta que sirven de base para un vaso con forma de reloj de arena que en la parte de abajo tiene soda sin sabor y le pones bebida de fruta en polvo, que al hacer contacto con la soda crea una bebida con bastante espuma, y queda perfecto con las galletas.
- ... Bueno empezaré con eso.
Mientras, Oven se quedaba viendo fijamente el menú- Pediré el Sol cítrico.
- Enseguida salen -Tomó los menús y se dirigió a la cocina, para unos segundos después servirles lo que pidieron- Tengo de todo preparado, si sienten que les falta algo con sal solo avisen.
Y desde ese momento, para los hermanos fué complicado para de comer, no solo por su apetito usual, más allá de eso, por alguna razón el comer aquellos postres no los hacía sentirse pesados o algo parecido, era como si la comida por si sola solo consiguiera impulsarlos a seguir comiendo, era extraño, pero incapaz de disgustar, claro que fué la misma Butsu quien les puso el alto con un disimulo increíblemente bueno. Les había llevado a cada uno una bebida extraña, parecía jugo de manzana con gas, a Katakuri no le había costado reconocerla, era la misma que le había estado sirviendo el tiempo que pasaba allí, pero lo más extraño era que solo se la servía cuando comía postres. Restándole importancia, bebieron aquel líquido en tan solo un par de tragos, sintiéndose satisfechos a pesar de haber comido más de la cuenta.
- Ah, oye cuñada ¿Qué es esta cosa? -Preguntó Oven alzando la jarra vacía.
- Esa es la bebida especial del negocio, pero eso ya es una receta secreta -Respondió mientras levantaba los platos sucios.
- Permíteme -Katakuri no tardó en levantarse también he intentar ayudarle a pesar de recibir una respuesta negativa.
- Acabas de comer, deja que yo lo haga.
- Y tú apenas has comido, al menos deja que te ayude -Los hermanos de ambos miraban la escena con diversión, especialmente los mayores.
Al final la morena no pudo hacer nada contra la insistencia de su esposo, claro que no fué solo el simple hecho de querer ayudarla, el hombre de ojos granate no era tonto, conocía lo suficiente a Butsu como para ver necesario usar su Haki, y prevenirle una caída que terminaría con platos rotos y cortadas por vidrios y cerámica, no es como si fuese su costumbre ser torpe, sino que hubiera sido culpa de unos golpes en la puerta y un poco de agua derramada, claro que fué capaz de evitarlo, atravesando su cuerpo para que no cayera ante el llamado de atención, mientras que los platos que cargaba, al ser menos no fué mucho problema seguirlos sosteniendo.
- Yo me encargo ustedes vayan a la cocina -Respondió Ginger, mientras se dirigía a la puerta.
La pareja ingresó a la cocina para ir a dejar los platos en el fregadero automático, cualquiera pensaría que era miles de veces mejor solo usar ese y ya en ver hacer las cosas manualmente, pero claro que por declaración propia de las hermanas solo lo usaban cuando la cantidad de platos por lavar era algo que les tomaría mucho o en caso de movilizarse con tanta prisa que lavar los platos sería un atraso, estuviesen enfermas, alguna otra situación que el lavar fuese un obstáculo, el estar cansadas o que algún recipiente fuese complicado de lavar, claro que en este caso era la cantidad de platos y también uno que otro objeto complicado.
- ¿Por qué lo usan tan poco?
- Aunque tiene su propio purificador, este invento suele gastar mucho jabón y... También me da miedo a veces, hace mucho ruido y eso me preocupa.
- Eso explica todo -El Charlotte rodó los ojos- Aunque tampoco es que uses mucho las otras.
- No necesito explicarlo otra vez, pedidos gigantes, fin de la historia.
- No tienes que decirlo -Respondió dándole un toque en la frente- Se hace tarde, deberíamos volver al barco.
- Tenemos la casa para nosotros ¿Porqué crees que limpié? No fué solo para invitarlos a comer.
Katakuri la miró con las cejas alzadas, apenas empezaba a conocer ese lado de ella, pero no era como si le disgustara- Entonces debería buscar mis cosas.
- Te espero -Apenas él se dió la vuelta había aprovechado de darle una palmada en el trasero, igual o más fuerte a la que le había dado en el barco- Trasero dormido, trasero perdido.
