Hoy vuelvo a ser aquella niña...
PARTE II
Los domingos de matiné, cuando pasan tres películas, son muy esperados por todo el vecindario. Son seis horas donde todos disfrutan, adultos y niños... descanso para los mayores y fiesta para nosotros.
Cada uno lleva su merienda, formando entre todos, la gran "picadita"...
El cine Italia se llena de risas y algunas trampas... hacemos "cola"... una larga y divertida "cola"...
Los Ferrari tenemos pase libre porque nuestro abuelo José María Ferrari fue voluntario en la Primera Guerra Mundial. Cada domingo, nos convertimos en hermanos, así que somos unos veinte diciéndole al portero: Ferrari, Ferrari, Ferrari... Ferrari...
Pero todo lo bueno se termina, y siempre hay alguien que pincha el globito...
Ahora vamos con las entradas en la mano, y el resto de los "hermanos domingueros", deben sacar la suya en boletería... ¡Era divertido!!!
Entramos y ocupamos toda la fila del medio; se apagan las luces y comienzan nuestras voces...
Casi susurramos al hablar, pero de vez en cuando aparece un
- ¡Sssshhhhhhhhhh!
Y en seguida aparece Cono, el portero, con su espeluznante linterna... y ya no busca... va directamente a nuestra fila y nos alumbra, directamente a los ojos, a cada uno de nosotros...
Una vez que se retira, insistimos:
- ¿Qué trajiste, Debraycito?
- Tortas fritas... ¿ Y vos?
- Yo traje pan casero.
- Aaahhh!!! Yo quiero pan casero - dice Silvana- y te doy galletitas María.
- Yo quiero tortas fritas - se escucha a Jorge-
- ¿Y vos qué trajiste? - pregunta Martín.
- ¡Yo no traje nada!!! Pero dame una torta o te doy una trompada!!! (Por algo es el Tuca).
Y así pasamos la tarde... comiendo, hablando, peleando, riendo... y de las películas, ni nos enteramos...
De pronto, mi hermano más chico rompe a llorar...
Allá salta Jorge, preguntando a gritos:
- ¿Qué te pasó???
- ¡Me pegaron en la cabeza con una bolitaaa! - grita el majadero.
La película se detiene y se prenden las luces.
- ¿Quién fue??? - insiste mi hermano, enloquecido.
Joselo mira hacia la parte de arriba, ve a uno asomado y dice:
- ¡ Éllllll!!!
Entonces mi hermano mayor, un loco protector, sube con decisión y le da un par de trompadas al supuesto agresor, que no para de gritar:
- ¡ Yo no fui!!! ¡Yo no fuiii!!!
Todo vuelve a la calma... se apagan las luces y todo vuelve a comenzar...
Hace frío, es invierno... mi hermanito tiene tos, mucha tos... No para de toser y no deja escuchar nada, por lo que mi hermano mayor, el protector de hace un momento, se levanta y le promete unas buenas piñas si no deja de toser. Allá aparece el paciente Cono, a apaciguar los ánimos, después de hacer parar la película y prender las luces...
Última película... y se acaba el cine...
Una semana de merecido descanso para Cono, a la espera de la tortura del próximo domingo. Regresamos a casa entre gritos, risas y corridas, para que no descubran que somos nosotros los que tocamos timbre...
Todos los domingos son re divertidos, al menos para nosotros...
ilargiluna
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