- ¿Tu nombre?

- Mikoshiba Momotarou, señor.

- Mikoshiba ¿eh? Recuerdo que había uno antes también y ahora está en la tropa de exploración. ¡¿Aspiras a lo mismo?!

- ¡Lo hago señor!

Noté como ese chico se ponía más nervioso que otra cosa, seguían haciéndole preguntas, pero me había quedado perdido viéndolo. ¡No! No debo pensar en eso, es un chico más y en cualquier momento podría morir.

Pero entonces ¿Por qué no dejo de observarlo?

Algunas semanas habían pasado, y muchos chicos habían sido capaces de demostrar de lo que estaban hechos, incluido él. No había tenido tiempo de hablar con él antes, pero esta vez no se me iba a escapar.

- Oye tú.

- ¡Sí, señor!

- No tienes que decirme así, Yamazaki Sousuke.

- ¡Sí, Yamazaki-san! ¿Usted es el amigo del Capitán Matsuoka, no?

- Solo Sousuke y sí es mi mejor amigo ¿Por qué?

- Na-nada señor.

Era aún muy temprano por la mañana, pero como siempre para la tropa de exploración los descansos no existían. Yamazaki Sousuke y su equipo se encontraban aniquilando titanes sin piedad alguna, unos por diversión, otros por venganza y alguno que otro porque consideraban que habían nacido para eso.

Aunque no eran los únicos por esos lares, muchos equipos se encontraban en el mismo lugar y haciendo lo mismo, porque al parecer la guerra contra los titanes era algo que nunca acabaría.

- ¡Rin! A que puedo acabar con más titanes que tú.

- ¡Eso quisieras Haru!

- ¿Enserio? ¡Te voy a mostrar una vista que nunca has visto antes! -exclamo el ojiazul antes de acabar con un titán como si fuera un simple papel- ¿Me has visto?

- ¡Yo te enseñaré como se hace! -exclamó ahora el pelirrojo haciendo lo mismo pero con dos titanes- ¿Ahora quién tuvo una mejor vista?

Mientras el capitán de su tropa empezaba a alardear junto a Nanase, Sousuke trataba de poder concentrarse en un lugar y no desviarse en el proceso, es que realmente leer mapas no era lo suyo, no supo ni como había logrado ingresar...aunque Rin le decía que era por sus habilidades, su sentido de la orientación no era el mejor.

- Sousuke-senpai ¿Se encuentra bien?

- Sí, no te preocupes Ai, es solo que estoy algo cansado.

- Y sé le entiende, usted ha pasado la mitad del día cazando titanes. ¿Por qué no descansa un rato? Después de todo a Rin y Haru-senpai parece irles bien.

- No sería justo para ellos, estoy bien.

- Si usted lo dice.

- Vamos, deja de llorar y corre.

- Estoy muy cansado Sousuke.- respondió tirándose al suelo.

- ¿Y si un titán estuviera tras de ti y se te acabara el gas? Debes tratar de alejarte al menos un poco, tus amigos te protegerán si estas a su lado.

- ¿Usted también? – preguntó alzando la vista hacia él.

- ¿Bromeas? - le tendió la mano - Ni me lo pensaría.

- Sousuke-senpai no quiero despertarlo pero, no creo que ese titán que se aproxima a nosotros, piense lo mismo.

- Tienes razón. -respondió restregándose los ojos- No pensará así, este tipo de cosas ya las tengo claras.

Sin darse a esperar más Sousuke se dirigió al titán y con habilidad corte en su nuca haciéndolo caer.

- ¡Sou-chan es tan genial!

- ¡Nagisa! Nos va a ver.

- Ya los he visto. -respondió Sousuke mirándolos de reojo- Esta bien, continúen con lo suyo.

- ¡Sí!

- Al parecer es muy famoso ¿No, Sousuke-senpai?

- Eso creo, no me interesa demasiado la verdad.

Juntos se dirigieron al lugar donde se encontraba su capitán, este yacía tirado en el pasto mirando al cielo.

- Chicos ¿Está todo bien? -preguntó Rin levantándose.

- Capitán Matsuoka, ya todo está despejado -respondió Nitori, a lo que Sousuke asintió.

- Bien ¡Minami, Uozumi! ¿Cómo va todo por ahí? -preguntó a los chicos que se hallaban muy a la izquierda de donde se encontraban.

- ¡Todo bien capitán! -respondió el castaño.

- Entonces quiero que todos se reúnan aquí ¿Está bien? Ya fue suficiente por hoy, porque aunque a nuestra tropa le haya ido bien, no todos tuvieron la misma suerte.

- Sousuke ¿Quédate conmigo, sí?

- Ni siquiera tienes que pedírmelo, claro que haré eso, eres un novato, todos los demás son veteranos yo cuidaré de ti.

- ¿Es una promesa? - preguntó el peli-naranja con algunas lágrimas cayendo.

- Es más que eso, es mi palabra.