Capítulo 38
Alice maldijo a lo bajo para correr a ayudarla, al estar cerca de la puerta trasera no lo tuvo que pensar y tacleo a los tres rompiendo la puerta en el proceso. Alice jalo el cuello de Victoria al mismo tiempo que esta jalaba el cuello de Larissa y el vampiro los brazos de la rubia.
Alice y Victoria fueron empujadas lejos de Larissa y el vampiro, ambas al levantarse vieron que la causante de aquello, fue Irina mientras que Kate ayudaba a Larissa con el vampiro. Kate se sorprendió ante la fuerza del vampiro cuando la golpeo y entonces comprendió como él podía contra su hermana.
- ¡Es un neófito! - Casi grito activando su don
- ¡Aléjalo de la casa como dé lugar! ¡Angela sigue a dentro!
Irina y Alice peleaban contra Victoria, pero esta estaba siendo demasiado escurridiza para ambas pese a que Irina tenía bastante experiencia, estaba frustrándola. En un movimiento rápido mando a ambas a volar chocando entre ellas dándole la vía libre para entrar nuevamente a la casa.
Larissa al notarlo dejo que Kate electrocutara al neófito para seguir a la pelirroja, un segundo ante que ella fuera escucho el sonido de algo rompiéndose seguido del grito de Angela, al entrar encontró a Victoria sobre una de las piernas de Angela, podía ver la sangre salir de esa indicando que la había roto.
No dudo en lanzarse nuevamente hacia la pelirroja destrozando un sillón ante el impacto de sus cuerpos duros contra él, la sangre de Angela había despistado a Victoria dándole ventaja a Larissa y esta le pudiera cortar un brazo a la mitad en un abrir y cerrar de ojos.
Actuó tan rápido que Victoria no vio si había usado las manos o sus dientes para poder hacerlo. Un golpe demoledor impactó en el pecho de Larissa haciendo que volara hacia atrás hasta sentir el crujido de la pared de la casa y sintiendo la gran grieta en su pecho por el golpe.
Victoria pego su brazo regenerándolo más rápido para lanzarse a Angela, sujetarla de la pierna sana y lanzarla hacia el otro lado de la sala hasta chocar el espejo de cuerpo completo que se ubicaba en una esquina, el cristal al romperse cuando la cabeza se estrelló contra los espejos exploto al instante cortando el cuero cabelludo de Angela.
El cristal se agrietó totalmente y los trozos se hicieron añicos al caer al suelo a su lado. Estaba demasiado aturdida para sentir el dolor, ni siquiera podía respirar con normalidad, la adrenalina y el aturdimiento estaban siendo su mejor aliado en ese momento para no sentir nada.
- ¿Esto se sintió tan bien cuando mataste a James? - Le pregunto a Larissa mientras se acercaba a Angela con tranquilidad- ¿Esta euforia de que tienes una vida de una pareja destinada en tus manos? ¿Esta poca empatía en destrozarlo?
- Aléjate de ella - Hablo entre jadeos débiles mientras se seguía curando
Victoria tomo uno de los cristales aun colgados del espejo y no dudo en empuñarlo contra el centro del torso de Angela, la morena ahogo su grito al no sentir el dolor, pero podía sentir como algo ardía en la zona donde estaba el cristal, llevo sus manos sobre la mano de Victoria mientras la mirada a los ojos, se encontró con unos ojos color carbón lleno de sadismo y rencor.
El líquido caliente de la sangre de Angela empezó a deslizarse sobre los costados del dorso de inmediato alarmándola, podía sentir como aquel liquido rojo y espeso se deslizada al mismo tiempo que el dolor de su pierna y dorso se estaban haciendo presente. Alguna parte de su cabeza empezaba a arder, su vista se estaba empezando a nublar, en realidad aquel dolor se estaba empezando a reflejar en todo su cuerpo.
Entonces cerro los ojos dejando que el dolor la consumiera escuchando a la lejanía un gruñido furioso junto a más cosas rompiéndose. El dolor agudo que traspasaba sobre su dorso y pierna la trajo de vuelta, casi hasta la superficie, pero no era un camino de regreso lo bastante amplio para que le permitiera abrir los ojos.
Entonces, supuso que estaba muerta...