Volteó a verla con los ojos ligeramente abiertos por la sorpresa, si bien ella se había soltado bastante desde la noche de bodas, no se daba ese nivel, bueno, le gustaba tocarlo bastante pero era un contacto más cariñoso a diferencia de él, aunque no era como si eso lo molestara, después de todo si mal no recordaba, su especie se comportaba de una manera más "activa" después de casarse ya que para ellos reproducirse era un poco difícil más no imposible, algo así como cuando los animales entraban en celo, aunque más allá de algo tan simple, una de las cosas buenas al respecto era que un embarazo solo se daba si ambos estaban de acuerdo, era como una señal de aceptación que reflejaba su cuerpo ya que si alguno se sentía forzado o no sentía atracción por el otro, inmediatamente su cuerpo se volvía insensible a su tacto he inclusive podían volverse agresivos, más claro no podía ser el rechazo, pero si con Butsu eso no le había pasado, claramente era porque lo quería y estaba de acuerdo en estar con él, y eso sin duda era una señal positiva, claro que ya durante el acto su lado "salvaje" se daba el gusto, y volvía a decirlo, no era que le disgustara, más bien lo consideraba como algo bastante atractivo viniendo de ella, pero a fin de cuentas, los hijos que pudiesen tener, serían hijos deseados quizás inesperados, que igualmente recibirían cariño; esto lo ponía a pensar ¿Cómo sería si tuviesen un bebé? ¿Un niño? ¿Niña? ¿Múltiples tal vez? Siendo él parte de un grupo de trillizos, era posible, aunque hasta donde sabía ella era de un nacimiento simple, lo que ponía en duda las posibilidades.
Al percatarse de en qué pensaba sacudió la cabeza tratando de despejar un poco su menta, no era momento de pensar en esas cosas, vió a sus hermanos levantarse y salir no sin antes dar las gracias a su esposa y salir del lugar para regresar al barco, se les hacía un poco obvio que ella se quedaría en su casa durante esos días, y claro que el ojos granate avisó a sus hermanos que pasaría esos días con ella ya que bueno... Eran pareja. No le hizo falta pasar por el barco al ver al grupo de homies que cargaban con sus pertenencias, desvió su mirada en dirección al barco, encontrándose con las de aprobación por parte de sus hermanos mellizos, rodó los ojos ante aquel gesto, agradecía el favor pero tampoco era como si le gustaran esas bromas por parte de ellos. Volvió a la casa de su esposa mientras veía salir juntos a su hermano y cuñada, estos le hicieron un gesto de buenas noches con la cabeza, antes de seguir de largo he irse en dirección al barco de la morena, bien, él no iba a ser el único.
Apenas los homies abandonaron la casa la puerta se cerró, yendo Butsu a pasarle llave a esa cerradura como la última del día, dando el horario como finalizado por ese día. No hizo falta decir nada, el mayor tomó las cosas de ambos, llevándolas al piso de arriba mientras Butsu lo seguía, por lo que apenas el equipaje tocó el suelo sintió como ella inmediatamente se lanzó a sus brazos. Lo primero en caer al suelo fueron el cubrebocas y la bufanda, antes de unir sus labios en un ardiente beso, ahora sí que se iban a divertir.
La ropa no tardó en caer a un lado, mientras ambos caían sobre la cama en un ruido sordo, sin despegar sus labios ni dejar los ligeros rasguños en la piel expuesta, empezaba a hacer calor, mucho calor. Katakuri agradecía que la falta de sueño no se la pudiera cobrar en ese momento, porque estaba claro que no dormirían pronto.
O al menos eso era lo que se esperaba.
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Creyeron que habría lemon otra vez PERO NO, SOY YO, EL FINAL DEL CAPÍTULO.
Bueno amores eso fué todo por hoy, y sí lamento la tardanza, tuve parciales y mucha pereza encima pero aquí les dejo este capítulo de musho amor.
Y con este capítulo suavecito se inaugura el arco con más contenido Peros x Ginger.
Aclaraciones:
- Desde el próximo capítulo me enfocaré un poco más en la relación no tan secreta de Perospero y Ginger.
- La idea de la reproducción... Me gustó porque es para usarla en un futuro.
- Y claro, habrá madrazos y demás cosas.
Ahora sí, bye bye~
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