Capítulo 23
En los largos siglos que Larissa había existido, siempre que podía iba a celebrar los bailes de altas sociedades vampíricos disfrutando del ambiente elegante, liberal y lleno de música clásica que le encantaba bailar junto a sus hermanas.
Pero por primera vez, estaba nerviosa por un baile de fin de curso en el gimnasio, por supuesto, era una pequeña escuela en un pequeño pueblo. Seguro que debía de ser la única sala lo bastante amplia en la ciudad para poder organizar un baile para unas generaciones de adolescentes.
Sus manos estaban temblando ligeramente mientras esperaba que Angela bajara junto a su madre, los pequeños gemelos estaban mirándola embellecidos por lo hermosamente formal que se veía, el señor Weber estaba a su lado esperando al igual que ella, pero con una cámara en sus manos.
Al escuchar los pasos taconeados de Angela los dos se levantaron del sillón de golpe, caminaron con rapidez al inicio de las escaleras encontrándose a la madre de Angela terminando de bajar las escaleras siendo acompañada por una despampanante Angela.
- Hermosa - Murmuro sin aliento
Las mejillas ligeramente maquillas de Angela tomaron un color carmesí demasiado tierno. Larissa detallo el vestido que Alice y Rosalie habían ayudado a Angela en escoger para que la Denali no tuviera oportunidad de verlo antes del gran día.
Era un sencillo y hermoso vestido rosado pastel que combinaba perfectamente con la piel morena de Angela, el vestido tenía una fina capa de estampados de flores por toda la falda y dorso de este, era de corte recto sin mangas ni tirantes, quedaba justamente moldeado a su fina figura, la falda suelta y algo esponjada que le quedaba a cinco dedos arriba de sus tobillos que eran decorados por las finas correas de las zapatillas.
Larissa llevaba un traje femenino clásico, pero con la blusa del mismo color rosado que el vestido de Angela, el moño que portaba era de un rosa más oscuro para diferenciarlo entre este y la blusa, sus zapatillas negras brillante y un peinado de moño perfectamente hecho por Rosalie.
- Las fotos antes que sea demasiado tarde - La voz emocionada de la señora Weber atrajo la atención de ambas- Están hermosas, pero por favor, acomódense.
Larissa no dudo en ir a lado de su amada compañera entregando el ramillete de flores rosas y blancas a Angela, mientras se lo colocaba en su muñeca con delicadeza el sonido y brillo blanco del flash las golpeo, pero no les había importado ya que sus atenciones estaban en la otra.
- Es todo un honor ir al baile con usted, señorita Weber - Beso el dorso de la mano de Angela
Los señores Weber le tomaron las respectivas fotos con todos ellos y ellas a solas, el señor Weber les dio su bendición para ir protegidas al baile. Los pequeños gemelos abrieron la puerta de la casa haciendo reverencias demasiado tiernas para las miradas de los mayores.
- Creo que tus modales de época se están pegando bastante a mis hermanos.
- Lo note - Sonrió orgullosa- Serán unos caballeros de armadura brillante sin dudarlo.
Al llegar al gimnasio vieron toda la decoración finalmente en su máximo esplendor, Angela junto a Larissa, Alice y resto de mesa directiva del baile se habían encargado de que todo quedara un día antes para simplemente disfrutarlo al día siguiente.
La decoración se basaba en arcos con globos por todos lados y las paredes estaban festoneadas con guirnaldas de papel de seda, varias mesas de juego de casino junto a muchas referencias a James Bond y Monte Carlo.
Larissa y Angela saludaron a Jessica, Eric y Mike apenas los ubicaron, no dudaron en acercarse a ellos y empezar a disfrutar de la noche.
- Mira eso, mis primos ya robaron la atención - Comento con diversión viendo a sus primos bailando
Angela contemplo la pista de baile; se había abierto un espacio vacío en el centro, donde dos parejas daban vueltas con gracia. Los otros bailarines se habían apartado hacia los lados de la habitación para concederles espacio, ya que nadie se sentía capaz de competir ante tal exhibición.
