Larissa estaba sentada en la primera fila a lado de los señores Weber junto a Carmen y Eleazar, los pequeños gemelos habían preferido ir con Emmett y Rosalie después de convivir tanto durante el resto de la semana con la pareja, Rosalie sobre todo estaba contenta teniendo a los gemelos queriendo su atención maternal.

Ambos clanes terminaban de abarcar las dos filas detrás de Larissa al igual que los amigos cercanos de Angela, las siguientes filas estaban los familiares y conocidos. Todo el pueblo había parado sus actividades regulares de aquel jueves para asistir a la santa sepultura de la única hija de la familia Weber.

El patio trasero de la casa Weber estaba lleno de personas, todos dándole respeto y el pésame a la familia Weber y a Larissa. Todos veían como la decoración sencilla, pero hermosa representaban a Angela.

Las flores blancas con rosado pastel, aquellos toques verdes y cafés del bosque hacían que el lugar fuera tranquilo y hermoso, habían logrado darle un bello recuerdo a los Weber para darle partida a su hija.

Un pastor y amigo cercano del señor Weber dio la ceremonia ya que el señor Weber estaba desecho no iba a poder llevar esa responsabilidad sabiendo que era su dulce hija a la que estaba dando su pase al cielo.

- Mi hija, era la niña comprensiva y amable que ayudaba hasta al conejo mal herido que encontraba en este patio - El señor Weber sonrió con tristeza- Agradezco tanto a esta comunidad el venir aquí, ustedes como yo y mi familia vimos crecer a mi hija, vimos verla disfrutar plenamente de este pueblo y hacerlo vivaz con su alegría juvenil así como el resto de los jóvenes hoy presente. Como padre uno cree que sus hijos serán lo que se paren aquí para despedirnos y no nosotros a ellos, pero ahora es distinto para mí, me toca pararme ante ustedes y Dios para despedirme de mi amada hija, aquella niña que ilumino todos mis días malos y alegro el doble mis días buenos. Sé con certeza que ella donde esta ahora es feliz y libre, también sé que ella tuvo un fin que ninguno de nosotros le deseamos a alguien más...

La voz llena de dolor del señor Weber estrujaba los corazones de todos los presentes, podían ver en su rostro cansado el dolor que estaba sintiendo el despedir a su pequeña hija. La señora Weber no había podido pararse de lugar para decir algunas palabras para despedir a su hija, sus piernas no respondían mientras lloraba desconsolada.

Los familiares y amigos cercanos a Angela pasaron a decir unas palabras, Eric y Jessica no habían podido terminar sus discursos por el llanto, Larissa al ver a ambos humanos bajo la mirada, no podía observar como sus amigos lloraban por la muerte de su amada, aunque técnicamente no estaba muerta.

Se paro justo detrás del atril con sus manos apoyadas en la madera clara de aquel objeto, podía sentir las miradas de todos los humanos en ella, sentía la presión social de todos los alejados a su relación con su amada Angela. Al alzar la mirada se encontró con la mirada de las tres mujeres que siempre vio como sus figuras maternas; Rosalie, Esme y Carmen. Las tres dándole su apoyo incondicional.

- Hay tantas cosas que podría decir de mi bella Angela, tantas que no me alcanzaría este día y vida para poder expresarlas. Angela siempre fue tan cálida, tan amable, llena de vida y amor, fue sin duda la mejor persona que pude conocer en mi corta vida. Durante estos cuatro años a su lado fueron los mejores, llenos de amor y alegría, durante los cuatro años más hermosos de mi vida puedo decir firmemente que ella es el amor de mi vida, mi alma gemela, mi otra mitad. Y lo seguirá siendo hasta mis últimos días. Cada risa, cada cita, cada... - Trago ponzoña al sentir como su corazón se estrujaba- Cada minuto a su lado era tan extraordinario así solo nos la pasáramos estudiando y me consuela de cierta forma saber que yo hice todo lo posible para darle todo a manos llenas, mi amor, mi lealtad, mi devoción, mi corazón y alma solo por ver sus lindos ojos llenos de felicidad junto a esa hermosa sonrisa tan mágica que tenía conmigo y nuestros amigos, quienes fueron testigos de nuestro amor intenso. Ahora nuestra pequeña Angela es un ángel en el cielo donde descansa tranquilamente junto a Dios, ella quería lo mejor para nosotros y ahora ella es recompensada al estar en el mejor lugar para su descanso.

La ceremonia había transcurrido con normalidad, los pequeños gemelos se aferraron a las piernas de Larissa cuando había terminado todo, los señores Weber se aferraron igual a ella sin importarles darle unos minutos menos a sus familiares.

- Vayan a descansar, hoy fue un día muy duro para todos - Les sonrió débilmente a ambos adultos- Los pequeños estarán con Emmett y Jasper en lo que terminamos de apoyarlos con todo esto.

- Recuerda que siempre serán bien recibidos a nuestro hogar, hija - Le sonrió con tristeza la señora Weber- Igual tú ve a descansar, nosotros perdimos a nuestra hija y tú al amor de tu vida y novia.

- Nos hubiera gustado ver a nuestra pequeña llegando al altar contigo, pero Dios tuvo otros planes lamentablemente - Suspiro el señor Weber- Descansa, hija. Dios te bendecirá con mucho más al ser tan buena con nuestra hija y nosotros.

Larissa hablo unos minutos más con los señores Weber hasta que Alice le aviso que era hora de irse, los gemelos estaban agotados por toda la energía gastada aquel día gracias a Emmett y Jasper así que los señores Weber podrían ponerlos a dormir sin problemas.

- Lo sé, hija. Es horrible, pero ahora están tranquilos - Murmuro Eleazar al verla mirar la casa de los Weber con tristeza

- ¿Cubrieron los gastos que hicimos ese día con mi tarjeta?

- Tal y como lo pediste - Asintió- Y el resto está destinado para los gastos académicos de los gemelos y los gastos generales de los señores. Nada le faltara a esa linda familia.

- Solo le faltara mi niña - Murmuro dolida

Eleazar observo como Larissa se daba la media vuelta con los ojos llenos de lágrimas y meterse al carro familiar, miro a su esposa que miraba todo con pesar. Ambos sabían lo culpable que se sentía su pequeña hija ante todo aquello.

Ambos se adentraron al carro junto a las Denali restante, durante el trayecto Irina mantuvo a Larissa entre sus brazos dándole el consuelo que necesitaba hasta que llegaron a la casa de los Cullen y Angela cambio de lugar con ella.

- No es tu culpa, amor. Es de Victoria, hay que concentrarnos en eso y en que aquí sigo para ti - Beso suavemente la frente de su compañera

- No sé qué haría sin ti, Angela Weber - Suspiro relajándose entre sus brazos

- Aparte de perder la cabeza por tus locas hermanas, no sé - Bromeo

La pareja se rio entre dientes al escuchar las quejas de las mayores dentro de casa junto a la risa del resto de vampiros.