...Porque escucho la voz de un ángel pronunciando su nombre a través del agua densa, llamándola al único cielo que ella anhelaba junto a Dios.
- ¡Oh no, Angela, no! - Gritó la voz horrorizada del ángel, un ángel femenino
Se produjo un ruido, un terrible tumulto que la asustó detrás de aquel sonido anhelado. Un gruñido grave y despiadado, un sonido seco, espantoso y un lamento lleno de agonía, que era realmente creado por el neófito afuera siendo por fin matado por Kate, Irina y Alice.
- ¡Angela, por favor! ¡Angela, escúchame, por favor! - Suplicaba- ¡Irina! ¡Kate! - Llamó el ángel con su voz perfecta cargada de angustia total- ¡Oh, no, por favor, no!
El ángel empezó a sollozar sin lágrimas, roto de dolor. Un ángel no debería llorar, eso no está bien, gracias a la crianza de su padre lo sabía.
Sintió un punto de dolor taladrarle la cabeza y el dorso. Dolía mucho, pero entonces, mientras ese dolor irrumpía a través de la oscuridad para llegar hasta ella, acudieron otros mucho más fuertes.
- ¡ANGELA! - Gritó Larissa presa de la agonía al ver a Angela así
- Esta perdiendo mucha sangre, la herida es muy profunda - Explicaba Irina al analizarla rápidamente- Su pierna está rota, por el flujo de la sangre, el hueso ha perforado a arteria tibial interior.
- Transfórmala, no resistirá mucho - Anuncio Alice desde afuera
- No, aun no debe ser transformada - Se negó Larissa entre sollozos- Ella tiene que vivir su vida humana, ver más atardeceres sin miedo al sol, embriagarse, conocer el mundo.
- Larissa, mira su estado - Replico Kate- Sabes que una arteria perforada es muerte segura, más una tan importante como la tibial.
- No creo poder - Negó sollozando- ¿Y si la mato? ¿Y si no soy tan fuerte y la dreno?
- No te dejaremos hacerlo, pero debes de transformarla tú, por el lazo.
Sollozo mirando como tenía los ojos cerrados, sus manos ahora pálidas había caído inerte a su lado. Los latidos de su corazón eran débiles, vacilantes.
No, no podía perderla, no así.
No dudo y sostuvo la mano de su chica con firmeza, beso suavemente sobre su muñeca para después morder lo suficientemente fuerte para transar su fina piel dejando brotar la sangre al instante que se rompió, dejo de pensar en aquel liquido rojo para dejar fluir su ponzoña con los ojos cerrados con fuerza.
- Es suficiente - Escucho a Irina- Larissa, basta.
Kate al verla aferrada a la mano la empujo lejos, miro directamente la muñeca llena de ponzoña relajándose al saber que estaba circulando dentro de ella.
- Saquemos a Angela y dejemos este lugar como si hubieran entrado a robar - Ordeno Irina sosteniendo el cuerpo de Angela entre sus brazos
- Aunque no será difícil de hacer - Murmuro Kate mirando el desastre que era la sala
Llevo su mirada a donde estaba su hermana, la encontró arrodillada con la mirada perdida, sin vida, tan vacía y sin brillo, sus comisuras estaban llenas de sangre y su cuerpo encorvado dejando fluir un aire lúgubre que odio ver de nuevo en ella.
- Vamos, tienes que irte con Irina, Alice y yo nos encargaremos de esto.
Ayudo a Larissa para pararse, aunque no era necesario, la vio irse de forma robótica mientras Alice entraba con los ojos color carbón ante el aroma de la sangre persistente en el lugar.
- Será fácil, encárgate de la puerta y yo de llevarme lo poco o mucho de valor para cubrir mejor la escena de robo.
Kate no se paró a cuestionarla y acato las indicaciones de la más baja, en cuestión de segundos ya tenían todo listo y bien armado, no sabía cómo, pero Alice había hecho un excelente trabajo.
- Me da tanto miedo tu habilidad de armar una escena del crimen sin que sea una escena real - Miro con terror a su pequeña prima
Alice le sonrió con inocencia mientras salían de la casa para irse al carro de Carlisle, ella misma haría la llamada a la estación de policía reportando la escena que habían armado con un plan bien coordinado que después tendría que contarles a sus primas para que digan lo mismo.
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