Nadie podía igualar la elegancia de Emmett y Jasper, que vestían trajes de etiqueta clásicos. Alice lucía un llamativo vestido de satén negro con cortes geométricos que dejaba al aire grandes triángulos de nívea piel pálida. Y Rosalie era... bueno, era Rosalie. Su ceñido vestido de vívido color púrpura mostraba un gran escote que llegaba hasta la cintura y dejaba la espalda totalmente al descubierto, y a la altura de las rodillas se ensanchaba en una amplia cola rizada.
- Vamos a unirnos, no dejaré que esos niños me quieran opacar - Bromeo ligeramente
Angela y Jessica se rieron ante lo competitiva que estaba siendo Larissa ante el baile, pero la pequeña compañera de Larissa sabía que estaba hablando en serio detrás de esa broma ligera. No dudo en aceptar el brazo de la Denali dejándose guiar con elegancia hacia la pista de baile.
- ¿Recuerdas como Jasper te enseño? - Bromeo sostenido la cintura de Angela
- ¿Recuerdas tus bailes, milenaria?
Angela se carcajeo ante el rostro ofendido de su pareja, Eric al verlas dentro la pista de baile no dudo en poner algo más clásico como complot entre Larissa, Jessica y él. Larissa no podía despegar su mirada de los bellos ojos marrones de su compañera mientras bailaban las suaves canciones clásicas, así como ella, Angela no podía despegar su mirada de aquello ojos dorados llenos de ternura y amor incondicional.
- Vamos a fuera por aire fresco.
Beso la frente de su chica disfrutando cada segundo de la piel cálida y tersa de ella, Larissa miro de reojo como sus primos seguían bailando entre murmullos amorosos, incluyendo Edward y Bella estaban entre ellos en su propia burbuja amorosa.
Tan pronto como se encontraron fuera del gimnasio, la suave y fresca luz de un crepúsculo mortecino las recibió con los brazos abiertos. Atravesaron el umbrío jardín sin detenerse hasta llegar a un banco debajo de los madroños.
Se sentaron allí, Larissa acunando a Angela entre sus brazos protectores y amorosos. Visible a través de las vaporosas nubes, la luna lucía ya en lo alto e iluminaba con su nívea luz el rostro de Larissa. Sus facciones eran severas y tenía los ojos turbados, esa era una expresión que ya tenía últimamente y preocupaba a Angela.
- ¿Qué sucede? ¿Qué te preocupa? - Interrumpió el cálido silencio con suavidad
- El crepúsculo, otra vez - Murmuró sin apartar la mirada de la luna- Otro final. No importa lo perfecto que sea el día, siempre ha de acabar.
Suspiró de una manera que a Angela reconoció al instante, esa melancolía que siempre la rodeaba cuando recordaba a su familia biológica.
- Tu familia - Asintió comprensivamente
- Me sorprende lo bien que estas conociendo - Sonrió de lado casi sin ganas de hacerlo
- ¿No te conozco por completo entonces?
- «Los placeres violentos terminan en la violencia, y tienen en su triunfo su propia muerte, del mismo modo que se consumen el fuego y la pólvora en un beso voraz» - Cito perfectamente ante su antigua vida
- Romeo y Julieta - Larissa sacudió la cabeza confirmando la respuesta de Angela
- Esa cita representa como era mi vida antes de ti, una a la que no quiero regresar jamás. No por el hecho de ser más iracunda o por los placeres violentos, sino por la forma que me haces sentir tan humana a tu lado, había olvidado como se sentía el calor humano, como un corazón sonaba hermosamente de forma tan tranquila cuando están durmiendo, como unas simples palabras endulzadas podían ser la razón de crear dopamina en alguien con facilidad. No deseo que te pierdas nada, ni que mi presencia te prive de nada si está de mi mano, te acompañare y apoyare en cada una de tus decisiones, siempre y cuando las tomes por ti, y no por mí.
- ¿Es por esa sensación que has tenido desde lo de Bella? - Pregunto extrañada
- Sí y no.
Entonces por fin la miro e hizo su mayor esfuerzo para no perderse en la mirada adorable y preocupada de su compañera.
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