De alguna manera volví con Maki después de vagar por toda la casa y beber aún más alcohol. A estas alturas ni siquiera podía recordar por qué estaba bebiendo, pero algo me dijo que no me detuviera.

Maki y sus amigas eran simpáticas y auténticas fiesteras. Me lo estaba pasando genial, pero quería alejarme del grupo. Un tipo, que definitivamente se había presentado pero cuyo nombre no podía recordar, seguía coqueteando conmigo de una manera bastante molesta. Podía manejar las bromas desagradables, su forma espeluznante de mirarme y que acercara a mi más y más, pero cuando comenzó a tocarme no pude soportarlo más. No dije nada y no traté de alejarme demasiado de él porque no quería hacer una escena con sus amigos alrededor, quienes probablemente estarían de su lado y yo me sentiría estúpida.

Me inventé que quería ir a tomar un poco de aire para irme, pero fue una ingenuidad de mi parte pensar que no me seguiría.

—Estás aquí sola, ¿no? —Preguntó mientras yo caminaba rápidamente delante de él. Fingí no escuchar y aceleré.

—¡Oye! —Llamó mi atención agarrándome del hombro.

Me volví para liberarme de su agarre pero, desafortunadamente, mi cuerpo no apreció el movimiento repentino y tropecé.

Mi espalda chocó con algo claramente humano y mis manos agarraron unos brazos para que no me cayera.

Me recompuse torpemente y me di la vuelta para disculparme con mi salvador. No pensé que alguna vez sentiría tanto alivio al ver el rostro de Suna.

—¿Estás bien? —Preguntó el repugnante mientras se acercaba a mí.

Instintivamente, me acerqué aún más a Suna. —¡Ah! Sí Sí". —Cogí al moreno del brazo y lo miré.

—¡Ahí estás! Te estuve buscando.

Suna me miró, confundida. —¿En serio? ¿Y por qué me buscabas? 

—¡Porque quiero pasar un rato con mi novio, claro!.

Su mirada se volvió aún más perpleja, pero pareció entender cuando el otro chico se aclaró la garganta.

—¿Así que tienes novio? —Murmuró, más inseguro de lo que estaba unos segundos antes.

—Sí. —Respondió Suna, envolviendo un brazo alrededor de mis caderas y acercándome. —¿Y tú eres?

—Ah ... Um ... nadie. La acabo de conocer esta noche.

—Mhm, ¿nada más? 

—¡Sí! ¡Eso es todo al respecto!

Traté de no sonreír al ver lo pequeño que se ponía el chico frente a Suna, él cual era más alto que él por al menos quince centímetros y era mucho más intimidante.

—Bien. Ya sabes, soy un tipo muy celoso. —Y como para probar su punto, me apretó aún más contra su cuerpo. Me incliné hacia él y puse una mano sobre la suya, sonriendo inocentemente al repugnante. Este último tragó saliva y dijo algo que no escuché debido a la música, luego se fue.

Cuando estuve segura de que ya no estaba, me separé de Suna y suspiré de alivio. 

—Necesito un trago. —Dije y me dirigí a la cocina.

—¿Ni siquiera vas a dar las gracias? —Preguntó Suna, siguiéndome. —Aún así, me parece que te divertiste mucho siendo mi novia.

Me serví un trago. —No dejes que se te suba a la cabeza, Rintarou.

—Mhm, claro. Menos mal que me encontraste, ¿verdad? 

—Sí. —Murmuré. Tomé otro vaso y serví un trago, luego se lo di a Suna.

Lo miró por un momento, luego negó con la cabeza. —Es mejor si no bebo esta noche.

—¿Por lo de la otra vez? 

¿Cuando le pegaste a mi hermano?

—También. —Murmuró, recostándose en la mesa y mirándome beber de uno de los dos vasos. —Pero sobre todo porque estoy locamente drogado en este momento, y no quiero estar peor. —Asentí con la cabeza.

—¿Estás aquí con amigos tuyos? —Le pregunté. 

¿Por qué estoy conversando con él?

El se encogió de hombros. —Si y no. Un amigo mío me trajo, pero nos separamos después de un tiempo una vez que llegamos aquí. ¿Y tú? ¿Estás sola?

—Sí. Todos los demás estaban ocupados. Teóricamente vine con Miyagawa, pero era inevitable que nos separáramos. —Suna asintió y permaneció en silencio. Bebí el segundo vaso.

—¿Seguirás bebiendo?.¿No estás ya lo suficientemente ebria? 

