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El reloj de su teléfono indicaba que eran exactamente las 3 de la mañana, por lo que rápidamente Amber se dirigía al ascensor del hotel en el que ella y su familia se hospedaban.

A la vez limpiaba sus lágrimas ya que su noche había terminado de una forma que definitivamente nunca olvidaría y le dejaría de lección que no debía volver a salir de fiesta y perder el control con Georgina Sparks.

Una vez en su piso rápidamente se saca sus tacones y se dirige a la hasta la puerta para abrirla sigilosamente con la tarjeta.

Por otro lado estaba Lily Van der Woodsen que se encontraba en la habitación de su hija mayor, revisando cada uno de sus muebles o posibles escondites.

La rubia abre silenciosamente la puerta de su habitación para ver cómo su madre se encuentra ahí, revisando su armario por completo.

─¡Mamá! ¿Qué crees que haces? ─cuestiona Amber entrando y cerrando la puerta tras ella

─Sabes desde el momento en el que ví que eran las 2 de la mañana y tú no llegabas a casa sabía que algo pasaba ─responde su madre y la rubia la mira confundida

─Mamá lamento llegar tarde, perdí la noción del tiempo ─se disculpa Amber

─¿Perdiste la noción del tiempo? ─cuestiona Lily incrédula─ Estos últimos casi dos meses has estado actuando tan extraño, pero por alguna razón no sabía lo que era, hasta que simplemente lo deduje

─No entiendo de qué hablás ─niega Amber

─Se que te drogas Amber ─espeta Lily

Con tan solo esas palabras el mundo de Amber parecía derrumbarse, su madre había descubierto su secreto y se veía tan molesta que sin importar con lo que ella quisiese mentir, sabía que no iba a funcionar.

─Ahora necesito saber ¿dónde están las píldoras? ─inquiere Lily

─No sé de qué hablas mamá, yo no me drogo ─niega Amber rápidamente

─¿Es enserio Amber? Al ser la hermana mayor pensé que la confianza entre nosotras sería diferente a la que tengo con tus hermanos ─dice su madre algo decepcionada

─Mamá ¿Qué te hace pensar que me drogo?  ─cuestiona la mayor de las Van der Woodsen

─Tal vez el hecho de que últimamente luces confundida, tienes los ojos rojos y a veces estás fuera de sí ─responde su madre para seguir custodiando su armario

─¡Aquí están! ─exclama Lily sacando dos pastilleros de diferentes píldoras somníferas de los tacones de su hija

─¿Así que sí no te drogas, por qué tienes esto? ─cuestiona Lily mirando a su hija, la cual luce nerviosa

─Está bien, me he drogado un par de veces pero es solo cuando estoy estresada ─admite Amber─ Aunque pararé de hacerlo, lo prometo mamá

─Agradezco tú honestidad Amber, pero no puedo creerte, debo hacer algo al respecto ─dice su madre algo decepcionada de su hija

─Mamá por favor no, confía en mí ─suplica la rubia

─Ya no puedo confiar en ti Amber y debo hacer algo al respecto no puedo dejar que mi hija adolescente se vuelva una drogadicta ─espeta Lily dejando a Amber completamente sorprendida por sus palabras

─Será mejor que comiences a empacar algo de ropa, porque irás a un centro de rehabilitación ─sentencia Lily

Mamá solo déjame explicarte, prometo que nunca más tomaré esas pastillas indica la rubia sintiendo ganas de llorar

─Enserio espero que con ésto aprendas una lección Amber ─sentencia Lily para darle una última mirada y llevarse las pastillas

─Mamá solamente escúchame ─súplica Amber tomando su brazo

─No debatire ésto contigo, la decisión está tomada iras a rehabilitación ─termina de decir Lily para salir de la habitación

La rubia comienza a sentir cómo alguien la mueve, era su hermana Serena la cual trataba de despertarla.

─Amber despierta, ya llegamos ─anunció la menor de las rubias

─¿Te encuentras bien Amber? ─pregunta Serena─ Luces algo pálida

─Sí, todo está bien ─asegura la mayor con una sonrisa falsa

Amber sabía que nada estaba bien, volver no era la mejor decisión, volver solo le traía recuerdos de todas las cosas malas que había hecho antes de que terminara en rehabilitación…

AHHH AQUÍ ESTÁ EL PROLOGO!! ¿Qué les pareció? ¿Alguna teoría o algo que esperan que pase?

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