—¿Eres mi mami, Suna? —Me reí de mi propia broma, pero un nudo se formó en mi garganta tan pronto como recordé mis palabras. 

Mi mami. Yo no tengo una.

Negué con la cabeza, como si eso pudiera alejar físicamente ese pensamiento de mi cabeza. Por supuesto que tengo una mamá. Y yo también un papá. No estaban en casa a menudo, pero me amaban mucho. Tuve suerte. 

Deja de pensar en eso. Estúpida. Deja de pensar en eso.

Mordí el interior de mi mejilla y terminé el líquido restante de un trago.

Casi me había olvidado de la presencia de Suna cuando puso una mano en mi cabello y volvió mi rostro hacia él.

—¿Qué crees que estás haciendo?

—Cálmate. —Murmuró. —El chico de antes está detrás de ti. Actúa como si estuvieras locamente atraída por mí. Eso no será difícil ya que estás profundamente enamorado de mí, ¿verdad? —Le hice una mueca, pero me acerqué un poco más. Dejé que su mano dejara mi cabello para acariciar mi mejilla y me sorprendió lo suave que podía ser su toque.

—Vamos a hablar de algo. Ahora mismo parecemos dos idiotas mirándose el uno al otro. —Murmuró.

—Bien. Entonces dime, ¿cómo es ser el niño más tonto de la escuela? —Él sonrió, asimilando mi broma. 

—No lo sé, deberías preguntarle a Atsumu.

Traté de reprimir la risa que estaba a punto de salir de mi boca, pero no estaba lo suficientemente sobria para hacerlo.

La mano de Suna se movió a mi lado y me acercó aún más a él. —Te está mirando. ¿No tiene vergüenza? Sin embargo, pensé que lo había intimidado lo suficiente antes. —Murmuró con la mirada apuntando hacia atrás.

Tomé su rostro y le hice volver a mirarme, sin saber por qué. —Podríamos simplemente salir de esta habitación, ¿sabes?

—Vas a huir de él el resto de la noche?. —Puse los ojos en blanco. 

—Estaba diciendo eso por ti, idiota. No es como si tuvieras que cuidar de mí.

—No, tienes razón. —Dijo Suna, pero apretó su agarre en mis caderas de todos modos.

—Izumi. —Giré mi cabeza hacia el sonido de mi nombre. Era Funai, uno de los amigos de Maki.

—Asano me dijo que estás con tu novio y yo quería conocer al afortunado.

Funai parecía una persona inocente y extrovertida, así que no creo que sus acciones fueran dictadas por ningún tipo de motivo oculto.

Suna los miró a ambos con cautela y no dijo nada. —¡Mh, por supuesto! Esta es Suna. Suna, Funai y, bueno, Asano. Ustedes dos no se presentaron correctamente antes.

—¡Es un placer, Suna! ¿Ven a jugar al beer pong con nosotros? —No quería parecer grosera, así que respondí. —Claro —Justo cuando Suna dijo —No creo que sea una buena idea.

Le di una mirada interrogante y continuó. —Verás, Izumi ya bebía mucho y pasar de licor fuerte a cerveza solo significaría enfermarse. No quiero que eso suceda.

Mentalmente le di las gracias y les di una sonrisa de disculpa a los dos chicos que estaban frente a nosotros.

—¡Ah, ya veo! Eres muy reflexivo, ¿eh? No dejes que se escape, Izumi-chan. —Se rió Funai.

Descansé mi cabeza en el hombro de Suna, abrazándolo. —No haría eso por nada del mundo. —Funai y Asano se despidieron y salieron de la cocina.

Fui a la mesa a buscar más bebidas, pero Suna me arrebató el vaso de las manos. —¿Entonces otros pueden llamarte Izumi-chan y yo no puedo?

Traté de tomar mi copa, pero Suna extendió su brazo hacia arriba, fuera de mi alcance. Resoplé.

 —Eso es porque no eres mi amigo.

Busqué otro vaso, pero Suna se lo quitó también. —Tienes razón, esta noche soy tu novio. Y hablaba en serio acerca de que ya estabas demasiado borracha. No voy a pasar la noche agarrándote del pelo mientras estás inclinada sobre el inodoro.

—Ya te dije que no tienes que cuidarme.

—Sí, bueno, lo haré de todos modos. Y ahora vamos a bailar, ya que no puedes quedarte contemplando el alcohol.

Con eso dicho, Suna me tomó de la mano y me arrastró fuera de la cocina.